Mientras el brillante periodismo mediático pone el eje de la discusión en que si D´elía violó la propiedad privada al cortar un alambrado, son casi 17 millones de hectáreas entregadas.El subsecretario de Tierras para el Hábitat Social, Luis D’Elía, defendió su decisión de abrir tranqueras sobre un camino que cruza campos pertenecientes al empresario norteamericano […]
Mientras el brillante periodismo mediático pone el eje de la discusión en que si D´elía violó la propiedad privada al cortar un alambrado, son casi 17 millones de hectáreas entregadas.
El subsecretario de Tierras para el Hábitat Social, Luis D’Elía, defendió su decisión de abrir tranqueras sobre un camino que cruza campos pertenecientes al empresario norteamericano Douglas Tompkins en Corrientes, actitud que podría costarle una denuncia por violación de la «propiedad privada». Como en el camino se encontró con «la ruta alambrada», decidió, junto a los diputados que lo acompañaban, «cortar el alambre».
La compra de tierra, supuestamente, como » fin filantrópico» no es otra cosa que el apoderamiento de las fuentes de Aguas, ya sea en la triple frontera y toda la zona del Acuífero Guaraní, así como en la Patagonia argentina y chilena.
Las compras de tierras en Argentina existen, se están apoderando del territorio nacional y el Gobierno no tiene mejor idea que poner a un lobbista o admirador de Tompkins en turismo de la Nación. El Sr.Enrique Meyer, secretario de Turismo del Gobierno de Nestor Kirchner.
Detrás de Douglas Tompkins esta la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de los EE.UU.) que tiene 7 veces mas presupuesto que la CIA.
La Patagonia, -es un ejemplo-, es un centro predilecto y poco a poco se está recortando su hegemonía como patrimonio nacional. Las «inversiones extranjeras», -únicas que aparecen de momento en el país-, están destinadas a la adquisición de campos privados y de tierras fiscales.
Estas compras al ser realizadas bajo legislación estadounidense y patrocinadas por la UNESCO por su carácter ecologista, rompen con la soberanía nacional quedando bajo el amparo de la ONU, pese a violar legislaciones nacionales, como la imposibilidad de tener tierras a menos de 150 kilómetros de frontera terrestre y a 50 km del mar. Douglas Tompkins reclama, a través de su empresa (THE PATAGONIA LAND TRUST), que el gobierno de la provincia renuncie a estos lugares quedando finalmente regidos bajo las leyes de EE.UU.
Existen algunos políticos argentinos que aspiran a que la Patagonia se escinda del resto del país, entre ellos se destaca el gobernador neuquino Jorge Sobish, quien hasta habría pensado en convocar a una consulta popular para definir una postura sobre el tema.
En las adquisiciones de las estancias santacruceñas (Monte León, Dor Aike, El Rincón y Sol de Mayo) fueron concretadas en varias ocasiones con el acompañamiento de la Fundación Vida Silvestre; mientras que la compra de la Estancia La Esperanza (ubicada en la Península de Valdéz de la provincia de Chubut) se efectivizó con el auspicio de la Fundación Patagonia Natural; en tanto que la obtención de grandes zonas de los esteros del Iberá (en la provincia de Corrientes) se consumaron con la ayuda de la Fundación Ecos de Uruguay.
Tompkins, el «empresario norteamericano», propietario de la cadena internacional de indumentarias Sprit, nombrado ya en la provincia, recientemente adquirió otras 105.000 hectáreas de campos y lagunales en la zona de Perugorría, que anteriormente pertenecían a Pérez Companc. El monto de la operación osciló en 18 millones de dólares. Entre los activos vendidos figuran 20.000 hectáreas de plantaciones de pinos.
Anteriormente Tompkins se quedó con la estancia de la familia Anzuela, de 60.000 hectáreas de superficie, ubicada en el medio de los esteros del Iberá -de gran valor por sus reservas de agua dulce- además de otro campo que pertenecía al Grupo Blaquier (Azucarera Ledesma), de 40.000 hectáreas, en la misma zona del humedal. En total, ya cuenta con más 205.000 hectáreas en pleno corazón de la provincia.
Tompkins, un «filántropo» -agente de una agencia de seguridad- que utiliza su dinero para invertir en propiedades en todo el mundo con aparentes fines de resguardarlas y crear ámbitos naturales de preservación, dispone de otros negocios de envergadura en su país.
Cortó el sur de Chile
Al concluir el último siglo el mismo terrateniente norteamericano se hizo de 274.000 hectáreas en la zona de Reñihué, al sur de Chile, donde creó la reserva Pumalín ubicada entre Puerto Montt y Puerto Aisen, que divide la porción más angosta de la nación vecina. Ello provocó una suerte de «corte» en el sur chileno, lo que generó un debate público y conflictos políticos al gobierno de Ricardo Lagos, con mucha trascendencia en la prensa transandina.
Acuíferos, siempre acuíferos
El mismo Douglas Tompkins había adquirido a mediados de 1990, 3.749 hectáreas en el paraje Piñalito de Misiones, por medio del médico filántropo Terry Moore, conocido en la vecina provincia como «El inglés de la selva». Asimismo, en su condición de presidente de la ONG The Conservation Land Trust, tanto Tompkins como su esposa Kristina viajan de seguido a la Argentina, donde han participado de foros que analizan problemas vinculados con el manejo de los recursos acuíferos.
El multimillonario norteamericano también preside la entidad denominada The Cat Survival Trust, como parte de un proyecto mundial tendiente a preservar las especies de felinos en extinción, entre los cuales se encuentra el yaguareté o tigre misionero.
En cuanto a las más de 200.000 hectáreas correntinas que pasaron a sus manos, la mitad se hallan dentro de los humedales del Iberá, incluyendo una isla en medio de los esteros, donde nace el río Corriente. La otra mitad formaba parte de los activos de la ex Pecom Forestal.
Mientras todo esto sigue sucediendo, la mayoría de la población argentina permanece absolutamente ausente e indiferente; y sin ningún tipo de injerencia en un tema que debiera ser de vital importancia para todos los habitantes, salvo alguna que otra localidad o comunidad indígena directamente afectada y alguna organización ruralista, que han manifestado intenciones de bloquear estos mecanismos que permiten el acceso de extranjeros a enormes extensiones territoriales.
Cuando la población reaccione, ¿será en la diáspora?