La intensa campaña electoral mexicana hace que algunos de sus protagonistas, concentrados en la política interna, no miren con la atención necesaria la crisis financiera que golpea a todos los países, en especial a la zona euro desde el 2007. Una crisis en donde la especulación ha sido el motor de ese desastre financiero. En […]
La intensa campaña electoral mexicana hace que algunos de sus protagonistas, concentrados en la política interna, no miren con la atención necesaria la crisis financiera que golpea a todos los países, en especial a la zona euro desde el 2007. Una crisis en donde la especulación ha sido el motor de ese desastre financiero.
En una intervención en radio, Ricardo Monreal, coordinador de campaña de AMLO especulaba diciendo que los «asesores extranjeros» de Enrique Peña Nieto (EPN) en «la segunda etapa van a culpar de la crisis financiera europea y que tendrá repercusión en México con la devaluación, culpar a Andrés Manuel de la devaluación del peso».
Al escuchar esto, recuerdo la última cumbre europea de diciembre 2011 marcada por publicación del diario británico The Financial Times en donde aseguraban, con el mismo énfasis que ponía Monreal, que a la «zona euro le quedaban 10 días, a lo mucho».
Mera especulación http://www.ft.com/intl/cms/s/0/d9a299a8-1760-11e1-b00e-00144feabdc0.html#axzz1wjRTgE3V Pero aún más marcado quedé a inicios de diciembre cuando junto a una colega platicamos en Paris con Pascal Bernachon, gerente de operaciones del banco privado KBL RICHELIEU y nos dijo, «hablen de la fractura del euro, pero al mencionar eso deben de decirle a su público también a quien se va a beneficiar». Por supuesto que a nadie beneficiaría, el mensaje era claro, hay que ponerle fin a la especulación.
Seis meses después la pregunta para Monreal, sería parecida, ¿a quien beneficia en este caso la devaluación del peso? Y si culpan a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) yo no me preocuparía si es o no el culpable, porque por sentido común AMLO no es el culpable y tampoco cambiará el curso actual de economía mundial.
Como dijo el presidente de Francia, François Hollande en su campaña, «tenemos un enemigo en común, el mundo de las finanzas». Para dar un panorama de cómo los países latinos ven la incertidumbre financiera, durante el 4º Foro Económico de América Latina y el Caribe que se desarrolló en el ministerio de finanzas de Francia el pasado 26 de mayo en Paris, el ministro de hacienda de Colombia, Juan Carlos Echeverri, habló con la televisora mexicana UnoTv y a la agencia Notimex sobre la crisis mundial y señaló : «La verdad es que hay un problema muy serio y se tiene que reventar. Tiene que haber devaluación de monedas y hasta no oir eso, yo solo oigo hablar de reformas estructurales, reformas estructurales, solo reformas estructurales y yo ya he estado en una crisis económica, la manejé hace 10 años en Colombia y si no hay devaluación es difícil que las reformas estructurales se hagan por si misma la tarea.»
Sobre cómo afectará la actual crisis la economía de Colombia así como a la región de América Latina, Juan Carlos Echeverri dijo «no sabemos la severidad, no sabemos la duración, de manera que nos hemos preparado de la mejor manera posible, oleaje va haber y el barco se va a mover.»
Devaluación va a haber, no como la que conoció México en 1994, pero va haber, al momento en que escribo esto el peso mexicano anda en 14,313 pesos por dólar americano y 17,797 pesos por euro. Hasta hace unas semanas podíamos ver que un dólar americano equivalía a 11 pesos mexicanos.
Habría que señalar a Monreal que culpable será AMLO si llega a la presidencia sin un plan concreto para enfrentar los factores de desestabilización económicos externos, porque hoy México es una economía emergente, y debe comportarse a la altura y no volver a tropezar con la fatídica piedra de la especulación y mucho menos victimizarse por esos factores externos
España y Grecia – por ejemplo – concentran las principales preocupaciones europeas, por el efecto de contagio que puedan tener. España, porque hay temor por la extrema debilidad de su sistema financiero; y Grecia, porque aún puede verse obligada a abandonar la Zona Euro, con todas las implicaciones que acarrea; y también porque no hay certidumbre de que los griegos quieran sujetarse a las obligaciones que les requiere la Comunidad Europea, liderada por Alemania.
Ya hemos vivido el efecto cambiario que esa evolución nos acarreó en las últimas fechas, con inestabilidad y depreciación cambiaria en México; y hemos experimentado una creciente debilidad de nuestro sector industrial, que en producción y contratación de empleos fue cayendo trimestre tras trimestre a lo largo del año pasado.
Y, de ser correcta la apreciación del gobernador del Banco de México, de que el peso se ha depreciado demasiado por la inusitada demanda de divisas recientemente, el efecto negativo para los importadores se verá compensado por lo atractivo que los productos mexicanos serán para los importadores internacionales.
Pero el hecho sigue siendo el costo que ha implicado la política mexicana de propiciar una reserva internacional tan alta; por un lado, porque esos dólares, invertidos en el exterior a tasas tan bajas, contrastan con las tasas altas que ofrecemos a los inversionistas para que traigan sus dólares a México. Qué bueno que el Banco de México no está en el negocio para ganar dinero, porque con esos costos tan altos y esos ingresos tan bajos ya hubiera quebrado.
Y como si fuera poco, esas reservas no son sino capitales golondrinos, que al primer signo de dificultad, o que no les salgan bien las cuentas, veremos lo que es depender de esos capitales voladores como la base de nuestras reservas internacionales.
El momento no es alentador y hay más señales mundiales que apuntan hacia el lado negativo. Estados Unidos reportó que las empresas están reduciendo sus pedidos de computadoras, maquinaria, aeronaves y otros bienes duraderos, señal del pesimismo empresarial. El índice MSCI World, que da seguimiento a los mercados de todo el mundo, ha caído en más de 9% desde mediados de marzo y, por su parte, los precios de crudo de petróleo cayeron 15% en mayo. David Resler, economista de Nomura Securities, dijo recientemente que los peligros de la desaceleración en Europa están afectando a la economía global.
El premio Nobel de Economía, Paul Krugman, en un reciente artículo titulado «Eurodammerung», prevé que en cuestión de meses habrá una ruptura total en Europa; que iniciará con la salida de Grecia de la Zona Euro probablemente y ve posible el fin de la Zona Euro en unos meses más, si Alemania no acepta una drástica revisión de la estrategia contra la crisis.
Krugman cree que una vez que se dé el abandono del euro por Grecia, los bancos españoles e italianos, muy debilitados ambos, experimentarán enormes retiradas de dinero, que reclamará de Europa medidas adicionales de emergencia para evitar peores efectos.
Las semanas recientes han sido de creciente tensión en la economía mundial. En los mercados se encienden focos rojos y los indicadores financieros, productivos y de empleo empeoran. Hasta el momento, las propuestas políticas y técnicas que se ofrecen cono alternativa no parecen detener el curso del deterioro. Esta disfuncionalidad no puede durar mucho tiempo, de lo contrario nadie pensará en lo que pasa en Grecia o en México, la inquietud será por las principales economías del mundo y en su efecto devastador para el mundo.
Recordemos que en una crisis, la economía de Estados Unidos es la primera en pasar la factura al país Azteca, y también la puede pasar la crisis bancaria española. Los bancos de esos dos países tienen una posición dominante en el sistema financiero mexicana.
Ignoro si Monreal tenía presente en el debate mencionado la posición de Paul Krugman. Sostiene que la política adecuada es inyectar liquidez a la economía mediante el gasto público, el que sea necesario, para estimular el consumo de las familias y los pedidos a las empresas. Según él la crisis no tiene todavía un componente estructural y hay que proveer las fuentes del gasto. (No es casual que su libro más reciente se titule End this depression now! ). El ajuste queda para después cuando, se supone habrá expansión.
Del otro lado están quienes no ven más allá del ajuste de la deuda y el déficit públicos. No importa que esto se imponga en plena recesión y que los hechos muestren que ésta se profundiza. El saneamiento hoy, aseveran, creará las condiciones del crecimiento estable de mañana. Cabe preguntar en qué condiciones quedará la sociedad cuando eso sea realizable.
En México, como la discusión que mencionábamos del Senador Ricardo Monreal, preocupado de que su candidato presidencial no cargara con la responsabilidad de una crisis mundial, las cosas se analizan con óptica más política que económico/financiera
Pero si hay un cordón umbilical entre la banca mexicana y la banca española no pueden más que preocuparse de, por ejemplo, que el gobierno español se resiste a la investigación oficial de la quiebra de Bankia, el tercer banco más grande de ese país. El rescate equivale a 23 mil millones de euros (más que el recorte en sanidad y salud impuesto por el gobierno) y, no obstante, no se considera necesaria ninguna transparencia con respecto a la gestión de los administradores o de la injerencia de los partidos políticos.
Cualquier índice negativo de la economía estadounidense tiene un efecto inmediato en la de México, cuyas principales actividades económicas y financieras tiene una dependencia pactada, aceptada y ratificada por los últimos gobiernos desde los años 90. Si bien el candidato de Monreal, Andrés Manuel López Obrador, no puede ser considerado responsable de la depreciación del peso mexicano, su equipo económico hará bien en empaparse de la evolución de la crisis si aspira a hacerse con la presidencia.
Si AMLO llegara a triunfar, a partir del 1 de diciembre el paquete estará en sus manos.
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