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El movimiento popular en Oaxaca entra en una nueva fase

Fuentes: Rebelión

Tras las jornadas de enfrentamientos que se dieron recientemente en Oaxaca, las tensiones internas en el seno de la APPO así como con parte de las bases que resisten en las barricadas, marcan una nueva estrategia de lucha y una nueva estructura política más apegadas a los principios fundacionales de la APPO.

La Barricada de la Muerte está situada en un lugar estratégico de la capital oaxaqueña. En pleno crucero de Cinco Señores, cierra el paso a varias grandes vías de la ciudad y sobre todo resguarda de posibles agresiones a la Universidad. Conforme nos acercamos a ella uno puede comenzar a hacerse una idea de lo ocurrido allí el pasado 2 de noviembre. Al ambiente todavía cargado por el olor de los vehículos y colchones quemados con los que se defendieron del ataque de la Policía Federal Preventiva (PFP), y por los gases lacrimógenos que ésta lanzó contra el pueblo oaxaqueño, se unen los restos visibles del enfrentamiento: carritos todavía repletos de piedras, cristales rotos, vehículos calcinados…

Una vez en el crucero, en uno de los autobuses que sirven de refugio a los que todavía resisten en el lugar ganado a la PFP, sus sueños utópicos toman la forma concreta en aquello que mueve su lucha: «Ni la sangre ni el pueblo se vende», leemos en una de las mantas. Las barricadas, y en concreto ésta y la de Soriana, situada al otro lado de la Universidad, se han convertido en el símbolo de la resistencia del pueblo oaxaqueño. Nada más llegar nos cuentan que los parapoliciales acaban de secuestrar a uno de sus compañeros. Uno de los testigos nos reconoce que todos los días se llevan a alguien. Otro de los miembros de la barricada relata uno de los 4 ataques que recibieron ayer y cómo él se salvó por poco de ser levantado por los porros, suerte que no acompañó a  otro de sus compañeros. Allá donde vamos, los relatos de agresiones de oscuros grupos armados se suceden: palizas, balaceras, secuestros, desapariciones y asesinatos son algo habitual en Oaxaca.

La batalla de Oaxaca

Tras le entrada de la PFP al Zócalo el 29 de octubre y el repliegue de la APPO a la zona de la Iglesia de Santo Domingo, la que ya se ha llamado «La Batalla de Oaxaca», que permitió repeler el intento de desalojo de Radio Universidad, se ha convertido a través de su victoria sobre la PFP en el símbolo de la resistencia del pueblo frente a una política de agresión policial y parapolicial que ya ha dejado 17 muertos oficiales y decenas de detenidos, desaparecidos y torturados. Una victoria que oficialmente se adjudicó la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) pero que desde las barricadas es leída de distinto modo.

Para una de las integrantes de la barricada de Soriana, «el movimiento va mucho más allá de la APPO. Ellos se han adjudicado todas las acciones que ellos no han hecho, sino el pueblo, y como es la única organización famosa en Oaxaca, pues ellos dicen ‘hemos sido nosotros’. Un ejemplo claro es la defensa de la Universidad cuando llega la PFP. Cuando nosotros estábamos en las barricadas, un delegado de la APPO (Flavio Sosa) llegó a decir que era necesario que la quitáramos. Pero la barricada de Soriana ya conoce a esa gente y no le hizo caso. Hicieron lo mismo en la barricada de Cinco Señores, donde incluso les ofrecieron dinero y espacios para que la quitaran (esta dato pudimos confirmarlo con los integrantes de esa barricada). Ellos hacen esto y después ante la prensa dicen que la APPO defendió las barricadas y ganó. Y así sale en la prensa, cuando nadie de la APPO estuvo allí para defenderlas».

Otro de los miembros de aquellas organizaciones que no se han integrado en la APPO y que han estado constantemente presente en las luchas en la calle, nos decía, «actualmente existen dos ‘Appos’, la de la dirigencia y la del pueblo». Bajo el lema «la APPO somos todos», la organización oaxaqueña ha tratado de mostrar la unidad del pueblo frente a la opresión gubernamental. Pero lo cierto es que, la parte oscura de ese lema es que cualquier acción de resistencia se ha utilizado por la APPO, o mejor dicho, por parte de su dirigencia provisional, para mostrarse como únicos protagonistas del movimiento.

Y es que lo cierto es que la versión arriba referida es comúnmente descrita por la gente de las barricadas y por muchos de los que fueron protagonistas en las luchas.

¿Estructura popular o institucionalismo político?

El protagonismo y manipulación por parte de parte de la dirigencia que muchos han denunciado a este periódico, ha sido también objeto de debate en la Asamblea Constituyente de la APPO celebrada en Oaxaca entre los días 10 y 12 de noviembre. Según nos comentaba uno de los 260 miembros del nuevo Consejo Estatal, «somos conscientes del excesivo protagonismo que han tratado de tomar algunos miembros de la dirigencia, pero los nuevos estatutos han sido creados para que eso no vuelva a ocurrir». Para ello, los cargos serán a partir de ahora rotativos y revocables y la dirigencia estará a cargo del Consejo Estatal.

Pero paralelamente, en el interior de la APPO existen corrientes que tratan de romper con aquellas premisas iniciales que hicieron de la organización oaxaqueña punta de lanza de la lucha contra las instituciones políticas y económicas del neoliberales.

Durante la celebración de la Asamblea se llegó a proponer que la APPO pactara con los gobiernos federal y estatal cuotas de poder en las instituciones políticas y que se facilitara la transición de la APPO hacia su constitución como partido político. La propuesta, rechazada enérgicamente, no cerró el paso a los sectores que buscan cierto grado de institucionalización.

La APPO y el PRD

Esto cristalizó en otro de los puntos importantes discutidos y que ha estado presente dentro de las dinámicas de poder internas de la APPO: el de su relación con el Partido de la Revolución Democrática (PRD). El movimiento en contra del fraude perpetrado por el panista Felipe Calderón en contra del candidato del PRD, Andrés Manuel Lopez Obrador, facilitó una conexión entre ambas luchas populares que en realidad no existió en su origen.

El intento por parte del perredismo de hacer del movimiento oaxaqueño bandera de sus supuestas aspiraciones sociales por una democracia real, identificando incluso a ambos movimientos como víctimas de la represión policial, encontró fuertes respuestas en el primer Foro de la APPO celebrado en agosto, en el que muchos de los asistentes recordaron a los miembros del PRD su implicación en la carnicería cometida en Atenco en sanguínea confabulación con el PRI y el PAN. Delegados del Estado de México y de Guerrero recordaron eso mismo a los delegados oaxaqueños en la reciente Asamblea.

Pero lo cierto es que la ofensiva ha continuado y los constantes apoyos de López Obrador a la APPO y la presencia en la Asamblea Constituyente del presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, Leonel Cota, que ofreció el respaldo de su partido «sin condición alguna», han desembocado en la aprobación de una propuesta que, en contra del pliego de discusión inicial, permite pertenecer a la dirigencia a miembros de partidos «que no sean el PAN, el PRI, de derecha o extrema derecha». La manera en que esta decisión pueda compatibilizarse con la búsqueda de un cambio estructural de una política al margen del partidismo electoralista es algo de difícil respuesta.

El futuro de la APPO

La Asamblea Constituyente y la relación de la APPO con los últimos bastiones de la resistencia en las calles manifiestan una tensión entre los diferentes sectores y tendencias de la lucha en Oaxaca. Las pretensiones de protagonismo y su verticalismo por parte de la antigua dirigencia provisional, que ha llevado a separar a la APPO de parte de sus bases, ha sido uno de los caballos de batalla en la búsqueda de una nueva estructura política para la APPO. Su nuevo plan de acción que contempla la instalación de nuevas barricadas, la toma de sedes institucionales y el cerco de la PFP en el Zócalo de la capital (en donde permanece desde el 29 de noviembre) para el día 25, pueden ser manifestaciones de una nueva línea de acción que sin embargo estará dificultada por los intereses electoralistas de los miembros del PRD presentes en el nuevo Consejo Estatal de la APPO.