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Entrevista a Oaxaca Libre a dos años de su nacimiento

Fuentes: Kaosenlared

¿Cuándo y cómo nace el colectivo Oaxacalibre? Oaxaca Libre es un espacio de colaboración colectiva que nace junto con el movimiento popular oaxaqueño en el 2006. Nos entendemos como parte del movimiento pero no somos vocero oficial de nadie, ni siquiera de nosotros mismos. Oaxaca Libre nace la tarde del 14 de junio del 2006; […]

¿Cuándo y cómo nace el colectivo Oaxacalibre?

Oaxaca Libre es un espacio de colaboración colectiva que nace junto con el movimiento popular oaxaqueño en el 2006. Nos entendemos como parte del movimiento pero no somos vocero oficial de nadie, ni siquiera de nosotros mismos. Oaxaca Libre nace la tarde del 14 de junio del 2006; al principio, era un proyecto impulsado por tres personas que dedicaron tiempo y trabajo para que esta iniciativa fuera una voz confiable para la gente que busca una información responsable. Cuando lo gestamos eran tiempos de vasta velocidad en la información y para resolver eso se buscaron mecanismos de colaboración y alianzas estratégicas con otros medios alternativos y comerciales que nos compartieron sus notas, hasta lograr un reconocimiento en los grupos sociales que conformaban la coalición del descontento generalizado en Oaxaca.

¿Quiénes formáis parte de él?

Somos un colectivo donde confluyen las muy diversas ideologías que comprenden todo el alfabeto de la izquierda contemporánea, desde el anarquismo hasta el zapatismo, pasando por la No Violencia Activa. Como muchos, algunos de nosotros tuvimos históricamente una simpatía irracional con cierto partido amarillo que alguna vez pretendió ser de la izquierda. Sin embargo, esta simpatía se ve traicionada por lo menos una vez a la semana por la práctica de esa institución política.

Al principio lo formamos tres personas, un diseñador y gestor, un programador y un investigador, pero con el tiempo se fue consolidando un equipo interdisciplinario. Llegaron más personas interesadas en colaborar en la iniciativa, hasta que se logró consolidar un equipo de trabajo con un grupo de reporteros en la calle, personas dedicadas en la redacción, personas que asesoraban el trabajo, los diseñadores y programadores de la pagina y los demás invisibles que hacen posible este proyecto. Ahora seguimos funcionando de la misma forma pero con pocas personas involucradas en el proyecto. A principios del 2007 el colectivo dio un giro interesante hacia la promoción y la creación de una comunidad que impulsa el Software Libre.

¿Qué papel tenemos los medios de información alternativa en el movimiento social oaxaqueño?

Creemos que nuestro papel como medios de información alternativa es documentar lo que pasa en Oaxaca y en otras partes donde incidimos y funcionamos, respetando los contextos locales para discutir ideas, estrategias, sueños, esperanzas, etcétera. Que nos impulse la concepción, construcción y puesta en marcha de un nuevo orden social y político. En Oaxaca Libre nos hemos propuesto burlarnos de todo lo que amerite ser satirizado porque sabemos que no hay grupo que nos respalde. En lo particular, tenemos amistades y simpatía con ciertos grupos y participamos en eventos de varios (con o sin invitación expresa); pero como colectivo no tenemos compromisos ni obligaciones con grupo alguno, más que las que son creadas por la fuerza de la colaboración y la cooperación mutua.

Desde su aparición, la web de Oaxacalibre ha sufrido sabotajes. Radio Plantón también ha estado interferida. ¿Qué podéis decirnos al respecto y cuál es la situación actual?

Nos han saboteado varias veces. La que más dolió fue el 25 de noviembre, justo cuando empezaron con la destrucción violenta del movimiento. Nosotros estábamos haciendo los reportajes de lo que estaba pasando, y de repente ya no pudimos entrar al servidor y se empezó a borrar la información. Qué chinga, nos pararon.

Estos y otros eventos significan para nosotros que nos toman en serio, que nos ven como una amenaza, y eso nos hace orgulloso de nuestro trabajo. Parece que estamos haciendo algo bien, y que tocamos algunos nervios. Además, significa que aquí en México la frase «libertad de expresión» es una burla, lo vimos con la interferencia en Radio Plantón, mientras radio mapache tenía todos los recursos a su disposición. Y lo vemos con las amenazas personales a gente cercana a nosotros. Sobran ejemplos.

¿Cómo veis la represión que están sufriendo los medios comunitarios como la radio «La Voz que Rompe el Silencio»

Es parte del proyecto de imponer una sola opinión a todos y a los que no se agachan: «Cuello». Si la represión provino de cacicazgos locales o por parte del gobierno estatal o federal, es meramente una cuestión académica, al final son parte de lo mismo. Estos cacicazgos siguen sosteniendo al sistema, que ha cambiado de color al nivel federal pero de ninguna manera ha cambiado sustancialmente: Allí está Elba Esther Gordillo como la mejor aliada de Calderón; allí siguen Marín y, por supuesto, URO. Y ellos se apoyan al final en los caciques locales, a los cuales brindan impunidad a cambio de sus servicios. El proyecto de ellos es consolidar el poder en lo económico, en lo político y también en el ámbito mediático. Los medios independientes, especialmente los comunitarios, les estorban porque son muchos y difíciles de controlar.

¿Cuáles son, en vuestra opinión, los logros o puntos más destacados del movimiento social oaxaqueño?

Comprobamos que el pueblo existe y que puede actuar como pueblo fuera de los ámbitos asignados por la estructura. Comprobamos que no necesitamos gobierno ni policía para convivir en forma civilizada: En los tiempos de barricadas, tan vilificados por los medios oficiales, la violencia provino principalmente del gobierno. En respuesta nos organizamos en las colonias y se recreó una vida comunitaria que brindó apoyo y seguridad a los habitantes; sabemos que la ciudad estuvo bajo autogobierno y sin presencia policíaca y hecho bajaron los índices de criminalidad en lo referente a los crímenes comunes. Ahora, después de la invasión federal y en tiempos de Paz, hay un nivel de violencia cotidiana increíble, hay secuestros, un ambiente individualizado, de desconfianza, feo. Conforme creció la presencia policíaca, creció la violencia.

Comprobamos que la diversidad no nos debilita: la APPO era muy diversa, mucho más que lo órganos que la representaron. Y sin embargo era efectiva, creativa. Dejó muchas memorias buenas, memorias de convivencia, de esfuerzos colectivos.

Comprobamos que un movimiento no necesita un líder. La consigna de que «este movimiento no es de líderes, es de bases» es una de las verdades de este movimiento, y la gran diferencia con las movilizaciones de AMLO, por ejemplo, que llevan consigo un proyecto de poder personal.

También evidenciamos que esta lucha rebasa por mucho a los partidos políticos, que son, todos, parte del problema. Quedó clarísimo que ningún partido representa la lucha del pueblo y que todos se dedican a lucrar con él. Nos dejaron solos, y qué bueno, porque así se pudieron hacer otras cosas y pudimos soñar más allá de las elecciones para elegir al próximo cacique redentor.

¿Y cuáles han sido sus principales carencias o fallos?

El fallo más grande fue el enfoque a la lucha, a la acción. Revisando nuestros archivos, nos damos cuenta que nos dejamos llevar por la imagen de la lucha, de los chavos tirando piedras a federales y cosas así, que no están mal, pero lo que nos falló era sacar a relucir la parte creativa y propositiva: las discusiones, las fiestas, cómo compartía la gente entre sí lo poco que tenía, las nuevas alianzas, amistades y formas de convivir y autogobernarse que se daban en estos tiempos. Era la parte creativa que estaba tejiendo una nueva sociedad. Creo que allí fallamos todos, enfocados en eso de tumbar a URO, constantemente en modo de emergencia, organizando otra marcha, otra toma, otra barricada. Se nos olvidó el hecho de que tuvimos toda una ciudad a nuestra disposición, que ya podíamos pasar a la construcción de algo nuevo; sí se hizo, pero no se tomó mucho en cuenta, especialmente en los medios. Anduvimos como los medios comerciales detrás de la sangre, de la acción. Al final, el problema de URO se podría arreglar con 6 gramos de plomo, pero con eso no se arregla el problema de Oaxaca, nada más llegaría otro igual. Este problema va más allá y solamente se arregla construyendo algo nuevo.

La gente sí construyó, pero nosotros no lo reconocimos a tiempo, no lo tratamos de sacar a relucir y menos de fomentar.

¿A qué se debe la liberación de David Venegas Reyes y Flavio Sosa? ¿A la presión popular o a un cambio en la estrategia de URO?

Se debe primero al hecho de que son inocentes y eso se comprobó por la presión popular. Hasta en una dictadura como la actual se deben conservar las formas legales y el estado agotó su posibilidad de transas. Obviamente ayudó muchísimo la presión popular, que mantuvo vivo el asunto y bajo la lupa nacional e internacional.

Es difícil creer que URO tenga estrategia en este sentido, sentimos que ésta viene más del gobierno federal que quiere de alguna manera desaparecer el asunto Oaxaca sin meterse demasiado. Pero repetimos, al final fue la presión popular, especialmente en los espacios mediáticos.

Por último, ¿cómo veis el futuro inmediato la lucha social en Oaxaca?

Pues está dura la situación. Hay mucha represión y un bajón de energía, aunado a mucha desconfianza. Por otra parte, ya nos conocemos mejor y hay el antecedente de que sí se puede; sin embargo, también sabemos que no va a ser igual que hace dos años, la próxima vez será diferente y no sabemos cuándo ni cómo va a ser. Por eso, lo que estamos haciendo en este momento es reforzar y ampliar las estructuras que provienen del movimiento, las estructuras de base, canalizar la energía más hacía la construcción de algo nuevo. Como Oaxaca Libre tratamos de hacer nuestra parte para construir la utopía desde aquí y desde ahora, aunque sea bajo condiciones desfavorables.

Oaxacalibre.org