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Tragedia y crisis posthegemónica en el bloque nacional popular

Entre la renovación y el cambio (20 años de masismo versus los 20 años del neoliberalismo)

Fuentes: Rebelión

               BRUJA PRIMERA—¡Salud a ti, Macbeth, Barón de Glamis!

               BRUJA SEGUNDA—¡Salud a ti, Macbeth, Barón de Cawdor!

               BRUJA TERCERA— ¡Salud a ti, Macbeth, que serás rey!

0. Tragedia

Una tragedia, en pocas, no es otra cosa que la caída de un personaje importante en una historia, y tiene, según Aristóteles, el objetivo edificante de provocar la catarsis del auditorio, es decir, la purificación del sujeto devenido en trágico (¿2020 en Bolivia?). Las tragedias griegas y sus tres importantes escritores, Esquilo, Sófocles y Eurípides, entre muchas características de una tragedia tienen la “inevitabilidad del destino”, es decir, que algo debe pasar porque debe pasar, casi tan sencillo como “todo lo que comienza, debe terminar”. 

Si se lo ve así, todo puede devenir en tragedia, y precisamente, eso ocurre en cualquier proceso político, sea el que sea, y dure lo que deba durar. La tragedia de Macbeth de Shakespeare, es un ejemplo metafórico del destino fatal de una tragedia política inevitable, a pesar de que se pensaba que no caería, al menos Macbeth así lo pensaba, Macbeth terminó cayendo perseguido por las metáforas y predestinaciones mágicas de las brujas. 

Por eso es posible pensar que estamos viviendo un fin de ciclo del Proceso de Cambio o de la denominada Revolución Democrática y Cultural. Después de 20 años (interrumpidos un año por la señora Jeanine Añez), se siente el desgaste, el debilitamiento y la falta de horizonte social y político en un bloque popular fraccionado.

1. Introducción, de la hegemonía a la caída

El 2016, el expresidente Morales desoyó el referéndum 21F y ahí comenzó un proceso de “evaporación” de la hegemonía masista, primero porque perdió la iniciativa en la narrativa política, algunas de las palabras más fuertes que identificaron esta narrativa: cambio, democracia y dignidad, fueron poco a poco a convertirse en el acervo discursivo de la derecha boliviana, segundo, porque esa pérdida de horizonte político derivó en una veta electoralista, reforzada con un culto a la personalidad, subordinando la gestión a una reelección, tercero, se descuidó la nacionalización dejando de explorar y explotar hidrocarburos (principal ingreso de excedente económico), y se utilizaron las reservas internacionales para acelerar las intenciones electoralistas del expresidente, cuarto, se dejó las calles a la resistencia conservadora y finalmente quinto, se suplantó al sujeto histórico por la tecnocracia estatal. 

Todo eso (y más) fue extinguiendo la hegemonía masista, la cual terminó cayendo el año 2019. Aunque después el MAS-IPSP ganó las elecciones el año 2020 por la pésima gestión de la crisis del gobierno de Jeanine Añez y una reorganización coyuntural del masismo en torno a Luis Arce y David Choquehuanca, no recuperó su hegemonía porque no revitalizó su narrativa, aunque sí ganó abrumadoramente la elección. 

En Bolivia, las elecciones no son la única forma de vivir la democracia, aunque así lo parezca, presidentes electos como Paz Estenssoro, Siles Suazo, Gonzalo Sánchez de Lozada y el mismo Evo Morales no cumplieron sus mandatos, a pesar de ganar las elecciones. Se puede ganar las elecciones, mas no así el poder.

2. Conceptos básicos y quiebre de la hegemonía masista

Se entiende hegemonía como el liderazgo moral e intelectual de un bloque histórico sobre la sociedad en su conjunto. Pueden existir victorias políticas y/o electorales sin hegemonía, como también victorias políticas y/o electorales que construyen hegemonía, en el caso del MAS-IPSP sus victorias hasta antes del 2016, fueron victorias en hegemonía, después fueron victorias que fueron perdiendo hegemonía a tiempo que fue profundizándose la ausencia de propuestas y de horizontes sociales y políticos ajenos a la retórica electoralista.

Es importante entender que, la base material de la sociedad: la economía, desde el año 2016 ingresó en un declive de su principal productor de excedente económico: los hidrocarburos, disminuyendo los recursos que ingresaban al país por parte de la explotación de este recurso natural, porque disminuyó la exploración y explotación en hidrocarburos. Esto produjo un gasto constante de las reservas internacionales de USD 15 mil millones el año 2015 a menos de USD 6 mil millones el año 2019. La caída de los ingresos del país sostenida desde el año 2016, justo cuando Morales ingresó a un círculo disoluto de electoralismo y el intento de reelección, provocó el descuido de la economía. Este descuido de la economía, fue agrietando el bloque histórico y provocando una pérdida constante de apoyo social. A esto se añade que las tareas políticas y las demandas históricas que dieron inicio al gobierno masista fueron cumplidas.

Volvamos a los conceptos básicos: 

Bloque histórico, según el creador del concepto, Gramsci: “una superestructura y una estructura crean un bloque histórico”. Gramsci dice “una” no dice “la”, por lo que se considera el concepto como algo concreto (es decir, algo que se encuentra en un tiempo y espacio limitado) y no como algo abstracto. En palabras fáciles, para el comunista italiano, un bloque histórico está delimitado en espacio y tiempo, digamos el bloque histórico construido entre 1952 y 1985 en Bolivia, o el construido entre 1985 y el 2005, o el del 2005 hasta la actualidad, etc., los bloques históricos constituyen el factor fundamental de gobernabilidad épocalmente, con sus propias demandas, cuando éstas son cumplidas o cambiadas, el bloque se debilita.

Si partimos del concepto que un bloque histórico es “una estructura y una superestructura determinada”, el debilitamiento de la economía desde el año 2016 fue afectando al mismo bloque histórico y a la superestructura ideológica, y las cosas desembocaron en la caída del gobierno de Evo el año 2019.

Asimismo, un bloque histórico debe tener, para ser tal, correspondencia entre sociedad civil (sectores sociales, sindicatos, entes privados, universidades, etc.) y la sociedad política (Estado, dirigencias políticas, etc.), eso produce hegemonía y reproduce la posibilidad de conducir los designios de un Estado.

Después del declive hegemónico del MAS después del año 2016, también se fueron presentando desgaste en el interior de las organizaciones sociales, suplantadas por la burocracia estatal, y también se suscitó un alejamiento de las dirigencias políticas de sus propias bases. El año 2019, la casi nula defensa del gobierno de Evo en las calles, mientras el denominado “pitismo”, estaba en las calles es prueba de esto.

3. Luis Arce y David Choquehuanca, el modelo económico y la filosofía del Vivir Bien en la cancha

El año 2020, el exministro de Economía y el excanciller de Evo Morales, recuperaron el gobierno de la mano del MAS-IPSP con un amplio apoyo electoral. La pregunta que surgió en aquel entonces fue: ¿cuál será el camino que seguirá el nuevo gobierno? 

El gobierno de Luis Arce se caracterizó por un manejo difícil de la economía, tratando de llevar a cabo la segunda fase del Proceso de Cambio, aunque él nunca lo denominó así, con la industrialización, sin embargo, el proyecto se vio truncado por diversos factores, desde boicots, falta de personal idóneo, rupturas internas en el bloque masista, y la eterna sombra del fin de ciclo debido a que no existieron grandes razones movilizadoras en la sociedad, hasta la difícil tarea de industrializar un país en cinco años con un bloque popular escindido y no hegemónico. En otras palabras, una propuesta seria de desarrollo no fue acompañada con las condiciones políticas necesarias.

También el panglossismo y la hesitación palaciega ralentizó el proyecto. 

El gobierno del presidente Arce y su par Choquehuanca, no fue un gobierno masista en hegemonía, fue un gobierno masista en un periodo no hegemónico. A esto se añade los conflictos sociales y políticos con el evismo y con Morales y la crisis económica, lo que creó el perfecto contexto para que el presidente Arce tenga un gobierno desgastado y acorralado constantemente. 

Se logró hablar de una especie de “udepización” del gobierno de Arce, no obstante, no se concretó, porque las condiciones para “udepizar” al gobierno de Arce no existieron, solo un acoso constante por parte de la oposición conservadora y de izquierda y la falta de consensos en la Asamblea Legislativa.

4. Las disputas intestinas, una visita al pensamiento de Mao Tse Tung 

Cuando las contradicciones en el interior de un bloque popular son creadoras de horizonte y de disputas ideológicas saludables: un proceso político se revitaliza, es decir, cuando son las ideas las que están en juego y no así las personas, pero cuando no se da este fenómeno, se presentan contradicciones negativas que destruyen y fagocitan el proceso desde adentro. El primer elemento de emergencia para notar que una contradicción no es positiva, es cuando se confunde la contradicción primaria por la secundaria, la primera es una contradicción profunda y estructural, la segunda es una contradicción formal y relativa. Cuando se confunden ambas se tiende a “disparar” a contrincantes que no lo son y a confundir rivales con enemigos o a denominar a cualquier persona como traidora, etc.

De las tensiones creativas en el seno del pueblo, como lo denominó en su tiempo, Álvaro García Linera a la destrucción interna hay un paso, y fue precisamente la característica fundamental de los últimos dos años de gestión del gobierno del presidente Arce en su disputa con Evo Morales.

Las contradicciones internas en el interior del bloque popular fueron subiendo de tono hasta encontrarse en un punto de no retorno, cuando los dos principales contrincantes, el expresidente Morales y el presidente Arce, se mutilaron entre sí el apoyo popular que ambos tenían.

5. Las elecciones 2025

En un contexto adverso, con un Evo Morales anulado para ir a la reelección y un Luis Arce con una baja puntuación electoral, la situación penalizó a ambos actores políticos, quienes fueron en realidad los protagonistas de estos últimos cinco años de gestión masista. Ninguno de los dos aparece directamente en la contienda electoral, pero siguen siendo actores políticos con relevancia en el bloque popular, Morales por su liderazgo social y político, y Arce por el manejo del Estado. No obstante, ninguno de los dos estará al frente de las campañas electorales para el ciclo 2025-2030.

Contra todo pronóstico, quienes aparecen en la boleta electoral son tres liderazgos juveniles del campo popular, Andrónico Rodríguez, Eduardo Del Castillo y Eva Copa, quienes, de alguna manera, vienen a suplantar el rol de la vieja guardia masista que gobernó el país durante veinte años y enfrentan a los viejos y archiconocidos líderes de derecha desde hace 25 años, Manfred Reyes Villa, Jorge Quiroga y Doria Medina. Estas tres personas son conocidas por sus vinculaciones pasadas con el neoliberalismo noventero, pero también porque nunca pudieron vencer al MAS-IPSP en una contienda electoral.

La renovación vino por la izquierda y no por la derecha, al menos en rostros y en algunas ideas, en ideas, aunque, aún se encuentra difusa la agenda política, económica y social que se espera que el siguiente gobierno lleve a cabo.

6. La pugna de los ciclos: neoliberalismo (1985-2005) y masismo (2005-2025)

Si bien existe un consenso implícito en todos los círculos políticos sobre la existencia de un fin de ciclo de la primera etapa masista (2005-2025), no existe con claridad el rumbo el cual seguirá el país. En este 2025 se enfrentan dos ciclos, el primero encausado por el viejo neoliberalismo noventero que trata de volver con sus últimos protagonistas: Jorge Quiroga, Manfred Reyes Villa y Samuel Doria Medina, y otros menores, pero que igual tienen cierta identificación con esta corriente política.

Del otro lado, del lado masista, se tiene a tres candidatos nuevos, Andrónico Rodríguez, Eduardo Del Castillo y Eva Copa, ambos tres nuevos líderes políticos emergentes que fueron protagonistas de la última etapa del masismo, desde la caída de Evo el año 2019 hasta la actualidad. La camada de históricos dirigentes masistas de la gestión de Evo Morales y Luis Arce quedó relegada de esta elección. De estos tres liderazgos jóvenes, solo Eduardo Del Castillo se mantuvo en el MAS-IPSP y es el heredero de la izquierda estatal y citadina, los otros dos buscan capitalizar los éxitos masistas usando otras siglas. El que tiene mayor intención de voto es Andrónico Rodríguez, representante del Chapare y de la dirigencia cocalera evista, aunque cada vez con menos apoyo electoral. La alcaldesa de El Alto, Eva Copa, es representante del otro bastión históricamente masista, empero, presenta problemas para representar a las clases populares.

Mientras en la derecha no existe un cambio generacional en sus liderazgos y sus ideas, aunque ahora tengan mayor recepción, no han cambiado mucho de sus ideas en los años 90s, en la izquierda se está dando un proceso de renovación natural, aún con muchas dificultades.

Los veinte años de masismo se defienden en tres bloques renovados, mientras que los veinte años de neoliberalismo buscan regresar al gobierno, precisamente después de veinte años.

7. Escenarios

Los escenarios oscilan entre la tragedia y la crisis, la renovación y el cambio, y mucho escepticismo. Por el momento, es difícil hablar de una victoria electoral en primera vuelta de cualquier bando, al contrario, las últimas encuestas dibujan un panorama aún más oscuro para todos donde el voto indeciso y blanco/nulo crece considerablemente. Aquí algunos ensayos:

7.1. Escenario A: victoria de la derecha y falta de legitimidad 

Llegan a segunda vuelta los dos representantes principales de la derecha, Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga, eso significa que al menos el 40% de la población boliviana no asistiría a votar en la segunda vuelta o votaría nulo, dando la victoria a cualquiera de los dos contrincantes. Este escenario en forma es el mejor para la derecha boliviana, en el fondo es el peor, porque no gozaría de la legitimidad para tomar medidas de ajuste, al contrario, podría verse en problemas de movilizaciones sociales constantes y posibles problemas sociales ulteriores.

7.2. Escenario B: victoria de la derecha sobre la izquierda 

Éste es el mejor escenario para la derecha boliviana, gozaría de legitimidad (Yo te vencí), y podría realizar las medidas de ajuste con apoyo social.

7.3. Escenario C: victoria de izquierda en primera vuelta

Escenario complicado porque la gente podría dudar de los resultados, se pone en entredicho la teoría del fin de ciclo y se considera victorioso al bloque popular. Posibles problemas económicos y sociales si no se realiza un ajuste. 

7.4. Escenario D: victoria de la izquierda en segunda vuelta

Mejor escenario para la izquierda, se toma la cabeza de un posible nuevo ciclo político derrotando a la vieja guardia neoliberal, y se goza de legitimidad para tomar acciones. Necesidad imperiosa de acuerdos parlamentarios mínimos y modificación de leyes para mejorar la situación económica en el país. 

8.  ¿Nacimiento de un nuevo ciclo? 

Cuando se habla de un fin de ciclo, se habla inevitablemente del nacimiento de un nuevo ciclo, sin embargo, ¿cuál? Los sectores más conservadores hablan de un nuevo ciclo después de 20 años de masismo, un ciclo “de derecha renovada y democrática”; lo que goza de un defecto en el análisis o varios, ¿se puede iniciar un nuevo ciclo con viejas ideas? ¿se puede iniciar un nuevo ciclo con los viejos personajes? ¿es necesaria una nueva constitución para hablar de un nuevo ciclo? ¿cuál sería el sujeto histórico de este nuevo ciclo? ¿La burguesía india? ¿la clase media blancoide? ¿las viejas burguesías blancoides? ¿cuál narrativa gozaría de hegemonía en este nuevo ciclo: indios vs k´aras, ricos vs pobres, regiones vs regiones, etc? ¿es un nuevo ciclo sin épica? ¿este nuevo ciclo es de derecha o es de izquierda? ¿es afín a la multipolaridad o a la unipolaridad? ¿son suficientes las elecciones para iniciar un nuevo ciclo?

El panorama aún es borroso, aunque se da por hecho que el ciclo masista llegó a su fin y ahora está en enfrentamiento directo contra un ciclo que consideraba vencido como el ciclo neoliberal, aún no existe un claro horizonte hacia dónde se dirigen los vientos, solo se sabe que este 2025, se enfrentarán ambos ciclos y uno será el ganador en las elecciones. La izquierda fragmentada en sus nuevos liderazgos renovados y jóvenes y la derecha fragmentada con sus viejos liderazgos. 

9.      Fin del artículo

En épocas donde reina la incertidumbre, los enemigos se ven como amigos, los monstruos como salvadores y los salvadores, en realidad no existen…pero también en épocas donde reina la incertidumbre, también reina la posibilidad y se amplia lo posible, más aún, cuando se enfrentan dos ciclos históricos en solo una elección…ahora vemos el enfrentamiento final entre 20 años de masismo en contra de los 20 años de neoliberalismo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.