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Cálculos fallidos

El importante voto en el exterior

Fuentes: Rebelión

Cerca a veinte años atrás se reconoció el voto de las y los bolivianos residentes en el exterior. Estaba reconocido, pero no ejercido. Cada vez se exponían excusas para postergar ese derecho; parecía repetirse el antiquísimo y señorial «se acata pero no se cumple», de la Audiencia de Charcas. Aquella parodia terminó. Bolivianas y bolivianos […]

Cerca a veinte años atrás se reconoció el voto de las y los bolivianos residentes en el exterior. Estaba reconocido, pero no ejercido. Cada vez se exponían excusas para postergar ese derecho; parecía repetirse el antiquísimo y señorial «se acata pero no se cumple», de la Audiencia de Charcas. Aquella parodia terminó. Bolivianas y bolivianos que viven fuera del país, por primera vez, ejercerán su derecho a votar. No lo harán todos, pero se logró abrir la brecha, pese a la tozuda resistencia de la oposición.

Todos sabemos que, en la misma línea de poner obstáculos, las derechas -que van desde la violenta oligarquía cruceña, pasando por los pañuelitos blancos hasta los tercos indigenistas- insistieron en exigir un nuevo padrón electoral. Calculaban que llevar adelante ese registro, atrasaría cualquier acto electoral o, al menos, les permitiría esgrimir la desgastada banderita del fraude electoral. El presidente Evo Morales dobló el desafío: haremos un nuevo padrón, será biométrico y debe estar listo para las elecciones generales del 6 de diciembre próximo. E3s más: en ese padrón, deben estar los residentes en el exterior.

Todos los argumentos perdieron sustento. Tuvieron que aceptar la inclusión de este parágrafo en el artículo 47 de la convocatoria electoral: «Como consecuencia de los requerimientos técnicos del registro biométrico, a efectos de la primera experiencia de voto en el exterior, la Corte Nacional Electoral empadronará hasta un máximo del seis por ciento del Padrón Electoral Nacional. En ningún caso un solo país podrá concentrar más del 50% del registro». En otros términos, de todos quienes residente en el exterior, la CNE sólo podrá inscribir más o menos 300 mil electores y, en ninguno de los países donde residen, se registrará más de 150 mil.

Por supuesto, todos estos recaudos siguen teniendo el tufo de las previsiones coloniales, cuando se proclamaba la igualdad de todos y, a continuación, se establecía una serie de requisitos que permitían el ejercicio de los derechos sólo a los criollos de linaje establecido en la corte de Madrid.

¿Por qué sólo el seis por ciento?, ¿qué criterio determinó que, en ningún país, podía inscribirse más de la mitad de ese 6%? La respuesta es simple y directa: la oposición está convencida que, el presidente Evo Morales, no obtendrá mayoría absoluta, aunque superará el 40% y, por tanto, necesitará al menos 10% de diferencia que el candidato que le siga en votación. Creen, y aquí es donde fallan sus cálculos, que esa diferencia se lograría con la manipulación del voto en el exterior.

Como siempre, las derechas desprecian al pueblo. Sin ningún empacho, consideran que se puede disponer de los votos según la conveniencia de los gobiernos. Pagando necesidades, que no es lo mismo que comprar conciencias, hicieron fraude electoral en cuanta elección participaron. Se presentaron como partidos populares para, luego, pactar con los dictadores. Armaron estructuras populistas para negociar el perdón de sus deudas. Denunciaron ríos de sangre, para después construir puentes de alianza. Y ahora, por supuesto, creen que siguen con las mismas ideas.

Esos son sus cálculos fallidos. Por eso es que no querían abrir la posibilidad del voto en el exterior. Por eso se resignaron a aceptar la apertura de ese derecho, aunque se resistieron a una apertura total y señalaron 6%. Sus cálculos son tan fallidos que, el presidente Evo Morales obtendrá más del 50% dentro del país. No tendrán ningún pretexto para manchar el voto consciente del pueblo boliviano en diciembre próximo.

Vistas así las cosas, los problemas que enfrenta el país con relación a las próximas elecciones, se refieren a la elaboración del padrón electoral incluyendo a los residentes en el exterior y la definición de las circunscripciones especiales. Pero, por supuesto, eso no corresponde a las cálculos fallidos de la oposición.