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Elecciones del Estado de México

Fuentes: FRAGUA

Una vez más, estamos a unos días de que se lleven a cabo las elecciones a gobernador en el Estado de México, Coahuila y Nayarit y a prácticamente un año de la elección presidencial del 2018. Ante esta coyuntura electoral, creemos acertado contribuir a este debate, como ya se ha manifestado en artículos anteriores de […]

Una vez más, estamos a unos días de que se lleven a cabo las elecciones a gobernador en el Estado de México, Coahuila y Nayarit y a prácticamente un año de la elección presidencial del 2018. Ante esta coyuntura electoral, creemos acertado contribuir a este debate, como ya se ha manifestado en artículos anteriores de FRAGUA, donde consideramos que la discusión sustancial no está en votar o no votar, pues, aunque se participe o no en la jornada electoral, ese simple hecho aislado no transformará de fondo las condiciones de vida del pueblo trabajador. En este sentido es importante denunciar el desperdicio de recursos destinados al presupuesto de las elecciones estatales a gobernadores en cuatro entidades federativas, que da como resultado una cifra superior a 4 mil 28 millones de pesos. Concretamente en el Estado de México un total de 826 millones 368 mil 196 pesos fueron aprobados por el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) para los nueve partidos políticos con registro, además del dinero «extra» de dudosa procedencia. Ante tal despilfarro vale recordar que en nuestro país hay más de 55 millones de pobres y que a diario sufren las deleznables condiciones de vida que otorga a la mayor parte del pueblo el sistema capitalista.

Como habitantes del Estado de México y en particular en la zona oriente, hemos participado en diferentes debates con vecinos y organizaciones fraternas para compartir nuestra posición ante las próximas elecciones. Sin duda alguna coincidimos en que existe un hartazgo de la gente por las estructuras partidistas y su actuar, más aún, por los 87 años que lleva gobernando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el estado que representa su principal bastión político, además de que es la cuna del grupo Atlacomulco (élite política).

Y a esto hay que sumarle las miles de personas desaparecidas, la falta de empleos, la pobreza en la que está sumergido el 49% del total de la población, la inseguridad y los feminicidios, situación que se agudizó en la última década y que según las cifras de los periodistas de 2006 a 2012 se contabilizaron 1 997 casos de feminicidios, más del doble de casos documentados en un periodo de 20 años en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Es evidente que la población mexiquense no está dispuesta a seguir permitiendo esta situación, por lo que anhela y exige un cambio.

En ese sentido, muchos vecinos le apuestan a darle una lección al PRI y sacarlo del gobierno, su opción se traduce en votar por la Maestra Delfina Gómez, la candidata de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Otros ciudadanos y algunos sectores organizados que rechazan la construcción del nuevo aeropuerto, así como los afectados por la construcción de las 700 casas en Texcoco por la empresa ARA durante la gestión de Morena, consideran que este partido forma parte del mismo juego político, pues por todos es conocido que el grupo que controla Morena en Texcoco es el Grupo de Acción Política (GAP), antes perredista hoy parte de Morena, el cual ha vivido de los cargos públicos, con nulos beneficios a la población y que hoy muestran la limitación e incongruencia de sus acciones con la política que predican.

En un taller que impartimos a usuarios de la energía eléctrica sobre la caracterización de los partidos políticos, explicamos a qué clase representan dichos partidos, concluimos que éstos representan a la burguesía y a la pequeña burguesía, que nosotros como pueblo y clase proletaria no estamos representados por ellos,   que debemos conformar nuestras propias organizaciones y luchar por nuestros derechos de manera independiente, es decir, sin depender de los partidos políticos.

Muchos nos han preguntado cuál es nuestra posición al respecto, incluso nos han tratado de convencer para llamar a votar por Morena. Al respecto, nosotros respondemos que no nos oponemos ni criticamos a la gente que noblemente cree que dicho partido puede llegar a ser un cambio, así como tampoco a quienes consideran no participar en los comicios al considerarlo una farsa; sin embargo, les decimos que nuestra acción no se debe limitar a emitir o no un voto, pues en ambos casos se conlleva una responsabilidad: ¿qué harán si nuevamente no se respeta la voluntad popular?, ¿qué estamos haciendo para contribuir a ese cambio que todos anhelamos?

Como Organización de Lucha por la Emancipación Popular hemos difundido nuestro Programa Mínimo de Lucha, donde invitamos a la gente a organizarse en torno a demandas muy concretas, sin perder de vista que realmente las transformaciones necesarias para todos sólo se lograrán con la construcción de un sistema político y económico realmente democrático, una sociedad socialista, donde no seamos vistos como mercancías con míseros sueldos que podemos ser desechados en cualquier momento.

Debemos aprovechar la presente coyuntura para reafirmar nuestra posición de respeto a la participación electoral, pero sin olvidar lo fundamental de estar y reforzar la organización permanente desde abajo, desde los obreros, estudiantes, campesinos, profesionistas, y reconocernos como actores fundamentales para lograr la transformación de la realidad y alcanzar las metas históricas de la humanidad: una vida digna para todos, sin explotados ni explotadores. Y hay que recordar que la conquista de los derechos es fruto de las diversas luchas populares, no son concesiones o actos de buena fe de los gobernantes

Nota:

Este artículo fue publicado como parte de la sección ANÁLISIS del No. 25 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Mayo-Junio 2017.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.