«Monotributistas, pasantes, tercerizados, becarios, ad honorem, «cooperativizados» -trabajadores precarizados todos- pueblan las dependencias públicas de todo el país. Cumpliendo funciones similares a los de trabajadores de Planta permanente pero cobrando sueldos mucho menores, sin ninguna estabilidad, asumiendo todos los riesgos laborales, sin aportes jubilatorios o acceso a obra social, se los puede encontrar en hospitales, […]
Alicia Rivas- Revista mensual de la CTA
El 24 de febrero de 1947 en un acto organizado por la Confederación General del Trabajo-CGT-, en el Teatro Colón de Buenos Aires-Argentina-el General Juan Domingo Perón proclamó los derechos del trabajador, derechos que fueron formalizados luego el 7 de marzo del mismo año, a través del Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 4865, posteriormente son incorporados en la Constitución Nacional en su artículo Nº 37 del año de 1949.
En lo que atañe exclusivamente a estas reflexiones cabe consignar esto de dicha proclamación en su punto referente al Derecho a una retribución justa: «Siendo la riqueza, la renta y el interés del capital fruto exclusivo del trabajo humano, la comunidad debe organizar y reactivar la fuente de producción en forma de posibilitar y garantizar al trabajador una retribución moral y material que satisfaga sus necesidades vitales y sea compensatoria del rendimiento obtenido y del esfuerzo realizado».
El gobierno de la Provincia de Formosa se asume contenido en los postulados de la parcialidad Peronista que sustenta lo expuesto en el párrafo anterior.
Tenemos plena conciencia que somos trabajadores. Somos enseñantes dependientes del Ministerio de Educación, y que percibimos en tal condición un salario de nuestro patrón el Estado. Somos asalariados.
De tal forma, nos preguntamos: ¿Qué es la explotación laboral?
Existen muchas definiciones, incluso existen tratados sobre la temática. Nos remitimos simplemente al concepto que expresa que «la explotación laboral se define como recibir un salario inferior al trabajo que se realiza» (https://es.wikipedia.org/wiki/
Ahora, nos interrogamos en función de lo que venimos exponiendo: ¿Los empleados administrativos estatales y docentes poseen conciencia de explotados, conciencia de trabajadores? Según muchos estudios esa conciencia es escasa, pues esos trabajadores creen pertenecer, por distintos motivos, a la clase media.
Sin embargo, apuntemos que la explotación laboral en la sociedad contemporánea, capitalista, como en cualquiera de las sociedades conocidas históricamente como la esclavista, la feudal, se produce básicamente, por la desigualdad en las relaciones sociales.
Donde quiera que exista situación o relación de dominio de un sector sobre otro sector no habrá autonomía posible. Donde la igualdad ante la ley no se cumpla, no se respete, habrá poderío, es decir, explotación. La democracia representativa es una ilusión en la vida del explotado.
Un caso en estudio
Animados por una Supervisora Escolar, en cuanto a la importancia del cooperativismo escolar, tres maestros rurales decidimos emprender el estudio universitario de la Técnicatura en Cooperativismo con miras a incorporarnos al Gabinete de cooperativas escolares.
Tal organismo creado en ámbitos del ex Consejo General de Educación de la Provincia de Formosa se encontraba con vacancias de docentes en esta especialidad, corrían los años de 1989.
Una vez egresados fuimos convocados por las autoridades educativas provinciales a elaborar y ejecutar planes educativos cooperativos escolares, mediando una Resolución oficial del año de 1996, tarea que se extendió en el año de 2007 hasta la fecha en espacios de la Universidad Nacional de Formosa-UNaF- ,a través del convenio Ministerio de Educación-UNaF. Todas esas acciones implicaron numerosas tareas administrativas, legales y pedagógicas de mayor jerarquía y responsabilidad que aquella desempeñada como maestro de grado en el nivel primario, sin que se nos reconozca salarialmente esa especialización.
Entonces nos interrogamos: ¿Estamos tal vez ante un caso de explotación laboral cuyo responsable es el Estado-patrón?
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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