En entrevista con La Jornada Morelos, Bernardo Barranco Villafán (1954), presenta Las batallas del Estado laico: «La reforma al Artículo 24 estaba planeada para culminarla con bombo y platillo con la visita del Papa Benedicto XVI, pero no se dio, tuvo tantos accidentes y opositores, que la reforma entró por la puerta trasera, la clase […]
En entrevista con La Jornada Morelos, Bernardo Barranco Villafán (1954), presenta Las batallas del Estado laico: «La reforma al Artículo 24 estaba planeada para culminarla con bombo y platillo con la visita del Papa Benedicto XVI, pero no se dio, tuvo tantos accidentes y opositores, que la reforma entró por la puerta trasera, la clase política quedó maltratada, también la propia Iglesia católica, y los actores han cambiado». El sociólogo y colaborador de La Jornada opina: «Muchos obispos son iguales que la clase política, se les resbala cada crítica, el ejemplo más claro es Norberto Rivera, a pesar de los regaños del Papa Francisco, el cardenal asistió a la fiesta de cumpleaños de Diego Fernández de Cevallos. Pero hay un sector más pastoral que sí le hace caso al Papa Francisco, por eso me atrevo a decir que en las batallas por las leyes secundarias la Iglesia católica llegará muy diezmada en los cabildeos políticos». La reforma al Artículo 24 pretende autorizar las candidaturas de los sacerdotes, el acceso del clero a los medios de comunicación y la doctrina religiosa en la educación pública.
LJM.- Bernardo, su libro analiza la reforma al Artículo 24, cuenta cómo los políticos insertaron las demandas del clero recuperar sus privilegios y terminar con la separación entre Iglesia y Estado, ¿cuánto tiempo tardó en investigar y escribir Las batallas del Estado laico?
BBV.- Es una investigación que surge por una inquietud que yo manifesté en 2010 sobre el comportamiento de la clase política, en un encuentro de sociólogos me atreví a decir -cosa que fue muy debatida- que la clase política tendía a convertirse en una amenaza al Estado laico, mis fuentes eran lo que pasó en Jalisco con Emilio González, el «góber piadoso» dio mucho dinero para el monumento a los mártires cristeros. Esta medida creó un movimiento social muy fuerte que obligó al gobernador a echarse para atrás, en ese momento Peña Nieto era gobernador del Estado de México y viajó al Vaticano con su esposa y todos los obispos, llamó mi atención que el look de Peña Nieto se mimetizaba con el estilo panista; los colegas de la academia cuestionaron mis argumentos, pero los datos me dieron la razón, cuando se da la reforma al Artículo 24 enfoco la mirada y rastreo los antecedentes, me llevó un año y medio estudiar las discusiones en los congresos locales, no solamente es una investigación con documentación accesible, sino revisé la hemerografía de todos los Estados de la República, entré en contacto con los diferentes actores de las iglesias y en la Cámara de Diputados, fue un trabajo vasto que tardé año y medio en organizar el material.
LJM.- ¿El hilo conductor del libro es Guadalajara, por la limosna del «góber piadoso» y la oposición de la Iglesia de La Luz del Mundo?
BBV.- En cierto sentido podría ser la coincidencia que usted menciona. Al «góber piadoso» se le enfrenta una oposición muy amplia por las iglesias evangélicas -entre ellas La Luz del Mundo-, pero también por los masones, liberales, académicos, grupos feministas y priistas descontentos, fue un gran frente opositor, la medida del gobernador Emilio González recibió 6,000 demandas en diferentes tribunales, podríamos decir que Guadalajara fue el epicentro de la actitud de los gobernadores al desmantelar el Estado laico.
LJM.- En su libro denuncia que utilizaron a la Iglesia de La Luz del Mundo como cortina de humo para desviar los reflectores de la pedofilia de Maciel; y el principal opositor de la Luz del Mundo ahora es un prófugo de la justicia, ¿qué moraleja aprendimos del papel de las iglesias evangélicas ante el dominio político de la Iglesia católica?
BBV.- La Luz del Mundo se convierte en el actor más poderoso de resistencia a la reforma del Artículo 24, cuando el proyecto de ley es rasurado y deformado en la propuesta original, y se va a discusión a los congresos locales, la única oposición organizada fue La Luz del Mundo y el Foro Cívico, hacen alianzas para constituir una demostración de fuerzas que me sorprendió, tuvieron capacidad de convocatoria en Oaxaca, Veracruz, Saltillo, Puebla y Monterrey, por mencionar algunos lugares, estuvieron cabildeando, presionando y evidenciando los arreglos de la clase política con la Iglesia católica, me sorprendió la capacidad de movilización y disciplina de una Iglesia evangélica, me llevó a repensar el significado de una minoría religiosa frente a la alianza del poder político y la cúpula católica, esta alianza pone en riesgo la laicidad por intereses políticos a corto plazo, ponen en riesgo los niveles de estabilidad del país.
LJM.- Dirige el programa «Sacro y profano» en Once TV, ¿las minorías religiosas están abiertas al debate?
BBV.- Las minorías religiosas están en una actitud de apertura, es claro que muchas han estado acosadas, acotadas y estigmatizadas, también encontramos rasgos de intolerancia ante la crítica, son ultra reacios a la crítica. Hay una máxima en la sociología de la religión: «la legitimidad de las minorías religiosas no la da el número ni la cantidad o calidad, la da el poder»; el poder en el sentido amplio, los que conducen a la sociedad no ven bien a las minorías religiosas, no son aceptadas, por eso las iglesias están agrupándose en el espacio público. La tesis de fondo en mi libro es: la laicidad es un instrumento jurídico, no es una ideología, no es una postura, es un instrumento que crea el Estado moderno -por iniciativa de Benito Juárez- para que los diferentes puedan convivir en paz, con una normatividad que les permita a todos sus derechos, un Estado laico garantiza las libertades de las minorías, hay un falso dilema en el debate: «a mayor Estado laico menor libertad religiosa», la fórmula está equivocada, debe ser: «a mayor Estado laico mayor libertad religiosa», cuando la clase política comienza a dar señales de una antilaicidad el entramado de convivencias se fractura, se rompe el marco de equilibrios y las iglesias están recurriendo al espacio público para reagruparse.
LJM.- ¿Algunas iglesias protestantes pretenden hacer política siguiendo la lógica de la Iglesia católica?
BBV.- El partido Encuentro Social es muy priista, es una especie de nueva Quinta columna, porque un sector de la cúpula de la Iglesia cristiana está compitiendo con la Iglesia católica, estos grupos que históricamente habían estado cobijados por el PRI reestructuran nuevos pactos con la Iglesia pentecostés que respalda al partido político Encuentro Social.
LJM.- El libro analiza a detalle los debates en la Cámara de Diputados y los congresos locales, por la reforma al Artículo 24 y la despenalización del aborto, ¿buscará la interlocución con los legisladores?, ¿presentará su libro en el Senado?
BBV.- Por supuesto, el libro lleva un mes, lo presenté en la radio y televisión, el siguiente paso es difundirlo en medios escritos, y hacer presentaciones, me encantaría invitar al poder legislativo y dialogar con políticos, y con los miembros de la jerarquía católica; porque en la reforma del Artículo 24 no todos los obispos estuvieron de acuerdo, algunos obispos se lavaron las manos y reaccionaron muy tarde; pocos alzaron su voz, por ejemplo el obispo de Xalapa, pero otros hicieron oídos sordos y no se movilizaron; curiosamente, el actor menos activo fueron los obispos locales, pasaron inadvertidos, tengo dos hipótesis: ¿no tienen bases en la Iglesia católica, perdieron su tejido social?, y la segunda teoría: varios obispos no estaban de acuerdo con la reforma al Artículo 24.
LJM.- Llamó mi atención que citó declaraciones del obispo Raúl Vera en el diario «Zócalo de Saltillo», cuando usted publicó un libro con la extensa entrevista a monseñor Vera, ¿no tocaron el tema del Artículo 24?
BBV.- El obispo Raúl Vera ya me había comentado su postura frente a la reforma del Artículo 24, lo que hago, en lugar de citarme a mí mismo, cité al Zócalo de Saltillo; es un recurso metodológico. El obispo Vera está abierto al tema de la libertad religiosa, no estaba de acuerdo con el procedimiento, era un problema de forma.
LJM.- ¿Cómo entender la oposición del Congreso de Morelos a la reforma del Artículo 24?
BBV.- En Morelos no puedo decir que hubo un factor, creo que Morelos es muy plural políticamente, en ese sentido, prendió un eco de los principios de Benito Juárez relacionados a la separación de Iglesia y Estado, prendió el cuestionamiento de los privilegios de la Iglesia católica, los católicos anticlericales denunciaron los abusos de poder. La diócesis de Cuernavaca no fue muy activa, se lavaron las manos, aunque el obispo actual pone en evidencia que no está de acuerdo con los privilegios del poder político.
LJM.- ¿Cuándo iniciará el debate por las leyes secundarias del Artículo 24?, ¿cuál es su mayor preocupación?
BBV.- Por eso mi libro se llama «batallas» y no «guerras», la guerra no ha terminado, la clase política y la cúpula católica quedaron muy maltrechos, la reforma al Artículo 24 estaba planeada para culminarla con bombo y platillo con la visita del Papa Benedicto XVI, pero no se dio, tuvo tantos accidentes y opositores, que la reforma entró por la puerta trasera, la clase política quedó maltratada, también la propia Iglesia católica, y los actores han cambiado.
LJM.- ¿Encuentra diferencias entre los sexenios del PAN y PRI?
BBV.- No, la clase política no tiene remedio, están en función de sus intereses de largo plazo, el próximo proceso electoral, son sus fronteras, su mira es tan corta que se agota en la coordinación de la próxima elección; pero yo vería más hacia la Iglesia católica, en términos del nuevo Papa, me refiero al regaño del Papa Francisco planteó ante los obispos: «ya no quiero más acuerdos en la mesa con los políticos, no quiero príncipes, no quiero que sean seducidos por los faraones del momento», ¿qué es un príncipe y faraón?, un hombre del poder, de la clase política. Muchos obispos son iguales que la clase política, se les resbala cada crítica, el ejemplo más claro es Norberto Rivera, a pesar de los regaños del Papa Francisco, el cardenal asistió a la fiesta de cumpleaños de Diego Fernández de Cevallos (risas). Pero hay un sector más pastoral que sí le hace caso al Papa Francisco, por eso me atrevo a decir que en las batallas por las leyes secundarias la Iglesia católica llegará muy diezmada en los cabildeos políticos, me pregunto si ahora la cúpula católica exigirá la educación religiosa en las escuelas públicas, después de la zarandeada que les dio el Papa Francisco.
LJM.- Finalmente, entre las minorías religiosas está la Teología de la Liberación, ¿qué reflexión haría sobre la diócesis de Sergio Méndez Arceo?
BBV.- Cuernavaca fue uno de los puntos de vanguardia en Latinoamérica, fue uno de los referentes de anticipación, no sólo en términos de Teología de la Liberación, estoy pensando en Gregorio Lemecier cuando introduce el psicoanálisis en el monasterio; pienso en Iván Illich, representó la inteligencia en los creyentes, con una gran apertura ecuménica; y evidentemente está el compromiso del obispo Méndez Arceo. El progresismo de la diócesis de Cuernavaca va más allá de la Teología de la Liberación, es un progresismo pionero en Latinoamérica, pero los pioneros son los actores más solitarios que existen, porque van descubriendo terrenos inhóspitos en busca de tierras prometidas, corren mucho riesgo. La diócesis de Cuernavaca sufrió la soledad del pionero incomprendido, también sufrieron la represión de la cúpula católica; el obispo Méndez Arceo fue un ícono, no sólo en términos de organización pastoral a través de las comunidades de base, sino a través de la solidaridad que iba más allá del país, en Centroamérica, fue pionero del padre Alejandro Solalinde. Fue un parteaguas hasta en términos estéticos hubo avances, cómo remodelan la catedral de Cuernavaca con una estética benedictina, era una diócesis intelectual, artística y psicoanalítica.
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