El Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos sufrió este viernes un revés en su plan para fortalecer los derechos de propiedad intelectual, definido como una iniciativa para «promover la innovación y proteger la innovación».
Los jefes de gobierno de los cinco países líderes del mundo en desarrollo (Brasil, China, India, México y Sudáfrica), ahora conocidos como G-5, forzaron un cambio fundamental en la declaración final de la cumbre del G-8 en esta ciudad balnearia en la costa del mar Báltico.
El G-5 lograron incluir en el texto una referencia a la necesidad de atender la «salud pública» en el balance entre las graves emergencias sanitarias y la protección de las patentes de los laboratorios.
La canciller alemana Angela Merkel reconoció cambios respecto del texto original. «Con China e India en la mesa tenía que haber modificaciones», dijo.
En la conferencia de prensa que cerró la cumbre, Merkel indicó que «los cambios son simples. Ayer era una declaración del G-8 y hoy incluye tanto al G-8 como a otras economías emergentes».
En la declaración titulada «Crecimiento y Responsabilidad en la Economía Mundial», emitida el jueves, los líderes del G-8 señalaron explícitamente sus objetivos en materia de protección de los derechos de propiedad intelectual.
El asunto es causa de encendido debate en varios países en desarrollo, especialmente Brasil, Filipinas y Tailandia, que intentan limitar esos derechos con el fin de ofrecer a los portadores del virus de sida medicamentos a precio accesible.
Laboratorios como Merck y Abbott, entre otros, se quejaron por la decisión de los gobiernos de países emergentes de otorgar, de acuerdo con las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), licencias compulsivas, que revocan los derechos de patente de medicamentos de los laboratorios que las poseen.
Un gobierno tiene la facultad de dejar de comprar remedios patentados e importar las drogas genéricas directamente de un productor de las mismas a un costo mucho menor.
El G-8 había omitido toda mención a la salud pública en su estrategia para «promover y proteger» la innovación, que busca «establecer un diálogo internacional acerca de la protección de la propiedad intelectual como parte del Proceso de Heiligendamm», que será llevado adelante por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La iniciativa del G-8 implica riesgos para los países en desarrollo, de acuerdo con activistas y analistas del comercio internacional.
«Este es el elemento más peligroso» que surgió de la cumbre del G-8, dijo Tido von Schoen-Angerer, de Médicos Sin Fronteras. «Podría afectar negativamente el acceso a la salud en África a causa de reglas más estrictas respecto de las medicinas contra el sida.»
«Por un lado, el G-8 quiere proveer una generosa ayuda y asistencia a los países africanos para combatir las epidemias de sida, tuberculosis y malaria. Por el otro, quiere asegurarse de que compañías en India y China dejen de abastecer a precios accesibles las últimas medicinas, utilizando para eso disposiciones más rigurosas en materia de propiedad intelectual», declaró a IPS.
Antes de la cumbre del G-8 varias compañías multinacionales, como Microsoft y el laboratorio Pfizer, le indicaron a la canciller Merkel que los líderes del mundo industrializado debían actuar con firmeza para proteger los derechos de propiedad intelectual, según informó la prensa alemana.
«El nuevo diálogo sobre protección de la innovación y la propiedad intelectual» atenderá «el papel clave y valor económico de la propiedad intelectual como elemento central para el desarrollo de una economía orientada hacia el futuro, basada en la innovación y el progreso tecnológico», dice la declaración del G-8.
El texto subraya, asimismo, la necesidad de hacer foco en «incentivos de mercado para la innovación y la difusión del conocimiento a nivel nacional, tomando en cuenta los recientes desarrollos en el mercado tecnológico».
Finalmente, el G-8 resaltó «la importancia crucial de eficientes cadenas de valor que promuevan la comercialización bajo patentes de los resultados de las investigaciones y explotar las licencias como el motor más importante para la transferencia internacional de tecnología».
La OCDE también sugerirá medidas para que los países industrializados y las grandes economías emergentes protejan los derechos de propiedad intelectual en sus territorios.
Las naciones industriales ya han iniciado una encarnizada batalla contra China, a la que acusan de no velar suficientemente por la protección de la propiedad intelectual. Señalan que no hace nada para detener a los fabricantes de productos que imitan a los de marcas occidentales, desde DVDs y bienes de consumo hasta drogas y productos farmacéuticos.
Estados Unidos recurrió a la OMC para denunciar a China por su no cumplimiento del acuerdo sobre aspectos de la propiedad intelectual que están relacionados con el comercio, lo que perjudicó las oportunidades de empresas estadounidenses para acceder al mercado chino.
En este contexto, el G-8 indicó que respeta «el mandato y función de organismos multilaterales competentes, en particular la OMC y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual» (WIPO, por sus siglas en inglés), pero aspira a «que los participantes en el diálogo que iniciará la OCDE discutan iniciativas que apunten a fortalecer la protección de los derechos de propiedad, que entonces serán tratadas en el foro adecuado».
«La cumbre del G-8 en 2009 evaluará los progresos realizados hasta esa fecha», según la declaración final.
Los países más ricos están tratando de matar dos pájaros con un solo tiro, afirmó un experto en materia de propiedad intelectual que solicitó mantener su nombre en reserva.
«Quieren limitar las posibilidades de no respetar las patentes de medicamentos vitales y asegurar, simultáneamente, que futuras transferencias de tecnología en áreas como la salud y cambio climático estén resguardadas por las licencias, que definieron como las mayores mayor impulsoras del comercio», indicó.
Pero, a causa de la fuerte oposición del G-5 de países emergentes, las naciones ricas se vieron obligadas a incluir la referencia a la salud pública, indicó una fuente.
Actualmente, las reglas que gobiernan los derechos de propiedad intelectual están codificadas y administradas por la OMC y la WIPO, que son organismos multilaterales con amplia participación tanto de las naciones ricas como de los emergentes y países con menor nivel de desarrollo.
Ahora el G-8 quiere sacar la discusión del ámbito de esas organizaciones multilaterales y llevarla a una institución como la Ocde, integrada mayoritariamente por las naciones desarrolladas y donde sus miembros pueden determinar los resultados, señaló a IPS Rohit Malpani, consejero en políticas comerciales de la organización de caridad católica Oxfam.
«Cada vez que afrontar un problema en la salvaguarda de los derechos de propiedad cambian el foro de discusión», agregó.
«Están obviamente preocupados por el actual discusión de una Agenda para el Desarrollo en la WIPO, que fue motorizada por Argentina, Brasil e India, entre otros, y quieren un foro que esté más en línea con su pensamiento», señaló Malpani.
«Aunque este es sólo el inicio del proceso que el G-8 desea comenzar en el marco de la Oecd, ilustra la cultura sobre cambio de foros que prevalece en los países poderosos», afirmó.