Al final, todos nos acurrucamos para dormir Más de cinco mil muertos según cifras oficiales, son los que deja la administración saliente del mexicano Estado de Veracruz, en el Golfo de México, 19 periodistas asesinados y muchos que se exiliaron o huyeron por temor a las represalias por parte del gobierno de Javier Duarte de […]
Más de cinco mil muertos según cifras oficiales, son los que deja la administración saliente del mexicano Estado de Veracruz, en el Golfo de México, 19 periodistas asesinados y muchos que se exiliaron o huyeron por temor a las represalias por parte del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, secuestros, extorsiones y un largo etcétera que disparó el índice de criminalidad, aunado a una brutal represión de que fueron objeto los casi 8 millones de ciudadanos que habitan en esa parte de la geografía mexicana, se suman a una increíble deuda que, se presume, en más de 200 mil MDP (10 billones de dólares aproximadamente) es parte de lo que tendrá que enfrentar al asumir la gubernatura de dicha entidad, el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares.
Un cierre de mes en el que privan las protestas sociales, los bloqueos por falta de pago, la falta de liquidez y de recursos para hacer las cosas, así como también, la falta de obra pública e infraestructura en prácticamente todos los rubros, hacen de este Estado, paradójicamente, uno de los más ricos y al mismo tiempo, más pobres y peligrosos del país.
La transición que está a punto de vivirse en ese lugar pondrá de manifiesto la buena voluntad de la clase política de trabajar por y para los veracruzanos o simplemente, el revanchismo político que fue, durante todo el proceso de campaña electoral, que fue lo que privó y que llevó al Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la debacle que hoy lo tiene al borde de la desaparición como partido político.
«No será fácil asumir el control de la administración pública estatal para el gobernador electo», declaró el diputado local Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, sin embargo, la gente que colaborará con él en la reconstrucción de la entidad, es gente que sabe que dos años son muy pocos para lograr rescatar una extensión tan grande de la ruina en la que se encuentra «porque es más difícil reconstruir que construir».
Y efectivamente, en los últimos 12 años de gobierno priista en Veracruz «La Docena trágica», el enriquecimiento de los administradores de los recursos públicos estatales y muchos de los 212 administradores de los recursos públicos municipales, en su mayoría emanados del Revolucionario Institucional, se enriquecieron indiscriminadamente, dejando tras de ellos, un rastro de miseria, luto, temor y odio que, finalmente, fue lo que desencadenó que la gente, en las pasadas elecciones del 5 de Junio, saliera a votar por un cambio que hiciera posible un avance en todos los órdenes para esa tierra.
Miguel Ángel Yunes Linares, emanado de la alianza PAN – PRD (derecha e izquierda) quien ha sido uno de los candidatos con más ataques mediáticos por diversos motivos, incluyendo estos la pederastia y el enriquecimiento ilícito, situaciones ambas que no se han podido comprobar más que en papel, se enfrentará a:
Primero, la amenaza de que no lo dejarán asumir la gubernatura, por parte de diversos grupos sociales, por supuesto, del PRI y,
Ssegundo: un terrible desastre financiero, político, de seguridad pública y social, desempleo, desapariciones forzadas, crimen organizado, amén de la falta de infraestructura pública que se debió haber hecho en su momento, sin contar la reparación de diversos daños que, debido al gran saqueo económico por parte de los actores políticos en el poder, no se ha hecho en tiempo y forma pero, sobre todo, a un enorme descontento social que, por lo menos, en la capital del Estado, parece que mantienen a Veracruz al borde de la desobediencia civil o en el peor de los escenarios, al borde de un levantamiento armado pues, la situación que ha dejado tras de sí el gobernador con licencia de la entidad, mantiene en vilo a la población y con la urgentísima necesidad de comenzar de inmediato a trabajar para reparar los daños y contener lo que, de acuerdo a lo que se ve, podría ser un estallido social de magnitudes sin precedentes en la historiografía veracruzana.
Definitivamente, Yunes Linares no la tiene fácil, pero si ganó una elección muy reñida y judicializada por quienes pretendían mantenerse en el poder, los veracruzanos esperan de él, lo mejor de quien ha sido un funcionario público prácticamente toda su vida, antes de que suceda lo peor, gracias a quienes, asumieron el poder pensando en el beneficio personal y lo demostraron en los hechos.
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