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El domingo…..Evo

Fuentes: Bitácora de Viejoblues

Por eso las elecciones del domingo no sólo servirán para cambiar gobernantes y un programa de gobierno, sino la propia historia. En una balanza están en juego: el poder de la prebenda, la corrupción y la política de las multinacionales contra el poder de la conciencia, de las mayorías obreras y campesinas, del cambio. Los […]

Por eso las elecciones del domingo no sólo servirán para cambiar gobernantes y un programa de gobierno, sino la propia historia. En una balanza están en juego: el poder de la prebenda, la corrupción y la política de las multinacionales contra el poder de la conciencia, de las mayorías obreras y campesinas, del cambio. Los bolivianos y bolivianas, del campo y la ciudad, tienen la palabra, la decisión y la oportunidad de levantar la bandera del socialismo, tal y como lo hizo Allende, y dar una nueva estocada al imperio, dando un paso mas hacia ese futuro posible para latinoamerica.

Las elecciones generales del domingo, en Bolivia, quedarán para siempre escritas en la historia del país y del continente en su conjunto, no sólo porque se elegirá al futuro Presidente de la República y a los parlamentarios, sino porque sobre todo se definirá, a través de las urnas, el futuro de todo un pueblo.

Evo Morales, a pesar de haber sido durante años víctima de la cárcel, el confinamiento, la represión y la satanización a los movimientos sociales y actualmente víctima de una guerra sucia a través del poder mediático, se ha convertido en el líder del movimiento obrero, campesino, indígena, originario, popular y de diferentes sectores sociales de Bolivia.

El líder boliviano, en esta coyuntura, aliado con importantes sectores de profesionales y casi todas las organizaciones populares, prioriza en su lucha, su discurso y su accionar diario en la defensa de la dignidad y la soberanía nacional, la justicia social para las mayorías históricamente discriminadas, la recuperación de los recursos naturales y las transformaciones estructurales y sociales para la nación.

La consolidación de Evo y el MAS como la primera fuerza política de Bolivia, ha ocasionado una reacción en la embajada norteamericana, que ya todos conocemos: un informe del Consejo de Inteligencia de EEUU, denominado «Mapa del Futuro Global» identificó a Venezuela y Bolivia como dos países que forman parte del «eje del mal». La administración de George W. Bush, bajo el pretexto de «terrorismo internacional» puso en la mira al gobierno bolivariano de Hugo Chávez y al Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales.

A Evo no sólo le acusa el imperio de «terrorista», «guerrillero» y «narcotraficante» sino que desde las esferas del sistema y del poder mediático se ha desatado una campaña contra su persona e integridad, pero sobre todo contra los movimientos sociales en su conjunto. Pero a pesar de esa sucia campaña, la única respuesta es la verdad: tienen miedo, el imperio tiene miedo, como lo tuvo en el Chile socialista de Savador Allende y como lo tiene en la Cuba de Fidel o en la Venezuela de Chavez.

La guerra sucia propiciada por los partidos tradicionales no sólo llegó a involucrar a los principales candidatos del MAS: Evo y Álvaro García Linera, sino sobre todo a la dignidad, el sentimiento y la honorabilidad de todos los bolivianos y bolivianas.

Con un programa y una campaña que recuerdan, y mucho, a Salvador Allende, Evo y el MAS sin recurrir a asesores ni expertos internacionales que significan miles y miles de dólares -un insulto para un país pobre como Bolivia- delinearon una estrategia comunicacional y de campaña horizontal, participativa, desde abajo y así la campaña del MAS ha sido de puerta a puerta, de barrio a barrio y de pueblo a pueblo..

El MAS en su programa de gobierno resume las demandas populares: la nacionalización e industrialización de los hidrocarburos para que todo el gas y el petróleo que salgan de los pozos sean propiedad boliviana y no de las transnacionales, así como de todas las empresas esenciales del país.

La creación de una Asamblea Constituyente para refundar el país con y para todas las naciones originarias y todos los sectores sociales; las autonomías para los pueblos que significa la refundación de la República.

Un plan de desarrollo productivo que es un nuevo modelo económico de reciprocidad y complementariedad económica, una la ley contra la corrupción y la impunidad que está basada en la investigación de fortunas, eliminar los gastos reservados y crear una nueva escala salarial para los funcionarios públicos.

Además el plan se complementa con una ley de tierra productiva que tiene como meta acabar con el latifundio y la inmediata titulación de tierras para pueblos indígenas, campesinos y pequeños propietarios y la seguridad jurídica para todos quienes trabajan la tierra; la creación de un nuevo Sistema de Seguridad Social de ámbito universal para dar cobertura de salud en tres niveles: nivel primario (consultas de medicina familiar), nivel secundario (de internación y especialidades) y el tercer nivel (hospitalario).

También recoje una ley para transformar la educación y revalorización de la cultura, garantizando la vigencia y calidad de la educación obligatoria y gratuita en un solo sistema educativo nacional para lograr una educación comunitaria fundada en la interculturalidad respetando la plurinacionalidad y el plurilingüismo.

Por eso las elecciones del domingo no sólo servirán para cambiar gobernantes ni un programa de gobierno, sino la propia historia. En una balanza están en juego: el poder de la prebenda, la corrupción y la política de las multinacionales contra el poder de la conciencia, de las mayorías obreras y campesinas, del cambio. Los bolivianos y bolivianas, del campo y la ciudad, tienen la palabra, la decisión y la oportunidad de levantar la bandera del socialismo, tal y como lo hizo Allende, y dar una nueva estocada al imperio, dando un paso mas hacia ese futuro posible para latinoamerica.

Por eso el domingo…Evo