Evo logró una fórmula de unidad entre sus más cercanos seguidores y la disidencia del Movimiento al Socialismo (UMAS) concentrada en el parlamento y en varias organizaciones sociales, al acordar que el exministro de Economía Luis Arce y el excanciller David Choquehuanca sean los candidatos de la fórmula presidencial en las elecciones del 3 de […]
Evo logró una fórmula de unidad entre sus más cercanos seguidores y la disidencia del Movimiento al Socialismo (UMAS) concentrada en el parlamento y en varias organizaciones sociales, al acordar que el exministro de Economía Luis Arce y el excanciller David Choquehuanca sean los candidatos de la fórmula presidencial en las elecciones del 3 de mayo próximo.
Dos de sus ex ministros serán candidatos del MAS en Bolivia, anunció el propio presidente derrocado por el golpe de Estado, desde su exilio en Buenos Aires, después de debatir desde el sábado con decenas de dirigentes partidarios.
Arce, un economista de 56 años que fue ministro de Economía durante prácticamente todo el gobierno de Morales (2006-17 y 2019), era uno de los candidatos preferidos por el expresidente para integrar la fórmula, junto al ex canciller Diego Pary. En cambio, el también ex canciller Choquehuanca, junto al joven dirigente cocalero Andrónico Rodríguez, expresaban la preferencia de los sectores comunitarios, no tan proclives a seguir los dictaos de Morales.
Al anunciarlo como el primer término de la fórmula, Morales aseguró que Arce «garantiza la economía nacional». Arce, Choquehuanca y Pary firmaron el viernes pasado un «acuerdo por la unidad y el fortalecimiento» del MAS, con el objeto de evitar una ruptura.
El joven politólogo y dirigente cocalero Andrónico Rodríguez no pudo viajar desde Bolivia a Buenos Aires pero envió a Morales una nota en la que explicó que su ausencia se debió a «situaciones ajenas» a su voluntad y sostuvo que «la unidad será el arma letal para lograr grandes victorias».
Mientras tanto, en Bolivia comenzó el empadronamiento para las elecciones del 3 de mayo, que continuará hasta el domingo próximo, según determinó la justicia electoral. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó que quienes figuraban en el padrón de las anuladas elecciones del 20 de octubre pasado están habilitados para votar en mayo y no necesitan registrarse nuevamente.
Evo será el jefe de campaña del MAS. Él será quien articule, organice políticamente, quien baje los lineamientos en permanente consulta con las organizaciones sociales para ver cómo se desarrollará la campaña dentro y fuera de Bolivia, porque fuera también hay votos.
Evo Morales reafirmó que la designación de los candidatos tiene por propósito recuperar la democracia y garantizar la continuidad de la Revolución Democrática y Cultural del Estado Plurinacional de Bolivia.
Ésta «seguirá adelante, con los hermanos Luis y David, por los derechos conquistados por el pueblo en estos 14 años y para construir un futuro de paz y libertad para la Patria», subrayó Morales, quien admitió que fue su mayor error político haber aceptado, tras 14 años de mandato, el pedido de sus bases para buscar un cuarto mandato en las elecciones generales del mes de octubre.
La derecha busca juntarse
La derecha parece no tener el hombre, o la mujer, que posea ese imán de Evo Morales que logró juntar a los mejores cuadros de 40 años de lucha de esa histórica izquierda que había combatido a las dictaduras y al neoliberalismo, fueran socialistas, trotsquistas, guevaristas, maoístas, kataristas, militantes del viejo Partido Comunista…
Así, cameloónicamente, en el nuevo cuadro electoral que se presenta, el expresidente Carlos Mesa pretende desprenderse de izquierda y derecha y centrar su propuesta en el respeto de los Derechos Humanos. No tiene el arrastre del 2019 donde primó el voto útil pero sí de sectores sobre todo de clase media que temen la violencia.
Al miedo a los indios se suma que más de uno considera que el actual gobierno está cometiendo arbitrariedades y abusos. Mesa sueña con terciar en la segunda vuelta y retornar al voto útil que lo llevó al 35 %. Junto a él podría presentarse Samuel Doria Medina, un empresario y político que aún deshoja margaritas para ver con quién irá a las elecciones.
Todas las facciones de la derecha hablan de unidad, pero conseguirla alrededor de un candidato único a las elecciones del 3 de mayo parece una tarea harto difícil y todo indica que irán fragmentada en cinco fórmulas. La apuesta es que los partidarios de Evo no ganen el una primera vuelta, de forma de acceder a un balotaje donde el mejor unciado arrastre los votos de los otros sectores.
El primero en anunciar su candidatura fue el ultraderechista Luis Fernando Camacho, abogado formado en la ultraderechista Unión Juvenil Cruceñista y llegó a ser su vicepresidente. Entre 2008 y 2009 la Unión Juvenil fue acusada de organización paramilitar por la Federación Internacional de Derechos Humanos.
El 2019 fue elegido presidente del Comité Por Santa Cruz. Irá acompañado de otro cívico. El potosino Marco Pumari quien coqueteó con el trosquismo y posteriormente fue jefe de juventudes del MAS en su región, organización de la que fue expulsado por un manejo «irregular» de dineros. El alcalde cruceño Percy Fernández manifestó su apoyo al grupo cívico.
El segundo en lanzarse al ruedo fue Jorge Tuto Quiroga, un cochabambino que fuera ministro de gobiernos neoliberales, vicepresidente de Banzer y que finalmente asumió cuando el exdictador ya estaba desahuciado por el cáncer.Fue candidato perdedor en otras dos contiendas electorales. Recientemente renunció a ser vocero internacional de Jeanine Añez para convencer al mundo que en Bolivia no hubo golpe de Estado.
La otra derecha cruceña (de Santa Cruz de la Sierra y con algún peso en el Beni) es la comandada por el también excívico Rubén Costa cuyo nombre es Demócratas pero son conocidos como los verdes. Son quienes actualmente se encuentran en el poder, ya que Jeanine Añez es su militante. Si bien en las elecciones del 2019 obtuvieron el 4.5 % de los votos pero ahora corren el peligro de desaparecer.
Camacho y Quiroga les disputan el electorado de ultraderecha. Pero de todos los verdes, la mejor posesionada es la actual presidenta Añez a quien un importante sector de su militancia quiere llevarla a las elecciones.
Y por si fuera poco un sector del Partido Demócrata Cristiano anuncia la candidatura de Jasmine Barrientos, nieta del ex dictador René Barrientos y furibunda crítica de Morales.
Sullkata M. Quilla. Antropóloga y economista, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.