Introducción
Entre la crisis energética que ha golpeado severamente a Europa, China y EEUU (con su grave sequía en California y en su parte occidental), donde los precios del carbón, del petróleo y del gas han alcanzado niveles estratosféricos que afectan a sus economías, aún no repuestas de la pandemia del COVID-19. Y, la no menos grave crisis energética que también ha afectado a Sudamérica: específicamente a Brasil y a países del cono sur como Paraguay y Chile.[1]
Cobra significativa importancia la reforma energética impulsada en México por el presidente Andrés Manuel López Obrador[2]. Toda vez que esta, se ha vuelto un punto de contención tanto al interior como al exterior del país. Siendo que, empresarios estadounidense y funcionarios del gobierno obradorista, se han sumado a las voces que expresan su desacuerdo con la reforma constitucional que terminaría con los contratos de generación eléctrica vigentes con empresas privadas.
Además de que, la reforma energética de Obrador, entraría en conflicto con la letra de varios acuerdos comerciales, entre los que se encuentran el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) [3].
Pero más aún, sumado a todo lo anterior, también se daría un quiebre con el reimpulso del uso de la energía nuclear por parte de Gran Bretaña y Bill Gates, frente al reposicionamiento del gas ruso/iraní/qatarí. Siendo que, estos últimos impulsan el uso de la energía nuclear, pese a los desastres cataclísmicos de Chernóbil y Fukushima.[4]
Quiebre que, se daría al interior de nuestro país respecto a posturas como la que mantuvo en su momento Jorge Luis Lavalle, siendo senador por parte del Partido Acción Nacional, y quien hoy se encuentra detenido por el caso en contra de Emilio Lozoya Austin y por sobornos ligados al Caso Odebrecht.
Dado que, Jorge Luis Lavalle, comentó llevaría una iniciativa al Congreso para generar un mercado de energía nuclear que reprodujera, sin modificar la Constitución, un micromodelo de la reforma energética implantada por Enrique Peña Nieto.[5]
Sin embargo, la reforma energética que implemento Enrique Peña Nieto, es un mal precedente, puesto que, mediante dicha reforma, prácticamente se regaló el petróleo y la electricidad de México, a empresas estadounidenses.[6]
Tesitura dentro de la cual, es importante observar algunos datos sobre el uso y las repercusiones que ha tenido la energía nuclear en nuestro país.
La energía nuclear en América Latina
Sin importar que la energía nuclear es cara y no es competitiva frente a las energías renovables. Además de que, en ninguna parte del mundo se ha resuelto aún el destino seguro, definitivo e inocuo para la basura que produce. Existiendo siempre el riesgo de agotarse la capacidad de almacenamiento, porque tales desechos no pueden ser reciclados o reusados y su desactivación tarda mucho tiempo.[7]
De suerte que, a ambos lados del Atlántico, los residuos nucleares son considerados por la opinión pública como la primera causa de riesgos para el medio ambiente. Concibiéndose como uno de los problemas más complejos y uno de los mayores desafíos de este siglo.
Aun así, desde 1950 y 1960, en América Latina y el Caribe existen 23 reactores nucleares con fines de investigación, de los cuales 18 son operativos. Encontrándose en Chile, Colombia, Jamaica, Perú, Uruguay y Venezuela, donde han servido para el uso de la radiactividad en la agricultura, la industria, la minería y la medicina. Y, con la intención de fomentar la investigación en este ámbito, en 1984 se creó el Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y Tecnología Nuclear en América Latina y el Caribe (ARCAL), que hasta el 2011 contaba con 20 Estados miembros y 77 proyectos iniciados.[8]
Lógica a partir de la cual, además, en Argentina, México y Brasil se han establecido organizaciones gubernamentales para explorar el desarrollo de la energía nuclear. Resultando ser así que, estos tres países concentran los reactores nucleares de potencia que se encuentran en Latinoamérica.
Respecto a Argentina, este país fue el precursor del uso tecnología nuclear en la región, y hoy en día dispone de tres centrales nucleares que, operadas por la estatal Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), produciendo cerca del 6% de la energía que consume la nación.
Siendo las centrales nucleares argentinas: Atucha I y II, ubicadas en el mismo complejo en la localidad de Lima, partido de Zárate, a 100 kilómetros de Buenos Aires; y Embalse, 110 kilómetros al sudeste de Córdoba (recién renovada en un parón de tres años, para extender la vida útil de su reactor por otros 30 años).
Pero además de ellas, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Comisión Nacional de Energía Atómica argentina (CNEA), han señalado que desde el 2014 se construye el pequeño reactor modular CAREM25, ubicado también en Lima; no obstante, su puesta en marcha, programada para 2017, se ha retrasado.
Y de igual forma, se está en negociaciones -con la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) y con Rusia, según World Energy Trade– para la posible construcción de otra futura central nuclear.
Entramado dentro del cual, Argentina además cuenta con el Centro Atómico Bariloche, en la provincia sureña de Río Negro, así como cuenta con empresas estatales involucradas en la producción de nucleoelectricidad, como son: la planta productora de dióxido de uranio Dioxitek, la fábrica de combustibles nucleares argentinos CONUAR, o la planta productora de agua pesada de la empresa de servicios de ingeniería ENSI.[9]
Mientras que, respecto a Brasil, este país lleva décadas tratando de expandir su industria nuclear. Y actualmente cuenta con dos reactores de potencia en funcionamiento en Angra dos Reis, a unos 150 kilómetros de Río de Janeiro: cubriendo Angra 1 y 2 cerca del 3% de las necesidades energéticas del país.
Tesitura dentro de la cual, se ha proyectado la construcción de un tercer reactor nuclear para la generación de energía eléctrica, Angra 3. Sin embargo, dicho proyecto se ha visto paralizado desde hace varios años por falta de financiamiento y por un escándalo de corrupción que involucró a altos directivos de Electrobras Eletronuclear S.A., operadora de Angra y encargada del proyecto.
Aun así, igual que en el caso de Argentina, se prevé la reanudación del proyecto “en el menor plazo posible”. En tanto que, Eletronuclear ha adelantado que planea completar Angra-3 en asociación con la CNNC china, la EDF francesa o la Rosatom rusa.
En el mismo sentido, desde 2018, Brasil ha proyectado la construcción de su Reactor Multipropósito Brasileño (RMB), en el Centro Experimental de la Marina de Guerra, en Iperó, estado de Sao Paulo. Negociando actualmente con Argentina para tales fines.
Ello con la intención de sustituir un reactor nuclear de tecnología antigua y baja capacidad de producción de radiofármacos, que ha obligado al país a elevar cada vez más sus importaciones para el diagnóstico y tratamiento de oncología, cardiología, hematología y neurología.
Finalmente, en el caso de México, este país posee dos reactores nucleares que generan alrededor del 5% de la energía total del país. Ambos localizados en la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, en Veracruz, que son propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Pero además de estos dos reactores, desde finales de 2019, la CFE ha estado evaluando la instalación de otros cuatro reactores en el país: dos más en Laguna Verde y otros dos en la costa del Pacífico. Y, asimismo, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) cuenta con un pequeño reactor experimental.[10]
Algunos datos sobre el desarrollo de la energía nuclear en México
Los orígenes del desarrollo nuclear en México, se remontan a las actividades de la investigación sobre física nuclear que comenzarían a desarrollarse entre 1940 y 1950, impulsadas por un grupo de investigadores en materia de física e ingeniería civil que se especializaron en Estados Unidos y se convirtieron en referentes de estas áreas, como Manuel Sandoval Vallarta, Alfredo Baños y Nabor Carrillo Flores.
Resultando ser así que, científicos mexicanos como el doctor Nabor Carrillo Flores, promoverían el uso de la energía nuclear para diversos fines. En tal sentido, Nabor Carrillo representaría a México en la prueba atómica del atolón de Bikini en 1946, además de que sería nombrado asesor técnico de la delegación de México en la Comisión sobre Energía Atómica para uso pacífico de la ONU.
Pero más aún, Carrillo Flores, como rector de la UNAM de 1953 a 1961, junto con otros científicos, impulsarían la creación de la Comisión Nacional de Energía Nuclear (CNEN), fundada en 1956, con el objetivo de regular las aplicaciones energéticas y no energéticas, así como los estudios en ciencias nucleares. Entramado que, para 1960, llevaría a la realización del proyecto nuclear más importante del país que fue la construcción den Centro Nuclear “Nabor Carrillo Flores”, ubicado en Salazar, Estado de México. Centro que se empezaría a construir en mayo de 1964 y dos años después, el lugar ya contaría con dos aceleradores de iones y un reactor.
No obstante, en 1972, la CNEN cambiaría su nombre a Instituto Nacional de Energía Nuclear y en 1979, tras la emisión de la Ley Nuclear, la institución se transformaría para crear la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (que se encuentra en Salazar, Estado de México) y la Comisión Nacional de Energía Atómica, la cual, nunca entraría en funciones.
Y, sería también en el año de 1972 cuando el gobierno federal consideraría la energía nuclear como una alternativa para la generación de electricidad. De manera que, en ese mismo año, comenzó la construcción de la Central Nuclear Laguna Verde, nucleoeléctrica cuya apertura se retrasó durante varios años, hasta que en 1990 se inauguró en la ciudad de Alto Lucero, a unos 80 kilómetros al noroeste de la capital de Veracruz.
No obstante, la apertura de esa planta nuclear se realizaría sin tomar en cuenta la oposición de la sociedad ni las evidencias existentes respecto a los riesgos de utilizar energía nuclear. Y más todavía, México inauguraría Laguna Verde cuando, el uso de la energía nuclear para generar electricidad es cuestionada a nivel internacional, así como varios países se dan cuenta que utilizar esta energía no es un buen negocio.
Así, el 20 de junio de 1988, la Comisión Federal de Electricidad y la empresa General Electric anunciaron el inicio de las pruebas finales de la planta Laguna Verde. Pasándose por alto, información publicada en diversos periódicos donde se daba cuenta de las fallas de origen de la planta. E iniciando a funcionar en 1990, el primer reactor nuclear de Laguna Verde y cinco años después se pondría en marcha el segundo.
Desde su inauguración, la central nuclear se ha caracterizado por esconder información e ignorar el descontento de la población y las organizaciones no gubernamentales que ponen en duda su buen funcionamiento.
En relación con los cuestionamientos específicos al proyecto de la Central Nuclear de Laguna Verde, se sostenía que: 1) la tecnología del reactor era obsoleta y pobremente diseñada; 2) la planta estaba construida sobre una línea de falla volcánica; 3) emitiría niveles de radiación con capacidad para impactar negativamente en el ambiente y en la salud humana, incluso en condiciones de funcionamiento normal; 4) no existía una manera de lograr una disposición final segura de los desechos radioactivos; y 5) la producción de electricidad de Laguna Verde sería el doble de costosa que la producida por las plantas convencionales.[11]
Pese a ello, Laguna Verde sigue funcionando, para lo cual cuenta con la certificación internacional de calidad ISO 9001, otorgada por el gobierno mexicano. Además de que, Fernando Canales Clariond, quien fuera secretario de energía, informó que se invertirán 800 millones de dólares para ampliación de la planta nuclear, donde además también se construirá un depósito de residuos tóxicos.[12]
Además de que, en 2015 se presentaron posibles escenarios que contemplaban tanto la construcción de tres nuevas centrales de potencia en la planta nuclear de Laguna Verde, como de pequeños reactores modulares en Baja California Sur. No obstante, pese a la existencia de proyecciones formales (que dan cuenta de la presencia e influencia de los sectores pro-nucleares en los delineamientos de las políticas públicas sobre la producción de energía eléctrica), no se ha registrado en los últimos años un avance concreto hacia el desarrollo e implementación de los planes asociados a los proyectos de la expansión de la producción de nucleoelectricidad.
Riesgos en el almacenamiento y disposición final de desechos nucleares.[13]
A principios del uso de la energía nuclear, el problema de los residuos radiactivos era considerado de manera marginal, pero, posteriormente fue considerado como un problema serio, pero remediable. Y, actualmente es percibido como uno de los problemas más complejos y uno de los mayores desafíos de este siglo.[14]
Ocurriendo así, no obstante expertos en tecnología nuclear consideran que el manejo de residuos radioactivos comprende un riesgo moderado y aceptable que puede ser manejado de manera segura y efectiva.
En México (como en el resto de países que cuentan con reactores de investigación y potencia) los combustibles gastados se almacenan en las inmediaciones de los reactores nucleares a la espera de una disminución en la emisión de la radioactividad. Actualmente, las albercas de Laguna Verde (donde se almacena el combustible gastado) están próximas a alcanzar el máximo de su capacidad, por lo que deberá enfrentarse, a corto plazo, a una segunda etapa de almacenamiento.[15]
En el caso de las centrales argentinas, éstas cuentan con estanques donde los residuos se pueden almacenar bajo agua durante diez años. En el reactor Embalse se usan, además, silos secos verticales. En tanto que, la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina prorrogó hasta 2030 el plan de crear un cementerio nuclear en la Sierra del Medio, próximo a la localidad de Gastre (en la Patagonia) ya que, desde finales de los años ochenta, los afectados de la zona no paran de protestar contra el proyecto.
Pero además de los residuos que se producen en la región misma, se considera un riesgo que algunos países europeos, encabezados por Francia y el Reino Unido, transporten residuos radioactivos a Japón, cruzando el Caribe y usando el Canal de Panamá.
Otro riesgo surge de la criminalidad, incluyendo robos y comercio ilícito con materiales nucleares. En tal sentido, uno de los accidentes más graves ocurrió en 1987, en la ciudad brasileña Goiânia. Cuando dos ladrones robaron un equipo de teleterapia que contenía cesio-173 de una clínica abandonada y lo vendieron a un chatarrero.
Extendiendo la contaminación en la ciudad, cuatro personas murieron, cuarenta y nueve fueron hospitalizadas y cientos de otros sufrirían contaminaciones bajas. Además de que, se tuvo que descontaminar las zonas afectadas por el cesio-173. Incluyéndose para tales fines, medidas drásticas como el derribo de varias casas y la eliminación de la capa vegetal de grandes terrenos. Generándose en total, 3388m3 de desechos radiactivos.[16]
Materiales nucleares y desastres en México
En México, ha habido dos desastres relacionados con materiales nucleares que han tenido grandes repercusiones. El primero ha sido conocido como ‘el incidente del Cobalto-60’, que tuvo su origen en 1977 en Ciudad Juárez en el hospital privado Centro Médico de Especialidades. Siendo descubierto dicho caso, a partir de varilla contaminada con Cobalto 60, que es una intensa fuente de radicación gamma capaz de provocar la muerte o mutaciones en un ser humano.
Y, ocurriendo el desastre a partir de que, sin contar con los permisos necesarios, el doctor Abelardo Lemus y sus socios del hospital privado compraron una máquina de radioterapia equipada con Cobalto-60 en el mercado estadounidense, por 16,000 dólares.
No obstante, dicha maquina sería abandonada durante seis años hasta que, en 1983, Vicente Sotelo Alardín, trabajador de mantenimiento del hospital y un amigo suyo decidieron venderla como chatarra.[17] De manera que, una vez desvalijada, la trasladaron hasta un depósito de chatarra llamado el Yonke Fénix.
De ahí, el cobalto-60 se mezclaría con el resto de la chatarra del Yonke Fénix y sería vendido a varias empresas fundidoras de la zona, entre ellas, Aceros de Chihuahua S.A. (Achisa) y la maquiladora Falcón de Juárez S.A., quienes fundieron los desperdicios de metal y material radioactivo (sin conocimiento alguno) para fabricar bases para mesas y varillas de acero corrugado, muy utilizadas en la construcción de edificios.
Material, de unas 6,000 toneladas, que sería distribuido en Chihuahua, Sonora, Baja California, Sinaloa, San Luis Potosí, Zacatecas, Guanajuato, Morelos, Hidalgo, Nuevo León, Coahuila, Querétaro, Tamaulipas, Durango, Baja California Sur y Aguascalientes. Así como, también fue exportado a los Estados Unidos.
Quedando diseminadas por el país, al menos 10 mil toneladas, de las cuales, cerca de cinco mil toneladas fueron llevadas a Samalayuca, al sur de Ciudad Juárez, Chihuahua. A partir de que, ese lugar que se convertiría en un cementerio nuclear y en donde el material radiactivo contaminaría mantos freáticos e imposibilitaría el acceso de cualquier ciudadano.
Puesto que, la varilla contaminada sólo se dejó en el lugar, a la intemperie. No obstante, en 1993, después de varias denuncias, se sepultarían nueve tambos con mil 500 kilogramos de material contaminado con Cobalto 60.[18]
Otro caso de contaminación radioactiva a la que nos vimos expuestos varios mexicanos, ocurriría en 1986, luego de que fueran importadas miles de toneladas de leche en polvo desde Irlanda, no obstante, el cargamento de lácteo estaba contaminado con elementos radioactivos liberados durante la explosión de Chernobyl.
De forma que, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta para que se suspendieran las compras, México le compro a Irlanda 40,000 toneladas de leche en polvo y también una cantidad importante de mantequilla, mismos que fueron distribuidas en el país entre 1987 y 1988 por la entonces Comisión Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo).[19]
Dándose a conocer el caso por Las Madres Veracruzanas contra Laguna Verde y el Grupo de los Cien, quienes denunciaron la existencia de la leche contaminada. Hechos que, el gobierno mexicano negó en un principio y, después, minimizó.
De tal manera, la Secretaría de Salud, bajo la dirección del doctor Guillermo Soberón y del subsecretario Jaime Martuscelli, autorizó la distribución y comercialización de la leche, argumentando que no tenía “contaminación radioactiva y podía ser consumida por el ser humano”.
Y siendo en ese entonces, el director de Conasupo, José Ernesto Costemalle, mientras que Raúl Salinas de Gortari era el director de Liconsa, organismo que comercializó la leche entre la población y algunas empresas dedicadas a la elaboración de productos lácteos.
No obstante, tras la denuncia de las Madres Veracruzanas y del Grupo de los Cien, el director de Conasupo, José Ernesto Costemalle señalarían que, “sólo 42 toneladas de leche en polvo —y no las siete mil que había dicho el Grupo de los Cien— se hallaron contaminadas por radioactividad”.
Y, días después, el subsecretario de salud, Jaime Martuscelli, reconocería que Conasupo adquirió de Irlanda “mil toneladas de leche contaminada por radioactividad con niveles muy por encima de los permitidos”. Así como, aseguró que se regresarían al país de origen.
Empero, la investigación periodística realizada por Guillermo Zamora mostraría que, las cifras del gobierno eran falsas. Ya que, en realidad se habían importado de Irlanda cerca de 45 mil toneladas de leche, de las cuales, sólo se regresaron al país europeo 4 mil toneladas.
Sin que nadie explicará qué ocurrió con el resto, a lo cual añadiría Guillermo Zamora que, “Nunca hubo una auditoría, ni demanda penal o administrativa por parte del gobierno. Nunca actúo la Contraloría General de la Federación; así como tampoco se dio un seguimiento de parte de las autoridades de la Secretaría de Salud.[20]
Estados Unidos, fuente de contaminación nuclear hacia México
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, una de las principales fuentes de contaminación nuclear en México, es el país vecino, Estados Unidos. Ello a partir de las pruebas atómicas que ese país ha realizado cerca de la frontera con México, así como por las centrales nucleares que tiene instaladas muy cerca de la línea divisoria internacional.
Resultando ser así que, las regiones más contaminadas de nuestro país se encuentran en el norte, particularmente en la frontera mexicano-estadunidense. Existiendo en México presencia radioactiva contaminante desde la primera detonación realizada por Estados Unidos en julio de 1945 en el desierto de Alamogordo, Nuevo México, a 140 kilómetros de la frontera con México, donde se encuentra, del lado mexicano, Ciudad Juárez, Chihuahua.
Prueba llamada Trinity, a la cual le seguirían [21] las de Carlsbald y Farmington, ambas en Nuevo México, y en el Gran Valle del Colorado, una región atravesada por el río Colorado, que desemboca en México.
Fuentes de contaminación por parte de Estados Unidos, hacia nuestro país, a las cuales se les debe añadir,los nueve reactores nuclearesque ese país ha instalado cerca de su frontera sur: cuatro en California, tres en Arizona y dos en Texas.[22]
Pero lo que es peor, sin reparar en tales hechos, EnergySolutions Services Inc. (ESSI),[23] el 27 de julio de 2020, solicitó a la Comisión Reguladora Nuclear (NRC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos una licencia para exportar residuos radiactivos. Solicitud ante la cual, la Comisión Reguladora Nuclear considero emitir la licencia de exportación (XW026).
Pidiendo, EnergySolutions, una licencia al regulador nuclear estadounidense para mandar material o desechos contaminados radiactivamente a México «en forma de metales, desechos activos secos o materiales, como madera, papel y plástico, y resinas y líquidos de intercambio iónico gastados, en forma de fluidos de base acuosa y orgánica”, según la solicitud.
Permiso el cual, Gary Langlie, Oficial de Licencias de Exportación en la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos, estimaba que probablemente fuera autorizado a mediados de este año, 2021.[24]
Bibliografía.
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Saxe-Fernández, John – Compilador/a. Crisis e imperialismo. ¿ES LIMPIA LA ELECTRICIDAD NUCLEAR? Por: Marco Antonio Martínez Negrete y Manuel Gerardo Quintana García. COLECCIÓN EL MUNDO ACTUAL, 2012. PDF
Morones Armando y Esquivel Javier. Laguna Verde. ¿Contribución de México al holocausto pacífico? Ediciones el Caballito, 1987.
El País. México acepta finalmente el basurero nuclear de EE UU. MAITE RICO. 09 SEPT 1998
El País. México protesta por el plan de EE UU de instalar un basurero nuclear en la frontera. MAITE RICO – 04 SEPT 1998
Tribuna Global. Energía nuclear en América Latina: el día después. Por: Gerardo Honty. 2011.
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Lane Simonian. La defensa de la tierra del jaguar. Una historia de conservación en México. (1999). PDF
Rebelión. El dilema nuclear de México. Por Quetzal Contla | 11/06/2016.
La Jornada. Bajo la lupa. Grave crisis energética global: la primera de la economía verde. Por: Alfredo Jalife-Rahme. Miércoles 6 de octubre de 2021.
Ecolimpio. Servicios ambientales. Tiraderos tóxicos, las zonas muertas de México. 30, 2020
La Jornada. Constituyen un peligro para la salud de la población de Samalayuca, Chihuahua. Desechos radiactivos a cielo abierto, autorizó el gobierno. 4 de agosto de 2004.
Notas:
[1] La Jornada. Bajo la lupa. Por: Alfredo Jalife-Rahme. Domingo 31 de octubre de 2021
La Jornada. Bajo la lupa. Grave crisis energética global: la primera de la economía verde. Por: Alfredo Jalife-Rahme. Miércoles 6 de octubre de 2021.
[2] La reforma favorece la generación de energía a través de la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), en detrimento de las empresas privadas.
En la actualidad, compañías privadas de México,Estados Unidos, Canadá y Europa son las mayores proveedoras de electricidad que luego venden al gobierno en subastas.
Mientras, algunas plantas generadoras de la CFE están subutilizadas o paradas, algo que López Obrador considera que va «en contra de los intereses» del país, por lo que decidió impulsar los cambios en la ley
Estos cambios en las reglas del juego han provocado un conflicto entre el gobierno mexicano y las empresas privadas afectadas, principalmente las de Norteamérica.
La Cámara de Comercio de EE.UU. advirtió que, la reforma representaba un incumplimiento del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
Ese tratado de libre comercio prohíbe a los gobiernos favorecer a las empresas estatales.
«Cambios tan drásticos abrirían la puerta para el restablecimiento de un monopolio en el sector eléctrico y, creemos, contravendrían directamente los compromisos de México en el T-MEC», dijo el vicepresidente para las Américas de ese organismo, Neil Herrington.
BBC News Mundo. México: la polémica reforma del sector eléctrico que enfrenta a AMLO con las compañías privadas. Redacción. 4 marzo 2021
[3] El Financiero. EU pone en la mira a la política energética de la 4T. Por César Cantú. Octubre 11, 2021.
[4] La Jornada. Bajo la lupa. Por: Alfredo Jalife-Rahme. Domingo 31 de octubre de 2021
[5] Forbes. ¿Por qué México sí debe apostar por la energía nuclear? Por: Arturo Solís. Diciembre 9, 2015.
[6] xevt 104.1 FM. Reforma energética de la 4T llega en su justo momento, quienes la evalúen deberán sopesar las crisis energéticas por venir: Jalife. Por: Juan Oyosa – Octubre 13, 2021.
[7] Emilo Godoy, consultor de Greenpeace México. DW. ¿Dónde produce América Latina su basura nuclear y qué hace con ella? Autor Rosa Muñoz Lima. 30.09.2020
[8] POLICY PAPER 16. La política nuclear en América Latina Breve análisis sobre el uso de la energía nuclear en América Latina. Por: Kerstin Kreß. Fundación Friedrich Ebert, FES-ILDIS Quito, octubre 2011
[9] DW. ¿Dónde produce América Latina su basura nuclear y qué hace con ella? Autor Rosa Muñoz Lima. 30.09.2020
[10] Lógica dentro de la cual, además de Brasil, México y Argentina, otros países latinoamericanos han querido apostar a la energía atómica en las últimas décadas. Algunos, sobre todo en el campo de la generación de energía eléctrica, se han arrepentido. Otros, siguen adelante con proyectos menores.
La Venezuela de Hugo Chávez, por ejemplo, que había firmado en 2010 un contrato con Rusia para construir una central nuclear, dio marcha atrás tras la desgracia japonesa. Y lo mismo hizo Chile con aspiraciones similares. Por eso, solo dispone hasta la fecha de dos pequeños reactores experimentales con fines médicos y de investigación, en los centros de estudios nucleares La Reina y Lo Aguirre.
DW. ¿Dónde produce América Latina su basura nuclear y qué hace con ella? Autor Rosa Muñoz Lima. 30.09.2020
Entre 1969 y 1971 México tenía, además, una mina de uranio y, desde 1980 hasta 1996, un centro para la fabricación de combustible. Actualmente, no existen planes de reabrirlos, por lo que México continúa adquiriendo el uranio utilizable para la producción de energía de empresas estadounidenses. Además de los ocho yacimientos de uranio, en México existen otros treinta yacimientos de diferentes tamaños en ocho países latinoamericanos, diez de ellos solo en Brasil. Sin embargo, Lagoa Real en Brasil es el único que se explotaba en el año 2009.
POLICY PAPER 16. La política nuclear en América Latina Breve análisis sobre el uso de la energía nuclear en América Latina. Por: Kerstin Kreß. Fundación Friedrich Ebert, FES-ILDIS Quito, octubre 2011
[11] PAAKAT: Revista de Tecnología y Sociedad. Año 10, número 18, marzo-agosto 2020. Controversias por la producción de nucleoelectricidad en México. Por: Agustín Gabriel Piaz.
[12] La amenaza nuclear. El caso de México. Autoría: Greenpeace. Fecha:01/01/2006 PDF
[13] El almacenamiento geológico profundo se ha constituido como la solución de referencia en la mayoría de los países. Casi todos piensan enterrar los residuos nucleares de actividad media y elevada a varios centenares de metros de profundidad en formaciones geológicas estables y prácticamente impermeables.
Los Estados Unidos de América aprobaron (2001-2002) el proyecto de almacenamiento geológico profundo en rocas volcánicas en el sitio de Yucca Mountain (desierto de Nevada) para el almacenamiento definitivo del combustible quemado. Muchos otros países se preparan para seguir este ejemplo. En Finlandia se autorizó la construcción de un centro de almacenamiento desde el año 2000 en el granito para los combustibles quemados (considerados como desechos últimos). Este centro deberá estar en operación en el año 2020.
En Suecia, el centro de almacenamiento definitivo de combustibles quemados, localizado en una formación de granito a 500 m bajo tierra, deberá estar en operación entre el año 2015 y 2050-2060, fecha de su clausura.
Acopio en superficie a largo plazo. Los Países Bajos, en 2004, comenzaron a almacenar desechos de actividad elevada en una instalación en superficie. En Noruega, un sitio de acopio y de almacenamiento de desechos de baja y de mediana actividad se inauguró en 1998.
La transmutación. El principio de la transmutación aplicada al tratamiento de desechos nucleares consiste en modificar los núcleos de elementos de vida media larga con el fin de transformar estos isótopos en cuerpos más estables o con una vida media muchos más corta, o bien que presenta una radiotoxicidad mínima.
Ciencia. Los desechos nucleares: ¿de dónde vienen y hacia dónde van? Por: Badillo-Almaraz y Juan Antonio Pérez. • Abril-junio 2004
[14] En el caso particular de México, los desechos se clasifican conforme a la Norma Oficial Mexicana NOM-004-NUCL-1994 en desechos de nivel bajo, intermedio y alto, desechos mixtos y sales de uranio y torio.
En México, la gestión de los desechos radiactivos la realizan la Central Laguna Verde de la Comisión Federal de Electricidad y el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, de acuerdo con las licencias y autorizaciones que les otorga la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias. La Central Nuclear Laguna Verde lleva a cabo la gestión de los desechos generados en su propia central y el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares tiene a su cargo la gestión de los desechos generados en todo el país por las instituciones y empresas dedicadas a la investigación y aplicación de radioisótopos.
DW. ¿Dónde produce América Latina su basura nuclear y qué hace con ella? Autor Rosa Muñoz Lima. 30.09.2020
[15] PAAKAT: Revista de Tecnología y Sociedad. Año 10, número 18, marzo-agosto 2020. Controversias por la producción de nucleoelectricidad en México. Por: Agustín Gabriel Piaz.
La Central Nuclear de Laguna Verde, propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se enfrenta a la saturación de sus depósitos de residuos nucleares y uranio usado. Así lo reconoce el Plan de Gestión de Desechos Radiactivos y Combustible Nuclear 2017-2023 de la planta, diseñado para mejorar la gestión de esa basura; el plan no incluye acciones para la reducción efectiva en la generación de desechos, sino mejoras en procedimientos, eficiencia en procesos y ampliación de capacidad física.
El País. El exceso de basura radiactiva acecha a la central nuclear de Laguna Verde. EMILIO GODOY. 26 JUN 2021
[16] POLICY PAPER 16. La política nuclear en América Latina Breve análisis sobre el uso de la energía nuclear en América Latina. Por: Kerstin Kreß. Fundación Friedrich Ebert, FES-ILDIS Quito, octubre 2011
[17] Los dos hombres desmontaron el armazón metálico de unos 100 kilos y perforaron el corazón de la bomba de cobalto, un cilindro que contenía el material radiactivo.
Forbes. Dos veces en que México tuvo graves accidentes nucleares. Junio 6, 2019.
[18] La historia de la varilla contaminada se descubrió por casualidad, según documenta el periodista Ignacio Alvarado, cuyo reportaje sobre el tema se publicó en el suplemento dominical Día Siete.
Universidad Autónoma de Chihuahua. Los Hijos de La Piedrera: Accidente Cobalto 60 Ciudad Juárez. Por: Sergio Omar Sánchez Álvarez. 2015.
[19] Forbes. Dos veces en que México tuvo graves accidentes nucleares. Junio 6, 2019.
[20] El caso de la leche contaminada con elementos radioactivos se conoció porque elementos de la 3ª. Zona Naval de Veracruz enfermaron de diarrea. En la búsqueda del foco de infección, el vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo encontró que los marinos habían consumido leche en polvo que había llegado de Irlanda y se encontraba en la aduana marítima.
La amenaza nuclear. El caso de México. Autoría: Greenpeace. Fecha:01/01/2006 PDF
[21] Estados Unidos es el país que más pruebas nucleares ha realizado en todo el mundo: oficialmente lleva 1.054. La más reciente data de 1992.
La mayoría de los ensayos nucleares han sido realizados en el océano Pacífico y, dentro del territorio estadunidense, en el condado de Nye, Nevada, donde se encuentra un emplazamiento militar de pruebas, en colindancia con el estado de California.
UNAM. ¿Está México contaminado por las pruebas nucleares de Estados Unidos? 16/10/2017
[22] Respecto al Cesio-137, que fue hallado en alimentos, este elemento puede ser desechado fácilmente por el organismo, «pero el problema no es que se vaya a alojar en el cuerpo, sino la radiación que emite. Con frecuencia se presenta en grandes cantidades y presenta un riesgo alto, porque no deja marcas. La energía atraviesa el cuerpo, causa cierto daño y se va en el aire.
Asimismo, si se aspira es químicamente tóxico. Y, las personas que ingieren el material radiactivo, a largo plazo, pueden padecer cáncer.
UNAM. ¿Está México contaminado por las pruebas nucleares de Estados Unidos? 16/10/2017
[23] EnergySolutions, es una empresa que trata de mantener un perfil bajo por sus actividades principales, y tiene sus instalaciones en Utah, operando en todo Estados Unidos, Canadá y Japón.
“EnergySolutions ofrece una gama completa de servicios para el desmantelamiento y rehabilitación de emplazamientos e instalaciones nucleares, la gestión del combustible nuclear gastado, el transporte de material nuclear y la limpieza medioambiental de emplazamientos nucleares heredados”.
El Sol de México. Mandarán basura radiactiva a México. MIÉRCOLES 25 DE NOVIEMBRE DE 2020
[24] El Sol de México. Mandarán basura radiactiva a México. MIÉRCOLES 25 DE NOVIEMBRE DE 2020.
Ramón César González Ortiz es licenciado en Sociología y maestro en Estudios Políticos por la UNAM.
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