La noticia, de las más importantes de los últimos tiempos respecto a la vida interna de los grandes medios, no fue publicada por ningún diario ni transmitida por televisión. Apenas un cable de Télam del jueves 15 a la tarde y nada más. Ni La Nación, ni Tiempo Argentino, ni Perfil, ni Crónica, ni Página/12, […]
La noticia, de las más importantes de los últimos tiempos respecto a la vida interna de los grandes medios, no fue publicada por ningún diario ni transmitida por televisión. Apenas un cable de Télam del jueves 15 a la tarde y nada más.
Ni La Nación, ni Tiempo Argentino, ni Perfil, ni Crónica, ni Página/12, ni Canal 7, ni TN, ni Telefé, ni Canal 26, ni Radio Continental ni tantos otros medios masivos informaron que el 15 de noviembre, tras doce años de carecer de representación gremial, más de 500 trabajadores de Arte Gráfico Editorial Argentino S.A. (AGEA) eligieron a su Comisión Interna, conformada por seis trabajadores de prensa que representan al conjunto de los periodistas, diseñadores, publicistas y empleados de otras áreas, efectivos y contratados.
El hecho marca un quiebre, después de años de dictadura patronal que contó con la complicidad directa del Estado y la conducción burocrática de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA).
Recuperados
En el año 2000 Clarín echó violentamente a 117 trabajadores, entre ellos a toda la Comisión Interna. De la Rua le ponía a disposición la Policía Federal que, a culatazos y bastonazos, reprimió a los trabajadores en la puerta de calle Tacuarí. Nunca tan exacto aquel título con el que los trabajadores denunciaban a Noble y Magnetto: «Clarín: periodismo de la guardia de infantería». El hecho se recuerda hoy como uno de los mayores golpes sufridos en el gremio, que contó con la traición abierta de la burocracia de UTPBA. La misma que esta vez se vio obligada a acompañar la voluntad de los trabajadores dando el amparo necesario a la elección de Comisión Interna.
Mientras se intensifica la disputa de cara al 7D por el control de los medios entre el gobierno y Clarín, la noticia brilló por su ausencia tanto en medios oficialistas como opositores. Es más, fiel a su férrea defensa de los intereses patronales, en este proceso eleccionario el gobierno estuvo totalmente ausente, sin siquiera manifestar un mínimo apoyo a los trabajadores que se organizan, justamente, contra su «peor enemigo». La idea de que esa disputa les es totalmente ajena comienza a ser extendida entre los trabajadores de Clarín.
El hecho cobra mayor relevancia, entonces, ya que es el resultado de años de dura pelea, contando sólo con la solidaridad de otros trabajadores de medios y de comisiones internas independientes de la burocracia sindical. Un largo proceso que no estuvo exento de ataques, persecuciones y hasta un intento de boicot por parte de Magnetto a las elecciones del pasado jueves 15.
Modelo patronal
Que los trabajadores del diario más grande del país hayan pasado más de una década sin representación gremial, librados a su suerte frente a la prepotencia patronal, muestra de forma extrema la falacia del discurso kirchnerista, que quiere hacer pasar la pelea con Clarín como una lucha por la libertad de expresión y la defensa de los derechos de los trabajadores. De los doce años sin Comisión Interna en Clarín, casi diez pasaron con un mismo ministro de Trabajo, Carlos Tomada, amigo de cuanta burocracia sindical existe y digno «árbitro» parcial siempre abocado a favorecer los «derechos» patronales. La decisión de no mover un dedo a favor de los laburantes es una marca a fuego de este gobierno, a no ser que la propia dinámica de los hechos lo obligue a tomar alguna que otra medida.
Desde el gobierno y sus pregoneros se identifica a Clarín con lo peor que le pasó al país y a la «democracia», mostrando una historia llena de extorsiones y negociados. Pero esa historia nefasta es usada como cortina de humo por el kirchnerismo para intentar avanzar contra «la Corpo» en beneficio de otros empresarios amigos. Lo que no dicen es que todos sus chanchullos los hizo gracias al amparo del Estado y sus instituciones, incluyendo el período kirchnerista.
Un camino independiente
Clarín es un fiel exponente de la «burguesía nacional», avasallador permanente de los derechos de los trabajadores, avalado por el Estado y las dirigencias sindicales cómplices.
El contundente paro general del 20N demostró una vez más el poder social de la clase obrera cuando se pone en acción. Por eso, frente a la disputa creciente entre el gobierno y Clarín, los trabajadores de los medios deben tomar una postura independiente de los dos bandos capitalistas en pugna. Alinearse con uno u otro, como lo hacen las dirigencias sindicales burocráticas de Moyano, Caló, Yasky o Micheli sólo puede conducirnos a nuevas derrotas y retrocesos. No hay que detenerse ante el «terror» que divulgan los gerentes del Grupo Clarín con la excusa del 7D, ni caer en los «cantos de sirena» de Sabbatella que dice que se garantizarán los puestos de trabajo.
La recuperación de la Comisión Interna de Clarín es un gran punto de apoyo para avanzar en la defensa de nuestras conquistas. Es indispensable la plena libertad de organización y elección de delegados al interior de las empresas de comunicación, imponiéndole a las direcciones de los sindicatos que se pongan a la cabeza de esa pelea o barriendo con ellas y eligiendo a nuevas conducciones que representen y defiendan los verdaderos intereses de los trabajadores de los medios.
Una pelea por la verdadera libertad de expresión, excede ampliamente a una disputa por intereses mezquinos entre bandos capitalistas como la expresada hoy entre el Grupo Clarín y el gobierno de Cristina Fernández asociado a un puñado de «corporaciones» amigas.
Fuente: La Verdad Obrera nº502