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Un llamado a la renovación

El declive ético en la Real Academia de las Ciencias de España

Fuentes: tinieblasyestrellas.blogspot

Resumen ejecutivo

La Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España (en adelante RAC para abreviar), una institución pública histórica, ha sido puesta por su actual Presidente al servicio de turbios intereses personales, conduciendo la institución en una preocupante deriva que la aleja del rigor y la ética científica. En estas páginas refiero una serie de hechos que ponen de manifiesto esta deriva.

La RAC ha sido utilizada como instrumento intimidatorio para intentar forzarme a hacer una declaración pública contraria a mis opiniones reales. Concretamente, se ha pretendido arrancarme una declaración de arrepentimiento por manifestaciones que hice hace años, manifestaciones que eran (y siguen siendo) plenamente veraces, legítimas y documentadas, en relación con el caso de malas prácticas del prestigioso e influyente investigador Carlos López-Otín. Además, tengo constancia documental de que estas acciones han sido promovidas personalmente por el actual Presidente de la RAC, el Prof. Jesús María Sanz Serna, sin haberlas sometido a debate y aprobación por el órgano de gobierno de dicha Real Academia, que es su Junta Directiva. De esta forma, el Presidente habría estado contraviniendo los estatutos fundacionales de la RAC, publicados en el BOE, al tomar y ejecutar decisiones sin pasar por el órgano de gobierno legalmente establecido.

Estos hechos, sumados a la publicación de una desafortunada nota de apoyo al Prof. López-Otín en la que la RAC llega a avalar las prácticas de manipulaciones inapropiadas de figuras en artículos científicos a condición de que los resultados finales presentados no sean incorrectos, ponen de manifiesto que esta academia está actuando como agente activo en defensa de intereses personales de un individuo a costa de menoscabar los valores de la ética científica y su propio prestigio.

En este documento relato de forma objetiva y pormenorizada, tratando de ser exhaustivo con todos los detalles relevantes, los hechos que soy capaz de demostrar documentalmente y expongo las razones por las que considero necesaria, por el bien de la institución y de la ciencia española, la dimisión o el relevo en su cargo del presidente de la RAC, el Prof. Jesús María Sanz Serna.

Una versión de este texto ha sido enviada a la Oficina de Conflicto de Intereses, al Ministerio de Ciencia e Innovación y al Instituto de España.

Introducción

La Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España (en adelante RAC para abreviar), una institución pública histórica, ha visto deteriorada su respetabilidad y honorabilidad. Ha sido convertida por su Presidente en un instrumento puesto al servicio de turbios intereses personales, erosionando su prestigio y, por extensión, el de toda la ciencia española. 

Por el buen nombre de nuestro sistema científico, es necesario que dimita o abandone sus cargos en la RAC su presidente, el Prof. Jesús María Sanz Serna. Voy a explicar las razones en este documento y para ello me voy a basar exclusivamente en argumentos que pueda demostrar fehacientemente ante un tribunal de justicia, si así fuera preciso. Esta restricción es necesaria por razones que se entenderán más adelante. Por tanto, salvo en aquellos casos en que explicite lo contrario, tengo pruebas documentales de todo lo aquí expresado. 

Quiero dejar constancia de que este escrito no pretende en ningún modo representar un ataque a la propia RAC ni a sus miembros. Al contrario, quisiera que sirva para contribuir a mejorar la institución y su reputación. Presumo, como no podía ser de otra manera, que casi todos sus miembros son personas honorables, y que estos serán precisamente los primeros interesados en que se repare el daño causado y se restablezca la respetabilidad de la institución.

Para el lector que no esté familiarizado con ella, la RAC es una institución pública española. Fundada en 1847, cuenta ya con 176 años y nombres muy ilustres en su historia. Por ejemplo, a su presidencia llegaron figuras como el insigne Blas Cabrera y Felipe[1]. Claramente, es una oficina que ha visto mejores días. La RAC tiene como mandato impulsar la cultura científica y asesorar al Gobierno de España en cuestiones de ciencia y de política científica, según se recoge en el BOE[2]. Para ello se nutre de fondos públicos, con subvenciones que desde 2021 han pasado de los 340,000€ anuales a más de 670,000€ en la actualidad[3,4,5]. Es decir, la RAC nos pertenece a todos los ciudadanos, no a sus dirigentes. Velar por el buen uso de los recursos y del peso de su nombre e historia no debe verse como intrusismo sino como un derecho y casi hasta un deber cívico.

Antecedentes

Antecedentes: hechos de dominio público

En esta sección voy a exponer de manera objetiva una serie de hechos que son de dominio público y que establecen el contexto en el que se enmarcan las actuaciones inapropiadas que deseo poner aquí de manifiesto.

A principios de 2019 se hizo público un escándalo protagonizado por uno de los investigadores más prestigiosos e influyentes de la ciencia española[6,7]. La noticia estuvo durante meses en los medios de comunicación a nivel nacional. Dos revistas diferentes habían tomado la decisión de retirar de la literatura hasta 9 artículos científicos[8-16] (los llamados papers, artículos en revistas internacionales sujetas a revisión por pares donde se publican los trabajos científicos), al detectarse que estos artículos contenían imágenes manipuladas. 

Las revistas en cuestión eran el Journal of Biological Chemistry (JBC), que es la publicación oficial de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular (American Society for Biochemistry and Molecular Biology), y por otra parte Nature Cell, una de las publicaciones de referencia en su campo. En las notas de retracción de estos trabajos podemos leer que se han detectado “manipulaciones inapropiadas en las figuras” («inappropriate figure manipulations»). Los trabajos retractados fueron publicados entre los años 2000 y 2007 (los de JBC) y en 2015 (el de Nature Cell).

En la comunidad científica no se retractan papers por el simple hecho de que sus resultados sean incorrectos. Estar equivocado es parte normal del debate científico y cualquier trabajo siempre es susceptible de ser mejorado, corregido o refutado en trabajos futuros. El mecanismo de retracción se aplica en dos supuestos: a) se reconoce que todo el trabajo se cae por algún error honesto pero tan fundamental que invalida todo lo presentado en el artículo (normalmente activado por los autores al descubrir el error); b) se descubre que ha habido malas praxis en la publicación, como manipulaciones de datos o figuras, falseamiento de resultados o alguna otra práctica que la comunidad considere inaceptable, fraudulenta o que pueda otorgar a los autores una ventaja competitiva ilegítima (normalmente activado por las publicaciones). 

El Prof. López-Otín argumenta públicamente que los resultados a los que llega en sus papers son correctos y han sido verificados por otros grupos independientes[17], alegación que no ha sido cuestionada por ninguna fuente autorizada y, por tanto, asumimos aquí como hecho constatado. Este hecho, así como el contenido de las notas de retracción, situaría las retracciones en cuestión claramente en el tipo de retracciones de categoría b) en el párrafo anterior.

El propio Prof. López-Otín admite en una entrevista al diario El País[18] que estas manipulaciones, que califica como de escasa importancia, tenían el propósito de “embellecer” o “ganar tiempo”, despejando así cualquier duda sobre si se produjeron por error o fueron intencionadas. 

Es importante hacer notar que el único coautor común a todos los papers retractados es el citado investigador y que en casi todos los casos se trata de trabajos con sus estudiantes.

Transcurren unos meses y en septiembre la editorial Nature le retira al Prof. López-Otín el premio que le había concedido en 2017[19,20]. En la web de Nature[21] se dice que se le retira el premio porque los jueces han encontrado problemas a los que se refieren como “image integrity issues” en los papers del Prof. López-Otín (hago notar que “integrity” se define en inglés como sinónimo de “honesty”, traducible por “honestidad”[22,23], “quality of being honest and having strong moral principles”[24], o “la calidad de ser honesto y tener fuertes principios morales”). La nota de retirada del premio de Nature hace referencia a que, según los jueces, los problemas detectados son significativos (“such significant issues”), lo que contrasta con la justificación que se ha dado en diferentes ámbitos según la cual estas manipulaciones carecen de importancia.

En Junio de 2018, son sacrificados los cerca de 5,000 ratones del bioterio del Prof. López-Otín[25]. Los ratones enferman por una “sorprendente”[26] infección vírica y tienen que ser sacrificados, lo que resulta sorprendente en un entorno tan controlado como el de un laboratorio científico. Hasta donde ha trascendido públicamente, las causas de esta pérdida (que lo es no solo en las vidas de los animales sino también en el coste para el contribuyente que financió su adquisición), no fueron investigadas por la Universidad de Oviedo ni tampoco lo solicitó el Prof. López-Otín, quien afirma en entrevistas no tener interés en que se lleve a cabo tal investigación[18,26].

En la Universidad de Oviedo existen conflictos laborales entre el Prof. López-Otín y otros profesores, al menos Pedro Sánchez Lazo y Antonello Novelli Ciotti, lo que queda evidenciado en 2021 cuando López-Otín interpuso una denuncia contra estos dos por acoso. La denuncia fue finalmente archivada[27], si bien la Universidad abrió expediente por falta leve a estos últimos por presiones a otra colega (con la que se habrían reunido en un despacho para presuntamente intentar condicionar su declaración) y falta de respeto en el entorno laboral[28].

En febrero de 2019, tratamos este tema en el episodio número 200 del pódcast que dirijo, llamado Coffee Break: Señal y Ruido. Se trata de un programa de divulgación científica con periodicidad semanal en el que habitualmente analizamos la actualidad de la investigación científica. En aquel episodio expusimos todos estos hechos de dominio público, con información factual que era totalmente veraz en aquel momento y sigue siéndolo a día de hoy.

Transcurre casi un año sin ningún otro hecho reseñable. En enero de 2020, la RAC, de la cual es miembro el Prof. López-Otín, emite un comunicado público de apoyo en su favor[29]. 

En este comunicado público, la RAC admite que hubo “malas prácticas que deberían haberse evitado”. Sin embargo, le brinda su apoyo aduciendo dos argumentos: 

a)Las manipulaciones deberían haber sido detectadas por la revista y sus referees (los revisores independientes que examinan el artículo antes de su publicación). 

b)Las conclusiones finales de los artículos son correctas. 

Con estos dos argumentos, la RAC concluye que no se tendrían que haber retirado y deberían haberse mantenido como válidos los papers del Prof. López-Otín. 

En mi opinión, y abro aquí un paréntesis a la exposición objetiva de hechos en esta sección para dar una valoración personal, este comunicado es escandaloso y, si otorgamos cierta representatividad a la RAC, transmite al mundo una muy mala imagen de los estándares éticos de la ciencia española. El apartado a) culpabiliza a la víctima. Se responsabiliza a las revistas por no haber detectado que les estaban introduciendo figuras manipuladas. Luego, en el apartado b) la RAC hace suya la defensa del Prof. López-Otín según la cual, si los resultados finales son correctos, entonces no pasa nada por manipular figuras «para embellecerlas» o «para ganar tiempo». En este comunicado la RAC está legitimando la toma de atajos en el sistema científico.

La ciencia es una actividad altamente competitiva. La gloria de un avance se la lleva el primero en conseguir y publicar dicho avance. Hay muchas razones para manipular figuras. Por ejemplo, para tomar atajos, engañar o confundir al referee haciéndole creer que el resultado es más robusto de lo que realmente es, para aparentar que se han hecho experimentos que en realidad no se hicieron, o simular que se han dado pasos que realmente no se han dado, o que quizás no han salido como decimos que han salido… hay mil formas con las que las manipulaciones inapropiadas pueden llevarnos a conseguir ventajas ilegítimas en la carrera por la gloria. 

Si en una competición deportiva un corredor hace trampas, a nadie se le ocurriría defender su actuación con el argumento de que esa trampa no alteró el resultado de la competición. El resultado final no puede nunca, en ningún ámbito, justificar el saltarse impunemente las reglas de la competición.

La toma de atajos no solo es injusta para los otros grupos competidores sino que menoscaba el rigor de la investigación. Si la ciencia se hiciera con la doctrina laxa que propone la RAC en la susodicha nota de apoyo, uno podría «apostar» a que va a salir un cierto resultado sin tenerlo totalmente contrastado. Podría adelantar la publicación y llevarse el mérito del descubrimiento. Luego, si la apuesta ha salido bien, uno podría argumentar que los resultados eran correctos, subsanar los «errores» en sus papers y mantener el crédito del descubrimiento. Por esto, es fundamental para la ciencia que no se admitan las prácticas inadecuadas. La Dra. Kaoru Sakabe, portavoz para asuntos de integridad científica de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular, decía esto en su cuenta de twitter:

En el comunicado que nos ocupa, la RAC avala este tipo de prácticas. ¿Se imaginan si esto se aceptara por la comunidad internacional, si pudiéramos manipular impunemente la información presentada en los papers con la única condición de que los resultados finales fueran correctos? Acabaríamos con un sistema científico en que los grupos harían sus apuestas a los resultados que están cerca de conseguir, pero todavía sin la total seguridad, sin haber cumplido todos los pasos, todos los protocolos… la ciencia se convertiría en un casino. Se perdería el rigor y se erosionaría la confianza ciudadana en el sistema, algo que sería terrible en esta época en la que la confianza social en la ciencia es fundamental para afrontar los problemas con que nos encontramos, como cambio climático, pandemias, etc.

Aunque no se menciona en la nota pública de apoyo, el presidente de la RAC me hizo saber en una carta privada (de esta correspondencia hablaré en la próxima sección) que el comunicado está basado en una investigación que se encomendó a un grupo de expertos de la RAC. Sin embargo, hasta donde yo sé, no se ha hecho público el informe de estos expertos ni su identidad. Desconocemos cuáles fueron realmente sus conclusiones, más allá de lo que en este comunicado público se ha tenido a bien transmitir. Desconozco si en algún momento lo estuvo pero, a día de hoy, la nota de apoyo de la RAC al Prof. López-Otín no aparece en la página web de la Academia ni tampoco en su cuenta de twitter. 

En el momento de su publicación pensé que el comunicado de la RAC había sido una chapuza, una torpeza humanamente comprensible para intentar defender a un compañero. Sin embargo, los hechos a los que me referiré en la siguiente sección nos ponen de manifiesto que no se trató de un simple desliz puntual sino que la Academia está siendo instrumentalizada por su Presidente en una campaña que va bastante más allá.

Cierro aquí el paréntesis con mi valoración personal para retomar la exposición factual de los hechos. En febrero de 2020, en el episodio número 253 del pódcast Coffee Break: Señal y Ruido volvemos a tratar este asunto para comentar el, por aquel entonces, recientemente publicado comunicado de la RAC. En ese episodio manifiesto mi crítica al comunicado, que a día de hoy sigo considerando escandaloso y bochornoso para la ciencia española, basándome en los argumentos expuestos anteriormente. 

Además, en ese episodio del pódcast abro el debate sobre si se puede considerar como fraude la manipulación intencionada de figuras con el propósito de «embellecer» o «ganar tiempo» aunque los resultados finales sean correctos. Mi postura en este debate es la que he explicado en este artículo, es decir, que para mí sí se trata de un fraude. Para verlo podemos considerar la definición que hace la RAE del vocablo, que en su primera acepción recoge: «Acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete». Resulta obvio que estas acciones, que faltan a la verdad y perjudican a los grupos competidores, e incluso a la credibilidad de todo el sistema, son compatibles con la definición de fraude que contempla la RAE.

Es importante remarcar que estas malas praxis científicas quedan circunscritas al ámbito académico y no tienen ningún tipo de repercusión o consecuencia ni a nivel laboral ni, por supuesto, penal. No son constitutivas de faltas ni de delito. No hay sanciones ni consecuencias negativas para quien las lleva a cabo, más allá de un cierto deterioro reputacional entre los colegas de profesión, que será mayor o menor según las prácticas en que se haya incurrido. En ningún caso impiden que se pueda continuar con la práctica normal de la profesión y la reparación de dicha reputación.

Desde ese episodio 253 del pódcast publicado en febrero de 2020 pasaron dos años y cuatro meses sin que tuviera noticia alguna de la RAC. 

Quiero subrayar que yo no conocía de nada al Prof. López-Otín ni había tenido ninguna interacción ni con él ni con la RAC. Por lo que yo sabía hasta entonces podía tratarse de una situación aislada, incluso humanamente comprensible, de una persona que, quizás debido a la  enorme presión a la que podemos estar sometidos en el mundo de la investigación, se hubiera equivocado puntualmente en algún momento de su carrera, sin que aquellos hechos tuvieran mayor trascendencia. 

También es importante entender que solo hablé de este caso en dos ocasiones, una en febrero de 2019 cuando saltó la noticia de las retracciones y otra en febrero de 2020 cuando se publicó la bochornosa nota de la RAC. Solo en esas dos ocasiones me había manifestado sobre el caso, por lo que no puede aducirse que hubiera por mi parte ningún tipo de ensañamiento ni mala fe ni mucho menos acoso. No tendría sentido tampoco que lo hubiera puesto que, como digo, no había tenido ningún tipo de relación ni interacción ni personal ni de ningún tipo con ninguno de los involucrados. Me limité a exponer los hechos de dominio público y manifestar honestamente las opiniones que legítimamente sostenía, y sigo sosteniendo, al respecto, opiniones que también he expresado aquí.

Termino esta sección reiterando que el objeto de este artículo no es atacar al Prof. López-Otín ni a la RAC ni a sus miembros, sino poner de manifiesto las actuaciones, en mi opinión inaceptables y perjudiciales para la ciencia española, llevadas a cabo desde la presidencia de la RAC. Si he tenido que dar cuenta de muchos hechos relacionados con las acciones del Prof. López-Otín es únicamente porque su figura es central en la historia.

Antecedentes: mi experiencia personal

En esta sección voy a relatar acontecimientos que no son del dominio público sino que constituyen una serie de presiones e intentos de intimidación que he recibido personalmente. Me limitaré a exponer exclusivamente aquellos hechos de los que tengo pruebas documentales que puedo presentar ante un Juez, omitiendo todo aquello que no pueda demostrar de forma fehaciente.

En 2022, dos años después de mis últimas manifestaciones sobre el tema (en el pódcast aludido anteriormente), comienzo a recibir una serie de presiones e intentos de amedrentamiento para arrancarme una disculpa pública, a pesar de no existir base objetiva que justificara tal muestra de contrición. Los hechos se inician en mi entorno laboral y terminan con las presiones de la propia RAC, motivo por el cual los expongo aquí. En el tiempo son aproximadamente coincidentes con declaraciones de disculpas públicas de otros dos divulgadores[30,31], las cuales fueron recogidas por algunos medios de comunicación en artículos que transmitían la impresión de que las críticas que se habían vertido respecto a las actuaciones del Prof. López-Otín eran injustificadas y que en realidad este investigador no habría incurrido en ninguna acción que se pudiera considerar reprobable[32,33]. Desde el principio me pareció obvio que lo que se pretendía era añadir mi voz a una campaña mediática que estaba teniendo lugar para crear una determinada imagen pública del Prof. López-Otín, algo en lo que yo no deseaba participar.

Los hechos relevantes comienzan en febrero de 2022, cuando recibo un mensaje por whatsapp de un superior jerárquico en mi entorno laboral, cuya identidad voy a omitir en aras de preservar el buen ambiente en el ámbito laboral, y porque tampoco es relevante. Lo que sí es relevante, insisto, es que se trata de un mando con autoridad y gran influencia sobre mí en el ejercicio de mi profesión. En adelante me referiré a esta persona como MS (abreviatura de «Mi Superior»). En su mensaje, MS me hace saber que el Prof. López-Otín es «un viejo amigo» suyo y que “hay que reponer su honor”. 

A pesar de mis explicaciones y de transmitirle que todas mis manifestaciones estaban bien fundamentadas y no había base para ninguna disculpa pública, MS insiste en que nos reunamos con el Prof. López-Otín. En su primer mensaje, ya me había adelantado que el Prof. López-Otín le había pedido hablar conmigo (curiosamente se lo pidió a él, no a mí) y que deseaba venir a Canarias para hacerlo. Para ello, me dice MS que lo va a invitar a que venga a dar una conferencia a mi centro de trabajo, el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), y que luego tendremos una reunión privada los tres en su despacho. 

Me permito expresar una opinión personal al decir que, si el Prof. López-Otín sentía que procedía una reparación por algo que yo hubiera dicho, entiendo que lo razonable hubiera sido contactar conmigo directamente para resolverlo. No solo no hizo esto sino que tampoco tuvo a bien responder al email que le envié con fecha del 3 de marzo de 2022, tras enterarme por MS de que requería de mí una reparación pública. En este mensaje yo le solicitaba una conversación telefónica en la que pudiéramos tratar entre nosotros el asunto. 

Volviendo a la exposición objetiva de los hechos, la susodicha reunión finalmente tuvo lugar en el despacho de MS, el jueves 7 de abril, justo después de la conferencia del Prof. López-Otín en el IAC. No voy a referir aquí casi nada sobre su contenido porque se produjo en un entorno privado y no tengo testigos o pruebas en los que sustentar cualquier afirmación que pudiera hacer aquí. Solo estábamos presentes el Prof. López-Otín, MS y yo. 

Hay dos cosas que sí puedo decir porque quedó constancia en mensajes intercambiados posteriormente. La primera es que le ofrecí al Prof. López-Otín, como posible solución al problema, que viniera él al pódcast a contar su versión de la historia o, en caso de que tal cosa le incomodara, que me remitiera un audio grabado o un texto que yo estaría encantado de emitir en su nombre. Sin embargo esta solución no le valía. Él exigía de mí una declaración pública de arrepentimiento por mis manifestaciones sobre su caso. Lo segundo que puedo decir es que en esa reunión se me amenazó con presentar una denuncia contra mí si no me plegaba a llevar a cabo esa declaración pública. A quien pueda pensar que todo esto es poca cosa, le recuerdo que la Universidad de Oviedo abrió expediente a los profesores enfrentados al Prof. López-Otín por mantener una reunión privada con una colega, presuntamente con objeto de intentar condicionar su declaración[28].

Puesto que en esa reunión no se me hizo ver nada que yo hubiera dicho injustificadamente (había acudido con copia impresa de toda la documentación que respaldaba cada una de mis afirmaciones) y yo no tenía ninguna intención de faltar públicamente a la verdad o plegarme a coacciones, salí de la reunión con la convicción de que se iba a interponer una denuncia o demanda judicial en mi contra. Me vi obligado entonces a recabar asesoramiento legal y contratar los servicios de un abogado que me ha estado aconsejando durante más de un año en el transcurso de las situaciones por las que he tenido que navegar.

Posteriormente a la referida reunión continuaron mis tribulaciones con MS en varios intercambios de mensajes y otra reunión. Estos intercambios eran en principio en tono beligerante, aunque luego pasaron a ser en forma de recomendaciones amistosas “de un colega a otro”, siempre con el objetivo de que aceptara las condiciones del Prof. López-Otín para evitar la, según se me decía, desagradable situación de verme ante un juicio. 

Se me instó a que pensara en el estrés que eso me iba a generar, que pensara en el daño a la imagen del museo que dirijo si se produjera un conflicto judicial con uno de los investigadores más prestigiosos de nuestro país (lo que, por cierto, me hizo tomar la decisión de renunciar a ese cargo, decisión que comuniqué oficialmente con fecha del 12 de septiembre), se me hizo saber que ahora el IAC tiene colaboraciones con la Universidad de Oviedo (que apoya al Prof. López-Otín) y no convenía enfrentarnos… se me llegó incluso a sugerir que en un caso así el juez buscaría asesoramiento de un experto y que ese experto sin duda sería un bioquímico probablemente de la órbita del Prof. López-Otín. En definitiva, no parecía importar en estas conversaciones de qué lado estaba la rectitud sino más bien infundir un temor a la acción de la justicia, como si fuera algo que hubiera que evitar a toda costa. Yo, personalmente, habría estado encantado de contar todo esto ante un Juez. Pero, sorprendentemente, esa oportunidad nunca llegó.

El 11 de mayo de 2022 recibo el último mensaje de MS sobre este tema advirtiéndome de que el Prof. López-Otín estaba decidido a iniciar una acción judicial de forma inminente y que, gracias a su mediación, había aceptado concederme un plazo de un día para reconsiderar mi postura. Le respondí en los términos que yo había mantenido desde el principio, es decir, haciéndole saber que mi mano estaba tendida para rectificar cualquier incorrección que se me hiciera notar en mis manifestaciones, o bien que me hiciera llegar su punto de vista y lo publicaría en su nombre en el pódcast. 

Seguía sin serme cursada la anunciada demanda y, pasada una semana, el 18 de mayo de 2022 recibo, por primera vez, un email directamente del Prof. López-Otín en el que vuelve a pedirme, en esta ocasión de buenas maneras, que reconsidere mi decisión. Le respondo al día siguiente, reiterando mi disponibilidad para ayudarle a defender en el pódcast su punto de vista, en los términos anteriormente descritos, pero negándome a emitir una petición de disculpa o retractar mis palabras sin que exista base para ello. 

Intervención de la RAC

Menos de dos semanas más tarde de esta última negativa a plegarme a las exigencias del Prof. López-Otín recibo, para mi gran sorpresa, una carta de la RAC firmada por su presidente, el Prof. Jesús María Sanz Serna, el 1 de junio de 2022. En esta carta repite algunos de los argumentos esgrimidos por el Prof. López-Otín y me exige una declaración pública de disculpa en un plazo de quince días o de lo contrario exponerme a la adopción de acciones legales en mi contra por parte de la RAC. 

Teniendo en cuenta que en aquel momento habían pasado dos años desde mis manifestaciones en el pódcast pero solo dos semanas desde el ultimátum del Prof. López-Otín, y viendo además la coincidencia de formas de proceder, es difícil cuestionar que la academia había sido convertida en otro instrumento al servicio de sus intentos de amedrentamiento. Si no lo ha conseguido a través de la influencia de un superior jerárquico en mi entorno laboral, lo siguiente era intentarlo valiéndose del peso de una institución histórica. 

Puedo dar fe de que, psicológicamente, la estrategia funciona (y tengo recetas de tratamiento médico que así lo atestiguan). Es difícil ir pasando por estas situaciones, primero en el trabajo y luego con esta perspectiva de confrontación judicializada nada menos que con una Real Academia. Hay que estar muy seguro de tener la razón de tu parte para que no te asalten las dudas, y aun así es inevitable que estos conflictos resulten en un impacto significativo sobre la salud mental. No voy a entrar en detalles sobre el tema pero me parece obvio que ese es el fin último que se persigue con estos requerimientos personales: aumentar la presión y restringir mi libertad en el marco de mi expresión ya no solo como científico sino como persona.

Respondo a la susodicha comunicación de la RAC en los mismos términos que había propuesto al Prof. López-Otín, ofreciéndome a rectificar cualquier incorrección que pudieran hacerme ver o dándole la oportunidad de contar su versión de la historia en el pódcast. La correspondencia continúa con otra carta que me envía la RAC, también firmada por su presidente, con fecha 29 de junio de 2022. Finalmente, respondo a esta carta el 26 de julio exponiendo un resumen de los hechos documentados que son de dominio público y manifestando que, no habiendo base para retractar mis palabras, mantengo todo lo dicho en los citados pódcast. Traslado también mi preocupación por lo que observo como una instrumentalización de la RAC que deteriora su prestigio y la evidente divergencia entre sus actuaciones y los valores que debería defender como institución pública al servicio de la ciencia en España. Desde entonces, junio de 2022, no he vuelto a recibir más comunicaciones del presidente de la RAC. 

Hasta ahora he guardado silencio respecto a todo este asunto por recomendación de mi abogado, quien me ha aconsejado siempre no hacer manifestaciones públicas y, si fuera el caso y la RAC o en su caso el Prof. López-Otín presentaran la demanda, rendiría entonces cuentas donde fuera preciso ante el orden jurisdiccional competente. Así, durante un año he estado guardando para mí y mis círculos cercanos la experiencia personal de sufrir esta situación tan desagradable y la inquietud, para quien no está acostumbrado a estos litigios, de vivir esperando la llegada de una citación judicial en cualquier momento.

Transcurrido ya un año, y con el visto bueno de mi abogado, damos por sentado que ya ha pasado un tiempo más que razonable para que se produjera la esperada citación judicial y, si a estas alturas no ha ocurrido, es que no se va a producir. Después de meses de insistir que sería demandado de manera reiterada, incluso con plazos concretos, constatamos que ni unos ni otros han dado el paso de tomar las acciones judiciales que anunciaban. Esto, sumado al hecho de que, según mi abogado, nunca existió base legal en que pudiera sostenerse tal denuncia, pues la información por mi parte esgrimida fue siempre legítima y veraz, me lleva a la conclusión inexorable de que en realidad nunca hubo una intención real de hacerlo y solo se trataba de burdos intentos de intimidar y amedrentar, abusando para ello de la autoridad que me merecen los agentes involucrados, con el objeto de forzarme a una declaración pública contraria a mi pensamiento. Y todo ello para contribuir a una campaña pública de imagen de una persona.

En abril de 2023, ya respuesto desde el punto de vista anímico, envío un burofax dirigido a la junta directiva de la RAC requiriendo formalmente que se me dé traslado de cualquier decisión que se hubiera tomado en esa junta directiva con respecto a mi persona, incluyendo la resolución de exigirme una disculpa pública bajo amenaza de tomar acciones legales en mi contra en un plazo de quince días. Pido específicamente que se me haga saber si tales decisiones se adoptaron por unanimidad o si hubo votos discrepantes, particulares o abstenciones entre los miembros de la junta directiva de la RAC. 

Tras una breve correspondencia con la Secretaría General de la RAC, el 20 de junio se me informa por escrito de que en las actas de la junta directiva no consta que se haya tratado asunto alguno que me afecte directa o indirectamente. Esto me resulta muy sorprendente porque los estatutos de constitución de la RAC, publicados en el BOE[2] (recordemos que es una institución pública), establecen claramente un órgano de gobierno que es su junta directiva. El presidente de la institución no está facultado para tomar decisiones a su antojo como si la institución fuera su cortijo personal. 

El contenido de tal comunicación de la Secretaría General de la RAC firmada con fecha de 20 de junio de 2023, expone literalmente que:

“(…) he leído todas las actas de la Junta Directiva del período relevante y le confirmo que en ninguna reunión de dicho órgano se ha tratado asunto alguno que le afecte directa o indirectamente.“

Reflexiones personales

Después de esta exposición de hechos objetivos y demostrables, con apenas unos breves interludios claramente señalados en los que he introducido algunas opiniones personales, me voy a permitir en esta sección explicar mi punto de vista personal, ahora sí subjetivo, sobre determinadas cuestiones.

Quiero empezar enfatizando que no soy yo quien ha juzgado los trabajos del Prof. López-Otín. Me he limitado a trasladar las decisiones adoptadas por dos de las más importantes publicaciones científicas, que han detectado manipulaciones de suficiente entidad como para retractar los papers correspondientes. Además, la editorial Nature decidió retirarle un premio concedido en 2017 porque el jurado consideró que estas manipulaciones eran significativas. Mi papel se ha limitado a informar de estos hechos a la audiencia de un pódcast. 

La nota de apoyo de la RAC, de la cual es miembro el Prof. López-Otín, no constituye una exoneración de estas prácticas, ya que la RAC no tiene autoridad ni jurisdicción sobre las valoraciones de expertos independientes ni las decisiones de otros comités científicos. Por poner una analogía, sería como si la policía me pone una multa y alguien pretendiera que una nota de apoyo de la comunidad de vecinos a la que pertenezco me exonere de la infracción alegando que es aceptable saltarse los semáforos si como resultado no se produce una colisión porque es algo de escasa importancia y no ha tenido consecuencias sobre el resultado final.

Quisiera reiterar que este artículo no pretende ser beligerante ni contra la RAC como institución ni contra el Prof. López-Otín como persona. Respecto a este último, quisiera argumentar en su desagravio que, como explicaba antes, la ciencia es una actividad extremadamente competitiva y los investigadores a menudo nos encontramos sometidos a una presión extrema por obtener resultados y publicarlos antes que nuestros competidores.

Desde este punto de vista, quiero manifestar mi comprensión hacia el Prof. López-Otín. Me parecería humanamente entendible que en algún momento haya podido equivocarse y tomar atajos indebidos. No creo que sea algo grave ni que le tenga que suponer ningún tipo de pena o estigmatización profesional. En nuestra reunión le dije que me parecía que estaba exagerando, que no había hecho nada grave (la expresión literal que usé fue “tampoco has matado a nadie”) y que lo único que tenía que hacer era propósito de enmienda para ser en adelante lo más riguroso posible. Si nos ponen una multa por una infracción de tráfico, lo que tenemos que hacer es ser más cuidadosos en el futuro para no volver a incurrir en esas infracciones (y no, por ejemplo, utilizar nuestra amistad con el jefe de la comisaría o con el ministro del interior para intentar forzar al agente a retirar la multa).

De hecho me parece que se ha perdido una ocasión inmejorable para visibilizar la problemática de la cultura del publish or perish en ciencia, el infame “publica o muere”. Se trata de un eslógan que refleja la realidad de la investigación, que a veces se convierte en una vorágine en la que tenemos que producir continuamente resultados de alto impacto. El nivel de presión psicológica que tienen que soportar muchos investigadores a todos los niveles, desde los jóvenes doctorandos y los precarios postdocs hasta los altos líderes de los grupos de investigación, que intentan estabilizar a los miembros de su equipo, es a menudo difícil de compatibilizar con la cordura. La popularidad del Prof. López-Otín y su potente discurso público en el que suele referirse a la importancia de la salud mental (la suya) le hubieran convertido en un excelente paladín para visibilizar este problema y luchar por una racionalización del sistema.

Lamentablemente, prefirió optar por otro camino y hacer uso de sus influencias para intentar silenciar las voces incómodas por medios poco decorosos. Esto también puede ser humanamente comprensible pero lo realmente preocupante, y es la razón que me mueve a escribir este artículo, es que el sistema científico en España pone a su disposición las herramientas con las que llevar a cabo esas presiones. Algo está roto y hay que arreglarlo. Es aquí donde quisiera poner el foco de lo que se tiene que corregir. No puede ser que la RAC sea puesta al servicio de estos intereses y que, por lo que he podido constatar, se haga a través de acciones de su presidente, manejándola de forma arbitraria a espaldas de la Junta Directiva.

Conclusiones

La RAC, como Real Academia, es una institución que ostenta un gran poder. Está constitucionalmente vinculada a la Corona (artículo 62.j de la Constitución) y amparada por el Estado español, asesora al gobierno de España en materia científica y cuenta con un presupuesto de más de 670,000€ (año 2023)[3]. Para un ciudadano de a pie, y más siendo de profesión un modesto investigador y, por tanto, sometido al ámbito de su influencia, ser objeto de confrontación de una institución de tal nivel genera inquietud y desazón. Cuando, además, las advertencias de emprender acciones judiciales resultan ser falsas, como se constata porque a)nunca se llegan a tomar a pesar de ser anunciadas por varios actores diferentes, incluso con plazos concretos, b)no existe base legal que las sostenga, y c)el propio presidente de la RAC admite en una carta que puedo beneficiarme del derecho a la libertad de expresión, entonces se pone de manifiesto que la intención con que se hacían no era otra que la de amedrentar, de generar ansiedad y desazón, para conseguir un propósito mediante tácticas intimidatorias, y no de una voluntad real de defender intereses legítimos ante la justicia.

Hace dos años, la RAC emitió un comunicado en el que, entre otras cosas, consideraba como aceptables las manipulaciones de figuras en los papers científicos con la condición de que los resultados finales fueran correctos. Según este comunicado bastaría con subsanar estos problemas a posteriori. Como he explicado en este documento, semejante declaración menoscaba gravemente el rigor y la credibilidad de la ciencia y pone en cuestión que la institución esté regida por los valores correctos. En aquel momento pensé que se trataba de una chapuza, una acción poco meditada en un intento humanamente comprensible de salvar la imagen de un miembro, un colega o incluso un amigo personal de quien hubiera promovido ese comunicado. 

Sin embargo, después de ver cómo la RAC se ha prestado a continuar y escalar la campaña de presiones e intentos de amedrentamiento hacia mi persona en los mismos términos en que lo había venido haciendo el Prof. López-Otín, debo reconsiderar mi ingenuo pensamiento anterior. Ahora me parece obvio que la institución está puesta al servicio de un proceso de lavado de imagen pública del Prof. López-Otín, a costa del deterioro de su propio prestigio. Para ello no se ha dudado en utilizar la autoridad que confiere la Real Academia de forma intimidatoria. 

Según la documentación de la propia academia, esta instrumentalización de la RAC está siendo promovida de forma individual por su presidente, el Prof. Jesús María Sanz Serna, quien además lo estaría haciendo a espaldas del órgano de gobierno legítimo de la institución, que es su junta directiva, tal como recoge el BOE.

Por todo lo expuesto anteriormente, considero que el presidente de la RAC no puede continuar ejerciendo esas funciones ni un día más y que debería producirse una renovación en la presidencia.

Referencias

1. https://www.rae.es/academico/blas-cabrera-y-felipe

2. https://www.boe.es/eli/es/rd/2020/12/15/1113/con

3. https://www.sepg.pap.hacienda.gob.es/Presup/PGE2023Proyecto/MaestroTomos/PGE-ROM/doc/L_23_A_G28.PDF

4. https://www.sepg.pap.hacienda.gob.es/Presup/PGE2022Ley/MaestroDocumentos/PGE-ROM/doc/1/3/27/2/1/N_22_E_R_31_128_1_1_1_1463A_2.PDF 

5. https://www.sepg.pap.hacienda.gob.es/Presup/PGE2021Proyecto/MaestroDocumentos/PGE-ROM/doc/1/3/27/2/1/N_21_A_R_31_128_1_1_1_1463A_2.PDF 

6. https://elpais.com/elpais/2019/01/27/ciencia/1548629779_450088.html 

7. https://www.redaccionmedica.com/secciones/sanidad-hoy/la-universidad-de-oviedo-ya-nego-irregularidades-de-lopez-otin-en-2017-4580 

8. https://www.jbc.org/article/S0021-9258(20)38877-3/fulltext 

9. https://www.jbc.org/article/S0021-9258(20)38878-5/fulltext 

10. https://www.jbc.org/article/S0021-9258(20)38879-7/fulltext 

11. https://www.jbc.org/article/S0021-9258(20)38880-3/fulltext 

12. https://www.jbc.org/article/S0021-9258(20)38881-5/fulltext 

13. https://www.jbc.org/article/S0021-9258(20)38882-7/fulltext 

14. https://www.jbc.org/article/S0021-9258(20)38883-9/fulltext 

15. https://www.jbc.org/article/S0021-9258(20)38884-0/fulltext 

16. https://www.nature.com/articles/s41556-018-0259-0 

17. https://www.abc.es/ciencia/abci-lopez-otin-errores-detectados-no-tienen-ningun-impacto-sobre-investigacion-201901282207_noticia.html 

18. https://elpais.com/elpais/2019/04/10/ciencia/1554916951_385474.html  

19. https://elpais.com/elpais/2019/09/26/ciencia/1569499340_123601.html 

20. https://www.abc.es/sociedad/abci-nature-retira-premio-mitad-carrera-biologo-espanol-carlos-lopez-otin-201909261119_noticia.html 

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25. https://www.europapress.es/asturias/noticia-mas-5000-ratones-investigaba-lopez-otin-sacrificados-infeccion-20190201163709.html

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27. https://www.europapress.es/asturias/noticia-archivada-denuncia-lopez-otin-contra-dos-profesores-universidad-oviedo-acoso-20220413163905.html

28. https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2022/04/13/otin-universidadexpedienta-dos-profesores/00031649847159575942558.htm

29. https://rac.es/ficheros/doc/01248.pdf 

30. https://francis.naukas.com/2022/02/27/disculpas-publicas-a-carlos-lopez-otin/ 

31. https://cienciamundana.wordpress.com/2022/02/24/disculpas-publicas-a-carlos-lopez-otin/ 

32. https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2022/03/01/621e429121efa0a6738b4595.html 

33. https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2022/02/28/disculpas-otin/00031646040931581420933.htm 

34. https://www.museosdetenerife.org/coffeebreak/?p=2422 

Fuente: https://tinieblasyestrellas.blogspot.com/2023/07/el-declive-etico-en-la-real-academia-de.html?m=1