Además de recaudar las cifras record que los organizadores del TELETON [1] dicen necesitar, pretenden instalarse como lideres morales de una idea bizarra pergeñada por una burguesía filantrópica. Aunque los organizadores hagan maroma y media para relativizar los beneficios que recauda TELEVISA [2] , el espectáculo en su totalidad es denigrante y soez si, especialmente, […]
Además de recaudar las cifras record que los organizadores del TELETON [1] dicen necesitar, pretenden instalarse como lideres morales de una idea bizarra pergeñada por una burguesía filantrópica. Aunque los organizadores hagan maroma y media para relativizar los beneficios que recauda TELEVISA [2] , el espectáculo en su totalidad es denigrante y soez si, especialmente, se lo contrasta con el papel histórico de las empresas que, año con año, se camuflan de solidarias ante lo que en la realidad cruda les importa un bledo. Con el TELETON, y otros desplantes que ellos llaman «solidarios», pretenden saldar su cuota de «Responsabilidad Social de las Empresas». Y muchos aprovechan la pachanga para subirse al desfile de la bondad televisada.
Mientras tanto el gobierno espurio aplaude a sus padrinos y jefes mediáticos, les disculpa todo (incluso el pago de impuestos) y les prepara donativos que exceden los pertinentes al TELETON. Ya se anuncia la entrega disfrazada de negocios jugosos en televisión, radio, prensa, Internet, telefonía… el monopolio TELEVISA atendido cariñosamente por los burócratas que financia. Es decir, sus empleados con cargo al erario. Celebran alegremente su hipocresía y aprovechan todo para invisibilizar el desastre económico-político en que han hundido al país: «Las cifras hablan por sí solas. En 2009 el PIB mexicano cayó un 5,5 por ciento, según cálculos oficiales del gobierno. No obstante, la OCDE dice que la caída será aún más abrupta, un – 8 por ciento. El déficit fiscal está en aproximadamente 400.000 millones de pesos y el próximo año se prevé que suba hasta los 500.000 millones de pesos. El gobierno de Calderón está decidido a poner todo el peso de los recortes al gasto público sobre los hombros de las masas.« [3] Este en un negociado literalmente «espectacular» comercia con las donaciones, con la generosidad de las personas y con el déficit nacional de atención a la salud. Usan a los millones de discapacitados como señuelo de una estratagema mediática que les sirve de parapeto para esconder las millones de canalladas que hacen en las pantallas y detrás de ellas.
Exhibir «discapacitados» les resultó buen business
El desprestigio internacional de TELEVISA recibe un lavado de cara anual en el que se manosea sin pudor el drama de millones de personas carentes de toda atención pública en materia de salud. Esta payasada ocurre plagada con luces y sonrisas de farándula en un escenario de hipocresía monstruosa mientras el país entero se hunde en pandemias, desnutrición, obesidad, dengue, sida… las empresas patrocinantes, de la mano de TELEVISA, hacen un negocio estelar con imagen de humanitarios. Es falso que apoyen una causa noble, lo que hacen es usarla para alimentar a la bestia de la publicidad y la mercadotecnia que les mueve fortunas y les provee coartadas para evadir millonadas en impuestos. «La verdad de todo es que las empresas hacen un enorme negocio al aparecer en un horario estelar con el mayor rating de la televisión, y lo que las empresas buscan es precisamente esa imagen hipócrita de filántropos humanitarios, cuando en realidad se están haciendo publicidad a muy buen precio.» [4]
Escondido en toda esa parafernalia farandulera se incuba una moral discriminatoria que hace de los discapacitados un objeto de uso y exhibición obscena. Se deforma la realidad televisivamente con lloriqueo políticamente correcto. Obligan a los discapacitados a ser cómplices de un modo de pedir limosna de manera nice, moralista y discriminatoria. Aunque parece que todos se conduelen y solidarizan, aunque se dice y se aparenta un gesto fraternal… aunque pongan cara de compungidos y derramen lágrimas televisivas, en el fondo lo que están diciendo es que debemos «ayudar» a los discapacitados que están «mal» nosotros los que estamos «bien». Que el abandono se arregla con dádivas, que la conciencia se lava con limosnas. Con la pedantería de clase que exudan sus inflexiones de voz, con el tonito gomoso de la «gente rica», con el sonsonete bobalicón de los niños de papi… se infecta y empeora el moralismo burgués que muestra glamoroso su amor por el prójimo y sanciona a aquellos que se atreven a cuestionar los principios, los medios y los fines de este circo mediático de la sensiblería manipuladora.
No está mal hacer un bien… lo que está mal es comerciar vanidades con eso
La «discapacidad», con sus penurias e injusticias, debe ser atendida con las exigencias éticas, médicas y psicológicas más avanzadas, y tal atención no puede ser obra de la «buena voluntad» burguesa sino del ejercicio socialista de un derecho que, precisamente, el capitalismo le ha conculcado a la humanidad. El gobierno comete un crimen social si abandona sus obligaciones en materia de salud pública en manos de comerciantes. El gobierno comete un crimen si abandona los conceptos y las ganancias de una mega-colecta al criterio mercantil de unos cuantos que deciden a su antojo mass media lo que vale y lo que no vale. Más temprano que tarde habrá que poner en su lugar ésta afrenta impúdica e impune y habrá que garantizar la obligación y el derecho de procurar justicia social y atención médica universal, no con dádivas. Hay personas «discapacitadas», muchos son niñas y niños, presa de una farándula oportunista, hipócrita y racista. Tal cual la vemos en la tele.
[1] http://www.teleton.org.mx/
[2] «Entre los mil hombres más ricos del mundo, en México hay 10; uno de ellos es Emilio Azcárraga Jean, dueño de Televisa, miembro de los Consejos de Teléfonos de México, S.A. de C.V., Banamex-Accival, Hombres de Negocios, Univisión, así como de los Grupos «Ciudad de México», Endeavor y Axo; intentando extender su negocio, ahora está construyendo estudios de telenovelas en China y compró a Bestel, una compañía de telecomunicaciones en EUA. Su fortuna alcanza los mil 600 millones de dólares.» Joaquín Alfonso http://www.militante.org/node/522