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El éxito del Paro, la reacción macrista y el futuro

Fuentes: Rebelión

El paro nacional del 6 de abril fue contundente y masivo. Una clara respuesta de repudio a las políticas económicas y sociales a favor de los sectores del poder económico concentrado. Previo al paro, una frase de su intervención en una asamblea gremial de un dirigente del gremio taxista  suscito la reacción encendida, hipócrita, masivamente […]

El paro nacional del 6 de abril fue contundente y masivo. Una clara respuesta de repudio a las políticas económicas y sociales a favor de los sectores del poder económico concentrado.

Previo al paro, una frase de su intervención en una asamblea gremial de un dirigente del gremio taxista  suscito la reacción encendida, hipócrita, masivamente reproducida para ampliar sus repercusiones y tomada de manera sorprendentemente rápida por un sector de la justicia, para abrir 7 causas en distintos juzgados.

La actitud de los medios de comunicación concentrados, de una parte de la justicia, de la mano de los servicios, los trols y el gobierno que la impulsan, se inscribe en una campaña antiobrera, antipopular y antisindical para intentar frenar el crecimiento en flecha de las luchas contra esas políticas a la que se lanzó el gobierno nacional.

Este intento de aprovechar una frase aislada sin que se halla concretado en acción alguna, va en la línea de justificar las amenazas a los docentes y sus gremios hechas desde el propio poder político (entre ellas las de muerte para el compañero Baradel y su familia, con origen en los servicios y sobre las que nadie investigó) , las de aplicar multas multimillonarias y pérdida de personería, en la convocatoria a «voluntarios» para ocupar sus lugares en las aulas, el pedido de juicio político a los jueces que cumpliendo la ley confirmaron la paritaria bancaria o a la jueza que intimó al Ministro Bulrich a cumplir la ley y convocar la paritaria docente, el desconocimiento de leyes que protegen derechos de los trabajadores, son algunos de ellos.

Que decir de la verdadera incitación a la violencia que salió de la boca del propio Presidente con su insulto y descalificación, que despreció la conciencia e inteligencia de los trabajadores, caracterizando, casi como ganado, a los millones de argentinos que marcharon durante el mes de marzo, acusándolos que se movilizan porque los llevan en micros y «por un choripán». Con anterioridad, y nada menos que en su discurso ante el Parlamento, había expresado que «Baradel podía defenderse solo» y posteriormente, en declaraciones públicas,  afirmó el carácter «mafioso» de los sindicatos y sus dirigentes y expresó sin medias tintas su decisión de liquidarlos.  El adalid del siglo XXl nos regresó y sin etapas al siglo XIX.

No quedan dudas que detrás de estas declaraciones del Presidente, a las que sumaron más tarde otros funcionarios, solo hay intención política amenazante para frenar las luchas, una elevada dosis de macartismo y también hipocresía porque con algunos de esos mismos dirigentes, caso Pereyra (petroleros), Lingeri (Obras Sanitarias), Martínez (UOCRA), Rodríguez (UPCN), unos días antes, había establecido acuerdos públicos sin ruborizarse.

Con estos dirigentes sindicales el Presidente y sus Ministros dialogaron sin problemas durante más de un año con promesas y acuerdos incumplidos. La realidad es que el verdadero objetivo de Macri no es, ni en sueño, que se cambien estos dirigentes por otros combativos, honestos, luchadores, el objetivo verdadero son los Sindicatos como organización de los trabajadores para defender sus conquistas y luchar por sus reivindicaciones, para materializar la pretensión de bajar salarios, «trabajar sábado y domingo», flexibilizar y precarizar el trabajo, disminuir las «cargas sociales». Necesitan arrodillar al movimiento obrero, liquidar o licuar el poder de sus organizaciones para sus aspiraciones de lograr «inversiones» en un mundo capitalista sumergido en una crisis global que solo exporta capital financiero y bienes de consumo a precios de dumping.       

Ahora bien, si hablamos de mafiosos de verdad, antes de buscar la paja en el ojo ajeno el Presidente debería revisar sus antecedentes y los de su familia que se asimilan muchos más a la caracterización que le adjudica a otros:

Su currículo o prontuario, como se lo quiera denominar incluye: malversaciones y procesamientos en 1982 por seguros de cambio con un monto de 172 millones de dólares, sobreprecios en la represa de Yacireta, el contrato leonino por las cloacas de Morón en 1988,  irregularidades en la compra de tierras en Santiago del Estero en 1989, las brutales irregularidades en la concesión a Manliba en la CABA en 1979, la importación ilegal de autos desde el Uruguay en 1994, el contrabando de autopartes en 1997, el desvío de fondos en el Club Boca Juniors en 1997, las acusaciones, abrumadas de pruebas, sobre coimas a su «hermano» Arribas, Jefe de la AFI, con antecedentes de negocios igual de turbios por la venta de jugadores de futbol, por la quiebra y el tendal de empleados despedidos del Correo y más tarde el intento de licuación de las deudas de esa empresa ante el Estado Nacional desde los dos lados del mostrador, hecho por el cual fue sorprendido con las manos en la masa, por fuga de capitales en el 2001, por su estrecha relación con el «Fino» Palacios procesado por encubrimiento en el juicio AMIA a quien llevó primero como Jefe de Seguridad de Boca y más tarde como Jefe de Policía de la CABA, en caso de las espías ilegales desde el GCBA que tiene a varios de sus funcionarios procesados, por los Panamá papers y la lista sigue.

Esta ofensiva «cultural» es acompañada por una intensificación de la represión a las luchas, desalojo de los obreros de la planta gráfica de Clarín, gases, palos y detenciones en la Panamericana a una movilización que incluso respetaba la circulación vehicular, la salvaje represión a los docentes en Plaza Congreso, la compra de nuevas armas eléctricas para la represión callejera de los «negros, vagos, villeros y piqueteros», caracterización que han instalado para los sectores populares más hambreados de la sociedad.

En estos mismos días, un allanamiento a un barrio de Isla Maciel termino con una menor de 16 años esposada y abandonada en su domicilio con el padre preso, una patota policial con un funcionario del Municipio al frente, entro con gases y palos a un comedor del barrio de Caraza en Lanús, secuestro y torturó a dos jóvenes y provocó la pérdida del embarazo por golpes de una mujer que atendía el comedor.

Al mismo tiempo, durante el desarrollo del «famoso» 1 A la televisión pudo registrar decenas de declaraciones de manifestantes de los sectores medios altos de la sociedad, muchos de ellos nostálgicos de la dictadura, por el retorno a los métodos genocidas, pidiendo sangre y muerte para la oposición y los manifestantes que colmaron calles y plazas en el mes de marzo y una de ellos expuso ante las cámaras impunemente un cartel expresando que: «los desaparecidos estaban bien desaparecidos». El Presidente se congratuló con esa manifestación «democrática» apañando de hecho esas declaraciones públicas. Los mismos juzgados que actúan con la velocidad de un rayo contra dirigentes y militantes obreros o populares, miran para otro lado e ignoraron tamañas declaraciones y acciones concretas de violencia.

Esas manifestaciones desde el poder político les dan carta blanca a las fuerzas represivas para golpear, gasear y reprimir manifestaciones de trabajadores y sectores populares desconociendo derechos constitucionales. No es casual que la jueza que aprobó la represión en la Panamericana cuando la manifestación se disolvía sea Arroyo Salgado la ex mujer del fiscal Nisman , lo que da derecho a pensar ¿Cuál será el límite, si es que lo hay, para tratar de acallar la voz del pueblo?

El mismo día del paro, en una reunión con empresarios internacionales, no tuvo mejor idea que provocar arrancando su discurso con una sonrisa socarrona con un «Buenos días, que bueno es que estemos trabajando». ¿Hay algo más hipócrita que esta manifestación de alguien que siempre vivo del bolsillo del padre y de la teta del Estado, que tiene el record de ausencias cuando fue diputado y que en año y medio de mandato lleva 72 días de vacaciones?

Si la manifestación del 1 A, aunque incomparablemente menor a las que con más de 1 millón de personas se desarrollaron en marzo, le dio un bocanada de aire a Macri y sus Ceos para redoblar la apuesta con su plan de entrega, miseria y desocupación, debemos hacer que les dure lo que un suspiro.

Si este paro no alcanza, y creo que no va a alcanzar, el camino, y no hay otro, será multiplicar con decisión, coraje e inteligencia todas las luchas y la unidad de acción para hacerlas más potentes y contundentes, cosa que no será sencilla pues muchos de los dirigentes cegetistas lanzaron el paro forzados por la presión de abajo, de sus propias bases, y su concepción del mismo fue la de abrir una válvula de escape a esa presión.

Pero esta decisión sería incompleta si no logramos concluir, entre quienes resistimos de verdad  esta política de entrega, de superexplotación y miseria que se ha desplegado, en un programa común de claro contenido liberador, de profundas modificaciones políticas, económicas y sociales, con referentes que garanticen el respeto al mismo, que pueda expresar en las urnas con toda claridad una nueva relación de fuerzas y  un proyecto de país soberano, independiente, democrático e igualitario, antes de que estos tipos dejen la Argentina como tierra arrasada, quebrada e hipotecada, situación de la que después será más complicado y difícil salir.

Esa es la tarea de la hora.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.