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Marc Falcoff, asesor de Bush, "predijo" ese año la balcanización de los andes

El separatismo que sufre Bolivia comenzó en el 2004, con Carlos Mesa

Fuentes: Rebelión

Durante el gobierno de Carlos Mesa, sucesor de Sánchez de Lozada, comenzó a ponerse en práctica un «guión» diseñado por el intervencionismo norteamericano. En junio del 2004, un asesor de Bush y Cheney en políticas de intervención militar norteamericana, Marc Falcoff, escribió un intrigante artículo titulado «¿Los últimos días de Bolivia?» que fue publicado por […]

Durante el gobierno de Carlos Mesa, sucesor de Sánchez de Lozada, comenzó a ponerse en práctica un «guión» diseñado por el intervencionismo norteamericano. En junio del 2004, un asesor de Bush y Cheney en políticas de intervención militar norteamericana, Marc Falcoff, escribió un intrigante artículo titulado «¿Los últimos días de Bolivia?» que fue publicado por el American Enterprise Institute (AEI, el organismo «académico» de la CIA) en su revista Latin American Outlook. Según ese reporte, nuestros días estaban contados…
 
La mano negra del norte
 
Fue durante el gobierno de Carlos Mesa cuando comenzó el proceso separatista que hoy sufre Bolivia. El Referéndum del 18 de julio del 2004 -cuando se puso en juego la venta de nuestro gas a Chile-, y la decisión para elegir prefectos fuera de la actual estructura constitucional -abriendo puertas a las «autonomías departamentales»-, fueron el comienzo del fin. El guión de este drama fue escrito ese año por Marc Falcoff, uno de los principales ideólogos del intervencionismo militar del gobierno de Bush.
 
El guión separatista de Marc Falcoff
 
La teoría de Falcoff se convirtió en una receta para engordar al chancho. Aseguraba que a Bolivia la dividirán en dos países sus diferencias raciales y geográficas «quizás irreconciliables» de acuerdo a su «principal» producto de exportación: la región del altiplano exportadora de coca, de donde proviene el actual presidente Evo Morales; y las tierras bajas, encabezadas por el departamento de Santa Cruz, productoras de gas natural. Según Falcoff, la nación cocalera estaría dominada principalmente por indígenas, y las tierras bajas por gente de ascendencia «más europea».
 
La República de Santa Cruz
 
Marc Falcoff (uno de los ideólogos de la invasión a Irak, que actualmente promueve la intervención en Irán) dijo a los chilenos cuando estuvo en Santiago el año 2005 que «de ser creada la República de Santa Cruz, tendrá relaciones absolutamente normales con Chile». Afirmó que no sabía qué haría Argentina, pero advirtió que si Brasil reconocía a «esta nueva República», Buenos Aires no tendría más remedio que hacer lo mismo.
 
Reyes Villa, el separatista trasnochado
 
Manfred Reyes Villa, Prefecto de Cochabamba elegido gracias el decreto de Carlos Mesa, fue el primero en reconocer esa «nueva República» ideada por Falcoff, cuando proclamó en un cabildo el pasado 14 de diciembre: «Adelante Santa Cruz con su independencia», intentando forzar, ilegalmente, un nuevo referéndum autonómico para anexar a Cochabamba con Santa Cruz dentro la llamada «media luna» autonómica. En el referéndum del 2 de julio del 2006, Cochabamba votó por el No a esa autonomía.
 
Engordando al chancho
 
Marc Falcoff tomó contacto con los principales líderes cívicos y empresariales de Santa Cruz, varios de ellos de origen croata, a comienzos del 2005, durante una reunión promovida en Santiago de Chile por la Cámara de Industria y Comercio de aquel país. También fueron invitados a esa reunión «reservada», representantes de la élite de Tarija, principal Departamento gasífero del país. A partir de ese encuentro comenzó la ola de «cabildos», «paros cívicos» y otro tipo de presiones emprendidas desde Santa Cruz, con la finalidad de engordar al chancho separatista. Nunca imaginamos que el chancho reventaría en Cochabamba con la razzia del pasado 11 de enero organizada por el prefecto Reyes Villa. Hasta entonces Cochabamba era considerado «el corazón de la integración nacional».
 
Autonomía balcanizadora
 
Está claro que la idea de las «autonomías departamentales» no nace precisamente del seno de la sociedad boliviana. Los intereses financieros sinarquistas que dominan el cartel de los hidocarburos insisten en el guión definido por Falcoff en su famoso artículo, donde se lee además lo siguiente: «De seguir las tendencias actuales, pudiéramos ver la primer alteración de envergadura en el mapa político sudamericano en más de cien años».
 
Holocausto sudamericano
 
Es decir que Marc Falcoff no sólo promueve la desintegración de Bolivia sino incluso la balcanización de Sudamérica. Por eso las Fuerzas Armadas de Chile están pertrechadas con las mismos arsenales que EE.UU. utiliza en Irak (al Chile neoliberal el Pentágono le asigna el mismo rol de Israel contra el mundo árabe, equiparado al mundo indígena andino); por eso están las tropas del Pentágono en el Chaco fronterizo entre Bolivia y Paraguay. Y a esa estrategia intervencionista ayudan mucho las bravuconadas belicistas del venezolano Hugo Chávez.
 
¿Qué hacer?
 
Si asumimos que así de negras se pintan las perspectivas en Bolivia, no queda sino la alternativa de reconducir el actual proceso autonómico que es separatista, mediante una fórmula de autonomías megaregionales que son integrales e integradoras. Y hacer algo para que Evo sea más Mandela que Chávez.