Recomiendo:
0

El referéndum de Evo, un problema para la oposición

Fuentes: Clarín

El referéndum revocatorio del 10 de agosto que desde el gobierno se pensaba como una vía de salida a la crisis que vive Bolivia se transformó en parte del problema, y quedó sumergido en una sombra de dudas. El Consejo Nacional Democrático -que agrupa a cinco de los nueve gobernadores– rechazó ayer la consulta y […]

El referéndum revocatorio del 10 de agosto que desde el gobierno se pensaba como una vía de salida a la crisis que vive Bolivia se transformó en parte del problema, y quedó sumergido en una sombra de dudas.

El Consejo Nacional Democrático -que agrupa a cinco de los nueve gobernadores– rechazó ayer la consulta y demandó que, de no mediar un «gran acuerdo nacional», deberían adelantarse las elecciones para todos los cargos.

La agenda original de la cita opositora era discutir cómo expandir la autonomía a otras regiones de Bolivia, como Cochabamba, Potosí -mediante una alianza con el alcalde René Joaquino- y Chuquisaca, donde hay elecciones de gobernador el próximo domingo y la oposición intenta arrebatarle esta plaza al gobierno con una candidata quechua ex simpatizante de Morales.

Pero los gobernadores de Cochabamba Manfred Reyes Villa y de Pando, Leopoldo Fernández, tienen otra preocupación en la cabeza e impusieron una línea dura contra el revocatorio. La consulta del próximo 10 de agosto podría eyectarlos del lugar de líderes regionales del que disfrutan desde hace décadas. Ilegal, distractivo, imposición del centralismo, cortina de humo, fueron algunos de los adjetivos descalificadores usados para rechazar el plebiscito.

Y a estos temores personales se suman las certezas políticas del gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas: el revocatorio está sacando de la escena los éxitos en las urnas de los autonomistas y Evo Morales tiene todas las de ganar: mientras él podría ser revocado si el rechazo a su gestión supera el 53,7%, los gobernadores -según la aritmética aprobada- podrían perder sus cargos con menos de 50% de rechazo. Y los líderes de La Paz y Tarija también pueden perder sus cargos.

Los autonomistas se sienten envalentonados con el triunfo del domingo en Tarija, donde el Sí a los estatutos autonómicos recibió un apoyo del 80%, casi no hubo incidentes y la abstención – a la que convocó el MAS de Evo Morales- consiguió sólo el 36% y fue menor que en la consulta de Santa Cruz convocada también sin base legal, pero sin que el Estado central pudiera evitarla.

Originalmente un proyecto de Morales, la consulta, fue reactivada sorpresivamente por la derecha parlamentaria liderada por el ex presidente Jorge «Tuto» Quiroga en mayo pasado y los gobernadores autonomistas quedaron -en sus propias palabras– «perplejos».

El domingo ya se veía venir este rechazo opositor y Evo Morales pidió a sus rivales no ser «cobardes» y someterse al voto popular. Y el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana dijo temer que el rechazo al referéndum favorezca un escenario de violencia en las regiones opositoras.

La derecha rechaza la Constitución nacionalista e indigenista promovida por Morales y este último no quiere saber nada con los estatutos que vuelven a Bolivia un país casi federal.

Pero ahora la luz al final del túnel imaginada para superar el actual «empate catastrófico» entre el gobierno y las regiones opositoras quedó titilando débilmente y la incertidumbre vuelve a ganar terreno entre todos los bolivianos.