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El Estado requerido

Fuentes: Rebelión

El Estado como entidad de derecho público, es una entidad soberana en una relación de supra a subordinación con los particulares cuyo objeto es velar por el bien común. (Chávez 97). Es decir, que el Estado representado por sus gobernantes en sus tres niveles de gobierno electos constitucionalmente, tiene por obligación gobernar obedeciendo, que significa […]

El Estado como entidad de derecho público, es una entidad soberana en una relación de supra a subordinación con los particulares cuyo objeto es velar por el bien común. (Chávez 97). Es decir, que el Estado representado por sus gobernantes en sus tres niveles de gobierno electos constitucionalmente, tiene por obligación gobernar obedeciendo, que significa realizar acciones públicas sujetando las mismas a lo que estrictamente la ley le permite al gobernante, por lo que no puede hacer más ni hacer menos.

Nuestra carta magna prevé sistemas de control constitucional y de legalidad, que le permite a los gobernados asegurar que sus derechos o garantías violadas, deben ser restituidos por normas exprofesamente creadas para ello. Nuestro sistema jurídico, político tiene como base la Constitución Federal que poco conocemos y poco invocamos, lo que no significa que aspiremos a vivir en una convivencia jurídicamente civilizada y es lo que empezamos a hacer, a raíz de la llegada de Andrés Manuel López Obrador, AMLO, a la Presidencia de la República .

Es cierto que durante muchos lustros atrás, hemos construido instituciones sólidas que llegaron para quedarse, pero también lo es que quienes las crearon, es decir, los partidos en el poder, no tuvieron empacho en corromperlas al grado que el sistema político mexicano por los menos en los últimos 25 años tenga síntomas de putrefacción que requieren de cirugía mayor.

Salvo excepciones como el poder judicial, el poder ejecutivo mantenía poderes meta constitucionales que doblegó al legislativo, para aprobar reformas inconstitucionales que lejos estaban de estar de cara a la nación. Llegamos incluso a hablar de la presidencia de la república como la instancia de soga y cuchillo que todo lo hacía, todo lo mandaba, pero contrario al sentir ciudadano.

El último sexenio de esta país fue desastroso que llegó a hacer uno gobierno kakistocrático, es decir el de los peores, que no pudo ser uno legítimo ni democrático porque no tuvo a la cabeza ni un político, ni un estadista, sino un hombre que no supo gobernar ni sabía que era presidente. Los presidentes de la república han sido instrumentos de otros y eso ya se acabó.

La inspiración que tiene Andrés Manuel para gobernar pensando entre otros como Benito Pablo Juárez García, parte de la obra sociológica de Juárez que termina con la restauración de la Republica (Molina 69), que bien vale re leer, como la de Zapata, Morelos, Hidalgo, Ortiz de Domínguez. Se gobierna obedeciendo.

En la dialéctica de la naturaleza el animal vive en ella, el zoom politikon la trasforma. (Basso 83). El que gobierna con dignidad, sabe que ello significa tener ideas y sentimientos elevados que se manifiestan con las palabras y con los hechos, de lo que resulta que una persona inspire por regla general, respeto y admiración. Cierto también es que AMLO gana con una ventaja de 3 a 1, lo que significa que hubo votos en contra de su proyecto, hoy llamada la 4ª trasformación haciendo alusión a la Independencia, la Revolución y la Reforma de México, que precisamente significa la restauración de la república para que viva bajo el orden constitucional y el irrestricto imperio del Estado de Derecho. Pero esos votos en contra, quedaron en las urnas para que AMLO gobierne para todos.

A seis meses de su gobierno, se la ha juzgado como si fuera su último año, como si el país se hubiera conducido como en el pasado, con corruptelas, pillos, desvíos, magnicidios, muerte. Si pudiéramos levantar el país como si arrancáramos una planta para ver sus raíces, veríamos que abajo del suelo mexicano, existe un gran daño, como si esas raíces se hubieran alimentado de aguas negras y eso es lo que vemos aun en México, una país que poco ha cambiado, pero lo está haciendo bien, por lo que debemos tener confianza en el nuevo gobierno y poner nuestro grano de arena, con acciones ciudadanas que nos dignifiquen, sin ser parte de la corrupción si como mexicanos lo fuimos algún día.

En seis meses no se pueden ver todos los cambios pero existen unos muy marcados, como PEMEX, el antihuachicol, la austeridad. Los que hoy son en los partidos perdedores oposición y no gobierno como MORENA, ven que todo está mal, que nada sirve, que nada avanza sin quitarse la pus de sus venas. Andan rumiando su amargura y nostalgia lejos del poder, porque es lo que quieren volver a tener.

EL país merece una clase política a la altura de sus circunstancias y es precisamente lo que AMLO está creando, una nueva clase política que no se arrepienta de sus acciones sino viva orgullosa de su presente y futuro de sus hijos. Los ciudadanos tenemos una obligación para con México y nuestros hijos, hacer que sean buenos ciudadanos, porque por ejemplo independientemente de que se combata la corrupción y la inseguridad pública, no son extraterrestres quienes violan la ley o delinquen, sino mexicanos que algún día fueron niños, con padres desobligados e irresponsables. El que nunca miró en las drogas y la delincuencia a la edad del que escribe, no lo hizo porque tuvo el valor de ver la vida con honor y respetar a los demás. A eso estamos obligados todos.

Con la tercera edad a cuestas, AMLO sabe que no basta gobernar bien, ni restaurar la republica e instituciones, sino dejar la semilla de una nueva clase política mexicana honesta y con visión de estadista.

Darle un voz de confianza a AMLO y su gobierno es darnos un voto de confianza todos, para que cada quien coloque su ladrillo en la construcción presente y futura de este gran país, nuestro México. No es este un artículo de alabaza, sino una reflexión de debe tomarla quien quiera. El odio y la bajeza de otros no son el odio ni bajeza de la mayoría de los mexicanos. Este país no es nuestro, sino de los hijos, de los hijos, de los hijos de nuestros hijos. Actuemos.  

Rafael Marín Marín es Presidente del Colegio de Profesionales y Técnicos de Veracruz. COLPROTVER y, Delegado del Instituto Nacional para la Celebración del Día del Abogado. INCDA.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.