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El racismo, enfermedad senil del colonialismo

Fuentes: Rebelión

Seguros de que Bolivia era moderna, democrática y con ciudadanías políticas en constante crecimiento, descubrimos de una manera dramática que no somos lo que nos hicieron creer, que vivimos en una sociedad que tiene una elite premoderna, cavernaria y contaminada hasta los tuétanos por el racismo. Ha sido precisamente la asamblea constituyente boliviana, la que […]

Seguros de que Bolivia era moderna, democrática y con ciudadanías políticas en constante crecimiento, descubrimos de una manera dramática que no somos lo que nos hicieron creer, que vivimos en una sociedad que tiene una elite premoderna, cavernaria y contaminada hasta los tuétanos por el racismo.

Ha sido precisamente la asamblea constituyente boliviana, la que nos ha hecho visibilizar de manera dramática que el racismo es la columna vertebral de la visión uninacional proclamada por PODEMOS y los comiteístas mediolunaticos,

Descubrimos que ese racismo viene de un viejo trauma, el colonialismo, y ha subsistido en toda la historia republicana. La colonización de América del Norte y del Sur, así como la de Australia en los siglos XVII y XVIII, la política colonialista de Japón a comienzos del siglo XX o el holocausto en Europa, son ejemplos del racismo en la memoria larga y corta de los pueblos.

El racismo contemporáneo es mucho mas sencillo de aprender, basta con golpear al que se considera inferior, basta con escupirle en la cara, basta con invisibilizarlo, tal como ocurrió en la colonia y ocurre hoy en pleno siglo XXI.

Entonces el racismo es fundamentalmente una ideología simplona pero efectiva, no requiere de grandes elaboraciones teóricas, se funda en la noción de superioridad que un grupo tiene de sí mismo y una supuesta inferioridad de todos los demás grupos, particularmente la de los indígenas.

En la constituyente boliviana, los espíritus del pasado, todos ellos racistas de color blanco -o blanqueados-, renuevan su discurso, mimetizan sus delirios de superioridad, refuerzan sus estructuras simbólicas y materiales.

Bolivia esta siendo testigo, de cómo intereses de la embajada norteamericana usan el racismo, lo financian, le abren escenario mediático. Bolivia es testigo de cómo elites provincianas se prestan a un plan de conspiración que pretende el fracaso de Evo Morales, la Asamblea Constituyente, la consolidación de la Bolivia plurinacional y el proceso de descolonización, pretende mostrar que los indios no sabemos gobernar, que nacimos para ser gobernados…

Bolivia es testigo de una articulación reaccionaria sustentada en el racismo, aquel de los mas violentos, que funciona de modo planificado, que se disfraza de democracia y al mismo momento enarbola un discurso guerrerista, que se muestra como víctima cuando en realidad son victimarios, que reclaman Estado de Derecho y pregonan a los cuatro vientos Autonomías de facto, usan una verborrea armada de venganza, de piel blanca además de «camba», de ilustres además de «chuquisaqueños».

Somos testigos de un plan de conspiración que ya ha tenido varios muertos en su haber, es el tiempo de parar en seco esta escalada de violencia racial financiada por la embajada norteamericana, articulada por el comité cívico pro Santa Cruz y apoyada por los legisladores y constituyentes de PODEMOS.

PODEMOS ha sido la causante de la tragedia en Sucre, su dirigente Tuto Quiroga no olvida las enseñanzas de su padre político -el dictadorzuelo de los setenta Hugo Banzer Suárez-, no olvida las mañas heredadas de la colonialidad y hoy enarbola banderas que en la historia de la humanidad han traído luto y dolor, alza el color de la piel como ideología travestí, maneja los medios de comunicación como maneja a sus empleados, convertido en pelele de los comiteistas, repite frases huecas copiadas del embajador Philip Goldberg, tal cual…

Los comiteístas cambas, ensamblaje político de la embajada norteamericana han desarrollado un plan político de alto riesgo, al poner todo el país en vilo, los comiteístas copiaron el modelo americano de guerra para no sufrir consecuencias materiales, sino solo el costo de vidas humanas, este es el sistema harapiento sobre el cual los comiteístas sustentan su existencia, y en el cual los dirigentes cívicos, el rector universitario, la alcaldesa, los parlamentarios de PODEMOS y los neofalangistas de la ciudad blanca son cómplices. El racismo es la enfermedad senil del colonialismo interno y externo.

NO PASARAN…