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El Estado, con su poder militar, destruye la lucha en Oaxaca

Fuentes: Rebelión

1. ¿Qué queda de la lucha del pueblo de Oaxaca después de más de seis meses de batallas y sacrificios? Un ejército y una policía, en número de más de cinco mil, que ocupa el centro histórico y que ronda la ciudad día y noche. Una fuerza militar que desbarató el campamento del Zócalo, después […]

1. ¿Qué queda de la lucha del pueblo de Oaxaca después de más de seis meses de batallas y sacrificios? Un ejército y una policía, en número de más de cinco mil, que ocupa el centro histórico y que ronda la ciudad día y noche. Una fuerza militar que desbarató el campamento del Zócalo, después el de Santo domingo, destruyó la última barricada en Cinco Señores y obligó la entrega de Radio Universidad. ¿Dónde están los dirigentes-representantes de la Asamblea Popular de los Pueblos Oaxaca (APPO) y los dirigentes magisteriales de Sección 22 del CNTE? Varios asesinados, muchos en las cárceles y la mayoría de ellos y sus familiares perseguidos por el gobierno.

2. Cinco mil militares del ejército disfrazados de policía, con gran entrenamiento y con tanquetas, armas de todo tipo, jeeps, camiones, helicópteros y aviones, están a punto de sepultar un gran movimiento de masas en Oaxaca que ha durado más de seis meses, ha realizado un plantón de más de 40 mil personas durante ese tiempo y ha organizado siete grandes marchas pacíficas de más de 600 mil manifestantes cada una. Mediante el uso del terror, la represión, el encarcelamiento y el asesinato, el gobierno de Vicente Fox y el del usurpador Felipe Calderón (FECAL) han ordenado el encarcelamiento de cientos de activistas, la destrucción de barricadas y la recuperación de Radio Universidad.

3. Mientras «todo mundo» dice que su movimiento es pacífico, en tanto el pueblo y sus dirigentes no tienen más armas que sus argumentos, gritos, piedras y palos, el gobierno y los empresarios cuentan con ejércitos, policías, jueces, leyes, cárceles y con los medios de información, que en nombre de la paz impiden que los movimientos heroicos y justos como el de Oaxaca se consolide. En México hay libertad para hablar, escribir, incluso gritar, pero con la condición de que las protestas no representen ningún peligro para el poder gubernamental. Yo mismo llevo 13 años colocando un gran cartel semanal anarco-zapatista en la plaza principal de Mérida que miran los curiosos, pero nada más.

4. ¿Cómo puede defenderse un pueblo sojuzgado que sí es realmente pacífico, que vive en la miseria, la ignorancia y con gran temor a ser reprimido? ¿Cómo puede escapar un pueblo dócil de una iglesia, una escuela, de prensa, radio y televisión, que le aconsejan sometimiento, respeto a la autoridad, buenas maneras y felicidad en el más allá? Es muy difícil, no depende de la cobardía o la ignorancia. Quizá por eso mucha gente opina que si la lucha electoral sólo beneficia a partidos y políticos que hablan mucho pero que no resuelven nada y la lucha social de masas es reprimida y destruida, entonces sólo queda responder con la guerrilla. Y parece que ese camino se impondrá en México.

5. El balance de la lucha electoral de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que vivió por lo menos cuatro años, y el del movimiento de masas del pueblo de Oaxaca que en su última etapa duró seis meses, no es en realidad un triunfo. Se lograron indiscutiblemente importantes avances en la participación política y social de millones de personas, se extendió la conciencia social que se manifestó con toda dignidad, pero la histórica lucha electoral y democrática de López Obrador se ve debilitada y la de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca ha sido bárbaramente reprimida por el Estado. El pueblo las ha apoyado pero el Estado, con toda su fuerza, empieza a desaparecerlas.

6. Mientras los diputados del Frente Amplio Progresista (FAP) se acuestan con cantos y serenatas junto a la derecha panista, como alguien diría: «se pelean en el día y se cogen cariño en la noche», las fuerzas armadas en México (ejército, marina y policías), bajo las órdenes de los presidentes, saliente y entrante, Fox y Calderón, avanzan en varias entidades destruyendo lo poco que queda del movimiento democrático. Al pueblo mexicano le importa un bledo si Calderón toma o no toma posesión, si los diputados del PAN y el PRD se revuelcan en las alfombras del Congreso. El pueblo exige empleo, salarios justos, servicios de salud y de educación, freno a la corrupción.

7. La lucha electoral y pacífica de López Obrador y los partidos que lo apoyaban fue derrotada «pacíficamente» por las fuerzas del capital que obedecieron la consigna del presidente Fox de que «AMLO no deberá llegar a la Presidencia por ningún motivo». No fue un problema de errores ni nada que se le parezca. Gobierno, panistas y empresarios fabricaron video escándalos, organizaron un desafuero, impulsaron una gran campaña de terror para provocar el miedo, usaron como quisieron a los medios de información y, por último, coronaron el fraude usando al IFE y al Tribunal Electoral para consolidar el fraude negando un conteo abierto y público. ¿Se cerró la vía electoral?

8. La lucha de masas pacífica en Oaxaca fue destruida con fuerzas castrenses integradas con más de cinco mil militares y una gran campaña calumniosa de los medios de información contra la APPO. Esta organización siempre estuvo abierta a cualquier negociación y nunca sus métodos de lucha fueron violentos, con excepción de piedras, resorteras y palos que usaron para su defensa. Las cientos de organizaciones indígenas, campesinas, obreras, magisteriales y populares que integraron la APPO hicieron evidente el apoyo de la población oaxaqueña a la demanda de renuncia del gobernado priísta Ulises Ruiz. ¿Quiere esto decir que también está cerrada la vía pacífica en la lucha de masas?

9. Quizá estemos entrando, o nos estén llevando por la clase política, a un camino muy peligroso. Calderón ha nombrado un gabinete de personajes extremadamente ignorantes en lo que se refiere al conocimiento del país; pero también ha destacado a dos personajes que son muy notables por sus antecedentes en política económica y en política represiva. Cartens, el secretario de Hacienda, es un agente directo del Fondo Monetario Internacional y de los capitales estadounidenses, y Ramírez Acuña, el secretario de Gobernación, es mundialmente reconocido como un gran represor de jóvenes y estudiantes. Calderón es conocido por su mano dura y sus amenazas contra los luchadores sociales.

10. El problema es que en México si bien tuvimos con el PRI un régimen de centro-derecha que en algunas ocasiones le jugaba el dedo en boca a la izquierda, a partir de 1982, con la imposición del neoliberalismo en el mundo, el PRI y el PAN establecieron una gran alianza para imponer un régimen de derecha y ultraderecha. El triunfo de Fox sólo fue un coronamiento de esa derecha recalcitrante que buscaba consolidar e poder empresarial en el país. Por eso López Obrador estaba imposibilitado para ganar la Presidencia y los oaxaqueños para triunfar en su lucha. Mucha gente le tiene miedo al México bronco, pero es la clase dominante -empresarios, gobierno y medios- quienes se están encargando de despertarlo.