El presidente de Bolivia, Evo Morales, comenzó este martes su tercer año de gobierno con el reto de concretar la puesta en marcha de una nueva constitución y superar los brotes divisionistas en algunas zonas del país. Morales ha cumplido dos de sus tres principales promesas: la realización de la constituyente y la renacionalización de […]
El presidente de Bolivia, Evo Morales, comenzó este martes su tercer año de gobierno con el reto de concretar la puesta en marcha de una nueva constitución y superar los brotes divisionistas en algunas zonas del país.
Morales ha cumplido dos de sus tres principales promesas: la realización de la constituyente y la renacionalización de los hidrocarburos, según despachos procedentes de La Paz, la capital administrativa boliviana.
El tercer pendiente pero no prioridad de Morales es el juicio por corrupción y represión al ex mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada y allegados, todos los cuales se exiliaron en Estados Unidos. El gobierno boliviano no ha presentado a Estados Unidos solicitud de extradición de Sánchez de Lozada.
Los logros de Morales en sus primeros dos de cuatro años de gobierno incluyen la entrega de bonos a estudiantes de primaria y adultos mayores, así como créditos a pequeños productores.
La renacionalización de los hidrocarburos fue dispuesta por Morales el 1 de mayo de 2006 para una redistribución de los ingresos: 82 por ciento para el gobierno y 18 por ciento para las empresas privadas.
Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), ganó la presidencia del país altiplánico en los comicios del 18 de diciembre de 2005 con el 53,7 por ciento de los votos.
El mandatario afronta la inconformidad de las autoridades de los departamentos de Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija, que integran la denominada Media Lula y exigen autonomía al margen de la nueva constitución.
Los cuatro departamentos se pronunciaron contra un recorte del impuesto directo a los hidrocarburos y se sumaron a la demanda del departamento de Chuquisaca de que Sucre sea la capital definitiva del país.
Dentro del conflicto, Morales propuso que el presidente y los prefectos (gobernadores) sean sometidos a un referéndum revocatorio para que su continuidad en los cargos sea definido por los electores.
Morales se convirtió en el primer mandatario que ha estado más tiempo en la presidencia en Bolivia, pues el país tuvo cinco gobernantes de 1997 a 2006 debido a la inestabilidad política.
Gonzalo Sánchez de Lozada abandonó la presidencia y huyó del país tras movilizaciones que dejaron 60 muertos en las ciudades de La Paz y el Alto, de septiembre a octubre de 2003.
Morales propugna el fin del neoliberalismo en Bolivia, donde la riqueza se concentra en menos del 5 por ciento de la población y la pobreza alcanza al 60 por ciento de los habitantes.
La adopción de la nueva carta magna en diciembre por parte de la asamblea constituyente es señalada por el gobierno como un ‘proceso revolucionario en democracia’. El vicepresidente de Bolivia, Alvaro García, dijo que ‘reconocemos que el panorama es complejo pero el gobierno está abierto al diálogo incondicional’.
El prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, de oposición, dijo que hay dos procesos revolucionarias, uno las autonomías y el otro la nueva carta magna.
‘Nadie está en desacuerdo en el cambio, queremos ir para adelante, pero sin imposiciones’, agregó.
Otras acciones importantes de gobierno de Morales incluyen apoyo a la productividad comunitaria, educación, salud, vivienda y exportaciones, así como reservas internacionales sólidas y superávit comercial.
En dos años de gestión de Morales, el gobierno recuperó al menos cuatro empresas estatales.
Las firmas fueron Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la metalúrgica Vinto; la Empresa Minera Huanuni y la empresa Aguas del Illimani, que luego cambió de nombre a Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas).
El gobierno creó las estatales Cartonbol (de cartón), Papelbol (papel); Boliviana de Aviación (BoA) y la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA).