Este investigador y político mexicano reflexiona sobre las consecuencias de la guerra contra el narcotráfico, las autodefensas y la herencia del zapatismo.
Gilberto López y Rivas, antropólogo, ensayista y político mexicano, es profesor-investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en Morelos. Ha sido diputado federal, asesoró al Gobierno de Nicaragua en materia de cuestión étnica, y al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), durante el diálogo de San Andrés. También fue integrante de la Comisión de Intermediación para el diálogo entre el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el gobierno de México. Colabora con La Jornada desde 1994.
Diagonal tuvo la oportunidad de conversar con él, coincidiendo con su visita al Foro Social Mundial que tuvo lugar en Madrid entre el 28 y 30 de marzo.
En la charla que impartió en el Foro realizó una revisión histórica del zapatismo y analizó su estado de salud a 20 años de su alzamiento, en 1994. Este investigador también profundizó en el proceso de recolonización que se está llevando a cabo en muchos países de América Latina, como es el caso de México.
-En países como México, se está dando una ocupación integral, ya que afecta no solo al ámbito económico, sino al político, al ideológico, al de las comunicaciones y a los marcos constitucionales y legislativos, a través de las llamadas reformas estructurales que se han hecho a la Carta Magna. Dentro de estas estrategias de ocupación integral citas el narcotráfico como una de ellas. ¿En qué consiste exactamente el papel del narcotráfico en la recolonización de México?
-Los estrategas estadounidenses llaman guerras asimétricas a aquellas que no se dan entre dos poderes similares, sino que se dan a través de enemigos difusos. El papel que jugaba antes el comunismo, lo ocupan ahora dos fantasmas, por un lado, el narcotráfico y por otro el terrorismo. La ocupación de países requiere plantear una guerra, obviamente con actores locales, en este caso un gobierno, como el de Felipe Calderón (2006-2012), que inicia una supuesta «guerra contra el narcotráfico» y, enseguida, ahí viene al auxilio EE UU. En este sentido el narcotráfico no es solo un negocio, una corporación capitalista más, su tarea política es instalar el terror a través de la violencia, y servir de excusa para militarizar el país y criminalizar todas las luchas sociales. Justifica el despliegue de un aparato represivo que sirve para el control de población, control de trabajadores y control de territorios para la penetración del capital.
Cuando hablas de reformas de la Constitución y las leyes, ¿cuáles son las que de una manera más profunda han afectado a México?
La primera de estas reformas fue la reforma del artículo 27 de nuestra Constitución que abrió las tierras comunales y ejidales al mercado. Pero a partir de esta contrarreforma, se impulsó una la ley minera que deja los territorios en manos de las grandes compañías extractoras de metales preciosos, sobre todo canadienses; también se expide la ley de aguas, cada vez más privatizada y controlada por corporaciones como la Coca Cola, y recientemente, la «cereza del pastel» transnacional, esto es, reforma energética que se aprobó el diciembre pasado. Para el Gobierno estadounidense, con un conflicto abierto en Venezuela, la cual proporciona entre un 8% a 12% del petróleo de EE UU, era una prioridad forzar la ruptura del monopolio estatal de PEMEX. Con esta reforma se ha privatizado totalmente la reserva de petróleo y electricidad de México, la cual se convierte en una extensión de la reserva estratégica petrolera de EE UU.
-México también ha sufrido reformas en el ámbito educativo, lo cual ha supuesto periodos convulsos con huelgas de maestros y protestas de todo tipo dentro del sector educativo.
-La educación es uno de los ámbitos que primero atacaron con una reforma que persigue varios fines. En primer lugar, eliminar de las escuelas primarias y secundarias las humanidades, la historia, todos los civismos, todo lo que significa pensar, cuestionar o recordar para entrar en una especie de amnesia histórica. Además es una reforma orientada a romper con los derechos adquiridos de un magisterio muy politizado. Éste va a ser cuestionado de forma permanente por una serie de pruebas estandarizadas que realiza la iniciativa privada, ni siquiera son los propios profesores que se evalúan entre pares, si no que es una evaluación externa con base en parámetros como eficiencia o calidad, que provienen del mundo del capitalismo. Y por último, limita el papel del maestro en la sociabilización de los niños y jóvenes. No se quiere gente crítica que pueda en un momento dado tomar la calle y rebelarse como los zapatistas.
-En este contexto de allanamiento de la vida pública, otros movimientos que están siendo duramente atacados son los procesos de Autonomía Indígena. ¿Es el caso de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias – Policía Autónoma Comunitaria en Guerrero?
-La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) y su policía comunitaria, en el estado de Guerrero, constituyen uno de los procesos autonómicos más importantes. Las comunidades emprendieron esta práctica autonómica para brindarse la seguridad que las autoridades estatales y federales no les ofrecían. Esta policía no recibe pago alguno, y la única gratificación que se le brinda es el reconocimiento social. La policía comunitaria ha trastocado los intereses establecidos entre las fuerzas de seguridad y el narcotráfico y suponen un freno para el negocio que representa la seguridad pública, para quienes la controlan y para aquellos que cobran un sueldo a cargo del erario y se dedican a organizar bandas criminales. Por eso mismo, la policía comunitaria ha sido atacada virulentamente por los gobiernos federal y estatal, y por el Ejército, varios de sus miembros se encuentran actualmente encarcelados. Tampoco hay que olvidar que la CRAC se ha opuesto a las concesiones mineras, lo cual le ha hecho ganarse muchos enemigos.
-El estallido de la rebelión Zapatistas y los procesos de diálogo que se abrieron entonces, en los cuales participaste como asesor del EZLN ¿qué crees que supusieron para los movimientos sociales y procesos Indígenas en México?
-El proceso de discusión y debate que se abrió en el 94, que no era nuevo para los indígenas pero que para el resto de la sociedad era inusitado, fue una especie de universidad para muchos temas que luego fueron claves para el Zapatismo. Uno de ellos fue la Autonomía, pero no una autonomía entendida como arreglos administrativos o distribución de competencias, sino una Autonomía como proceso de concientización, proceso de afirmación de identidades étnicas, proceso de resistencia anticapitalista a partir de una vieja tradición de autogobierno de los indígenas, de justicia propia, de formas de organización colectiva…
-El éxito de la Escuelita Zapatista, a la que asistieron el pasado Agosto más de 1700 personas venidas de todas partes del mundo. ¿Qué crees que ha supuesto?
-La Escuelita llamada «La Libertad según los Zapatistas» sirvió para demostrar varias cosas. Por un lado, la gente que asistimos pudimos constatar que el 80% de los votanes, votán es el guardián, el corazón del pueblo, el acompañante que tuvimos cada uno de los asistentes día y noche, eran jóvenes. Comprobamos que el Zapatismo ha hecho el recambio generacional, que es una organización que se mantiene viva pese a las voces que preconizan su desaparición a cada rato, desde periódicos como El País. Y por otro lado, constatamos, en contra de las opiniones de tintes racistas que sostienen que los indígenas son meros títeres, cobayas, como sostiene Vargas Llosa, que estos son los que controlan sus propios procesos. La Escuelita partió de sus Juntas de Buen Gobierno como un intento de dar a conocer al mundo su realidad.
-A 20 años del estallido de la rebelión, ¿qué ha demostrado el Ejército Zapatista (EZ)?
-El EZLN sigue siendo una fuerza intacta, con una congruencia ética que se manifiesta, por ejemplo, en el retiro de todos sus cuadros político militares de los órganos de gobierno, al revés de lo que hace cualquier organización partidaria, que lo que persigue es el camino de la burocratización y la eternización de sus dirigentes. El EZ sigue siendo una conciencia crítica, siempre presente en la vida del país.