Las declaraciones realizadas el día viernes pasado por el presidente Nicanor Duarte Frutos, en las cuales afirmaba que es posible un conflicto armado y que es necesario aumentar el presupuesto militar, representan claramente el intento desesperado de su gobierno de encontrar cualquier justificación para seguir sosteniendo a unas FF.AA. inservibles, corruptas y violadoras de los […]
Las declaraciones realizadas el día viernes pasado por el presidente Nicanor Duarte Frutos, en las cuales afirmaba que es posible un conflicto armado y que es necesario aumentar el presupuesto militar, representan claramente el intento desesperado de su gobierno de encontrar cualquier justificación para seguir sosteniendo a unas FF.AA. inservibles, corruptas y violadoras de los derechos humanos.
Nicanor Duarte Frutos con estas declaraciones pretende también distraer la atención de la grave situación social que atraviesa nuestro país, donde el 50% de la población se encuentra en la pobreza. Y como respuesta a esta situación, el gobierno reprime a las organizaciones y sectores sociales que reclaman y exigen soluciones a la crisis social que sigue empeorando.
En medio de todo esto se ubican también las declaraciones efectuadas por altos miembros de las FF.AA. y analistas militares, en las cuales afirmaban que es posible un conflicto armado con Bolivia. Seamos claros: no existe hipótesis de conflicto armado con Bolivia ni con otro país sudamericano. Que hayamos tenido una Guerra con Bolivia, ocurrida por culpa de los gobiernos de ambos países en aquella época, no significa que persista una hipótesis de conflicto armado hoy.
No perdamos tampoco de vista que en medio de todo esto se encuentra el contexto de masiva militarización en que se encuentra nuestro país. Una militarización apoyada por el gobierno de Estados Unidos a través de sus frecuentes ejercicios militares con el ejército paraguayo, militarización que se verá fortalecida por la irreal posibilidad de un conflicto armado. Y obviamente el gobierno estadounidense, que busca mantener y aumentar su presencia en el continente, apoyará un enfrentamiento militar con Bolivia, considerando sobretodo la fuerte oposición del nuevo gobierno boliviano al gobierno de EE.UU.
Nicanor habla de defensa de los bienes estratégicos y recursos naturales, y de la posibilidad de generarse un espíritu de dominación política o territorial en la región. Pero con la sistemática presencia de tropas de EE.UU. en nuestro país, él y el gobierno paraguayo apoyan la entrega de nuestros recursos y la dominación de la cual ya estamos siendo objeto.
Terminemos con esta farsa orquestada por Nicanor y las FF.AA.. Terminemos con la mentira de que podemos enfrentarnos militarmente a Bolivia. Acabemos con el cuento de que las FF.AA. deben tener más presupuesto. Hoy el país necesita salud, trabajo, educación, reforma agraria, y no más ejército, armas y represión militar.
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