Una vez consumado el triunfo de Morena en las elecciones federales, y tras los aplastantes resultados adversos para los deseos de la oposición, van saliendo los trapos a la luz o, mejor dicho, las intenciones reales de los grupos conservadores a nivel nacional.
Primero: al interior del PRI, “Alito” Moreno mostró su falta de vocación democrática y la nula preocupación por su propio partido. Su encumbramiento durante más años en el poder de dicho instituto político refleja el alejamiento que el PRI tiene hoy en día de la realidad mexicana y de la población en general, si ya de por sí ese partido está suscrito a los episodios más oscuros y trágicos de nuestra historia nacional, ahora se perfila al barranco de la soberbia, misma que ya le cobró descender en la escalera de la preferencia electoral, cayendo al tercer lugar, y en algunas entidades hasta el cuarto peldaño, sino es que más abajo. El PRI se ha condenado así mismo desde hace mucho tiempo, y ya la factura comienza a cobrarse.
Segundo: las voces más conservadoras del país, corrientes políticas reaccionarias, y algunas de ellas con principios neofascistas, van operando para convertirse en partido o partidos políticos –dependiendo de las alianzas que mantengan entre ellos-, el Frente Cívico Nacional, Viva México y Marea Rosa, ya se disputan la hegemonía de lo que será muy pronto una nueva corriente política, sólo que ahora ya no se andarán encubriendo con discursos a favor del pueblo mexicano, y serán mucho más abiertas sus tendencias a regímenes ultraderechistas y con un alto grado de autoritarismo, sin importar que nieguen estas características con eufemismos ya usados y poco efectivos, como “libertarios” y “demócratas”, algo muy similar a lo que ha sucedido en Argentina con Javier Milei. Sus vínculos con institutos políticos como VOX de España, serán más abiertos y sus prácticas neofascistas irán saliendo a la luz, y si no se cree esto último, véanse los casos de Brasil con Jair Bolsonaro, o Donald Trump en los Estados Unidos.
Tercero: al interior del PAN, muchas voces rechazan y culpan de los resultados en las pasadas elecciones a la alianza establecida con el PRI, no sólo por la violación a sus propios principios que durante años los hicieron partidos opuestos, sino porque en la práctica la ejecución de las campañas hizo ver la poca coordinación entre los partidarios de uno u otro instituto político, la realidad es que la mayor oposición a la oposición fue ella misma, algo que el propio Presidente de México sacó a la luz desde tiempo atrás, cuando en sus discursos mostraba las contradicciones de la oposición, que por un lado acusaba al Presidente de querer reelegirse o concentrar el poder, pero, como ya se mencionó, políticos de oposición ahora acaparan el poder de sus partidos y desdeñan a sus militantes.
Cuarto: el hecho de que Marea Rosa, el Frente Cívico Nacional y Viva México estén transitando a convertirse en partidos políticos, generará en el seno del PRI y PAN una desbandada de militantes, pues la ley electoral indica que militantes de un instituto no pueden ser parte de otro al mismo tiempo, y como se sabe muy bien, la Marea Rosa y demás organizaciones mencionadas tienen sus bases en los sectores más conservadores de los hoy partidos de oposición, aunque durante sus movilizaciones y actos juraron responder a convocatorias de la sociedad; ¿casualidad?
Son tiempos de reacomodo político mientras el nuevo Gobierno toma su lugar y comienza su proceso en el poder, pero a toda luz queda quienes están afilando navajas para jugar a la oposición otros seis años, sólo que ahora con los rostros un poco menos cubiertos y el destape de sectores ultraconservadores con tendencia neofascista, si no lo cree, esperemos un poco y todo estará mucho más claro.
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