Los datos son contundentes. Desde que comenzó la recesión mundial, hace 19 meses, EEUU pierde un promedio de 700.000 empleos mensuales y tiene la desocupación más alta de los últimos 26 años. Alrededor de 14.000 personas quedan diariamente sin seguridad social, las que llegan a 47 millones (casi un quinto de su población). En pocos […]
Los datos son contundentes. Desde que comenzó la recesión mundial, hace 19 meses, EEUU pierde un promedio de 700.000 empleos mensuales y tiene la desocupación más alta de los últimos 26 años. Alrededor de 14.000 personas quedan diariamente sin seguridad social, las que llegan a 47 millones (casi un quinto de su población). En pocos años quebrará el seguro social, al que no se sabe cómo salvar. El desempleo en la Unión Europea es el más alto de la última década. A fines del 2009, habrá 241 millones de desocupados en el mundo (OIT). «El huracán económico ya se ha llevado un cuarto de la riqueza mundial» (Ramonet).
El primer ministro inglés, Gordon Brown, planteó la supresión de los paraísos fiscales, California es un polvorín social, donde hubo recortes presupuestarios en salarios, salud, educación y seguridad ciudadana, similares a los aplicados en el tercer mundo. La competencia de China e India agrava la crisis en EEUU y Europa. Es obvio que en este panorama, los cerebros colonialistas decidan acentuar el saqueo de los países periféricos.
En este contexto, ¿podrán los ultra indigenistas explicar la forma en que débiles Estados nacionales, desgarrados por el nacionalismo étnico, detendrán las arremetidas imperialistas que balcanizaron Yugoslavia, invadieron a Irak y Afganistán, ocuparon el Congo y Haití, compraron tierras en países empobrecidos y continúan con los genocidios en Africa? El plurinacional vicepresidente Álvaro García Linera reveló que la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP), a la que consultó la necesidad de explorar zonas petroleras, le respondió que «vaya a negociar a Bruselas con su bufete de abogados, de acuerdo a enunciados ambientalistas publicados por la Embajada de EEUU» («El Diplo», 08-09)
El papel de las ONG en estos problemas se aclara al analizar casos concretos. La peruana Raquel Irigoyen Fajardo, vinculada al Ministro Carlos Romero, cumplió papel importante en el proyecto de la nueva Constitución de Bolivia, junto a los profesores españoles Rubén Martínez Dalmau y Roberto Viciano Pastor. Este último es partidario del separatismo Vasco. Irigoyen Fajardo, especialista en justicia comunitaria, representó a la Fundación Soros en Guatemala y trabajó para la Comisión Andina de Juristas (financiada por la misma Fundación), el Banco Mundial, la OIT y el PNUD.
George Soros lidera la lucha por la legalización de las drogas, a las que considera eficaces inductoras del conformismo. Para el Nuevo Orden Mundial las drogas deben ser absorbidas por el sistema para ayudar a su funcionamiento (Luís Britto García). En Bolivia, los cultivos de coca se incrementan constantemente y el más influyente de los Ministros de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, también estuvo vinculado a Soros.
El ultra indigenismo boliviano ha cambiado la palabra República por Estado plurinacional, aduciendo la defensa de las culturas originarias, «inmutables» y «eternas». El boletín de la Embajada de EEUU en La Paz (10-10-86), sostuvo que «el mayor obstáculo al progreso de Latinoamérica no es el imperialismo del norte sino la cultura latina». Los asesores de Reagan estimaron, en los documentos Santa Fe I y Santa Fe II, de 1981 y1985, que la cultura social en América Latina debe proteger los intereses de EEUU. Frente a la situación imperante, ¿no sería posible conciliar el rescate de nuestras culturas aborígenes con el avance indo mestizo logrado en Bolivia y en la América morena? ¿No es evidente acaso que sólo esa conciliación permitirá defendernos frente a los imperios, que, junto a sus testaferros criollos, pretenden aniquilarnos?