El presidente argentino Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Economía y precandidato presidencial, Sergio Massa, inauguraron el día de la independencia el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) con el reconocimiento de medidas relevantes para el desarrollo de la obra, como la nacionalización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y la sanción del Aporte Solidario y Extraordinario a las Grandes Fortunas.
El Gasoducto tiene una extensión de 573 kilómetros y conecta Tratayén (Neuquén), con Salliqueló (Buenos Aires). La intención oficial es continuar con el segundo tramo que abarca el trayecto que va de Salliqueló (Buenos Aires) a San Jerónimo (Santa Fe). Ofrecerá una gran capacidad de abastecimiento interno con orientación a sustitución de importaciones, es decir, evitando el ingreso de buques de GNL que son muy costosos en divisas para la Argentina. Y a esto se añaden los objetivos de exportación.
“Habrá muchas caras felices cuando usted abra las llaves del Gasoducto: sepa que no serán las mismas caras de nuestras familias que sin gas y sin agua vemos cómo se agita una felicidad y beneficios que no llegan a nuestros territorios arrasados”, señalaron desde la Confederación Mapuche de Neuquén. El gasoducto es el pretendido chaleco salvavidas de una administración que pone todas sus fichas en el relato de la soberanía y el desarrollo productivo para renovarse en octubre próximo.
Claudia Aboaf, escritora y representante dela colectivo Mira Socioambiental, expresó que “este despliegue geopolítico y financiero es pan para hoy y colapso socioambiental para mañana, es como festejar en medio el velorio del planeta”. En Argentina no hay plataforma política, de cara a las elecciones próximas, que tenga un plan de descarbonización. Aquí, nadie con responsabilidad de gobernar el destino del país piensa más allá de su mandato”, sentenció.
“¿Por qué no dan una solución a los basureros a cielo abierto, a los piletones de residuos petroleros abandonados, antes, o junto con esta inversión veloz y millonaria? Se están generando contextos tóxicos a la par de los dólares. Es indudable que habrá ingresos de divisas al país, aunque dudo seriamente de la distribución de esas divisas. ¿Dólares para qué y para quién?, cuestionó Aboaf.
Además del deterioro del territorio por la contaminación de cursos de agua y napas freáticas, los riesgos ambientales y la masculinización del empleo, el gasoducto genera tensiones familiares. Vaca Muerta es un claro ejemplo de cómo el extractivismo produce ecosistemas frágiles, desplazamientos de pueblos originarios, y vecindades sin agua y con graves problemas de salud.
Fracking en Vaca Muerta
Mientras, la producción de gas en Vaca Muerta viene batiendo récords, pero está limitada por los cuellos de botella en el transporte, y la obra apunta a resolver el escollo, así como reducir las importaciones de gas que demandan dólares.
“Vaca Muerta es un megaproyecto de explotación de hidrocarburos no convencionales con la cuestionada técnica del fracking. Estamos a punto de que cumpla 10 años de existencia formal, el 28 de agosto, y a diciembre del 2022 ya tenía 2620 pozos perforados con orientación a la formación geológica, esta roca madre de más de 30 mil km2”, recordó Martín Álvarez Mullally, investigador del Observatorio Petrolero Sur.
Vaca Muerta es una nueva frontera, así como todo lo que es la explotación offshore que se quiere hacer en la costa Atlántica en el Mar Argentino”, agregó el investigador. Tiene su balanza comercial negativa (13 mil millones de dólares en rojo entre 2020 y 2022) y se lleva más dólares de los que ingresa. Además, unos seis mil millones se fugan por distintos mecanismos que las compañías tienen para llevarse los dólares.
Para Álvarez Mullally, Vaca Muerta no sólo no está entregando los dólares sino que se lleva además dolarizado lo que están recibiendo muchas compañías en subsidios. Añade que la fosilización hace que estemos ante un horizonte de futuro bastante grave: “Cuando las compañías no perforen más, no les sea rentable, la caída va a ser muy grande y la energía se puede transformar en un lujo”.
Los beneficiarios
“Estamos viendo que los Estados han decidido avanzar sobre esas fronteras y que son las empresas las que lo están impulsando, inclusive traccionando, y muchas veces logrando acceder a beneficios de incentivos de inversiones sumamente altos, que vienen a ser grandes subsidios para las petroleras, distintos programas de incentivos, transferencias, incluso muchas exenciones impositivas”, precisó Mullally.
El gasoducto es un tramo central del plan integral Transport.AR. Las principales empresas productoras de gas en Vaca Muerta son Tecpetrol, Total Austral, YPF, Pan American Energy (PAE), Pampa Energía y Pluspetrol.
En la construcción de la obra fueron beneficiadas empresas que también son productoras de gas: Techint y Pampa Energía. Tecpetrol, es el brazo petrolero del Grupo Techint, mismo que estuvo a cargo de proveer los caños del gasoducto. Además, el gobierno le adjudicó a Transportadora Gas del Sur (TGS) -controlada por Pampa Energía y la familia Sielecki.- el servicio de su operación y mantenimiento.
El mandatario señaló que «Pudimos hacer este gasoducto con recursos nuestros, empresas argentinas y trabajadores argentinos, que nos está garantizando que el gas llegue a los lugares de desarrollo que más lo necesitan».
El economista Horacio Rovelli destaca que el gasoducto “es importantísimo”, y destacó que “el problema es que sigue y terminará en San Pablo, Brasil. Entonces, si no se subsidia el precio para su uso en el mercado interno se internacionalizará su precio, allí puede comenzar nuestro padecimiento. San Pablo paga el millón de BTU exactamente el doble que nosotros ahora”.
“El gobierno anuncia con bombos y platillos un gasoducto que llega tres años tarde y cuya demora le costó a la Argentina más de 5.000 millones de dólares”, escribió en sus redes sociales el expresidente neoliberal Mauricio Macri, intentando capitalizar la inauguración del gasoducto. Le respondieron que omitió mencionar que durante su gobierno no hicieron un metro del tendido y votaron en contra de hitos como la estatización de YPF y el aporte solidario de las grandes fortunas.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner cuestionó los dichos de Macri, quien le había restado importancia a la inauguración del gasoducto. “Ahora se entiende por qué su mamá lo castigaba por mentir”, aseguró. Macri había avanzado con la licitación de este gasoducto durante el último año de su mandato. En julio de 2019 convocó a la construcción del proyecto y el otorgamiento de una licencia de operación por 35 años. La licitación fue postergada varias veces hasta el 31 de marzo de 2020 debido al descalabro económico de su gobierno neoliberal.
Con el dólar oficial desatado, no había manera de garantizar el financiamiento. Por eso la licitación se postergó. Se trataba de una licitación bajo la modalidad Público Privado que otorgaba una concesión por 27 años y apuntaba básicamente a la exportación, olvidando el objetivo de garantizar la provisión para la industria nacional.
La inauguración del gasoducto resuelve parcialmente uno de los cuellos de botella de la producción de hidrocarburos en los sureños yacimientos de Vaca Muerta y permite mejorar la balanza comercial energética. Al ampliar la capacidad de transporte, se podrá incrementar la producción de gas proveniente de Vaca Muerta, que viene de batir un nuevo récord en mayo, alcanzando los 57,3 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d).
El gasoducto sumará en lo inmediato capacidad para evacuar otros 11 MMm3/d, y disminuir en esa medida importaciones de Gas Natural Licuado (GNL), que en invierno llegan a los 40 MMm3/d (millones de metros cúbicos por día). Se prevé, a su vez, producir más petróleo, ya que en muchos casos ambos hidrocarburos surgen de los mismos pozos.
En el caso del crudo, las exportaciones de Vaca Muerta vienen en aumento, y se espera que crezcan aún más tras la reactivación del Oleoducto Trasandino (Otasa).
Al principal empresario de energía, Marcelo Mindlin, amigo de todos pero especialmente del ministro de Economía y candidato presidecial Sergio Massa, fue parte de los 1.800 millones de dólares por la construcción de la obra, a través de SACDE, del grupo Pampa Energía, que tendrá a su cargo, también, la operación y mantenimiento, a través de TGS, empresa en la que se asocia con el grupo Sielecki.
Para la construcción y montaje, SACDE se asoció al grupo Techint, que a su vez fue el único proveedor de los caños, por 700 millones de dólares, a través de Siat – Tenaris, que a su vez, importó las chapas de acero fabricadas por otra empresa controlada por Techint en Brasil.
También se benefició la empresa Tecpetrol, la petrolera del grupo Techint, de Paolo Rocca, que al igual que Pampa Energía, será proveedora del gas que transportará el GPNK. Junto con Pan American Energy (controlada por el grupo Bulgheroni, la inglesa BP y la china Cnooc), acapararán la enorme mayoría de su capacidad de transporte.
A la caza de divisas
Aunque intenten presentar al GPNK como una conquista arrancada al Fondo Monetario Internacional (FMI), lo cierto es que el organismo alienta el extractivismo para «generar divisas». En su revisión de junio de 2022 destacó la necesidad de “facilitar la construcción del gasoducto que conecta las vastas reservas (…) de Vaca Muerta».
El Fondo impone y el consenso extractivista acepta que el rol de Argentina sea el de exportador de materias primas, y que al gran capital imperialista se le garanticen los dólares para (su) desarrollo, señala laizquierdadiario. Guillermo Michell, la autoridad máxima de la Dirección General de Aduanas: «al FMI le vamos a pagar con los dólares que genere el gasoducto».
Las empresas del sector también fueron beneficiadas por el gobierno con los subsidios del Plan Gas, y un régimen que les permite disponer de divisas en una proporción vinculada a la producción incremental. Una de las primeras leyes impulsadas por el Gobierno fue la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva que redujo los derechos a la exportación de hidrocarburos de un 12% a un 8%, en un gesto hacia los gobernadores petroleros y las empresas con proyectos extractivistas en Vaca Muerta.
En 2022 las importaciones de combustibles y lubricantes aumentaron un 120% en relación a 2021 por el impacto de la guerra en Ucrania, según datos oficiales. Entre 2016 y 2021 este rubro significó el 9% en promedio del total de las importaciones y en 2022 ascendió a 16% del total. En los primeros cinco meses del año las importaciones de combustibles alcanzaron 3.455 millones de dólares, el 11% del total.
El Gobierno aspira con el gasoducto a una sustitución de importaciones y un ahorro de 2.200 millones de dólares para 2023 y de 4.200 millones de dólares a partir de 2024. Es decir, para el año próximo se ahorraría alrededor de un tercio de lo importado en 2022.
El problema es que a pesar del superávit comercial hay un flujo permanente de dólares que salen por otras ventanillas como la fuga de capitales legal y la no declarada con maniobras de las empresas y complicidad de los bancos, los pagos de la deuda externa (pública y privada) y por los envíos de las ganancias hacia sus casas centrales por parte de las compañías extranjeras que operan en el país.
En los últimos cuatro gobiernos, entre 2003 y 2019, la fuga alcanzó una suma cercana al saldo comercial positivo.Entre 2003 y 2015 se fueron 100.000 millones de dólares y otros 86.000 millones durante el gobierno neoliberal de Mauricio Macri. Vale recordar que varias de las empresas involucradas en el negocio del gasoducto estuvieron entre las cien que fugaron dólares durante el macrismo como Techint, Pampa Energía, Transportadora del Gas del Sur, entre otras del sector.
El peso de la remisión de utilidades es importante porque la estructura económica argentina está extranjerizada y hay un dominio del capital extranjero sobre los núcleos estratégicos (agronegocio, hidrocarburos) de la economía. Según la última Encuesta Nacional a Grandes empresas 2021, del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, muestra que, entre las 500 grandes empresas, 304 son con participación extranjera y solo 196 de capital nacional.
Claudio Della Croce es economista y docente argentino. Álvaro Verzi Rangel es sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia. Ambos ainvestigadores y analistas del Centro latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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