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Entrevista a Silvio Schachter, miembro del Consejo de Redacción de la "Revista Herramienta"

«Es muy difícil distinguir al político del empresario, porque están fusionados, pasan de un lado al otro con facilidad y representan los mismos intereses»

Fuentes: Rebelión

M.H.: La Ciudad de Buenos Aires invirtió 500 millones de pesos en un Centro de exposiciones y le dio el alquiler a Irsa y La Rural por un millón setecientos mil por mes durante 15 años, esta historia de lo público privado, donde lo público pone el dinero y lo privado se lleva las ganancias, […]

M.H.: La Ciudad de Buenos Aires invirtió 500 millones de pesos en un Centro de exposiciones y le dio el alquiler a Irsa y La Rural por un millón setecientos mil por mes durante 15 años, esta historia de lo público privado, donde lo público pone el dinero y lo privado se lleva las ganancias, en una ciudad que es la más requerida para la realización de eventos internacionales en América Latina y la Nº 17 del mundo.

También tenemos el distrito Quartier Puerto Retiro que comenzará a construirse en octubre próximo y es uno de los proyectos inmobiliarios más importantes de la Ciudad y también el paso final de una secuencia de decisiones que dejan al Estado como un mero facilitador de negocios a privados sin beneficio alguno. Desde cambios de zonificación que contradicen la ley a información privilegiada, blanqueo y obras públicas que aumentan el precio del metro cuadrado.

El distrito Quartier Puerto Retiro que Argencons tiene en marcha en una de las zonas más cotizadas de la Ciudad ubicada en el predio del Hospital Ferroviario y que costará 225 millones de dólares. La venta de ese predio le permitió al amigo presidencial Nicolás Caputo cerrar otro redituable negocio con la ayuda del Estado; en 2008 el empresario y sus socios compraron el terreno del Hospital Ferroviario por 6 millones de dólares y lo vendieron el año pasado en 23 millones sin haber hecho ni una sola obra en el lugar.

Me gustaría que nos aclararas sobre estos emprendimientos que ha iniciado la administración de la Ciudad de Buenos Aires.

S.S.: En un texto que escribí recientemente hablo de una figura que podemos definir como cleptocracia, una conjunción de los intereses políticos y empresarios, una conjunción hecha para medrar, robar bienes públicos y recursos, desinformar, encubrir, obtener ganancias ilícitas, donde inclusive es muy difícil distinguir el político del empresario, porque están tan fusionados y pasan de un lado al otro con tanta facilidad y representan los mismos intereses, por lo que podríamos hablar de un mismo grupo.

Lo que comentabas recién sobre un Estado facilitador es una imagen que venimos trabajando hace muchos años porque en general ha sido un Estado facilitador de negocios, pero en este caso además es parte del negocio y eso es lo más grave. El caso puntual al que hacías referencia tiene que ver con el nuevo Centro de exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires. Algunas personas no saben que la Ciudad no tiene un Centro de exposiciones, a pesar de ser una ciudad que trata de posicionarse en el marco de las ciudades globales como una ciudad de la cultura, segura, abierta al turismo y las inversiones, esa imagen que se ha logrado imponer dentro de una escala periférica, que no puede competir con las ciudades centrales, pero que aspira en esta región del planeta, a ocupar ese lugar.

La realidad es que el viejo Centro de exposiciones que estaba en unos galpones, que no fueron pensados como centro de exposiciones sino que se transformaron de facto donde se hacía la Feria del Libro, ArteBA y otras actividades, en el tiempo de «La noche de los bastones largos» funcionaba la Facultad de Arquitectura, ahí entraron los caballos de la policía con los bastones largos a pegarles a los docentes y estudiantes a mediados de los ’60; después eso quedó como un centro de exposiciones. Eso desapareció y en realidad el único centro de exposiciones importante que tiene la Ciudad es La Rural, que tiene una historia de cesión fraudulenta por parte del gobierno de Menem a la «gauchocracia», a los dueños de la Sociedad Rural y que se las cedió en un valor de un 20% aproximadamente de lo que había sido tasada en su momento. Rápidamente este sector la vendió. Finalmente terminó en manos de Irsa que es la principal empresa inmobiliaria del país y una de las más poderosas de América Latina con intereses que sobrepasan el caso de la inversión inmobiliaria, es dueño de edificios triple A, de todos los shoppings importantes del país, empezó a hacerse rico de la mano de Soros, el financista especulador que quebró la libra esterlina en Inglaterra y que hizo un negocio brillante porque invirtió 500 millones de dólares y en dos años se llevó 900 millones. De ahí surge la potencia de Irsa que empezó con el Shopping Abasto y luego siguió con todos los demás, el último importante es el de los Arcos de Palermo en Pacífico, que también es una concesión graciosa porque paga un canon ridículo por 20 años en terrenos que eran del Ferrocarril San Martin.

Volviendo al tema de la ausencia de un Centro de exposiciones que es necesario para la Ciudad, con un enfoque diferente que podría plantearse como espacio de la cultura, para mostrar lo mejor del país y estimularlo, con ese argumento el Gobierno de la Ciudad presenta en la Legislatura la propuesta de terminar con los galpones que están en la parte de atrás de la Facultad de Derecho y convertirlo en un predio de ubicación privilegiada como lo es el espacio que quedaba entre la Facultad y el Parque Thays frente a Plaza Francia, frente al Design, cerca del Museo de Bellas Artes y con la próxima llegada de la estación de la Línea H de subte. En ese lugar había una plaza de la policía donde llevaba los autos que estaban en infracción y además estaban los galpones que se demolieron. Ahí se hace un concurso y un importante estudio del país, que también hizo la obra del edificio del Gobierno de la Ciudad que era del Banco Ciudad y fue transformado cuando la sede que se iba a hacer en el Borda no se pudo concretar por el hecho de represión tremenda que sufrieron los profesionales y pacientes del hospital; se decide cambiar el uso y se transforma en la sede del Gobierno de la Ciudad que es un proyecto del estudio inglés de Norman Foster pero que en la Argentina fue materializado por el estudio Minot que es el que ganó el concurso para hacer este Centro de exposiciones.

En su momento despertó polémicas porque era una inversión importante en momentos en que el gobierno hace permanentemente el discurso de que faltan recursos, de que hay que achicar el presupuesto, despedir empleados públicos, achicar el Estado, modernizar, etc. Pero el argumento principal que se presentó en su momento fue que existía una necesidad logística en la Ciudad de tener un centro público como tienen las principales ciudades del mundo con un proyecto a la altura de otros similares que se han realizado en el exterior.

Así es como la Legislatura le da el visto bueno para hacer este proyecto que pasó de un presupuesto original de 300 millones a 500 millones de dólares, una cifra realmente importante, sin tener en cuenta el precio del predio. Es un proyecto muy interesante que trabaja con un nivel semi enterrado, que permite que la parquización del parque Thays continúe hasta unirse con la Facultad de Derecho, con lo cual sobrevive y se recrea una parte del paisajismo de la Ciudad y genera un espacio para la presencia de aproximadamente 5.000 personas en simultáneo que podrían asistir a cualquiera de las exposiciones. Estamos hablando de un espacio que supera los 20.000 mt2 cubiertos con un espacio para cocheras subterráneo de casi 30.000.

M.H.: Hay un plan para quitar a la Ciudad de Buenos Aires una serie de terrenos públicos que obviamente van a afectar al patrimonio de la Ciudad.

S.S.: Primero quisiera terminar con el tema del Centro de exposiciones porque es un asunto escandaloso, tanto en la manera que se decide, que luego de haber sido administrado por el Estado, de haber hecho la inversión, puesto el terreno, haber convocado el concurso, una parte de la Legislatura aprueba que esto pase a ser administrado por sectores privados, pero lo que es todavía mucho más violento, es que violando la idea de que iba a ser un centro municipal, no solamente se entrega a la administración privada, sino que se hace una licitación que tuvo un solo oferente, una licitación a medida, que gana Irsa con el Grupo Rural, con lo cual Irsa se va a quedar con los dos únicos centros de exposiciones que hay en la Ciudad de Buenos Aires, uno que supuestamente era municipal y que va a administrar por 15 años por un canon ridículo, que además va a tener 5 años de gracia para poder financiar el equipamiento, cosa que cuando se hizo la licitación esa cláusula no existía.

Entonces, Irsa sin haber hecho ningún tipo de gestión ni haber ofrecido ningún respaldo para la realización del proyecto, lo único que tiene que hacer es poner la boletería y pasar a cobrar. Con el 20% de lo que va a recaudar la playa de estacionamiento, va a poder pagar el canon. Esto además de tener un perfil escandaloso porque el que está al frente de esta entrega de la administración es Andy Freire, Ministro de Modernización de la Ciudad de Buenos Aires, que hasta hace poco tiempo atrás era ejecutivo de Irsa.

Quiere decir que esto ya estaba pensado desde un origen. El fraude es que cuando esto se presenta en la Legislatura como un proyecto para la Ciudad estaba claro que ya se sabía quién iba a administrarlo e iba a lucrar con esto. Está el antecedente del Design que también está en manos de Irsa por un canon absurdo con una concesión de diez años. Además del hecho económico, la pregunta es por qué si es negocio para Irsa no lo es para la Ciudad de Buenos Aires, algo que puede ser tan rentable porque tiene el monopolio de la exposición y del estacionamiento, en un lugar privilegiado, por qué el Estado no lo maneja con el criterio de lo que es ganancia tiene que ser para los privados y lo que es pérdida para el Estado; pero además de eso se le arrebata el carácter al centro municipal, va a ser solo para exposiciones que sean rentables, es decir, que va a estar la exposición del automóvil, alguna feria, pensemos que en la Feria del Libro un stand paga 600.000 pesos y todo el canon que va a pagar por mes Irsa está en un millón doscientos cincuenta mil pesos.

Se le priva a la Ciudad de un espacio para difundir la cultura argentina, la cultura internacional, inclusive la cultura de la Ciudad de Buenos Aires. El hecho es tan escandaloso que uno podría pensar que esto no debería haber pasado, sin embargo, la realidad es que en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y en los medios de comunicación esto ha sido silenciado y escondido y la mayor parte de la población no lo conoce y los que lo conocen tampoco reaccionan. En otra circunstancia esto hubiera sido un hecho escandaloso, hoy esta pasando y supongo yo que como tienen previsto inaugurar en octubre coincidiendo con las elecciones, verán si les conviene hacerlo antes o después.

 

Hay una política de apropiación de los sectores inmobiliarios de la tierra pública

 

No es un hecho aislado, hay una política de apropiación de parte de los sectores inmobiliarios de la tierra pública, en estos días se ha llamado a una licitación para la venta y remate de lo que es la sastrería del ejército en la calle Clay y Av. Dorrego, es más de una hectárea pegada al Campo de Polo. Así hay una lista de más de cincuenta propiedades en la Ciudad y en distintos lugares importantes del país que le quitan a la comunidad de Buenos Aires, no solo a la Ciudad sino a toda el Area Metropolitana la posibilidad de tener un proyecto a futuro sobre tierra común.

En la medida que esto se siga privatizando, cualquier planificación que se haga sobre el espacio de la Ciudad no va a tener cómo materializarse porque todo va a estar en manos de sectores privados y no de cualquier sector sino de sectores altamente concentrados. Esto lo que hace es hipotecar cualquier posibilidad de cambio, cualquier posibilidad de replantearse el derecho a una ciudad diferente, inclusiva, con más espacios verdes, sana, del buen vivir, porque el nivel de saturación que se produce a partir del negocio inmobiliario cierra todos los caminos para que un proyecto de una ciudad distinta pueda abrirse paso.

El manejo de la tierra pública en estos momentos no está siquiera en manos de la Legislatura, sino de una Agencia de bienes que puede disponer a su antojo. Ha sido creada por una Legislatura cómplice. El último paso va a ser la aprobación del nuevo Código de planeamiento urbano cuyo proyecto ya está circulando y en debate, porque muchos de estos proyectos de privatización tienen zonificaciones que no permiten hacer grandes operatorias inmobiliarias, entonces el Código va a darles seguridad jurídica a todos estos grandes inversores para que los nuevos proyectos tengan otra potencialidad.

Otro espacio con estas características es la Ciudad Deportiva de Boca, que tiene una superficie de más de 70 hectáreas en un predio que era de la Ciudad porque aunque el Club Boca Juniors no había cumplido con la licitación, se lo volvieron a conceder, y lo compró Irsa en 50 millones de dólares.

Si hacemos la cuenta, vendiendo el 10% de esa superficie se recupera la inversión. Este tema va a quedar legitimado con el nuevo código. Varias veces Irsa intentó que se aprobara una modificación pero hubo resistencia; ahora licuado en un combo conjunto de artículos va a aparecer minimizado y se va a aprobar ésta como la venta otros lugares, el Tiro Federal, etc. Van a cambiar de zonificación permitiendo construir torres, shoppings, etc.

M.H.: ¿Cómo nos enfrentamos a esto?

S.S.: Es difícil porque ha habido una cultura de ensimismamiento de una parte de la población, sobre todo la de la Ciudad de Buenos Aires, donde ve solamente lo propio, lo que le afecta directamente y ve lo público y lo común como algo ajeno. Hay una especie de enajenación de lo común, una falta de sentido de lo colectivo y del bien público de lo que nos pertenece como comunidad. En la medida que la gente que vive en la Ciudad solamente piense en lo que puede afectar a sus intereses más inmediatos, es muy difícil dar respuesta. Está claro que un tema muy importante es la desinformación, estas cosas que están pasando que son realmente muy graves, que violan el derecho, no se conocen ni se difunden. Me he encargado de enviar copias de esto a legisladores y medios y excepto los medios alternativos y la gente de izquierda, que tiene otro tipo de pensamiento sobre la política y el país, el resto no lo registra, no lo asume ni polemiza. Se habla de corrupción, gasto público, etc., pero cuando aparecen los temas en los que se focaliza la corrupción, cuando está involucrado el gobierno o hay grandes intereses económicos eso queda silenciado. El primer punto es informar, no hay forma de respuesta o resistencia si la gente lo desconoce.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.