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Según el ex-preso político, general Francisco Gallardo

«El Ejército se tiene que someter al Estado de derecho y a los civiles»

Fuentes: Rebelión

Cuernavaca, Morelos. México. En el libro «El gran solitario del Palacio»  del escritor René Avilés Fabila hay un cuento que narra la historia de dos militares que asisten a tomar un curso de contraguerrilla, en la parte final del entrenamiento militar a ambos soldados los envían de regreso a sus casas con la terea de […]

Cuernavaca, Morelos. México. En el libro «El gran solitario del Palacio»  del escritor René Avilés Fabila hay un cuento que narra la historia de dos militares que asisten a tomar un curso de contraguerrilla, en la parte final del entrenamiento militar a ambos soldados los envían de regreso a sus casas con la terea de leer la literatura básica de los guerrilleros y de esta manera conocer la forma de pensar del enemigo.

El primer soldado, que es joven, se dedica a leer los libros de Marx, Lenin, Trotsky, el Che, entre otros autores de izquierda, mientras que el segundo soldado, el cual casi se encuentra a punto de jubilarse, decide aprovechar el tiempo para embriagarse.

Llegado el momento para regresar a sus cuarteles y combatir al enemigo, el primero en llegar a su destacamento es el viejo militar que se dedicó a la pachanga.

Sobre el segundo militar, el joven que sí concluyó la terea de leer los libros de la guerrilla, al pasar varios meses envió una nota a sus superiores señalando que decidió levantarse en armas. Fin del cuento.

Algo parecido le sucedió al general José Francisco Gallardo Rodríguez, cuando siendo miembro del Ejército mexicano, en el año de 1979 ingresó a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, obteniendo la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública.

Con esta formación,  a finales del gobierno de Carlos Salinas de Gortari y durante todo el periodo de Ernesto Zedillo,  estuvo cumpliendo una condena de catorce años en la cárcel de las fuerzas armadas por el delito de publicar en la revista Forum una propuesta para crear la figura de un ombudsman que defendiera los derechos humanos de los militares y de la sociedad civil.

Adoptado como preso de conciencia por Amnistía Internacional, con nueve años de encierro, el general fue liberado en el año 2002 al reducirle Vicente Fox la condena impuesta por los mandos del Ejército.

Este sábado 20 de agosto en la ciudad de Cuernavaca, el general en retiro participó en calidad de ponente  en el seminario «Derechos Humanos: retos y situación actual» convocado por la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDHMOR) para celebrar su 22 aniversario.

Los temas centrales que abordó Francisco Gallardo fueron el Fuero de Guerra del Ejército Mexicano y  la Ley de Seguridad Nacional.

Sobre estas cuestiones, Gallardo se pronunció por desaparecer el Fuero de Guerra que coloca a los miembros del Ejército por encima de los tribunales civiles, sosteniendo que los militares se tienen que someter a las leyes civiles y no los civiles a los militares.

En torno a la Ley de Seguridad Nacional que se encuentran promoviendo el PRI y el PAN, el ex preso político dio a conocer la postura que presentó ante el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, la cual consiste en los siguientes puntos:

a)  No se puede aceptar una Ley de Seguridad Nacional que violente los derechos humanos.

b)  El Ejército tiene que regresar a sus cuarteles.

c)  El Congreso de la Unión tiene que someter al mando militar al Estado de derecho y al poder civil del Estado.

d) Reforma a las leyes militares, mediante la participación de la sociedad civil que permita modificar las leyes militares.

e)  Definir con la sociedad civil el perfil del militar mexicano.

f)  Modificar los planes de estudios de la educación militar.

g)  Abrogar el Fuero de Guerra.

h)  Abrogar el Estado Mayor Presidencial.

i)    Nombrar a un secretario de defensa que sea un civil.

Para el general en retiro Francisco Gallardo la idea de estas propuestas van más allá que el de crear una Ley de Seguridad Nacional, el objetivo central es el de establecer «una nueva relación civil-militar en donde el Ejército se someta al poder civil del Estado, regrese a sus cuarteles; y cumpla con su función constitucional de defensa nacional.».

Gallardo Rodríguez fue enfático al señalar que  si la «Ley de Seguridad Nacional  no tiene como eje conductor la parte dogmatica de la Constitución, que tiene que ver con el respeto de los derechos humanos y el individuo, esa ley no es una Ley de Seguridad Nacional, es una ley que va a violar más derechos humanos, y va a dejar en la impunidad todas las violaciones a los derechos humanos que han hecho las fuerzas de seguridad pública «.

Al finalizar su participación en el seminario sobre derechos humanos, sostuvo que la sociedad debería estar fraguando el procesamiento de Felipe Calderón ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad.

Bien por estas propuestas, que surgen de un general en retiro que se formó la Universidad Nacional Autónoma de México.

*El autor del artículo es Director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria  www.vozuniversitaria.org.mx

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.