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Escogen las siete maravillas, como en la política mexicana

Fuentes: Rebelión

  1. La Fundación New7Wonders ha lanzado un concurso mundial para elegir las «Nuevas Siete Maravillas del Mundo«. Señala que ha generado los votos de más de 40.000.000 de personas y que ha levantado una gran polémica sobre la validez de esta iniciativa. Informa que los diez primeros puestos los ocupan la Acrópolis de Atenas, la Pirámide de Chichen […]


 

1. La Fundación New7Wonders ha lanzado un concurso mundial para elegir las «Nuevas Siete Maravillas del Mundo«. Señala que ha generado los votos de más de 40.000.000 de personas y que ha levantado una gran polémica sobre la validez de esta iniciativa. Informa que los diez primeros puestos los ocupan la Acrópolis de Atenas, la Pirámide de Chichen Itza, en México, el Coliseo romano, la Torre Eiffel, la Gran Muralla China, Machu Picchu, la ciudad de Petra, en Jordania, las Estatuas de la Isla de Pascua, Stonehenge y el Taj Mahal. Por detrás de los diez primeros puestos están el Templo de Angkor, la Alhambra de Granada, la Iglesia de Santa Sofía, el Templo de Kiyomizu, el Kremlin, el Castillo de Neuschwanstein, la Estatua de la Libertad, la Estatua del Cristo Redentor, en Río de Janeiro, el Opera House, de Sydney y la ciudad de Tombuctú, en Mali.


 

2. Los medios de información en México, explotando el nacionalismo, exhortan a la población a no dejar de votar y a hacerlo por Chichén Itzá. Algunas veces dan el nombre de los edificios o monumentos que están en la competencia pero casi nunca, para escoger, nos han mostrado fotografías y mucho menos han explicado lo que representan o la historia que les dio origen. Obviamente ni se les ocurre hacer algún análisis de por qué es importante votar. El único argumento es que en caso de que ganara Chichén Itzá llegarán más turistas y por tanto más dinero. Lo que me ha llamado la atención es que no son «Las siete maravillas del mundo» sino sólo «Siete maravillas del mundo», además de muchas otras. ¿Con qué criterio seleccionar una maravilla o una belleza si éstas se encuentran en el cristal ideológico con que se miran? ¿Quién seleccionó esas candidaturas, quién vota y quién hace el conteo?


 

3. Por haber vivido durante siglos el mundo del engaño vivimos de manera permanente el signo de la desconfianza. En política se dice que el pueblo elige y después gobierna por medio de sus representantes. La realidad es que nadie lo cree y la muestra es que partidos, sus militantes y gobierno ocupan el nivel más bajo en confiabilidad. Los políticos tienen en sus manos muchas decisiones de trascendencia que marcan el rumbo de un país, por el contrario las maravillas del mundo están allí y no hacen mal a nadie, pero sería muy satisfactorio disfrutarlas y conocerlas. Por eso seria interesante que en lugar de llamar a votar atizando un «orgulloso nacionalismo» se difundieran en fotografía o en video todos aquellos monumentos ubicándolos en sus contextos arquitectónicos y con sus raíces sociales. ¿Por qué también esa campaña parece estar contaminada con lo económico?


 

4. Encuentro similitud en la selección, campaña, conteo de votos y proclamación de los candidatos en México. En primer lugar los candidatos en todos los partidos políticos mexicanos son seleccionados por unas cuantas personas, las que toman las principales decisiones en los partidos. Después se va abriendo el círculo hasta llegar a los comités y a los representantes de base y de aquí a la reunión nacional o al congreso. La voz de una o tres personas, con un gran poder sobre muchas, se convierte en algo así como decisión de la mayoría. No importa si hay otras «maravillas» o candidatos más identificados o conocidos por sus batallas en defensa de los trabajadores o, simplemente por ser más honestos o estudiosos; lo importante es que el candidato esté identificado con el líder o uno de los personajes de las principales corrientes. Los candidatos «ciudadanos» o libres en México son una ficción.


 

5. ¿Por qué no se incluyeron las candidaturas, por poner algunos ejemplos de tantos, de la Casa de la cascada de Pensilvania, del Centro Pompidou de París, del Palacio de gobierno de Perú, La Sagrada Familia de Gaudí o de la ciudad de Teotihuacan, México? Lo mismo se pregunta en nuestro país cuando el 99 por ciento de los candidatos seleccionados en cada partido son «ilustres desconocidos» o personajes «conocidos» solamente por haber ocupado cargos públicos. El desprecio de la población por los partidos y sus candidatos tiene su origen en su total separación de los problemas de la población. Esta sigue votando en los comicios porque en la campaña se dilapidan muchos miles de millones de pesos y porque considera que es un acto obligatorio; sin embargo, a pesar de ello, más de la mitad de los que tienen derecho a votar se abstiene, votan sin el mayor interés o nulifican la boleta electoral.


  

6. En México la secretaría de Turismo se frota las manos como muestra de que muy pronto comenzarán a entrar muchas más divisas país, lo mismo se observa en el gobierno del estado de Yucatán que ve una nueva oportunidad para obtener dinero para financiar sus programas de gobierno. La realidad es que no está mal del todo. Sin embargo en la práctica esos ingresos, como los miles de millones de dólares extras recibidos por el aumento de los precios del petróleo, en vez de ser utilizados para crear fuentes de empleo que aminoren la gran desocupación y la enorme miseria de la población, sirven para dilapidar en campañas políticas, compra de votos y aumento de salarios al ejército y demás «fuerzas del orden». Alguien podría decir que así como hay despilfarros o desvíos económicos en México los hay en todos los países que compiten y que es mejor es que se queden en México.


 

7. En fin, como en la muy desprestigiada política mexicana, muchos piensan que las siete maravillas del mundo hace ya un largo tiempo que fueron seleccionadas y que los votos no existen o nada deciden. Se piensa que como en México las elecciones son una farsa y sólo sirven para legitimar lo que meses antes han negociado gobierno, empresarios, clero y medios de información, en este asunto de la selección de las siete maravillas ha habido una negociación internacional en la que intervienen autoridades de países poderosos para premiar a los de mejor comportamiento. ¿O, acaso, es posible separar este asunto de trascendencia mundial de las posiciones que se juegan en política internacional? Puede resultar un gran negocio, por eso los propietarios de grandes negociantes, gobernantes y los medios de comunicación han metido hasta las pezuñas. ¿Puede ser de otra manera?


 

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