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Diálogo con el juez Rimaro a los 11 meses del asesinato del maestro Carlos Fuentealba

«En un caso de esta gravedad es saludable que el gremio docente neuquino intervenga como querellante»

Fuentes: Rebelión

  El juez Héctor Guillermo Rimaro es vocal integrante de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal Provincial de Neuquén. Se trata del único magistrado que, hasta el momento, ha votado a favor del reclamo del gremio docente Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (Aten) que quiere presentarse como querellante en las causas […]

 
El juez Héctor Guillermo Rimaro es vocal integrante de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal Provincial de Neuquén. Se trata del único magistrado que, hasta el momento, ha votado a favor del reclamo del gremio docente Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (Aten) que quiere presentarse como querellante en las causas donde se investiga el crimen del maestro Carlos Alberto Fuentealba. Y eso, evidentemente, no ha caído bien en el seno de un Poder Judicial que, durante todo el período del ex gobernador Jorge Sobisch, estaba acostumbrado a dirimir unánimemente las cuestiones judiciales como se esperaba que lo hiciera. Un llamativo otorgamiento de licencia psiquiátrica, pedido insistentemente por quien era el ex presidente del Tribunal Superior de Justicia Eduardo José Badano, es cuestionado por el propio juez Rimaro, quien exige la «inexistencia» de su situación de enfermo psicológico desde el mismo momento que lo reincorporaron en su puesto, nueve días después de la polémica resolución.

Lo que sigue es un diálogo mantenido con el propio juez Rimaro que posiblemente ayude a comprender lo que verdaderamente sucedió y porqué sucedió. Pero indudablemente lo que pasó no es una anécdota y, para muchos, se transformó en una nueva mancha a la credibilidad de la justicia en esta provincia donde se fusiló públicamente a un maestro en una ruta nacional en abril del 2007.

 
¿Cuáles son fueron los argumentos más importantes para que su voto sea favorable a que el gremio Aten pueda ser querellante en la causa Fuentealba 2?

Respecto a la aceptación de organizaciones intermedias en un proceso penal, yo venía teniendo una postura mas bien restrictiva del artículo70 del Código de procedimientos que rige la materia. Pero en este caso particular observé que había aristas distintivas. Esa distinción significaba que había un conjunto de trabajadores de la Educación que no se autoconvocaron en una reunión de amigos sino que fue justamente el gremio el que los nuclea para ir a manifestarse a determinado lugar de la ruta 22.

Allí interpreté que en el ejercicio de ese derecho fueron perseguidos, llegándose al resultado lamentable de la pérdida de una vida humana. Entonces mi interpretación es que el gremio tiene facultades que derivan de la Ley de Asociaciones Sindicales, para velar aún por estas consecuencias penales de un reclamo gremial. Por supuesto que es una cuestión opinable. Y me dio la sensación que estaba habilitado el gremio para intervenir en representación de todos los docentes, que si bien no estaban individualizados con nombre y apellido, sí se tenía en claro que fueron, en definitiva, quienes resultaron víctimas de esta persecución y represión policial. Además, jugó también el hecho que percibí que en una causa de esta gravedad iba a ser saludable que interviniera Aten como querellante justamente porque beneficiaría para una mayor transparencia y credibilidad de las instituciones el que pudiera controlar, aportar pruebas y todo lo que hace un querellante. Simplemente era eso. No se trataba de determinar si Sobisch debía ser indagado o no, ni menos si era o no culpable del hecho. Simplemente había que dirimir si Aten tenía facultades para intervenir en la causa con esa calidad y nada más. Y yo voté a favor de eso, cosa que no me arrepiento.

En el momento que emitió ese voto ¿sabía o se imaginó a lo que se estaba exponiendo dentro del propio Poder Judicial por su decisión favorable al pedido del gremio docente?

Yo tenía conocimiento, porque lo habían hecho público, que Aten, en caso de ser querellante pretendía pedir la indagatoria de quien por esos momentos era gobernador y esto tendría que ser aceptado o no por el juez de instrucción. Y por supuesto que percibí que no iba a ser cómoda tal vez la situación futura porque seguramente no sería del agrado del poder político una decisión de ese calibre. Pero eso lo dejo de lado cuando pienso que la función tiene que ser desarrollada con imparcialidad y sobre todo con independencia. De modo que al llegar al convencimiento que esa era la decisión correcta, pesó mucho más eso y sabía que a partir de allí podía haber peligros, podía ser una posición incómoda para mí pero lo que estaba en juego allí era el ser juez o no. Así que prefiero asumir estos riesgos que no ser juez.

Apenas emitido su voto a favor de Aten sucede ese pedido de licencia psiquiátrica que le hace el propio Poder Judicial. Incluso el presidente del TSJ, Eduardo Badano afirmó públicamente que Usted mismo la pidió. ¿Eso fue así? ¿Es verdad lo que dice el juez Badano?

Soy respetuoso de la autoridad y el Poder Judicial es una estructura piramidal y por lo tanto el respeto es una de sus bases. Pero eso debe ser atendido hasta cierto límite. Cuando tengo la dicotomía entre el respeto y la verdad, prefiero la verdad. En función de ello quiero que quede absolutamente claro que niego de manera enfática y rotunda que haya ido a pedir una licencia por una cuestión médica. Venía de una licencia de cinco días, compensatoria de feria, por tanto no precisaba de ninguna otra y además me consideraba entonces, tanto como ahora, totalmente habilitado en mi salud mental para desempeñar el cargo y seguir trabajando normalmente. No necesitaba ninguna licencia.

¿Cuántos días le dieron de licencia y cuántos días finalmente duró?

La licencia fue el día miércoles 21 de noviembre (del año 2007) con una extensión bastante prolongada: hasta el 20 de diciembre inclusive. Finalmente duró hasta el día 29 de noviembre, donde el mismo presidente que la concedió, el doctor Badano, ordena que me reintegre y esto se produce al otro día.

Los sectores que han pedido en estos días juicio político a Badano aseguran que a Usted se lo ha querido «correr» intentando que haya una resolución unánime contra el pedido del gremio docente. ¿Usted cree que pudo haber sido así?

Yo no lo puedo asegurar. Es una probabilidad seria, si se quiere. Yo me tengo que manejar con mucha prudencia y lo que sí puedo decir son los hechos objetivos que sucedieron y a partir de los cuales cada uno sacará sus propias interpretaciones. Yo lo que puedo decir es que en la semana del 5 al 9 de noviembre emito el segundo voto en esta causa denominada Fuentealba 2, obviamente en disidencia con la del primer votante (NR: el juez Daniel Varessio) que había votado ratificando la denegatoria de Aten como querellante. A partir de allí me tomé unos días de licencia como compensatorios que me debían y cuando llego me encuentro con esta licencia psiquiátrica realmente sorprendente. La base de esa determinación fue un pedido que efectivamente hice pero de un día para asistir a un curso de especialización en General Roca para el 30 de noviembre.

¿En este momento Usted está intentando que se le saque esta situación respecto a la licencia psiquiátrica de su foja de servicio?

Totalmente. Durante 20 años que tengo en la justicia penal mi patrimonio es una conducta que creo intachable. Con apenas 4 días de licencia por una angina o algo menor. Sin ningún tipo de antecedente psiquiátrico o psicológico. Por tanto apenas me notifiqué que había sido licenciado perseguí que se me restituyera en el ejercicio de mi función y por suerte lo conseguí en un término de 8 días. Ahora voy porque se declare la inexistencia de ese acto administrativo de licencia por carecer de motivación de una causal verdadera. Todas las certificaciones médicas y los psicodiagnósticos demuestran que el certificado que sirvió de base para esta licencia, expedido por el departamento de salud ocupacional del Poder Judicial, no concuerda con la realidad. Por eso quiero que se me limpie mi legajo hoy manchado gratuitamente.

De prosperar los pedidos de juicio político al juez del TSJ Badano, seguramente Usted tendrá que declarar en el mismo. ¿Se presentará a testimoniar si el juicio se concreta?

De ser citado, no me cabe ninguna duda que voy a concurrir. Primero porque es una carga pública y aún si no lo fuera, igual concurriría porque entiendo que lo que hay que decir es la verdad. Como no tengo absolutamente nada que ocultar voy a contar todos los hechos tal y como sucedieron. Después, la decisión que se tome por la destitución o no para mí es ajena y me tiene sin cuidado. Por mi parte, busqué mi restitución en el cargo y la inexistencia de las causales que se esgrimieron para licenciarme. Si después hay sectores que les parece que lo que pasó amerita para un juicio político (a Badano), yo no lo aliento ni lo dejo de desalentar. Esa es una cuestión ajena a mí, pero si me llaman para declarar, no puedo rehusarme a eso y lo haré.

Tomando como antecedente en la justicia neuquina la situación de persecución vivida por el ex fiscal Ricardo Mendaña y por la actual defensora del Niño y Adolescentes Nara Osés ¿no siente estar viviendo algo similar en el poder que Usted conforma hace más de 20 años?

No puedo asegurar que esta situación que a mí me toca padecer hoy sea como relación directa del actuar en una causa de innegables connotaciones políticas. Por supuesto que si, en un plano hipotético, pudiera afirmar que la licencia tiene directa vinculación con la causa Fuentealba 2, tendría que contestar afirmativamente a la pregunta que habría una suerte de persecución. Insisto: solo lo puedo hacer en un plano hipotético. No lo puedo aseverar. Respecto a lo que vivieron tanto Mendaña como Nara (Osés), me dan un sentimiento de profunda tristeza porque creo que ni ellos ni el Poder Judicial como institución resultaron merecedores de situaciones tan difíciles que han tenido que sobrellevar y padecer.

En esa misma línea ¿qué opinión tiene de la justicia en Neuquén?

No se está en el mejor momento. No es algo que lo descubra yo sino basta con leer los diarios todos los días, con dialogar con la gente en la calle o en alguna reunión donde nos toque. Creo que lamentablemente nuestra justicia no está pasando, insisto, por su mejor momento. Simplemente tengo esperanzas porque mucha gente potable que hay dentro de la institución también pueda, de alguna manera, resurgir y se puedan notar más sus aportes positivos que sus desaciertos. Porque muchas de las noticias y cosas que se viven en nuestra justicia le hacen un flaco favor a la credibilidad de la misma.

En esto que le ha tocado vivir desde lo personal y en lo profesional ¿se ha sentido solo o contenido por sus pares?

En todo lo que me ha tocado vivir, la sensación fue de una gran soledad y en absoluto de arrepentimiento. Pero hubo un hecho importante que fue un acompañamiento hecho público por la Asociación de Magistrados de Neuquén y a partir de allí he sentido que a mucha gente le interesó el tema. Allí me di cuenta que podría obtener acompañamiento, sobre todo porque creo que muchos han percibido que esta situación es de mucha gravedad institucional. Esto va mucho más allá del nombre de quien fue licenciado, es decir de Héctor Rimaro. La gravedad está dada justamente que un juez es apartado del ejercicio funcional por una causal, insisto, inexistente.

Mirando lo que pasó a partir y conjuntamente con su voto a favor del carácter de querellantes del gremio docente de ATEN ¿Usted hoy cambiaría algo o ratifica todo lo que dijo en su resolución?

El voto ha sido el fruto de una reflexión despojada de toda especulación política. Es la consecuencia de un razonamiento al que llegué, acertadamente o no, con la influencia de una prestigiosa sede judicial como es el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba. Por eso y por todo lo que le dije antes, lo volvería a hacer sin ningún tipo de miramientos. Y vuelvo a insistirle que no sé si todo lo que pasé pueda ser por ese voto. Quisiera creer que no pero en definitiva las investigaciones que se puedan hacer espero que arrojen la verdad, en un sentido o en otro.