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Asunción de Evo Morales a la Presidencia de Bolivia

El gran día ha llegado (Uka jacha uru jutasjiway)

Fuentes: Wayruro

«El socialismo ordena y define las reivindicaciones de las masas, de la clase trabajadora. (Y en el Perú) las masas, la clase trabajadora son en sus cuatro quintas partes indígenas. Nuestro socialismo no sería pues, peruano, ni sería socialismo si no se solidarizase, primeramente, con las reivindicaciones indígenas» José Carlos Mariátegui La asunción de Evo […]

«El socialismo ordena y define las reivindicaciones de las masas,

de la clase trabajadora. (Y en el Perú) las masas,

la clase trabajadora son en sus cuatro quintas partes indígenas. Nuestro

socialismo no sería pues, peruano, ni sería socialismo si no se solidarizase,

primeramente, con las reivindicaciones indígenas»

José Carlos Mariátegui

La asunción de Evo Morales a la presidencia de Bolivia, constituye el punto mas alto de un proceso de acumulación de fuerzas, a nivel indígena y popular, que podría rastrearse desde mediados del siglo XX.

Según el Censo de 2001 los pueblos indígenas (compuestos por treinta y seis grupos lingüísticos) cuya ascendencia se remonta a las sociedades precoloniales, constituyen alrededor del 60% de la población boliviana, siendo los pueblos de habla Aymara y Quechua de la sierra los mas fuertes (con porcentajes del 25% y 33% respectivamente).

El estado oligárquico que dominaba Bolivia desde principios del siglo XX tuvo en los grandes barones de la minería y en la clase terrateniente a sus máximos referentes y detentadores del poder, estos profundizaron un modelo de explotación que entro en crisis hacia 1952 con la llamada «Revolución Nacional» que modifico el carácter del estado, y abrió brechas para los sectores populares al realizar una (incompleta) reforma agraria, y desarrollar una política que podríamos definir como capitalismo de estado. Este capitalismo se basaba, a grandes rasgos, en el que el poder pasaba de una minoría oligárquica vinculada a la minería, a un estado en disputa, en el si bien el poder lo tenia una minoría blanca gobernante, se comenzaban a escuchar otras voces, principalmente las que provenían de los socavones mineros y su poderosa vanguardia obrera, y desde los campesinos indígenas y sus todavía modestas organizaciones sindicales.

La revolución nacional intento instrumentar importantes cambios como la nacionalización de las minas, la transformación del ejército y la creación de milicias populares, una modesta reforma agraria y educativa, y un hecho importante a nivel ciudadano la universalización del voto, por primera vez los indígenas podían insertarse en la política a través de la elecciones… esto en un marco de enfrentamientos y tensiones .

Llevo algo mas de 50 años, pero un 21 de enero de 2006 un indígena llega a la presidencia por el voto mayoritario y popular de los bolivianos, algo impensado por aquel entonces.


El Estado Neoliberal

Hasta mediados de la década de los 80s y con la vuelta de la democracia, luego de varios gobiernos golpistas, la política asume su rostro neoliberal, al igual que en la mayoría de los gobiernos latinoamericanos, es decir una economía de mercado, de «libre regulación», donde el estado se achica en funciones y protagonismo, y solo interviene, (en el mejor de los casos), para negociar o reprimir las tensiones al interior de la sociedad. Las denominadas medidas de ajuste estructural estuvieron destinadas a controlar la inflación, mediante una disminución del gasto fiscal basado en el despido masivo de empleados del sector público, congelamiento de los salarios, aumento tributario y de los combustibles, reestructuración o venta de las empresas públicas y de la banca estatal, reducción de los gastos en inversión social: salud, vivienda, educación, etc…

El peso de los conflictos fue girando, desde el sector minero al agrario, en la medida que perdió peso la minería en la economía nacional y se redujo notablemente la cantidad de mineros, se comienza a observar que desde la promulgación de la Ley 1008 (Ley de la coca y sustancias controladas) se comienza a intervenir fuertemente reprimiendo y penalizando a los campesinos productores de coca, sobre todo en la zona del Chapare cochabambino, lo que impulsa nuevas formas de organización y de lucha, mediante bloqueos y largas caminatas desde Cochabamba hacia La Paz, reclamando por el cese de la represión, la defensa de los derechos humanos e indígenas y el libre cultivo de la «hoja sagrada».

Hacia 1995, las organizaciones campesinas e indígenas deciden en un congreso de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) [1] construir una herramienta política que dispute el poder en Bolivia, este instrumento se llamo «Asamblea por la Soberanía de los Pueblos – ASP» y se adscribió a partidos ya inscriptos a nivel electoral, primero a la Izquierda Unida y luego al Mas.

En la medida que sobre fines de los años 90s se recrudece la política de erradicación de las hojas de coca, impulsada por los EEUU, y se criminaliza al campesinado productor, crece y se extiende por toda Bolivia el sentimiento popular de que se criminaliza a las victimas en beneficio de un modelo de estado y sociedad en el que solo alcanzan a vivir dignamente menos de un tercio de la población (recordemos que Bolivia es uno de los países con peor índice de desarrollo humano de Sudamérica con una pobreza que alcanza a las del 60 % de la población y que es áreas rurales supera el 90%).

Frente a la consolidación, en los años 90s, de una política neoliberal agresiva que propone la «integración» y la «asimilación» a los pueblos originarios, es decir su desaparición en tanto tales, en toda Latinoamérica surge con fuerza una eclosión de movimientos indígenas cada vez más fuertes y más protagónicos, Ecuador, México (Chiapas), Guatemala, Bolivia por nombrar solo algunos de los países, presentan batalla a un modelo que los excluye y los pretende condenar a otros 500 años de miseria y desamparo.


El protagonismo político de Evo Morales .

«La campaña de 500 años de resistencia indígena

y popular no ha sido en vano…

estamos acá para decir que llegamos al poder…

para acabar con la injusticia, la desigualdad,

la opresión a la que hemos sido sometidos»

Evo Morales

(Discurso de asunción presidencial)

El hoy presidente boliviano nació en el caserío de Isallavi cerca del lago Poopó en Oruro, en el altiplano de ese país a mas de 4.000 metros sobre el nivel del mar, su historia es la historia de millones de indígenas bolivianos, hijo de la pobreza 4 de sus 7 hermanos murieron de niños por falta de alimentación y atención médica, ya siendo un joven acompaño a sus padres a la zafra azucarera Argentina, en la provincia de Jujuy, donde miles de trabajadores golondrinas bolivianos levantaban la caña año a año, luego migro al Chapare, cuna de las plantaciones cocaleras, donde comenzó a tener los primeros enfrentamientos con la policía y donde empezó a forjar su liderazgo ya hacia los años 80s, llegando a los noventas como un líder indiscutido de los campesinos e indígenas del Chapare cochabambino.

Evo Morales gana una banca como diputado en el año 1997. Hacia el año 2000 y como parte de estas luchas contra el estado neoliberal, se logra mediante la denominada «Guerra del Agua» volver atrás con la privatización y la suba de tarifas de agua en la ciudad de Cochabamba. Luego de mas de tres meses de bloqueos y movilizaciones, en las que participaron amplias franjas de la sociedad con una masiva aprobación, se logro que el servicio de agua potable regrese al estado y no se aumenten las tarifas.

La deslegitimación de los partidos tradicionales se profundiza cuando en el año 2002, el siendo diputado «cocalero», es expulsado de la Cámara de Diputados, por defender la lucha campesina, y según dichos de los diputados que votaron el desafuero por «instigar al crimen». Evo Morales lanza entonces su candidatura a presidente de Bolivia, candidatura que es objetada por el embajador en Bolivia de los EEUU, pero que llega a consolidar un importante electorado siendo la segunda fuerza nacional, y obteniendo su partido (el Mas) numerosas alcaldías y cargos electivos.

La asunción de Sánchez de Lozada no hace mas que exacerbar los ánimos, profundizando la política neoliberal, su gobierno cae en una vorágine de conflictos que finaliza con su renuncia, luego de una dura represión con decenas de muertos, y su huida a los EEUU, la asunción del vicepresidente Carlos Mesa no mejora las cosas y luego de intentar lograr acuerdos con las distintas fuerzas políticas tradicionales, en junio de 2005 renuncia al cargo de presidente constitucional de Bolivia, argumenta para su abandono del cargo la crisis social y el bloqueo nacional de caminos como la imposibilidad de alcanzar acuerdos con los diversos bloques parlamentarios y las presiones sostenidas por las organizaciones cívicas del departamento de Santa Cruz en torno a la demanda de autonomía regional.

Representantes de diversos sectores sociales exigen la renuncia de los presidentes de ambas cámaras parlamentarias y la designación del presidente de la Corte Suprema de Justicia como primer mandatario.

En diciembre pasado, y en una elecciones histórica tanto por el presentismo (mas del 80% de los votantes) en las urnas como por el porcentaje logrado (53,8%), Evo Morales finalmente ganó la presidencia y en parte de su discurso de asunción fijo una clara postura mostrando las directrices de su futuro gobierno.

«(…) felizmente el pueblo es sabio. Esa sabiduría del pueblo boliviano hay que reconocerla, hay que respetarla y hay que aplicarla. No se trata de importar políticas económicas o recetas económicas desde arriba o desde afuera, y la comunidad internacional tiene que entender eso: el querer importar políticas a Bolivia y es un error. Las organizaciones sociales, los consejos de amautas que admiro muchísimo, en el Altiplano paceño, esos sindicatos del campo y de la ciudad, esas organizaciones llamadas capitanías en el Oriente boliviano, son el reservorio de conocimientos, el reservorio de conocimientos científicos de la vida para defender a la vida, para salvar a la humanidad. Se trata de coger de esas organizaciones para implementar políticas y no se trata de imponer políticas al servicio de grupos de poder en Bolivia o en el exterior. Y esos pueblos, dieron la victoria en las elecciones del año pasado. Nuestro gran agradecimiento a quienes pensaron para cambiar nuestra Bolivia.(…)

Yo estoy segurísimo, hay una gran conciencia del pueblo boliviano para estos cambios. Es verdad que en esta coyuntura necesitamos el apoyo de la comunidad internacional. No quisiéramos un Estado mendigo, -lamentablemente nos han convertido en mendigos-, no quisiéramos que Bolivia, su gobierno, sus equipos económicos vayan a pedir limosna de Estados Unidos, de Europa de Asia. Quisiera que esto se termine, y para que termine eso estamos en la obligación de nacionalizar nuestros recursos naturales. El nuevo régimen económico de nuestra Bolivia debe ser fundamentalmente los recursos naturales. Eso pasará por la Asamblea Constituyente.

Y no solamente nacionalizar por nacionalizar. Sea el gas natural, petróleo, o mineral o forestal, sino tenemos la obligación de industrializarlos.

¿Cómo es posible?, desde el 6 de agosto del año 1825 ningún recurso natural ha sido industrializado en nuestro país. ¿Cómo es posible que eso sólo haya permitido exportar materia prima?, ¿hasta cuándo Bolivia va seguir siendo exportador de materia prima?,¿ cómo es posible?, esos gobernantes, durante la república nunca han pensado en el país. No se puede creer, no se puede aceptar. (…)»

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[1] En 1993, un dirigente de la CSUTCB, Víctor Hugo Cárdenas, fue elegido vicepresidente de Bolivia integrando el binomio con el neoliberal González Sánchez de Lozada, este político traiciono las expectativas populares adscribiendo a las políticas impulsadas por el ejecutivo del que formaba parte.