Crónica desde el epicentro de la conjura secesionista de la oligarquía. En la capital oriental se acentúa el racismo y la persecución contra los altiplánicos.
Una iniciativa, no se sabe si planificada o no, se mueve en Santa Cruz, en sentido de aislar, intimidar, arrinconar y extirpar toda oposición critica a las autonomías, a los cívicos y su estatuto autonómico, usando argumentos en extremo chauvinistas con una irracionalidad creciente y cierta violencia. Este fenómeno parece acentuarse tras la entrega de los estatutos autonómicos el último fin de semana.
La cosa es tan seria que parece que estuviéramos acercándonos a una guerra. Ciertos indicadores muestran que está actuando el fascismo con sus conocidos métodos, combinados con otros más novedosos. Uno de los principales es generar miedo en la población, asegurando que será atacada, que tiene muchos enemigos, internos y externos, que debe prepararse, así genera un clima de inseguridad y terror para que la población entregue su voluntad a manos de unos cuantos.
El proceso se inició hace rato, desde que cierta prensa sensacionalista pasó a fomentar el chauvinismo dando cabida a opiniones tendenciosas e insultos racistas, unos medios más que otros. La táctica empleada es hacer énfasis en las diferencias con regiones y ciudadanos de otros departamentos. Quienes niegan esas diferencias e insisten en las coincidencias pueden terminar señalados como traidores. Por ejemplo el comunicador terrorista verbal, Yoyo Pando, hasta llamó a elaborar listas de enemigos de Santa Cruz. Sospechosamente sus deseos se cumplieron pues impunemente ya hay pegadas en la plaza 24 de Septiembre (la principal de la ciudad, NdE) nóminas de gente sentenciada por una mano anónima que los califica como enemiga de Santa Cruz, basura masista y otros epítetos.
Es que otras fuerzas tenebrosas también están actuando, haciendo grafittis, generando abundantes rumores enfermizos, promoviendo el terror generalizado, alertando día y noche, afirmando que están en peligro los servicios de agua y energía ante una segura agresión de las fuerzas de indios del MAS (Movimiento al socialismo, partido gobernante del presidente Evo Morales, NdE).
Sucre, de vuelta a las cavernas
Sucre (la ciudad capital de Bolivia, NdE) es un ejemplo patético de lo que se puede dar si la prensa asume posición parcializada, de terrorismo mediático, al servicio de las corrientes más derechistas. Se sabe que en esa ciudad los medios cumplieron papel central para manipular a la población y enardecerla esparciendo rumores de que los indios masistas ejecutaban matanzas de miles de sucrenses en ciertos puntos de la ciudad, cosa que jamás hubo pero que se creen.
En Sucre se promovió un levantamiento popular para instalar un régimen de terror contra los enemigos de la capitalía. Y en Sucre las cosas han ido más lejos aún, pues obligaron a escapar al propio Prefecto y ahora se exhibe en la plaza su foto junto a la de otros personajes acusados de ser traidores a Chuquisaca sugiriendo la idea de capturarlos para matarlos. Los dirigentes del Comité Interinstitucional se ríen cínicamente y alguno dice «el pueblo sabe por qué»
No se puede desconocer que la intolerancia ha adquirido carácter nacional debido a que hay un círculo vicioso que entusiasma a los amigos de la división del país y lo fomentan, porque a consecuencia de la agresión a los collas (altiplánicos, NdE) en un lado se promueve la agresión a los cambas (orientales, NdE) en el otro y esto se multiplica con más discriminación y racismo sin fin. Los que creen que así hacen justicia a las víctimas del racismo de los cívicos sólo los imitan cumpliendo inconscientemente el plan provocador de quienes quieren exacerbar el conflicto interregional y racial.
Los camba-collas
En Santa Cruz los efectos son graves. En plena calle, en el transporte público, en las oficinas, cada vez es más frecuente escuchar, de manera espontánea, insultos, proferir amenazas contra cualquiera que no incline la cabeza. La pregunta típica y perentoria es ¿de dónde viene usted?, a lo que los interrogados, sin darse cuenta que se subordinan, se deshacen en explicaciones de su origen, respondiendo apresuradamente que son de Santa Cruz, 100% cambas, más cruceños que la yuca, que no tienen ni una gota de sangre colla, o que son collas que aman Santa Cruz y así buscando convencer.
Muchos camba-collas son los más recalcitrantes racistas, porque tienen el complejo de no ser puros, y son los más dados a negar su origen porque tienen miedo al rechazo. Es natural, se dio ya en la Alemania nazi con los judíos; los niños ante tanto rechazo social reclamaban a sus familias por qué habían nacido judíos. En medio de esta enfermiza forma de actuar, cualquiera puede ser víctima, hasta los periodistas de los propios medios racistas, que han generado esta corriente. Por ejemplo se dio un caso con la Red Uno, que hizo tomas de una trifulca casual en El Cristo entre dos conductores de vehículos que se trenzaban a golpes azuzados por un tercero. La presencia del camarógrafo molestó tanto a uno de ellos que llegó a agredirle racistamente y con empujones, exigiéndole que no haga tomas porque «somos cruceños» y añadía «¿vos sos indio, no? Vos sos de Evo. Estás en contra de Santa Cruz».
El rol de los medios
Las formas racistas se desarrollan sin que la mayoría se dé cuenta, porque además son toleradas y promovidas por los medios, por la televisión, que enferman de fanatismo e intolerancia a la gente. Por ejemplo, hay una señora, Maritza Soliz, muy aplaudida por los medios y Carlos Valverde, que escribe poesías que reflejan un estado mental deteriorado. Entre otras tiene una oda angustiosa que titula «no es por odio, es por amor», pieza grotesca que fomenta y justifica terriblemente los prejuicios racistas y discriminatorios. El fanatismo reduce todo a blanco o negro. Por eso, quien critique las autonomías despertará inmediatamente la sospecha arbitraria de que es masista o simpatiza con el gobierno ¿eso es libertad? ¿eso es democracia? ¿eso es la autonomía? Cuando una persona es señalada, con razones o no, como militante o simpatizante del MAS, en realidad allí hay una forma de discriminación.
La cosa es más sería porque si la persona está sola normalmente será hostilizada, agredida verbalmente, negándole el respeto que se merece a tener una opinión distinta y luego tendrá que correr para salvar su vida, como se vio en anteriores días en la Plaza 24 de Septiembre cuando un señor de avanzada edad fue atacado por los unionistas y los huelguistas cívicos porque además de ser moreno y colla, dizque era masista. El estereotipo del «enemigo» de Santa Cruz que se fabrica hoy es ese, el tipo crítico, que por lo tanto sólo puede ser del MAS y se incluye a todo su entorno, relaciones económicas o hasta familiares, esos son enemigos y deben erradicarse. Igual como en la Alemania nazi.
La cosa se agrava más ahora que han sido paridos los estatutos de las autonomías tras la huelga mediática levantada sin haber logrado arrancar nada al Gobierno y una semana llena de rumores en sentido de que el Gobierno preparaba ataques y una masacre a la población cruceña, reproducidos por el propio Prefecto y Branco Marinkovic (presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, NdE).
Ellos reunieron a la gente en el Parque Urbano para proclamar «ya somos autónomos», cosa irresponsable porque no hay tal. Ahora toda la tensión provocada se diluyó, dejando ver cuán exagerados son los cívicos, que no dan mayores explicaciones sobre su fallido anuncio de que se vendría el cielo abajo, pero eso no es simplemente un error sino una táctica para mantener a la gente pendiente y enferma, fácil de ser usada ahora para que firmen ciegamente libros y libros.
Desenfreno racista
En ese evento los discursos preñados de odio menudearon aunque luego se aseguró que todo era bondad y alegría. Tras todo ello mucha gente ha perdido finalmente toda atadura, como si se declarara piedra libre o la muerte de Dios, y ha comenzado a actuar obedeciendo a sus instintos más bajos, iniciando la persecución abierta a los que son diferentes, a los collas, con la bendición de los patrones. Por eso los hechos de discriminación y racismo a partir de esa fecha se multiplican, convirtiendo la tal autonomía en algo horroroso con sello fascista.
Una primera víctima de la violencia de los fanáticos autonomistas que gritan «democracia y libertad» fue un taxista y sus pasajeros, una madre y su pequeño hijo años, que vivieron momentos de zozobra cuando unos jovenzuelos autonomistas con banderas en mano les cerraron el paso y los agredieron con piedras porque no gritaron «autonomía carajo».
En Warnes, ciudad aledaña a Santa Cruz, se informa que recrudece el hábito de «huayquear» collas (golpear a la víctima entre varios, NdE), pero lo más notable es lo sucedido en Santa Rosa del Sara, zona donde convivían en paz campesinos y citadinos sin mayores roces. Allí, se registró el sábado pasado un caso grave de racismo, donde grupos autonomistas atacaron a los campesinos provocándoles decenas de heridos, todo porque apoyaban la nueva Constitución, mientras ellos apoyan el Estatuto Autonómico. Qué terrible, los pobres golpeando a otros pobres y los ricos felices.
Hasta Caito Flores, el cocinero metido en política, opina sobre la actitud de la gente hoy, diciendo «a la gente se la siente muy intolerante y agresiva», pero concluye «eso es por culpa del Gobierno», aunque después a instancias del periodista reconoce que es de ambas partes. En realidad él estuvo a la cabeza de esta ola de racismo ya desde el 2003 organizando grupos juveniles para atacar las marchas de la COD (Central Obrera Departamental) y que derivaron en las famosas golpizas del 17 de octubre. Su acción buscó afianzar en la gente el instinto territorialista primitivo, de clan, a partir del cual se vuelve un principio que los indios no tengan pisada en la plaza, el mismo pretexto con el que se atacó a los campesinos en Santa Rosa.
Ahora parece que Caito quiere limpiar su rostro y el de su movimiento «Resistencia», regalando por Navidad desayunos a los niños pobres del Plan 3000, al que odia en silencio por ser lleno de collas. Caito Flores es un hipócrita violento porque él, junto a los pitbull de la Unión Juvenil Cruceñista, ha intentado tomar varias veces, a punta de palo, el Plan 3000, que no se subordina al dictado cívico. Sólo cambia de táctica. En tanto no reconozca su racismo no será por «amor» como pregona sino una estrategia de marketing para penetrar y conquistar ese reducto que para los cívicos es un foco infeccioso que contagia descontento a otros distritos. El Plan 3000 para ellos es un peligro porque tiende a organizarse, como el ghetto de Varsovia, para enfrentar la intolerancia fascista.
Amedrentamiento total
La tendencia fascista que campea en Santa Cruz es efectivamente totalitaria porque necesita controlar todo, hasta la respiración de la gente. Ahora esto llega al grado de dar pautas precisas a todas las instituciones, principalmente ligadas a la empresa privada cruceña desde fábricas, pasando por instituciones financieras, clubes deportivos, llegando a las universidades, para saturar el ambiente con las consignas autonomistas y hostigar a todos, ya sea cruceños o del interior, para que se subordinen a los cívicos. Un articulista de «El Día» resaltaba en una nota que era necesario que obedezcamos en todo a nuestros dirigentes cívicos, Prefecto y Alcalde. ¡Qué bárbaro! Pero se asegura que aquí reina la democracia.
Con ese criterio ya hay toda una corriente actuando. Por ejemplo se sabe de oficiales de crédito de ciertas cooperativas e instituciones bancarias que presionan a los clientes que solicitan préstamos u otros servicios para que apoyen militantemente las autonomías. Según un vecino que relató su experiencia, en el proceso de tramitar un préstamo, el empleado de una cooperativa le preguntó si apoyaba a las autonomías y si estaba contra el gobierno del MAS. El vecino contestó que no apoyaba a ninguno de los dos, a lo cual el funcionario respondió que no había que dudar en apoyar a las autonomías porque hasta de esa cuestión depende que el crédito salga, insinuando que si uno es autonomista el crédito es rápido y seguro.
Los casos suman y siguen. Una señora denunció en el programa radial de Carlos Valverde que en una Notaría al servicio de la telefónica Cotas fue testigo cuando la notaria enfáticamente exigió a otro señor que apoye las autonomías para dar curso a su trámite. La denunciante afirmó que el señor era colla, como ella, y tuvo que agachar la cabeza. Lamentablemente no se pudo saber más de eso porque Carlos Valverde, extrañamente indignado, le cortó.
Hay casos singulares como el de promotores de pavos navideños «autonómicos» que en la plaza del estudiante entregan a los pasajeros de movilidades unos panfletos publicitarios y gritan «compren los pavos de Rubén Costas», pero que sin mayor temor insultan a los chóferes si le ven cara de collas.
A un trabajador de una empresa de servicios que tiene un familiar crítico a las logias e incluso al gobierno, y que lo declara públicamente, le han anunciado su despido por tal motivo. O sea que el familiar de algún sospechoso de ser tan sólo crítico seguro puede perder su trabajo.
Ahora Prefectura y cívicos han comenzado a desplegar gente a los barrios para arrancar firmas con el fin de respaldar el famoso Estatuto. Llegan ocultando para quién trabajan y hacer caer a la gente con el cuento del tío diciéndoles que si ponen su firman apoyando al Estatuto van a tener becas de estudios al exterior para sus hijos. Actúan como promotores que venden un producto y reciben comisión por ello, no sería raro que sea gente que pertenezca a esas empresas de servicios proveedoras de personal, de propiedad de varios cívicos.
En los medios televisivos tienen el descaro de decir que los libros serán llevados a las fábricas para que firmen los obreros, por supuesto bajo la mirada atenta de los patrones autonomistas que tienen poder sobre sus trabajadores. ¿Ahora que es difícil mantener o encontrar un empleo qué trabajador dirá abiertamente que no simpatiza con las ideas de su jefe que tiene el poder de echarlo, más ahora, de declararlo «enemigo de Santa Cruz»?
La red televisiva Unitel ya lanzó abierta campaña por la recolección de firmas, aunque después cínicamente dicen que se limitan a informar.
Esto es la desnaturalización de la supuesta democracia porque de alguna manera obligan a la gente a firmar, ésta no puede actuar libremente. ¿Y esta gente es movimiento cívico? No, porque es gente pagada, no es gente comprometida con el planteamiento de las autonomías que da su tiempo gratuitamente para recolectar apoyo y da un trato amable, de explicación y persuasión al ciudadano y no de intimidación dando a entender que si no firma le irá mal. Aquí se amedrenta para que nadie se oponga a la autonomía. Pero esto no es raro, ya se vio lo mismo cuando recolectaron las firmas para el referéndum del 2006, quien no plantaba su firma en los libritos de los cívicos era mal visto, pero hoy los autonomistas imprimen al proceso un carácter más radical y soberbio, algo a lo que Unamuno respondería «¡Venceréis pero no convenceréis!».