El presidente Evo Morales dejó ayer en manos de su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, la futura relación política bilateral por el tema del precio del gas a tiempo de advertir que no subvencionará más a Brasil. «Siento que el precio del gas está en manos del Presidente de Brasil, pero quiero reiterar […]
El presidente Evo Morales dejó ayer en manos de su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, la futura relación política bilateral por el tema del precio del gas a tiempo de advertir que no subvencionará más a Brasil.
«Siento que el precio del gas está en manos del Presidente de Brasil, pero quiero reiterar que un país pobre como Bolivia no subvencionará a un país tan rico» (como es Brasil), dijo Morales en conferencia de prensa.
Morales manifestó que está decidido a reafirmar las exigencias que planteó durante la última cumbre del Mercosur, en enero.
«No es posible que estemos vendiendo por 5 dólares el millón de BTU (unidad térmica británica por sus siglas en ingles) a Argentina y por 1,90 a Brasil», le reprochó en aquella ocasión a Lula.
«Tengo mucha esperanza y estoy casi seguro que el compañero Lula no puede permitir esta clase de políticas, subvención de un país subdesarrollado a un país rico», enfatizó el Jefe de Estado a tiempo de informar que en una comunicación Lula le dijo que está dispuesto a resolver este conflicto pero que necesitaba un poco de tiempo.
Según Morales, la Cancillería junto al equipo de hidrocarburos están llevando adelante las negociaciones para incrementar el precio del gas, además que discuten el tema de diesel ecológico y orgánico.
«Brasil avanza en muchos temas pero eso será un debate entre ministros de Agricultura tanto de Bolivia como de Brasil», señaló.
Manifestó que no es un asunto de «generosidad» o «solidaridad», sino que Brasil pague «un precio real» por los 26 millones de metros cúbicos que diariamente Bolivia vende a ese país, ya que un aumento en el precio permitirá al Estado obtener 300 millones de dólares adicionales al año «para resolver problemas sociales y económicos».
Brasil paga actualmente menos de 4 dólares por cada millón de unidades térmicas británicas (BTU) con base en un contrato que data de fines de los años 90 y por el cual los precios se ajustan trimestralmente. Bolivia aspira a que su mayor socio comercial pague 5 dólares por millón de BTU.