“Pocas veces se presenta en la historia la articulación de: liderazgo histórico, pueblo organizado y proyecto alternativo.”
Hugo Moldiz, Golpe de Estado en Bolivia. La soledad de Evo Morales, Ocean Sur, 2000.
En las páginas finales de su libro, Golpe de Estado en Bolivia. La soledad de Evo Morales, Moldiz escribe sobre el triángulo virtuoso: una condición histórica y política que –siempre en sus palabras– articula en Bolivia el liderazgo histórico de Evo Morales, con la organización de las organizaciones y movimientos sociales y el socialismo comunitario como programa del Proceso de Cambio, como clave para la victoria del proceso revolucionario. Este libro, escrito en el hacinado espacio que generosamente le abrió por alrededor de 11 meses la Embajada de México en Bolivia junto a exautoridades de los gobiernos de Evo Morales durante el régimen de Jeanine Añez1, exhortaba a una denuncia crítica del golpe de Estado, aunque bastante tibia y en todo caso, excepto por el título del libro, zalamera a Evo.
No era la primera vez que Moldiz se desgastaba en elogios al líder indígena, aunque era la primera en que exponía públicamente algunas críticas. Años antes, su papel satelital en el gobierno de Evo no se desplomó luego de que fuera retirado como Ministro de Gobierno luego de una gestión de 4 meses y dos días en 2015, en cambio, se reinventó con un discurso empalagoso incapaz de reconocer errores.
Viejo político, se dice de orígenes en el Partido Socialista-1 (PS1), como Luis Arce Catacora, trató de establecerse en las esferas de intelectuales, aunque no de forma pública y frontal, antagónica a Álvaro García Linera. En ese escenario, fue visible como dueño o director del semanario La Época que intentó aglutinar el debate de la izquierda hasta el gobierno de Arce en donde tomó un papel oficialista, como veremos más adelante.
En 2020, coludido de su propio grupo, en la ausencia formal de la estructura de García Linera y en la exclusión de la izquierda, Moldiz se acercó a Arce. No sabemos si antes o después de las elecciones nacionales de octubre de ese año, pero con el resultado de que terminó pululando en los círculos de confianza y de asesoramiento del nuevo presidente.
Arce, como lo demostró su discursividad y la de sus funcionarios, se rodeó de personajes que abogaban por la “clase media”, tal vez residuos de las estructuras de García Linera, discurso en el que cuestionaban el rol “mesiánico” que se le daba a la clase –a indios, campesionos y obreros– y reclamaban para el clasemedierismo la posibilidad de dirigir al movimiento popular y al Proceso de Cambio o de “cumbia”, como bromeaban en las sombras.
No sabemos tampoco si Moldiz formaba parte de estos debates contra la historia y el marxismo, aunque tenemos certeza de que a mediados de 2022 hubo una reunión en la que habría participado y en donde se habría dado por finalizado el liderazgo de Evo y se habría definido que el nuevo liderazgo emergente, acorde a la nueva realidad –léase urbana y profesional–, era el de Luis Arce. Fue el epílogo de una primera campaña contra Morales; ya se cocía la diatriba falaz de la renovación, ya se aislaban a cuadros de izquierda que no se sometían, y aunque aún no han salido las pruebas, creo que ya no hay dudas de que el gobierno de Arce libró de procesos e incluso sentencias a opositores acérrimos al movimiento popular, como Manfred Reyes Villa y otros, para hacer un frente común contra lo que llamó como “evismo”.
Evo denunció públicamente esta reunión y la nombró como el “Plan negro” mientras este se ejecutaba y señalaba a Moldiz como uno de sus promotores. Desde entonces, Moldiz fue cambiando el tono: del triángulo virtuoso fue girando a que Evo ya no era el de antes, que sus fuentes y sus círculos lo habían alejado de la realidad, que su liderazgo ya no era legítimo, hasta lo más absurdo y ridículo como la aseveración de que “Evo sería capaz de matar por poder”2.
Así, en una nueva etapa del Plan negro, el gobierno dividió a las organizaciones y movimientos sociales para tener su propia tendencia (la única a la que legalmente reconoció), reprimir policial y militarmente –aunque tuvo también expresiones paramilitares como en Vila Vila el año 2024– y perseguir judicialmente a cualquier expresión contraria, para asegurar un mínimo de gobernabilidad se hizo de su propia bancada con traidores al partido, se alió con la derecha parlamentaria y de las regiones y subordinó a los medios de comunicación con un sistemático plan de pautas publicitarias que castigaba y premiaba a quienes desobedecían la línea oficialista y a quienes la repetían.
En respuesta, Hugo Moldiz fue acusado de ser asesor, con su equipo, del presidente Arce en su debacle y su contrarrevolucionario objetivo de destruir a Evo Morales, aunque no fue hasta 2024 que gracias a un desliz de la prensa se hizo público que efectivamente lo era3. También se sumó la acusación de que beneficiaba a su grupo y cercanos con puestos laborales en varios ministerios y viceministerios como el de Gobierno, Salud, Comunicación, Presidencia, Cancillería, entre otros. Y por último, de beneficiarse directamente de millonarias pautas publicitarias del gobierno en su semanario La Época, que también viró de ser un espacio de izquierda a uno de propaganda.
Tal vez lo más pintoresco en esta guerra por posicionar a Arce, ya sea desde García Linera que forzó el concepto de “liderazgo estatal” para ponerlo a la altura del “liderazgo histórico” o social de Evo, fue el autogolpe de junio de 2024, donde cámaras al hombro se veía a un educado general supuestamente golpista enfrentar a un presidente constitucional que no le temblaba la voz para resistir, como corolario se veía a un sobreactuado Del Castillo golpear las ventanas de las tanquetas desplazadas en el show en medio de la Plaza Murillo. Solo a un rasputín maquiavélico se le podría haber ocurrido semejante espectáculo decadente solo útil para la propaganda que pese a la inversión nadie compró. Para variar, parte o todo el equipo de Moldiz tuvo relación, pues se denunció que mientras se daba el espectáculo mantuvieron contacto telefónico con Zúñiga, el supuesto general golpista.
Luego de proscribir a Evo y al “evismo” con su aparato judicial y robar la sigla del MAS-IPSP, Arce y su séquito cayeron en cuenta del repudio que habían generado en la población y aunque intentaron una maniobra que no dio resultados, Arce dio un paso al costado. Moldiz dijo que la declinación de Arce sentaba las bases para rearticular el bloque de izquierda y que la llave la tenía Andrónico, pues, había que ver “cómo el peligro de la fragmentación se convierte en la constitución de un bloque compacto que dé la garantía de la continuidad del proceso de cambio”4. Efectivamente, fuera recientemente o con anterioridad, Andrónico Rodríguez, la última escisión del “evismo”, era parte del plan alternativo de Arce, siempre y cuando Evo quedara fuera. Pero sin Evo, ninguna de sus escisiones, ya sea con la oficialista de Del Castillo y el MAS o la amplia con Andrónico, consiguieron mayor presencia en los resultados electorales, de hecho ambos fueron un rotundo fracaso.
Moldiz, como no podía ser de otra manera, habló de la división de la izquierda como el principal responsable de la derrota, y no dijo nada, por lo menos como peón, del papel termidor del proceso boliviano que terminó jugando. Entre tanto, él y los suyos retrocedieron, por lo menos del ojo público, para reciclarse en movimientos y causas internacionalistas. De sus banderas arcistas no queda nada, lo que ojalá, como tantas otras cosas, no quede en la impunidad, porque no fue la traición a un líder, sino a un proyecto al que había que responder a la altura y no como ganapanes o agazapados del poder.
Notas:
1 Antes del golpe, como Raúl García, habló de resistencia, pero como sus pares que se auto exilaron, terminó autoasilándose.
2 https://www.facebook.com/watch/?v=1029578399360154
3 https://eldeber.com.bo/pais/en-rusia-presentan-a-exministro-de-evo-morales-como-asesor-presidencial-del-gobierno-de-luis-arce_363954/
4 https://unitel.bo/noticias/asi-decidimos/declinacion-de-arce-sienta-las-bases-para-rearticular-el-bloque-de-izquierda-y-la-llave-la-tiene-andronico-senala-exministro-moldiz-FM15917561
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