El magisterio, fuerza que cambió la dinámica de imposiciones de Peña. El movimiento magisterial encabezado por la CNTE significa una ruptura del escenario planteado por Peña Nieto y los partidos del Pacto por México. Habían aprobado la reforma en telecomunicaciones, la reforma financiera, incluso la reforma laboral fue resultado de una negociación con el entrante […]
El magisterio, fuerza que cambió la dinámica de imposiciones de Peña.
El movimiento magisterial encabezado por la CNTE significa una ruptura del escenario planteado por Peña Nieto y los partidos del Pacto por México. Habían aprobado la reforma en telecomunicaciones, la reforma financiera, incluso la reforma laboral fue resultado de una negociación con el entrante gobierno priísta cuando Peña era presidente electo. Todas medidas de corte neoliberal mandatadas por organismos como la OCDE. El gobierno, sabueso fiel de los mandatos de éstos organismos, pretendía imponer rápidamente la reforma educativa, la hacendaria que incluía IVA en alimentos y medicinas, así como un aumento brutal en la entrega del petróleo, gas y electricidad con la reforma energética… se creían imparables, hasta que irrumpió la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
En esta lucha la CNTE ha logrado aglutinar a sectores que hasta hace poco, eran aliados de los charros del SNTE, o al menos su base social. Ésta amplia agrupación de fuerzas tiene que ver con que la Reforma Educativa de Peña Nieto no pone a discusión de profesores y especialistas las mejoras a los contenidos y las estrategias que resuelvan la problemática educativa existe en nuestro país, no incluye proyectos para el rescate de la olvidada infraestructura de las escuelas, y sí, en cambio, golpea duramente los derechos laborales del magisterio.
CNTE, corazón y guía.
Ha sido importantísima, en esta coyuntura, la experiencia de la CNTE, acumulada en décadas de lucha, 34 años si hablamos de la historia reciente, como por su participación en muchos y distintos movimientos a lo largo de la historia de nuestro país.
Nuevamente, la CNTE es corazón y guía del movimiento magisterial que sacude el país, sin embargo, es muy importante que el movimiento sepa agrupar a todos los que quieran luchar contra las reformas, sean o no de la CNTE, pues de lo contrario se minaría mucho la posibilidad de crecimiento del actual movimiento.
La experiencia en la lucha de masas de la CNTE, se ha expresado en el Distrito Federal, entre otras cosas, evitando, limitando y enfrentando la táctica de Peña Nieto de infiltrar al movimiento para desgastarlo y reprimirlo. En distintos momentos los profesores han combatido la provocación, han dejado claro que las acciones que impulsan son de resistencia civil, donde la contundencia se da por la vía de tener a miles de personas organizadas y actuando, impulsando medidas de presión de distintos tipos, y no acciones aventuradas de unos cuantos «decididos», que flaco favor le han hecho al movimiento social al provocar el enfrentamiento con la policía (y en algunos casos robos y destrozos en comercios), facilitándole el camino al gobierno para la represión; grupos, algunos de descontento real, y otros halcones infiltrados por el mismo gobierno, que generan escenarios de violencia, aun cuando las movilizaciones hayan sido convocadas explícitamente en otro sentido (pacíficas y sin encapucharse para evitar la provocación, como lo que ocurrió el pasado 2 de octubre).
Mención especial requiere el contingente de los profesores de Oaxaca, integrantes de la sección 22 de la CNTE, a quienes les debemos mucho del actual clima de politización y protesta que se ha ido expandiendo en el país. Los maestros de Oaxaca sostuvieron un paro por dos meses, acosados, sin salario, para venir masivamente a luchar en la Ciudad de México, a sostener un plantón en medio de la temporada de lluvias más fuerte que se recuerde en el DF. Son ellos, los profes oaxaqueños, los que en su mayoría tuvieron que soportar el violento desalojo del 13 de septiembre, los que han venido recurrentemente a hacer brigadas a las escuelas, los que hicieron realidad en dos ocasiones el cerco al aeropuerto, etc. Oaxaca ha decidido levantar el paro de labores, pero está claro que el movimiento seguirá contando con la participación decisiva del valioso contingente del magisterio oaxaqueño.
Radicalización de profesores y lucha por la democratización del SNTE
Un fenómeno paralelo que es fundamental, es que en medio del descontento de los profesores los charros han estado siendo rebasados por las bases magisteriales, tal vez el caso más representativo sea el de Veracruz, donde los profesores desconocieron y tumbaron a los dirigentes sindicales que defendían la reforma, pero esto es algo que hoy ocurre también en muchos otros estados, por lo que a la vez de luchar contra el despojo de derechos que significa la Reforma Educativa, en el magisterio nacional va prendiendo la consigna de reapropiarse del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) como un instrumento de y para la lucha de los profesores, una herramienta de organización que hoy sirve al gobierno para controlar a los maestros.
Un punto a destacar es la rápida radicalización de profesores en muchos lugares del país. Radicalización provocada por la intransigencia de Peña Nieto en contra del magisterio, para el cual la única respuesta sobre la demanda de abrogación de las reformas al tercero constitucional, es que la reforma va y no tiene marcha atrás, no importa que haya miles en las calles protestando (aun cuando en algunos lugares, como Oaxaca y otros, se hayan conseguido victorias parciales y locales, la respuesta al conjunto del movimiento magisterial es la amenaza, los desalojos, la represión y cerrazón)
Profesores que hasta hace poco tiempo tenían una modesta e incluso nula participación política, hoy se organizan en asambleas, discuten con padres de familia, hacen paros de labores, brigadas, movilizaciones, liberación de casetas, cercos a instituciones públicas, etc. Ese despertar magisterial ocurre en la coyuntura específica que hoy atravesamos, pero tiene toda la potencialidad para continuar y profundizarse, lo cual sería muy importante para las resistencias futuras, en especial contra la reforma energética que amenaza profundizar fuertemente la privatización del petróleo y la electricidad.
Un elemento fundamental para que ello ocurra, a nuestro parecer, es que los profesores se propongan como tarea central el convencer al pueblo, acercarse a él, discutir casa por casa, ganar la pelea mediática con propaganda constante. A cada infamia de Televisa, un volante masivo, brigadas a los metros, a los mercados; a cada difamación un cartel pegado en las colonias, en los barrios. Hacer que los muros hablen, que las plazas públicas sean lugar de discusión y difusión de los argumentos del movimiento, en suma, poner en el centro de la táctica la política de masas, no sólo con los maestros y con los padres de familia, sino con todo el pueblo. En la medida en que logremos arraigar esos vínculos, la campaña del gobierno tendrá cada vez menos peso y se allanará el camino a la victoria. Las marchas, tomas y cercos a instituciones, son muy importantes, pero si no se engranan con la necesaria política de masas, con propaganda y brigadeos cotidianos, costará mucho más trabajo doblegar a éste gobierno entreguista.
Efecto dominó y el despertar de la solidaridad en los estudiantes.
En la UNAM, y universidades como la UPN, UACM, ENAH y otras, ocurrió un hecho importante: tras el brutal desalojo policiaco-militar del plantón del Zócalo, cientos y en algunos casos miles de estudiantes asistieron a multitudinarias asambleas para discutir la situación nacional, por amplísima mayoría, las distintas asambleas acordaron solidarizarse con los profesores, exigir solución a sus demandas, repudiar las reformas estructurales y al gobierno de Peña Nieto en su conjunto. Diez escuelas de la UNAM acordaron realizar paros de labores, la mayoría de 48 horas, y algunas hasta de 72 horas. Lo mismo ocurrió en otras universidades públicas.
Esa masividad y disposición a la lucha en defensa de los derechos sociales, de miles de estudiantes, bajó su intensidad en los días posteriores, pero es importante ser conscientes de que la lucha para tumbar las reformas neoliberales será larga. Lo que hemos hecho, tanto los profesores como todos los demás sectores que nos hemos sumado a la resistencia, ha sido muy valioso.
Los paros en las universidades públicas, las brigadas, los contingentes estudiantiles en las distintas movilizaciones del magisterio, los saloneos, elaboración de carteles, etc., ha sido clave para refrescar la solidaridad a los maestros, para que continuaran firmes, para hacerles saber que no están solos.
A pesar de lo que dice la campaña mediática, sí se han sembrado victorias.
La lucha comenzó no hace muchos meses, y ha sido bombardeado constantemente con un mensaje del gobierno y sus merolicos, repetido hasta el cansancio de «luchas en vano, no podrás vencer, ríndete».
La realidad es que éste movimiento ya ha cosechado victorias muy importantes: la agitación política derivada de tener a miles de profesores organizados y protestando, inhibió uno de los proyectos centrales de EPN y de los dueños del dinero para éste sexenio, el IVA en alimentos y medicinas, que el gobierno ya había prometido en el extranjero, pero que no pudo presentar en la reforma hacendaria por temor a que a la actual fuerza magisterial se sumara el descontento popular contra un alza tan agresiva de impuestos. Como mencionamos, muchos charros sindicales han sido rebasados, removidos y desconocidos, abriendo la puerta a una difícil pero posible democratización del sindicato. En cada uno de los estados, la lucha de los profesores ha conseguido debilitar la instrumentación de la reforma educativa, para Oaxaca y Michoacán, las dos principales fuerzas de la CNTE, ya se habla de una muy difícil aplicación de la reforma.
Un indicador que muestra los avances en la lucha, modestos pero significativos, son los documentos de Claudio X González y de su grupo Mexicanos Primero, donde rabian contra el gobierno, se muestran en desacuerdo con lo que llaman «concesiones» a la sección 22, y llaman a los despidos y a la represión. Y entre muchas victorias, está el conseguido en el terreno de la consciencia popular, la simpatía de grandes sectores de masas, la incorporación en la lucha de nuevos participantes, y el abono para la necesaria unidad de los de abajo contra el gobierno neoliberal.
Los atropellos que debemos impedir.
Debemos aquilatar muy bien lo que ocurrió en el Zócalo de la Ciudad de México. La represión y el desalojo del 13 de septiembre, el cerco policiaco-militar que se instauró, y la prohibición de protestar en el primer cuadro de la ciudad, es una afrenta, no contra el magisterio, sino contra toda la población. Se trata del regreso del PRI más rancio y déspota, de los gorilas y halcones con tufo diazordacista. El regreso y fortalecimiento de las peores tácticas de opresión contra los movimientos sociales y contra el derecho a la libre expresión, es algo que, aun cuando se haya terminado el cerco militar en el Zócalo, nos compete a todos y ente todos tenemos que asegurarnos de que no vuelva a ocurrir.
En días pasados se dio a conocer una noticia del estado de Veracruz, donde se informa que la dirección de una escuela se negó a reparar una barda dañada por los últimos huracanes, porque, según ellos, éste tipo de reparaciones competen ya a los padres de familia. Esto indignó a los padres, tanto así que bloquearon carreteras, tomaron escuelas y poco a poco, en éste y otros estados (incluyendo al Distrito Federal), se han replicado acciones similares de grupos de padres de familia, molestos con el gobierno y en apoyo al magisterio. Además, están llegando ya los recibos de luz de las escuelas, con cobros estratosféricos que los directivos dicen que son impagables con el presupuesto de las escuelas, y quieren que toda ésta deuda sea absorbida, también, por los papás de los alumnos, con un «voluntario» aumento de cuotas.
En algunos estados, donde el gobierno se siente con la fuerza suficiente, se está avanzando con el despido de profesores que han hecho paros de labores contra la reforma educativa, con el pretexto de que, con las nuevas leyes secundarias, pueden ser corridos los maestros si faltan 3 días consecutivos a dar clases.
Sin duda, para detener todos estos atropellos y los que se vienen, la tarea central es la unidad contra el gobierno de Peña Nieto. Los maestros no podrán solos, por ello los estudiantes, colonos, padres de familia, campesinos, trabajadores, y todos las sectores sociales, tenemos que agruparnos junto con los docentes en lucha, para construir la fuerza que detenga en nuestro país, de una vez por todas, al neoliberalismo, a sus personeros y todos sus arrebatos.
La CNTE es uno de los pocos contingentes organizados que tenemos, tras 30 años de golpeteo neoliberal contra el sindicalismo y la organización social. No permitamos que los aplasten. Si los tocan a ellos nos tocan a todos.
¡Abajo la Reforma Educativa!
¡A seguir sumando sectores en la lucha para derrotar todas las reformas estructurales de Peña Nieto!
¡Ni un paso atrás!
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