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Unidad entre la COB del minero Solares, los cocaleros de Evo Morales, las Juntas Vecinales de El Alto del carpintero Abel Mamani, la Coordinadora de Defensa del Gas del fabril Olivera y los líderes campesinos e indígenas como el “Mallku” Felipe Quispe

El pueblo en lucha se une contra el neoliberalismo y las transnacionales

Fuentes: econoticiasbolivia.com

«El Diablo unió a la oligarquía, Diosito y la Pachamama a sus hijos, a los más pobres, para derrotar a la oligarquía y nacionalizar los hidrocarburos», dicen los sindicalistas, tras sellar la unidad entre la COB del minero Solares, los cocaleros de Evo Morales, las Juntas Vecinales de El Alto del carpintero Abel Mamani, la […]

«El Diablo unió a la oligarquía, Diosito y la Pachamama a sus hijos, a los más pobres, para derrotar a la oligarquía y nacionalizar los hidrocarburos», dicen los sindicalistas, tras sellar la unidad entre la COB del minero Solares, los cocaleros de Evo Morales, las Juntas Vecinales de El Alto del carpintero Abel Mamani, la Coordinadora de Defensa del Gas del fabril Olivera y los líderes campesinos e indígenas como el «Mallku» Felipe Quispe, Román Loayza, Alejo Véliz, Rufo Calle. Se exacerba la lucha nacional y la lucha de clases. El pueblo va por el gas, por el agua, por la dignidad nacional

Econoticiasbolivia (La Paz, marzo 9, 2005).- La lucha popular contra las transnacionales y el neoliberalismo dio este miércoles un nuevo paso adelante cuando todas las organizaciones sociales, sindicales, campesinas e indígenas de Bolivia se unieron en un solo bloque para recuperar las riquezas naturales y lograr la liberación nacional.

El «pacto revolucionario de unidad» fue sellado por la Central Obrera boliviana (COB) del minero Jaime Solares, la Confederación Sindical Única de Trabajadores de Bolivia de Felipe Quispe, el «Mallku» del Altiplano, por las federaciones de cocaleros del diputado Evo Morales, por la Coordinadora de defensa del Gas del fabril Oscar Olivera, la Federación de Juntas Vecinales de El Alto de Abel Mamani y por otras organizaciones menores de El Alto como el M-17 del ex líder de la Central Obrera regional, Roberto de La Cruz y otros dirigentes campesinos del Altiplano y los valles como Rufo Calle, Román Loayza y Alejo Véliz, además de representantes de campesinos sin tierra, universitarios, maestros, desocupados y comerciantes minoristas.

Todas estas organizaciones, especialmente de campesinos y obreros, desarrollaban sus acciones de forma desarticulada y dispersa, mientras que los cocaleros, colonizadores, indígenas y campesinos leales a Evo Morales defendían hasta hace poco al régimen neoliberal de Carlos Mesa.

Sin embargo, tras que Mesa lograra articular al bloque neoliberal en defensa de las transnacionales del petróleo y del agua, con una alianza entre el gobierno y el Congreso dominado por los partidarios del derrocado ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, los sectores populares controlados por Morales retiraron su apoyo a Mesa y se alinearon en la lucha contra el régimen neoliberal.

«El estado mayor del pueblo se va a reunificar para combatir el modelo económico», dijo el líder cocalero y jefe del Movimiento al Socialismo (MAS), que a mediados del pasado año había sido expulsado de la COB por «traidor», pero que ahora se reconciliaba con los sectores populares que combaten al neoliberalismo.

«Desde ahora se intensifica el bloqueo nacional de caminos en todo el país hasta que el gobierno cumpla con el mandato de octubre (cuando una insurrección popular derrocó al ex presidente Sánchez de Lozada). El Alto y el Chapare son desde ahora el cuartel general de la lucha social», agregó Solares, al dar a conocer públicamente el pacto antineoliberal.

Los informes oficiales establecen que al mediodía de este miércoles existían por lo menos 39 puntos de bloqueo en todo el país, en cinco de los nueve departamentos de Bolivia, agudizándose la lucha social y de clases. «Se ha incrementado el número de bloqueos», confirmó el general David Aramayo, comandante de la Policía Nacional. Sólo en Chapare habrían 20 bloqueos y en casi todos ellos la demanda era la recuperación de la propiedad estatal sobre el gas y el petróleo, además de la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Lo mismo demandan en las principales carreteras del país que unen El Alto y La Paz con Oruro y las que vinculan Cochabamba con Santa Cruz, Chuquisaca y La Paz

LA OTRA BOLIVIA

«Esta es la otra Bolivia, la Bolivia que todavía no tiene su presidente (…) Viene la Asamblea Constituyente y allí esta mayoría histórica, esta mayoría nacional elegirá su propio presidente porque el mestizo del Carlos Mesa nos ha traicionado (…) Quizás ni en su perra vida haya pensado ser presidente», declaró el «Mallku» Felipe Quispe, que el año pasado renunció a su curul de diputado nacional, «asqueado de la política burguesa».

«El Diablo unió anoche a la oligarquía, encabezada por las petroleras; hoy, Diosito y la Pachamama unió a sus hijos, a los pobres, para derrotar a la oligarquía, para lograr la nacionalización de hidrocarburos y la Constituyente», añadió Roberto de La Cruz, mientras Abel Mamani aseguraba que El Alto seguirá en la lucha hasta lograr la expulsión de la mayor transnacional del agua que opera en esa ciudad y en La Paz.

SECTORES MIDEN FUERZAS

En tanto, el presidente Mesa convocó a la población, especialmente a los sectores más acomodados de la clase media, donde tiene fuerte apoyo, a salir a las calles para enfrentar a los huelguistas y bloqueadores, a los que también amenazó con la cárcel.

«Salgamos a las calles, copemos las plazas principales, sobre todo de las nueve capitales de departamento para expresar nuestra oposición militante y radical contra los bloqueos, hay que ir en contra de los bloqueos», dijo y convocó a una concentración que se realizará al mediodía día de este jueves.

En esta creciente polarización de fuerzas y agudizamiento de la lucha de clases, los sectores populares anunciaron la realización de un gran ampliado nacional en el Chapare el próximo 17 de marzo, para delinear un plan de lucha que será ejecutado por todos los sectores sociales y populares, profundizando lo que desde varios días atrás realizan los vecinos y trabajadores de los barrios más pobres de El Alto, los cocaleros del Chapare y los campesinos de los valles del norte y centro de Bolivia.

Estos sectores fueron respaldados esta mañana por una columna de casi un millar de marchistas campesinos que ingresaron al centro de La Paz. Mascando coca y con las whiphalas (la bandera de los pueblos originarios) estos indígenas del Consejo Nacional de Ayllus y Marcas del Qollasuyo llegaron desde el altiplano, exigiendo la convocatoria a la Asamblea Constituyente y la nacionalización del gas.

Mucho más al norte, en Potosí, a la misma hora los campesinos intensificaron el bloqueo de las carreteras interdepartamentales bajo las mismas consignas, según informó el dirigente Florencio Peralta.

En tanto que en la convulsionada ciudad de Santa Cruz, transportistas, vecinos y policías se enfrentaban en las calles por la elevación de las tarifas del transporte. Los dirigentes vecinales y de la Central Obrera convocaron a detener los abusos de los transportistas y a reiniciar la lucha contra el gobierno neoliberal que decretó el alza de los carburantes, y que es la raíz de la confrontación que dejó hoy un saldo de varios heridos y contusos.

Otro sector que se incorporó a la lucha anoche, fue el de los campesinos de la provincia Tapacarí que bloquean la carretera Cochabamba a Oruro, a la altura de Sayari en el kilómetro 87, informó Fortunato Alvarez, dirigente del sector. Los campesinos exigen el 50 por ciento de regalías, Constituyente y juicio y cárcel para el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.