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El nuevo PRI y las normales rurales de Michoacán

Fuentes: Rebelión

Los medios masivos de comunicación callan y ocultan lo que en el México profundo tiene voz y existe. El violento desalojo de los normalistas rurales en Michoacán no sólo es un episodio más de soberbia y autoritarismo que, como saldo, deja tras de sí sangre y cárcel; es, sobre todo, fiel ejemplo de lo que […]

Los medios masivos de comunicación callan y ocultan lo que en el México profundo tiene voz y existe. El violento desalojo de los normalistas rurales en Michoacán no sólo es un episodio más de soberbia y autoritarismo que, como saldo, deja tras de sí sangre y cárcel; es, sobre todo, fiel ejemplo de lo que el «nuevo» PRI implementará para enfrentar cualquier movilización popular. La sombra de Díaz Ordaz aparece ahora detrás de Fausto Vallejo y el gobierno federal que, a toda costa, desean dar la última estocada al proyecto que representan las Normales Rurales a lo largo y ancho del país.

Lo que los medios de comunicación callan es que la pretendida reforma, contra la que los normalistas se manifiestan de manera legítima, ignora la esencia histórica del normalismo rural y cancela los objetivos de este proyecto: brindar oportunidades para que los hijos de los campesinos tengan acceso a la educación y ser instrumento de vinculación del trabajo de la tierra y la organización social, para así dar lugar a un cambio sustancial que beneficie a las comunidades más humildes.

Lo que los medios de comunicación no informan es que la reforma abre paso a la lógica neoliberal de que los alumnos deben prepararse sólo para los cambios tecnológicos que arroja la globalización. El modelo planteado por el gobierno federal otorga un desmedido peso a herramientas como el inglés y la computación que se convertirían en las materias base para enseñar a los pequeños en comunidades donde, paradójicamente, apenas existen escuelas.

Los medios de comunicación omiten que la reforma mutila la identidad cultural de los pueblos indígenas y busca integrar a los nuevos profesores y sus educandos a una realidad social que no es la suya. En las Normales Rurales, los estudiantes asumen como un deber defender la sobrevivencia de sus lenguas originarias a través de su enseñanza y rechazan la imposición de la enseñanza obligatoria de un idioma extranjero en sus comunidades porque esto se convierte en un instrumento que incentiva la migración de las jóvenes generaciones como opción única de movilidad social ante la escasez de oportunidades y la violencia.

Lo que los medios de comunicación ocultan es que esta reforma desecha los cinco ejes fundamentales que integran la formación de los docentes rurales: la formación académica y pedagógica (Eje Académico), se complementa con la participación obligatoria de los estudiantes en módulos de producción, formación de oficios y de trabajo de la tierra (Eje Social), en talleres culturales y artísticos (Eje Cultural), actividades y formación deportiva (Eje Deportivo) y la formación política de los estudiantes (Eje Político).

Los medios masivos callan lo que la historia de las Normales Rurales narra. Nacidas hace más de 85 años, en el México de los más humildes, los profesores egresados de las Normales Rurales son un referente imprescindible en las comunidades más pobres y marginadas. Es tal su conexión con la población que no pocos de ellos se convierten en dirigentes sociales, situación que, para los poderosos del país, siempre significará un peligro. Por eso, aunque los medios masivos lo oculten, el gobierno lleva décadas intentando desarticular a todas las Normales Rurales y por eso es que la resistencia se ha convertido en la forma de vida de los normalistas desde sus orígenes. Cada año son los estudiantes los que defienden la matrícula, el presupuesto para seguir existiendo y el derecho a los egresados a integrarse al trabajo en las comunidades donde saben se necesita su labor. El normalista sabe que su sobrevivencia depende de su sacrifico y lucha permanente frente al gobierno que insiste en ahorcarlas económicamente, abandonarlas y cambiarlas por escuelas de técnicos que se inserten en las actividades industriales privadas.

Lo que los medios masivos quisieran eliminar es el apoyo y la solidaridad del pueblo para con sus hijos normalistas. Quisieran que los comuneros, los indígenas, los padres de familia, los maestros y los trabajadores creyeran sus mentiras y vieran a los normalistas como los violentos holgazanes que se aferran a frenar el desarrollo. Quisieran que se les abandonara a las acciones violentas y represivas, a la cárcel y a la persecución política de los gobiernos sordos. La fuerte movilización, principalmente de maestros en Michoacán, que inmediatamente se gestó en repudio a la represión contra los normalistas logró la liberación de todos los detenidos y obligó al gobierno michoacano echar atrás la obligatoriedad del inglés en la matrícula de las normales en el estado. Herido su orgullo, el gobierno de Michoacán amenaza con seguir persiguiendo a los normalistas, esos que se atrevieron a no dejarse imponer una reforma sin ser consultados, esos que se atrevieron a no doblarse ante su operativo al de terror y violencia, esos que demostraron no estar solos y detonaron la indignación y movilización solidaria.

Los medios masivos callan lo que los más pobres dicen. En una entrevista radiofónica un estudiante de base explicaba: «para mi la escuela lo es todo, es mi casa, es el lugar donde me he formado y donde están mis compañeros y mis amigos… es todo lo que tengo». Tal vez, por todo lo anterior, es que están tan decididos a defender su escuela con todo. A pesar de los constantes ataques en su contra, a pesar de la represión, los normalistas siguen en pie y están advirtiendo, con sus movilizaciones, con su entereza, lo que al pueblo mexicano le espera si no se resiste y se organiza ante el PRI de siempre con el rostro de Enrique Peña Nieto. Por eso, esta lección de firmeza y dignidad, se escucha y se aprende a pesar de los medios que todo lo silencian y niegan.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.