Introducción Primero Marini-definición contrainsurgencia-estado de cuarto, luego lo que es la guerra sucia, luego lo que son los paramilitares, luego los vínculos entre criminales (civiles) y el Estado, luego narcoparamilitares Conforme ha avanzado el proyecto de la burguesía monopólica nacional, estrechamente vinculada a la burguesía imperialista, especialmente a la norteamericana, en México se ha privilegiado […]
Introducción
Primero Marini-definición contrainsurgencia-estado de cuarto, luego lo que es la guerra sucia, luego lo que son los paramilitares, luego los vínculos entre criminales (civiles) y el Estado, luego narcoparamilitares
Conforme ha avanzado el proyecto de la burguesía monopólica nacional, estrechamente vinculada a la burguesía imperialista, especialmente a la norteamericana, en México se ha privilegiado el uso de las Fuerzas Armadas como elemento central de su estrategia. Conformándose así, un Estado contrainsurgente, el cual tiene como esencia, desde el punto de vista de su estructuración y funcionamiento, el hecho de que las Fuerzas Armadas sólo comparten el poder con la burguesía.
Estado que, al amparo de instituciones aparentemente democráticas, ha posibilitado a las Fuerzas Armadas ejercer un importante papel en la vigilancia, el control y la dirección de los asuntos del Estado. Derivando en los hechos, en el avasallamiento del aparato estatal por las Fuerzas Armadas, por encima de las estructuras propias de la democracia parlamentaria que se ostentan.
Y para lo cual, la supuesta guerra contra el narcotráfico ha sido el más importante impulsor de medidas de corte militar. Así desde el 12 de mayo pasado, el general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, encabezó la firma del convenio para la construcción de un cuartel destinado a una brigada de Policía Militar en San Pedro de las Colonias, Coahuila. Mismo que tendrá un costo de más de 500 millones de pesos. Además, Cienfuegos también ha puesto en marcha un proyecto para que la Policía Militar (PM) asuma un papel predominante en los estados y la federación. Y espera que, para el término del presente sexenio, cada una de las 12 regiones militares cuente con un batallón del agrupamiento de dicha policía.
Dentro de la misma lógica, en febrero pasado fueron inauguradas instalaciones para la Policía Militar en el Municipio de Escobedo, Nuevo León, que tuvieron un costo aproximado de 500 millones de pesos, ambos proyectos, desarrollados bajo un esquema de inversión que incluye la participación pública y privada. De forma que, en la presente administración, el número de policías militares ha crecido más de un 230 por ciento. Pasando de 6 mil 145 elementos, de los cuales 325 eran mujeres en 2012, a 14 mil 319, de los cuales 739 fueron mujeres durante el mes de septiembre de 2016.
Asimismo, de acuerdo a la Secretaría de la Defensa Nacional, (Sedena) actualmente mil 824 policías militares se encuentran desplegados en los estados de Durango, Nuevo León y Michoacán, para brindar apoyo a la estructura de seguridad pública. Además de todo lo cual, por primera vez, el Heroico Colegio Militar imparte la especialización de Policía Militar a sus cadetes, ubicando tal instrucción como un «arma» más para el Ejército Mexicano. Siendo que anteriormente las «armas» en las que especializaban los futuros oficiales eran: infantería, caballería, artillería, arma blindada e ingenieros militares [1] .
Más aun, ante el supuesto aumento de la delincuencia organizada en 25 municipios mexiquenses, los gobiernos federales y estatales aplicaron una «nueva estrategia» la cual conto con el apoyo del Ejército Mexicano, la Armada de México y la Policía Federal. De suerte que, en octubre del año pasado, soldados patrullaron calles de Ecatepec, Naucalpan, Nezahualcoyotl, Chimalhuacán, Valle de Chalco, Tecámac, Tlanepantla, Atizapán de Zaragoza, Chalco, Coacalco, Cuautitlán, Ixtapaluca, Jilotepec, Lerma, La Paz, Metepec, Nicolás Romero, Santiago Tinguistenco, Texcoco, Toluca, Tultitlan y Zumpango.
Mientras que la Marina «vigilo», entre otros, los municipios de Ixtapan de la Sal y Valle de Bravo. Entidad donde el secretario general de Gobierno, José Manzur Quiroga, dijo que 40 bases de operaciones mixtas (BOM) de la entidad serían reubicadas hacia zonas donde supuestamente aumentaron los delitos de alto impacto. De forma que, en todos los municipios indicados fueron desplegados 3 mil elementos del Ejército, la Marina y la Gendarmería de la Policía Federal.
Y, sumado a tal despliegue de fuerza, se han dado demandas como la expresada por el abogado César Gutiérrez Priego, – hijo del finado general Jesús Gutiérrez Rebollo -. El cual busca que a las fuerzas armadas se les proporcione el marco legal y jurídico para que realicen las labores de seguridad pública y de lucha contra el narcotráfico.
Además de intentar que se revierta la recomendación emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que pide se restrinja el uso de armas de alto poder por elementos de las fuerzas armadas en su «interacción» con la población civil. Recomendación a la cual se opone César Gutiérrez, argumentando la violación de los derechos humanos de los soldados, tras los ataques de que fueron objeto en Culiacán, Sinaloa, el 30 de septiembre del año pasado, y que le son imputados al crimen organizado. Ante tales eventos, César Gutiérrez indica que de no portar armas de alto poder los militares, serían colocados en desventaja al enfrentarse con los criminales [2].
Lo anterior respecto al control que las fuerzas armadas han adquirido al interior del país bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico. En tanto que, respecto a las relaciones entre México-Estados Unidos, las acciones legales emprendidas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en contra del futbolista Rafael Márquez y el cantante Julión Álvarez, responden a la Ley para la Designación de Narcotraficantes Extranjeros Significativos, mejor conocida como ley extraterritorial, aprobada en diciembre de 2000 en los Estados Unidos.
Toda vez que, dicha ley aplica de manera unilateral sanciones económicas, políticas y sociales a todas aquellas personas, empresas, grupos políticos y líderes que, a juicio de las corporaciones policiacas estadounidenses, estén vinculados con la mafia de la droga o simplemente sean utilizados para introducir dinero sucio en los circuitos financieros mundiales. Y que, en realidad le ha servido a los EE.UU para espiar e investigar a gobiernos, corporaciones empresariales y personas extranjeras, para ejercer presión política e incautar bienes y cuentas financieras, lo cual además, le reditúa miles de millones anuales [3].
De manera que, hoy, como ayer, se ha puesto en marcha desde hace algunos años un proceso contrainsurgente en México y América Latina, similar al proceso de Guerra de Baja Intensidad que se desato en Guatemala (1981-1983), bajo la égida de Ronald Reagan . E igual que en aquel entonces, se busca mutilar el proceso insurgente, para que no alcanzara las dimensiones del sandinismo o del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Lo cual derivo en que, el ejército guatemalteco utilizó en gran escala los métodos contrainsurgentes de tierra arrasada, patrullas civiles, y aldeas modelo. Contabilizándose más de 35 mil muertos, 900 mil personas agrupadas en la autodefensa civil, 18 mil habitantes reconcentrados en «aldeas modelo», 46 mil refugiados en México y 1 millón 200 mil desplazados internos [4].
El desarrollo de la Guerra Sucia.
Conforme a lo dicho, para poder comprender mejor lo que nos acontece como mexicanos bajo el proyecto empresarial y la guerra contra las drogas, es importante tener presente las ideas de Carl Schrnitt. Mismo que, fue el especialistas en derecho de Estado más famosos de Alemania, y que sirvió como ideólogo del Nacionalsocialismo, puesto que dichas ideas están siendo utilizadas hoy en día en nuestro país.
Así, recordemos que Carl en su obra la «Teoría del Francotirador» (1963), acuña la frase Francotirador para referirse a los movimientos guerrilleros de los años cincuenta- sesenta, y la forma en la que -según él- debía combatírselos. En tanto que los Estados afectados por actividades de guerrilla empezaran a definir a esta como terrorista, con lo cual el guerrillero se convirtió en sinónimo de terrorista y actuaciones guerrilleras en actos terroristas.
Y, en la medida en que a los guerrilleros son tildados de terroristas, y conforme a las ideas de Carl, se gesta el contraterrorismo estatal, concibiéndose el hecho de que, a lo que el Estado concibe como una guerra sucia por parte de la sociedad civil, solo se le puede responder de igual manera, es decir, con métodos sucios-ilegales.
En vista de que las actividades guerrilleras son observadas de la siguiente manera:
a) Se trata de una actividad subversiva, es decir dirigida a la destrucción del sistema o modelo de estado y de sociedad vigente;
b) Estas actividades son llevadas a cabo en forma clandestina y por lo general asociadas con violencia;
c) se usa el recurso de la imprevisibilidad, es decir, se vale de la sorpresa;
d) actos de terrorismo como atentados y secuestros pueden formar parte de las formas de lucha;
e) los guerrilleros por lo general actúan camuflados y no como tropa regular. Aparentan ser ciudadanos corrientes (mimetismo en la población, a menos que hayan llegado al status de zona liberada, en donde ellos a su vez se convierten en autoridad estatal);
f) existe una tendencia del guerrillero a infiltrarse en instituciones existentes, para combatir y dejar inerme al sistema desde dentro [5].
Aspectos dentro de los cuales subyace la convicción de que a un enemigo altamente motivado, escondido y camuflado en la población, que ataca por sorpresa, no se le puede combatir aplicando los métodos del Estado de derecho. Y como para Schmitt la guerrilla está poseída por la voluntad de aniquilamiento, el Estado debe corresponderle con la misma capacidad de aniquilamiento. Así, el Estado puede responder de dos maneras:
- Con los instrumentos legales y las fuerzas del orden (uniformadas, es decir, identificables), que deben rendir cuentas sobre su actuar conforme con el derecho.
- Pero además puede utilizar grupos secretos, paramilitares o parapoliciales, que actúan con métodos ilegales y cuya existencia el estado desmiente en público, no asumiendo ninguna responsabilidad por sus acciones.
Deshaciéndose el Estado de las ataduras del Estado de derecho, debe perseguir al enemigo escondido con métodos subversivos como son la infiltración y la tortura. Toda vez que ante el peligro que corre el Estado de clase, para Carl se hace necesario el irrespeto a las restricciones legales. Y de igual manera que Carl hizo para justificar los asesinatos que Hitler con la SS perpetró contra sus antiguos correligionarios de la SA, el 30 de junio de 1934, acuñó la palabra de la autodefensa estatal (Staatsnotwehr).
De suerte que, para Carl, el Estado al hacer uso de los métodos de la guerrilla, no será un Estado débil frente a una guerrilla fuerte, sino que lo hará en virtud del cálculo estratégico de la conducción político-militar del país, considerando que este sería el método más adecuado y eficiente de lucha. Así, el Estado no prescinde de ninguna de sus prerrogativas de poder, sino que las «enriquece» con métodos clandestinos e ilegales de terror, a favor de una mayor eficiencia para mantener su división de clase.
Definiendo Carl, la eficiencia de tal estrategia por sus resultados – el aniquilamiento de la guerrilla- y no por los métodos empleados y su inserción en las normas y garantías del Estado de derecho. Así, no le interesa demasiado ganarse la confianza de la población en el Estado por medio del imperio del Estado de derecho, sino que más bien parten del supuesto de que la intimidación y terror llevarán a resultados más rápidos. Bastándole con que la población obedezca y colabore por miedo. (Esta estrategia se modificara en los ochentas, pero mantendrá algunos de sus elementos más importantes).
Así, combatir a la guerrilla con sus mismos métodos significará para la visión estatal:
a) que además de las fuerzas de seguridad regulares (ejército, policía, servicios de seguridad) se constituyan formaciones paraestatales clandestinas, que parcial o mayoritariamente se componen de miembros de las fuerzas de seguridad y que directa o indirectamente dependen de sus estructuras demando;
b) que estos comandos secretos paraestatales actúan por encargo, o al menos en connivencia del Estado, y con el soporte logístico del aparato del Estado, aplicando métodos terroristas contra los guerrilleros o contra personas consideradas como tales;
c) que estos grupos trabajan en la clandestinidad al igual que la guerrilla, es decir, que el Estado -pese a ser cómplice secreto- oficialmente niega cualquier responsabilidad para el actuar terrorista de estos grupos;
d) que el Estado prescinde de la presunción de inocencia del ciudadano, hasta que no se le pruebe lo contrario, doctrina básica del Estado de derecho, a favor de una difusa presunción de culpabilidad, que puede recaer en cualquier ciudadano. El Estado de derecho delimita el número de posibles malhechores al momento de hacerles el correspondiente juicio. El terrorismo de Estado expande el número de sospechosos;
e) ni la absolución de todo cargo en un juicio garantiza al ciudadano que grupos paraestatales de terror no ejecuten medidas de violencia en contra de él posteriormente;
f) que el Estado use el terror sistemático, incluyendo la tortura [6]
Algunos aspectos sobre el paramilitarismo en México.
L os grupos paramilitares, de acuerdo con la guerra sucia de Carl Schrnitt, que acabamos de describir, actúan por una delegación del poder del Estado y colaboran a los fines de éste, pero sin formar parte propiamente de la «administración pública». Así lo paramilitar no se define sólo por similitud de misiones u organización, sino porque se origina en una delegación de la fuerza punitiva del Estado.
En México, tal delegación de funciones se ha gestado directamente en el ejército, los cuerpos de inteligencia-seguridad, o de la combinación de ambos, pero usualmente bajo las órdenes del Poder Ejecutivo, en su calidad de jefe supremo de las fuerzas armadas, y siempre como delegación directa del Estado.
Sin embargo, la doctrina militar mexicana no le llama paramilitar sino «personal civil» y establece su necesidad imperiosa para controlar a la población durante las operaciones de contraguerrilla. Al respecto, sostiene el Manual de Guerra Irregular de SEDENA lo siguiente:
531. las operaciones de contraguerrilla forman parte de las medidas de seguridad que adopta un comandante de teatro de operaciones en su zona de retaguardia, para evitar que las operaciones regulares sufran interferencias ocasionadas para la acción de bandas de traidores y enemigos, para lo cual el comandante de un teatro de operaciones deberá emplear a todos los elementos organizados y aun a la población civil para localizar, hostigar y destruir a las fuerzas adversarias.
Más adelante, el manual militar mexicano establece un modo más permanente y orgánico de utilización de civiles en las operaciones de contraguerrilla rural:
547. Cuando Mao afirma que «el pueblo es a la guerrilla como el agua a pez», indudablemente que es un dicho de validez perdurable, pues ya hemos visto que las guerrillas crecen y se fortalecen con el apoyo de la población civil, pero, volviendo al ejemplo de Mao, al pez se le puede hace imposible la vida en el agua, agitándola, o introduciendo elementos perjudiciales para la subsistencia, o peces más bravos que lo ataquen, lo persigan y lo obliguen a desaparecer o a correr el riesgo de ser comido por estos peces voraces y agresivos que no son otra cosa que los contra guerrilleros. (En este punto debemos observar el desarrollo de los narcotraficantes en México y en sus acciones actuales).
Bajo tales parámetros, en nuestro país los grupos paramilitares tienen ya una existencia de más de cuarenta años. Durante los cuales, los paramilitares han estado dedicados al aniquilamiento de las organizaciones guerrilleras, así como acosan de manera violenta a movimientos estudiantiles y populares, pero también a la población civil en general.
Siendo el grupo de «Los halcones», uno de los primeros grupos paramilitares, creado por iniciativa de oficiales del ejército, aunque bajo la administración del entonces Departamento del Distrito Federal. Sus integrantes eran jóvenes pandilleros con entrenamiento y jefatura militar, dedicados al control, infiltración y destrucción del movimiento estudiantil, así como de cualquier foco de guerrilla que pudiera salir de las filas de éste. Está plenamente documentado que este grupo fue creado por un coronel del ejército mexicano cuyos servicios fueron premiados después con la impunidad y el ascenso militar.
A este respecto, Gustavo Castillo García dio información detallada en el periódico La Jornada, en el 2008, sobre el más conocido grupo paramilitar durante la llamada «guerra sucia», a partir de su investigación documental en el Archivo General de la Nación:
La Brigada Especial, como se le llamó oficialmente a la Brigada Blanca, integró en junio de 1976 un grupo con 240 elementos, entre policías capitalinos y mexiquenses; militares y personal de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), así como de la Policía Judicial Federal, para «investigar y localizar por todos los medios a los miembros de la llamada Liga Comunista 23 de Septiembre.
La orden era limitar las actividades de la liga y detener» a los guerrilleros que actuaban en el valle de México, revelan documentos obtenidos de la Procuraduría General de la República (PGR), que son el respaldo de las investigaciones que aún se realizan en torno a hechos sucedidos durante la llamada guerra sucia. Según los reportes oficiales, aunque la Brigada Blanca se formó en 1972 y operó en Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, Jalisco, Puebla y Morelos, fue hasta junio de 1976 cuando el gobierno de Luis Echeverría decidió que se integrara un grupo especial que actuara en la ciudad de México, y en el que los mandos estaban en manos del coronel Francisco Quiroz Hermosillo, el capitán Luis de la Barreda Moreno y Miguel Nazar Haro. Los documentos consultados tienen su original bajo resguardo en el Archivo General de la Nación. En ellos se detalla el «Plan de Operaciones Número Uno: Rastreo». El grupo contaba con 55 vehículos, 253 armas: de ellas 153 eran Browning calibre nueve milímetros [7].
Y forjará su experiencia el Ejército mexicano, en el aniquilamiento de la guerrilla que dirigió el profesor Lucio Cabañas entre 1968 y 1974, usando a campesinos y gavilleros como informantes, aspecto fundamental para ubicar, cercar y aniquilar a las Brigadas de Ajustamiento del Partido de los Pobres. Más aún, los civiles también serán importantes para la dirección de operaciones, de acuerdo con el Manual de Guerra Irregular, las operaciones de la contraguerrilla son dirigidas también por personal civil o militarizado (civiles o policías dirigidos por jefes militares). Así el Manual indica lo siguiente:
551. Por lo antes expuesto, se puede definir que las operaciones de contraguerrilla son aquellas que se conducen con unidades de personal militar, civil o militarizado en terreno propio para localizar, hostigar y destruir a fuerzas integradas por enemigos y traidores a la patria que conducen operaciones militares con tácticas de guerrilla.
Más todavía, el Manual resalta que :
552. Las operaciones de contraguerrilla comprenden dos diferentes formas de operaciones interrelacionadas que son:
A: Operaciones para controlar a la población civil.
B. Operaciones tácticas de contraguerrilla.
553. Como puede apreciarse, la primera forma no es una operación militar clásica, por lo que puede ser conducida por personal civil o militarizado, aunque dirigido, asesorado y coordinador por el comandante militar del área, mientras que las operaciones tácticas de contraguerrilla son conducidas por unidades militares y militarizada.
Así, y de acuerdo con el Manual de Guerra Irregular, la responsabilidad en el uso de la población civil recae en el gobierno federal y en los acuerdos con los gobiernos de los estados y autoridades diversas en el área de conflicto. Detallando el párrafo C del punto 562 que:
562. Los comandantes que planean operaciones de contraguerrilla y la población civil son regidos por restricciones y acuerdos que el gobierno federal tiene con los estados y autoridades diversas de los lugares en conflicto. En caso de que el problema se suscite en áreas ocupadas por el enemigo, las contraguerrillas establecerán coordinación con la resistencia para localizar y destruir a los grupos de traidores [8].
Así, destaca el hecho de que, además del uso de civiles , la doctrina militar mexicana sostiene que las operaciones de control de la población civil se ejercen mediante un comité que reúne a las autoridades militares con representes de la autoridad civil y de organizaciones afines al ejército, resaltando en el presente las organizaciones patronales como la Coparmex, lo que ha configurado un Estado contrainsurgente, así establece que:
592. Para controlar a la población civil, es necesario que existe una coordinación total entre las fuerzas militares y organizaciones que intervengan, para lo cual deberá establecerse un comité con representantes de todas las fuerzas para que bajo un solo mando planeen y coordinen sus acciones.
593. Las fuerzas que normalmente intervienen en las operaciones para controlar al pueblo y sus recursos son:
A. Organizaciones gubernamentales,
B. Fuerzas policíacas.
C. Fuerzas militares.
D. Organizaciones sociales, políticas y económicas, como partidos políticos, sindicatos, organizaciones deportivas, cámaras de comercio, etc [9].
Los vínculos criminales con el paramilitarismo, elementos clave para entender el actual Estado contrainsurgente en México.
Aunque parece distante en el tiempo, es importante recordar que, tras culminar la dos Guerras Mundiales, el capitalismo estaba minado por doquier. La diplomacia norteamericana había fracasado hasta entonces en anular el movimiento hacia la izquierda por toda Europa y en detener la fuerza ideológica en distintos países del Tercer Mundo empeñados en obtener su independencia. Cuando el resto del mundo aparecía hambriento y devastado, únicamente Norteamérica era el país que emergía de la contienda económicamente más poderosa que nunca. Y el dilema básico al que se enfrentará, será impedir que la izquierda se alce con la victoria entre las hambrientas masa de Europa y los deseos de independencia en el Tercer Mundo.
Para impedir tales efectos encamino la Segunda Guerra Mundial para que culminará con los brutales ataques atómicos contra la población civil de Hiroshima y Nagasaki, proyectando hacía el futuro la práctica del terror de Estado correspondiente a la gran expansión del poder Estadounidense. Constituyéndose así, una ruptura decisiva, a escala mundial, entre los dirigentes y los dirigidos, acelerando la transformación de la política mundial en unas esferas, siempre crecientes, desde los conflictos entre naciones a la lucha entre unas clases y unos estratos alineados con el Estado y dependientes del mismo para su supervivencia. [10]
Y acordes con tal esquema, gracias a la ayuda de EE.UU., hubo un fuerte crecimiento de la economía militar en un amplio sector de países como no se había dado hasta entonces, particularmente en aquellos países capitalistas como Inglaterra, Japón e Israel, donde ya los círculos dirigentes de esas naciones estaban acostumbrados a el uso de las armas para fortalecer su dominación clasista, luchar contra movimientos revolucionarios, conservar sus colonias y anexionarse nuevos territorios.
Ocupando así Inglaterra, el segundo lugar en gastos militares dentro de su economía, y emplazamientos militares fuera de su país, gracias a la alianza de este imperialismo con el norteamericano. Japón por su parte, tuvo una escalada militar de 421 millones de dólares en 1960 a 1.864 millones en 1971, año mismo en el que el XXV Congreso liberal democrático de ese país, aprobó una resolución donde se disponía llevar a cabo una resolución para recuperar los territorios del norte. Finalmente Israel, durante los años señalados terminó por convertirse en uno de los Estados más militarizados del mundo. Y después de haber ocupado extensos territorios árabes, Tel-Aviv se negó a cumplir las condiciones indispensables para la solución política de la Crisis generada en Oriente Medio por estos actos: sacar sus tropas de las tierras ocupadas. [11]
Pero, ante la exacerbación de la lucha de clases, los Estados imperialistas abrevaron de otras medidas menos ortodoxas, como el uso y preparación de grupos criminales para fortalecer su dominación clasista en la practica de la política de «guerra fría» contra la Unión Soviética y otros países socialistas, y en los esfuerzos emprendidos para paralizar los movimientos de liberación nacional de las colonias y los países dependientes. [12]
Para tales efectos, al término de la SGM, el presidente Truman desmantela la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), organización que realizo acciones paramilitares y de espionaje contra Alemania y Japón. Y la refundo en la Agencia Central de Inteligencia, después de firmar el Acta de Seguridad Nacional en 1947. Esta agencia fue creada originalmente bajo la premisa de realizar operaciones de espionaje en el extranjero que brindaran información al presidente sobre asuntos de seguridad nacional. Pero al poco tiempo extendió su campo de acción hacia la desestabilización de movimientos políticos y sociales y gobiernos extranjeros mediante la guerra económica y psicológica, asesinatos y la formación de grupos paramilitares.
Así, para impedir que los comunistas lograran victorias electorales en Francia e Italia, la CIA llevó acabo enormes operaciones de propaganda y terrorismo. En Francia recluto pandilleros corsos para minar la voluntad política de los obreros portuarios comunistas, fuerza mayor de la izquierda de ese país. Unida en una violenta campaña anticomunista con el partido RPF de Charles de Gaulle y su rama paramilitar, la SO/RPF, así como con la rama paramilitar del partido socialista francés, la SO/SFIO para lo cual reclutaron a las familias criminales Guerini y Francisci, igual que a los pandilleros Jo Renucci y Jo Attia.
Más toda vía, dicha cooperación llevo a que en los años siguientes se formaran agencias de inteligencia francesas como la SDECE (integrada por Jo Attia), la SAC (a cargo de Jacques Foccart) y la OAS. Y gracias a estas se constituye la afamada Conexión Francesa que posiciono a la mafia corsa sobre el tráfico de heroína turca a Norteamérica vía Paraguay y/o Cuba.
En tanto que en Italia, con la intención de combatir al comunismo, la CIA se alió con fascistas como Justo Valerio Borghese, quien en su momento fue colaborador de Hitler y Mussolini. Y también con la mafia siciliana, después de que la OSS reclutara gangsters de Nueva York y Chicago en el combate contra Mussolini, para lo cual libero a todos lo mafiosi de las cárceles sicilianas al llegar las tropas aliadas. En esta alianza el principal beneficiario fue el mafioso convicto Lucky Luciano, tras ser puesto en libertad a cambio de su colaboración en la «liberación» de Sicilia, por medio de una ola de terror por parte de la derecha, dirigida para prevenir la victoria comunista durante los comicios de 1948.
Más aún, dentro de los «colaboradores» de la CIA también se incluyeron a fugitivos nazis de Alemania y Europa Oriental. Entre los cuales destacan el ex – espía nazi Reinhard Gehlen, mismo que ayudo a la CIA en la organización del servicio de inteligencia de Alemania Occidental. Para lo cual Gehlen fue beneficiario de la directiva de inteligencia # 4 del entonces recién formado Consejo de Seguridad Nacional. Documento firmado en 1947 con el propósito de llevar criminales de guerra a Norteamérica para que fueran entrenados y organizados. Mientras que en Japón la CIA y la fuerza aérea estadounidense también reclutaron a los criminales Yoshio Kodama e Ishiro Ishii.
Así también, muchos de los veteranos nazis fueron integrados por la CIA en unidades paramilitares organizadas en Europa Occidental para combatir detrás de las líneas en caso de una invasión soviética. Otras unidades de este género también fueron formadas para combatir en Alemania Oriental, Polonia, Lituania, Ucrania y Albania. Saboteando en Alemania Oriental, plantas eléctricas y astilleros, descarrilaron trenes, volaron puentes y mataron miles de vacas. Sin embargo dichas operaciones para la contención del comunismo fueron un fracaso [13]. Pese a ello, algunos de estos nazis entrenaron a los primeros boinas verdes y a los cubanos que entrenaron en Playa Girón [14].
Así, para 1959, en Cuba dio inicio una de las operaciones más famosas de la CIA, la guerra secreta contra Cuba. Después de que en ese mismo año fuera derrocado el dictador Fulgencio Batista por la revolución popular encabezada por el guerrillero Fidel Castro. En esta operación destacaran personajes del crimen organizado como John Roselli, Sam Giancana y Santos «Don Santos» Traficante Jr. Que también perdieron sus propiedades en Cuba por la Revolución.
De suerte que, estos personajes conspiran junto con agentes de la CIA y el entonces presidente estadounidense Richard Nixon para asesinar a Fidel Castro por medio de una expedición organizada para invadir Cuba. Poniendo en acción la Operación 40, que realizo asesinatos, secuestros y destrucción de propiedades con la finalidad de desestabilizar el régimen cubano.
E incluyendo dicha operación, un sub-grupo llamado ZR-RIFLE, que tenía la misión particular de asesinar a Fidel Castro, Raúl Castro y Ernesto «Che» Guevara. ZR-RIFLE estuvo dirigido por E. Howard Hunt y bajo su mando estuvieron Rafael «Chi-Chi» Quintero, Luis Posada Carriles, Félix Rodríguez y Frank Sturgis. Mismos que estarían activos décadas después en una gran variedad de actividades en comunión con la CIA, dictadores latinos y el fascismo europeo. Sin embargo tal guerra de baja intensidad, fue remplazada por una invasión a mayor escala en Playa Girón que fue un gran fracaso.
No obstante, posteriormente la CIA y grupos de exiliados cubanos realizaron otra operación clandestina contra Cuba llamada Operación Mongoose, dirigida por Edward Lasdale, cuyo cuartel general residió en Miami y se le llamo JM/WAVE. Esta base estuvo dirigida a su vez por Theodore Shackley y su asistente Thomas Clines. Que para su financiamiento contaron en parte con los recursos brindados por la heroína vendida en los EE.UU por la mafia. A pesar de esto, tal operación también fue un fracaso y por lo tanto fue cancelada.
Tiempo después, se podrá observar que al igual que en América Latina, en Asía y el Medio Oriente la experiencia de los nazis tampoco fue desaprovechada. La CIA también entreno a varios agentes de los aparatos de seguridad de regímenes represivos como los de Uruguay, Irán, El Salvador y Chile, entre otros países, en técnicas de tortura. Creo seminarios realizados en el Office for Public Safety y el International Police Academy ubicado en Estados Unidos. Mismos que estuvieron basados en técnicas utilizadas por los nazis, así lo indico el ex -agente de la CIA John Stockwell, quien señalo que varios profesores habían sido oficiales del Tercer Reich. De estos el torturador más destacado de la CIA fue Dan Mittrione, asesinado por los guerrilleros Tupamaros en Uruguay.
Contando con tal experiencia, durante los 50 la CIA en el Sureste de Asía, respaldo a la insurgencia armada del Kuomingtang (KMT), que combatía al gobierno comunista Chino desde Birmania y Taiwán. Sabiendo la CIA que el KMT estaba profundamente involucrado en el tráfico de opio, no lo combate, sino que reorganiza masivamente la industria en el Triangulo de Oro (área entre Tailandia, China y Laos) apoyándose en contrabandistas corsos, financian la guerra contra el comunismo en China. Destacando en tal operación el ruso zarista Mitch Werbell III, los agentes de la CIA E. Howard Hunt y Paul Helliwell, así como el ex -legionario francés Lucien Conein, todos ellos veteranos de la OSS.
En 1965, la CIA transfirió a muchos veteranos de JM/WAVE a Laos, incluyendo a Shackley y Clines, donde realizo otra guerra secreta sin el consentimiento del congreso Norteamericano. En esta guerra la CIA combatió a los izquierdistas del Pathet Lao con la ayuda del ejército clandestino de los Hmong, cuyo líder era el narcotraficante Vang Pao. La CIA mato a los competidores de Vang Pao, con lo cual este tuvo mayor libertad para sembrar opio y que posteriormente este fuera trasladado a los EE.UU para ser vendido por Don Santos y con las ganancias del tráfico poder financiar la guerra.
Además, Vang Pao contando con la anuencia de la CIA realizó una campaña contra «los subversivos comunistas» que en realidad resultaron ser decenas de miles civiles inocentes [15]. En tales actividades participaron también, Félix Rodríguez, Rafael «Chi-Chi» Quintero y Donald Gregg, siendo este último asesor de seguridad de George Bush y posteriormente embajador en Corea del Sur.
Así mismo, en Laos lucho la fuerza aérea estadounidense, comandada por el teniente coronel Richard V. Secord y el Military Assistance Command- Special Operations Group (MACV-SOG), unidad especializada en asesinatos y conflictos no convencionales, respondiendo al mando del veterano de la OSS John K. Singlaub. Y donde además, la CIA llevo a acabo en este país la operación «Fénix», única que ha sido admitida públicamente por esta agencia y durante la cual se asesinaron a más de 60,000 civiles.
En 1953 en Medio Oriente la CIA derroca al gobierno de Irán, encabezado por Mossadegh, después de que este nacionalizo las propiedades de las trasnacionales petroleras en territorio iraní. Y fue remplazado por el Shah Rheza Pahlavi, acto que fue conocido como el escandalo Irán-Contra que reveló la existencia de un gobierno secreto en Washington, donde una pléyade de agentes de inteligencia y militares, activos y retirados, civiles y traficantes de armas extranjeros, financiaron la guerra en el Medio Oriente (Irangate).
Un año después en Centroamérica, en el país de Guatemala se realizo una operación similar para derrocar al presidente Jacobo Arbenz por nacionalizar tierras arrendadas en ese país por la trasnacional United Fruit, lo cual fue conocido como (Contragate). El resultado en ambos casos fue la instauración de sangrientas dictaduras.
En los 60′, siguiendo el mismo modelo iraní y guatemalteco la CIA conduce otras tres operaciones. En 1964 realiza un golpe de Estado contra el régimen progresista de Brasil y lo remplaza por un régimen militar que duro hasta 1980. En Indonesia y Zaire realiza operaciones similares. En Indonesia derroca al presidente Suharto y ayuda a los militares para que maten a casi un millón de izquierdistas, reales o imaginados, después de haber colocado a Sukarno. Mientras que en Zaire para proteger la extracción de cobalto y diamantes por monopolios trasnacionales, la CIA participa en el asesinato del nacionalista Patricio Lumumba y lo remplaza por el dictador Mobutu Sese Seko [16].
No obstante, después del Irangate, el Contragate, y la derrota de Vietnam, a la CIA se le torno una panorámica difícil para seguir realizando estas operaciones, particularmente 1977 durante la administración de Jimmy Carter. Carter había ganado las elecciones bajo la plataforma de reformar a la CIA, para lo cual destituye a George Bush, entonces director de esta Agencia y coloca en su lugar a Stanfield Turner hombre de su confianza.
Ambos «limpiaron la casa», despidiendo a 820 agentes el 31 de octubre de 1977. La nueva administración aplico mano dura a la corrupción y a los abusos de la CIA y el Pentágono. Es despedido John Singlaub por insubordinación. Un año después el Departamento de Justicia descubre los crímenes de Edwin Wilson y es perseguido para ser llevado a juicio. En tanto que Turner forzó a Shackley y Clines a renunciar a la CIA por la amistad de ambos con Wilson.
Por estas razone, varios agentes y ex-agentes de la CIA buscan que no sea relecto Carter y tiempo después respaldaron la postulación a la presidencia de Ronald Reagan, entres ellos se conto con, Shackley, Clines y Singlaub. Y para respaldar la asistencia de estos operadores clandestino Reagan nombro a William Casey, veterano de la OSS, como director de su campaña y selecciono como su candidato a la vicepresidencia al exdirector de la CIA George Bush.
Además Reagan recibió ayuda de elementos fascistas de Guatemala, Argentina y Taiwán, países que por sus terribles acciones en la violación de derechos humanos sufrieron sanciones económicas durante la administración Carter. Y una vez que Reagan tomo el mandato de la Casa Blanca deshizo todas las reformas hechas a la CIA durante los 70. Destituyó a Turner como directo de la CIA, para poner en su lugar a Casey.
De manera que, la dupla Reagan-Bush, desataron nuevamente a la CIA y le dieron luz verde para que realizaran todo tipo de operaciones de corte paramilitar. Reanudaron la guerra en Angola, y la que había tenido inicio en Afganistán por Carte-Turner fue aumentada. A lo cual le suplementaron nuevos frentes de guerra en Chad, Mozambique, Líbano, Etiopía y Cambodía.
Dentro del mismo esquema, las dictaduras que habían sido sancionadas económicamente por Carter, como Chile, Argentina, Taiwán y Guatemala contaron nuevamente con el apoyo de la nueva administración. Y finalmente, para complementar el poder que nuevamente adquiere la CIA, los gobiernos de Suráfrica, Israel y Arabia Saudita contribuyeron en las operaciones de la CIA, en agradecimiento al apoyo con el que contaron con Reagan.
De tal forma, en Nicaragua la Casa Blanca creó una enorme conspiración secreta para saltarse la autoridad constitucional del Congreso y lograr abastecer a los contras. Creándose de la nada una fuerza aérea fantasma que llevaba armas y provisiones a Centroamérica con la ayuda de la Southern Air Transport, línea aérea privada con vínculos con la CIA. Clines era el contacto en Europa, donde compraba armas y se hacia cargo de las cuentas bancarias en Suiza.
Singlaub por su parte movilizo a la Liga Mundial Anti-Comunista (WACL), dirigida ahora por él para ayudar a los contras. En Irán, Hakim estuvo encargado de la venta de armas y mandarle las ganancias a Clines en Suiza. Los intermediarios principales de la CIA en el Medio Este fueron el narcotraficante sirio Manzar Al-Kassar y los traficantes de armas Manucher Ghorbanifar y Adnan Khashoggi. Reapareciendo en escena además viejos compañeros de los días de JM/WAVE. «Chi-Chi» Quintero estuvo en Centroamérica supervisando el aspecto logístico de la operación, mientras que Félix Rodríguez acudía a la base aérea Ilopango en el Salvador donde se encargo de atender los aviones de reabastecimiento.
Pero no toda la ayuda para la contra llego de los Estados Unidos. Se conto además con el apoyo de los gobiernos de Israel, Argentina, Corea del Sur, Taiwán, China, Arabia Saudita, Suráfrica y Brunei, quienes brindaron armas para los contras a cambio de más ayuda para sus países por parte del Pentágono. Además, una vez instalada esta estructura internacional clandestina, también fue usada para brindar apoyo a los guerrilleros Mujahadeen de Afganistán, UNITA en Angola y otras operaciones paramilitares por todo el mundo.
Para apoyar a la contra, la cocaína también fue parte fundamental para la operación desde sus inicios. Los narcotraficantes colombianos Pablo Escobar y Jorge Luis Ochoa recibían amplias cantidades armas de manos de la CIA a través de los aviones de la Southern Air para posteriormente regresar a Washington cargados de cocaína y marihuana. Y las ganancias obtenidas con la venta de estas drogas serían utilizadas para comprar armas de suplidores privados como Hakim, Ghorbanifar o el Tamiami Gun Shop en Miami. Mientras que Escobar y Ochoa entregaban armas a los contras conforme habían acordado [17].
Más toda vía, Pablo Escobar y Ochoa no fueron los únicos narcotraficantes que ayudaron a los contras. El general Manuel Antonio Noriega, agente de la CIA y de facto dictador de Panamá, permitía el paso de aviones de la CIA a dicho país a cambio de que él pudiera utilizarlos a su vez en las operaciones de drogas que mantenía con su socio israelí Mike Harari. En tanto que en México, el narcotraficante Rafael Caro Quintero (no familiar de «Chi-Chi» Quintero) entreno a los contras en su rancho y permitió el uso de sus pistas de aterrizaje para reabastecimientos.
Las armas compradas por la CIA eran transportadas a pistas de aterrizaje en los ranchos de Caro Quintero en México o Ilopango en el Salvador y de ahí continuaban a Honduras o al rancho de Hull en Costa Rica. Los mismos aviones luego iban a Colombia para ser cargados de droga y regresar hacia Norteamérica, haciendo une escala en el rancho de Hull. Para tales actividades había un sinnúmero de rutas, incluyendo marítimas, que se encontraron a cargo de firmas pesqueras como Frigoríficos de Puntarenas situada en Costa Rica y Ocean Hunter y Mr. Shrimp ubicadas en los Estados Unidos. Mismas que tenían como dueño a el cubano Paco Chanes. Además, líneas aéreas como DIACSA, VORTEX y Global International Airways formaron parte del negocio.
Relación entre la CIA con el narcotráfico colombiano, que fue confirmada durante el escándalo Irán-contras. George Morales y Ramón Milián Rodríguez narcotraficantes convictos en Miami dijeron que la CIA les prometió ayuda legal a cambio de jugosas aportaciones para la contra. Testimonios corroborados por Michel Tolliver y Gary W. Betzner, pilotos de Morales y convictos también.
Ambos indicaron que habían transportado armas para los contras y Tolliver dijo que transporto dos veces drogas a una base militar ubicada en Florida. Más aun el teniente en retiro James «Bo» Gritz, veterano de las fuerzas especiales y ganador de 62 medallas en Vietnam, además de pasar nueves años en ese país buscando prisioneros de guerra. Dijo al Congreso y a la prensa estadounidense que el zar de la heroína Khun Sa estaba laborando con un grupo de oficiales activos y retirados del gobierno norteamericano que traficaban drogas para combatir al comunismo. Entre los oficiales que señalo Gritz se encontraron Theodore Shackley, Thomas Clines y Richard Armitage, siendo este último oficial del Departamento de Defensa durante los primeros años de la administración Reagan.
Mientras que, para el caso de Noriega en Panamá, en 1987 tras una rebelión popular se pide la renuncia del general. Por lo que Reagan saca de la nomina de la CIA a dicho personaje y le pide que renuncie al gobierno panameño. Sin embargo Noriega pretendía chantajear a la CIA, mediante los conocimientos que tenía sobre su ex jefe George Bush, por lo que será sacado del mapa político.
Así, en enero de 1988 Noriega será acusado por el Departamento de Justicia de traficar drogas a los EE.UU. Utilizando como testigos a el piloto Floyd Carlot y José Blandón, este último jefe de inteligencia de Noriega hasta 1987. El senado estadounidense se encontró conforme con las primeras declaraciones de Blandón pues hablo sobre la amistad de Noriega con el cártel de Medellín y Fidel Castro, y la manera en que Noriega ayudaba a los Sandinistas y al FMLN salvadoreño.
No así cuando sus declaraciones comenzaron a vincular a la CIA con el narcotráfico. Milián Rodríguez y Blandón señalaron a Félix Rodríguez como el enlace entre los contras y el cartel de Medellín. Asimismo Blandón indico que Noriega tenía un socio israelí llamado Mike Hararí, mismo que tenía una enorme red de armas que cambiaba por drogas iniciando en Medellín y terminando en los mismos EE.UU.
Pero no obstante tales hechos, durante la presidencia de George Bush, las acciones de la CIA no disminuyeron, por el contrario se convirtió en una extensión de los operativos secretos de la era Reagan. Concentrando sus esfuerzos particularmente en América Latina bajo la cubierta de la lucha contra el narcotráfico. Haciendo hincapié en que los carteles de la droga de Colombia, Perú y Bolivia como causantes de distintos conflictos en la región, proveyó a esos gobiernos de cientos de millones de dólares en armas.
Y si se tiene en cuenta que los ejércitos de estas naciones, al igual que el mexicano, se encuentran corrompidos e infiltrados por narcotraficantes, además de terribles records de violaciones a los derechos humanos, se puede inferir que el verdadero plan de Bush fue proteger a los narcotraficantes y que en conjunto con las armas brindadas a dichos gobiernos se elimine a los gobiernos progresistas de la región.
Así lo demostraron los casos de Perú, cuando el ex -agente de la CIA Clair George, el general retirado Paul Gorman y los boinas verdes entrenaron a seis brigadas del ejército peruano para combatir a la guerrilla de Sendero Luminoso. A la par de que el plan anti drogas de Bush llevo a una escalada en el mismo conflicto. Asimismo después de que Bush ordena la invasión a Panamá en 1989 para capturar al general Noriega, el narcotráfico y la corrupción continuaron en dicho país, aspecto que indica que en los hechos la invasión protegió a los narcotraficantes.
En tal sentido, para el fortalecimiento de las operaciones de la CIA también contribuyo la invasión de Irak a Kuwait el 2 de agoto de 1999. Puesto que los congresistas estadounidenses estaban considerando recortar el presupuesto del Pentágono y la CIA debido al fin de la guerra en Nicaragua y los cambios políticos en Europa Oriental. Pero como respuesta a la agresión iraquí, el Congreso aprobó un proyecto de ley que otorgo a la CIA el presupuesto más grande de sus historia, se legalizaron los abusos cometidos en Irán-contra al permitir el uso de contratistas privados y terceros países y de darle autoridad al presidente estadounidense para que realice operaciones secretas con una supervisión mínima de su Congreso.
Deforma que, dentro de esta misma lógica, venimos siendo testigos de que a partir del 11 de septiembre de 2001, en los hechos, el actual aparato de seguridad norteamericano a asumido, como durante la década de 1950, virtualmente todas las funciones del Estado. Para atacar con gran impunidad a todos los movimientos y organizaciones sociales, desatando un nuevo esquema de seguridad hemisférica.
Y dentro de este marco, para nuestra desgracia, todo lo que ocurra en México se atiende como un asunto de seguridad del suelo patrio (Homeland Security). Nuestro país se considera la contiguous defense zone. Por lo que, a través de distintos mecanismos, acuerdos y tratados se ha entregado por completo la soberanía política del país. Entre estos tratados está el ASPAN (2005); la Iniciativa Mérida (2008) -que debe entenderse como la aplicación del Plan Colombia a la mexicana -; un Memorándum de Cooperación para prevenir el incremento de la violencia fronteriza, mejorar la seguridad pública bilateral y fortalecer la cooperación conjunta (2013); el Programa Frontera Sur, entre otros [18].
Resultando entonces que, con la nueva doctrina de seguridad y basados en la basta experiencia contrainsurgente que ya hemos reseñado ha sido colocado nuestro país dentro de este perímetro de seguridad que vulnera el suelo patrio, la soberanía y la función de defensa nacional mexicana. Ante lo cual el North Com remata declarando que tiene como prioridad central: «adiestrar las fuerzas armadas de México en áreas específicas, necesarias para transformar a los militares (mexicanos) de una fuerza convencional diseñada para combatir amenazas externas, a un ejército que tiene que enfrentar una guerra irregular donde el enemigo vive entre civiles.
De manera tal que se ha consolidado en nuestro país una ocupación directa, derivada de la nueva ofensiva imperial, abrevando del pretexto de que vivimos en un «Estado fallido». Según, los altos mandos militares de EE.UU. han declarado que existe «la posibilidad de que en los próximos 25 años, el Estado mexicano ‘se derrumbe´».
En una dinámica de desestabilización estadounidense similar a las emprendidas en Laos, Birmania y Vietnam, para lo cual multiplicaron la formación de fuerzas paramilitares tribales denominadas Unidades de Reconocimiento Provincial (URP). Y que su especialidad fue la guerra de guerrillas y la tortura. Demostraron su capacidad de destrucción durante la Campaña de Pacificación Acelerada, conocida como el Programa Fénix, dirigida por un equipo especial estadounidense.
Lanzándose desde 1967 a sembrar el terror entre la población civil, con el objetivo de destruir la infraestructura logística y de apoyo rebelde. Donde, médicos y profesores, principalmente del campo, fueron el objetivo codiciado. Fénix duró unos cuatro años y dejó casi 40 000 asesinados, mujeres y niños incluidos.
Ahí, los expertos del Pentágono y la CIA utilizaron como fuente alterna de financiamiento siguiendo el ejemplo dejado por los servicios especiales franceses: el tráfico de opio y heroína [19]. Llenando las calles de Europa y Estados Unidos de drogas, y con el dinero de su venta se hicieron las acciones clandestinas del terror. Actividades que hoy continúan siendo moda bajo el manto de las declaraciones hipócritas sobre la guerra al comercio internacional de drogas y que vienen sirviendo en nuestro país, tanto para la desestabilización como para la injerencia de Washington. Después de que Obama entrega al Congreso de ese país, en 2014, un informe en que alertaba sobre el aumento en el tráfico de drogas ilícitas.
En este apartado sólo alcanzamos a desglosar los aspectos generales de la manera en que se ha desarrollado el Narco-paramilitarismo y el Estado contrainsurgente, nos falta desglosar la menara en que se desarrolla en México de manera particular el narco-paramilitarismo, lo cual dejamos para la siguiente entrega, y que ahora si esperamos sea la última de este trabajo.
Bibliografía.
Álvarez Gómez Ana Josefina, compiladora. «Tráfico y consumo de drogas. Una visión alternativa». UNAM, FES ACATLAN, 1991.
Cueva Agustín. El desarrollo del capitalismo en América Latina». Siglo XXI, 17a edición, Posfacio.
Chomsky Noam, Herman Edward S. Washington y el fascismo en el Tercer Mundo«. Siglo XXI, 1981.
Fazio Carlos. «El tercer vínculo. De la teoría del caos a la teoría de la militarización». Joaquín Mortiz, 1997.
Saxe-Fernández John (Editor). «Crisis e imperialismo.» UNAM, CIICH. 2012
Saxe-Fernández John. «La compra-venta de México». Plaza y Janés, 2002.
Sotelo Valencia Adrián. «México (re)cargado. Dependencia, neoliberalismo y crisis». UNAM, FCPyS, Ítaca, 2014.
Hemerografía
www.animalpolitico.com/2013/04/desplazados/
La Jornada. 30-09-2015
La Jornada. «¿Hacia un colapso climático antropogénico?» Por John Saxe-Fernández, 17-09-2015.
Cruz Burguete Jorge Luis. «Las condiciones del desplazamiento interno en Chiapas». IIJ-UNAM. biblio.juridicas.unam.mx/libros/5/2477/8.pdf
Oficina Internacional de Derechos Humanos Acción Colombia OIDHACO. «Tierra en Colombia. Entre despojo y negocio». www.oidhaco.org/uploaded/content/article/666329106.pdf
Rebelión. «Destinos encontrados: Indochina, Colombia y México. Statu quo, narcotráfico y guerra sucia«. Por Hernándo Calvo Ospina, 24-09-2015
El Universal. » AMLO: grosero engaño con las Universidades «. Por Ricardo Alemán, 05-10-2015.
Notas
[1] La Jornada. Lunes 10-10-2016.
[2] [2] La Jornada. Viernes 14 de octubre de 2016.
[3] Contralínea. Del 14 al 20 de agosto de 2017. Año 16, número 552.
[4] Cueva Agustín. El desarrollo del capitalismo en América Latina». Siglo XXI, 17a edición, Posfacio.
[5] Arnold Spitta. «Raíces ideológicas de la «guerra sucia» en América Latina (en especial Argentina)«. inif.ucr.ac.cr/…/Arnold%20Spitta.%20Raices%20ideològicas%20de%20l…
[6] Arnold Spitta. «Raíces ideológicas de la «guerra sucia» en América Latina (en especial Argentina)«. inif.ucr.ac.cr/…/Arnold%20Spitta.%20Raices%20ideològicas%20de%20l…
[7] López y Rivas Gilberto. Paramilitarismo y contrainsurgencia en México, una historia necesaria. Versión PDF, en línea.
[8] López y Rivas Gilberto. Paramilitarismo y contrainsurgencia en México, una historia necesaria. Versión PDF, en línea.
[9] Ibíd.
[10] Kolko Gabriel. «Políticas de Guerra. El mundo y la política exterior de los Estados Unidos 1943-1945». Grijalbo, 1974. Pág. 841
[11] Ibíd. Pp. 23, 25, 26,27.
[12] Faramazian R., «Los Estados Unidos: militarismo y economía.» Editorial Progreso 1975, Pp. 21-22
[13] Ruiz Marrero Carmelo. «La CIA y su rol en el mundo contemporáneo». Investigaciones en progreso, versión en PDF.
[14] Ruiz Marrero Carmelo. «La CIA y su rol en el mundo contemporáneo». Investigaciones en progreso, versión en PDF. Pp. 192-193.
[15] Ruiz Marrero Carmelo. «La CIA y su rol en el mundo contemporáneo». Investigaciones en progreso, versión en PDF.
[16] Ibíd.
[17] Ruiz Marrero Carmelo. «La CIA y su rol en el mundo contemporáneo». Investigaciones en progreso, versión en PDF.
[18] «Ayotzinapa y Tlatlaya. Geopolítica y ocupación del país y terrorismo de Estado». Primera parte del rompecabezas. Versión en PDF.
[19] Rebelión. «Destinos encontrados: Indochina, Colombia y México. Statu quo, narcotráfico y guerra sucia«. Por Hernándo Calvo Ospina, 24-09-2015.
Ramón César González Ortiz, es Licenciado en Sociología y Maestro en Estudios Políticos y Sociales por la UNAM.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.