«Más de lo justo y menos del obligatorio» Plenides (400 a. C.) vía J. Cortell En la lucha sobre cómo armonizar derechos civiles y ganancias del sector cultural y TiC en la era digital lo que basculará la balanza entre hacerlo de forma sostenible o de forma insostenible será como siempre quién gane el pulso […]
En la lucha sobre cómo armonizar derechos civiles y ganancias del sector cultural y TiC en la era digital lo que basculará la balanza entre hacerlo de forma sostenible o de forma insostenible será como siempre quién gane el pulso entre el miedo y el empoderamiento de las personas, será quien cree el MEME [1] más fuerte: el que sepamos mantener como sociedad civil, o el que la propaganda de los regímenes económicos sepan inculcar.
Por un lado está el imaginario creado por las condiciones en la época predigital y mantenido con dinero, mucho dinero [2] por las industrias, según el cual compartir es malo, el único modelo posible es aquel en el que ellas son quienes deciden quién viven y quiénes mueren. Por el otro lado, tenemos el imaginario propio de la condición humana, en el que compartir es lo que permite el conocimiento, los vínculos, la creación, la generación de riqueza; lo que fundamenta la construcción de saber por la curiosidad, y la circulación de la información, por la necesidad de comprender, expresar y crear, de ser reconocido y amado, elementos inevitables y transversales a las condiciones de riqueza, ideología, sexo o raza [3].
El dinero viene después. En este texto trataremos el problema de la «pasta», tan necesaria en el mundo capitalista -no somos tan ingenuos y trasnochados de no hacerlo -, pero jamás hay que olvidar que es un medio y no una necesidad en sí.
En este sentido no nos expresamos expoliadores de artistas, sino gente tan extremista como la ONU en su declaración de 2005 [4] o el FcForum 2009 con la Carta para la innovación la creatividad y el acceso al conocimiento [5], que marcan una clara diferencia entre el derecho de cada persona a utilizar sus habilidades para obtener recursos para su sustento, y el tráfico y la explotación que de esta habilidades se hace por partes de terceros: en el caso que nos ocupa, una parte de las industrias culturales.
En este sentido nacieron los derechos de autor, como incentivo y no como fin recaudatorio.
La confusión interesada entre «derechos de autor» y derechos fundamentales deja patente más que nunca que nuestra palanca tiene que ser a nivel de imaginario.
El MEME más importante para esta lucha es el del «compartir».
Esta lucha no tiene nada que ver con la lógica.
La lógica es esto [6]: gráficos que demuestran mil y una vez algo obvio: que internet beneficia la creación, a todos los niveles, también en él de la «pasta».
Pero demostrarlo no basta, porque los grandes cambios producen miedo y el miedo produce buitres.
Si colectivamente creamos un imaginario fuerte que normalice los grandes cambios que estamos viviendo, evitaremos que se aprovechen de nuestra fragilidad y consigan derrotar el creciente empoderamiento de la sociedad civil.
Por esto antes que nada hay que defender el compartir.
La idea vital de compartir, su práctica.
Y esto no es porque es bonito – que también – sino porque es la esencia de la herramienta que permite este gran cambio de paradigma [7]: Internet sólo seguirá existiendo sin ser desvirtuado si no permitimos el desalojo del imaginario y las prácticas colectivas de la relación directa de intercambio entre pares según habilidades e intereses en continua mutación y sin intermediario, en contraposición con las estructuras jerárquicas.
Es por esto que no podemos dejar pasar «imágenes» tales como un impuesto sobre las conexiones a Internet.
Es posible que algún día haya un impuesto sobre las conexiones a Internet, por qué no, si estamos de acuerdo con los impuestos …. igual que podría plantearse un impuesto sobre el uso de las aceras, ¿por qué no uno sobre la conexión a internet?…
Pero en el momento actual supondría abrir la puerta de par en par a la criminalización del compartir.
En este momento no podemos permitirnos nada que dé alas a un imaginario que ataque -aunque sólo sea simbólicamente- el Compartir.
Si el intercambio es ilegal, hay que legalizarlo, hay que legalizarlo en cuanto tal, porque es justo, porque es la memoria de nuestra época y la esencia de nuestro desarrollo.
Esto es lo único que tácticamente podemos defender.
Se ha dicho que el flatrate no es un impuesto al compartir, sino una contribución a la creación; en el imaginario, como MEME frente a la fuerza de la propaganda sobre «piratería» y otras herejías, sólo será legitimar la idea de que el intercambio conlleva una culpa y un precio.
Si abrimos la puerta a esta idea, todo lo demás vendrá siguiendo la misma lógica: que Internet tiene que tener varios rangos de acceso [8]; que mejor que la gente compre los contenidos a los especialistas del entretenimiento en lugar de fabricárselos [9]; que haya un carnet con puntos para navegar [10]; que nos registren en las fronteras [11]; que nos corten el suministro y que nos cierren nuestros portales sin dictamen judicial [12].
Como sabemos esta no es ciencia ficción, todos son MEME que están siendo testados.
«Derechos hay muchos, no se pueden tener todos» [13]. «Y son caros» añadiría Alierta, presidente de Telefónica [14].
Cualquier impuesto sobre conexión repercute sobre los usuarios y, la historia enseña, lo hace exponencialmente, haciendo, en este caso, de internet un género de lujo.
Un artículo de lujo tan caro que el proveedor de contenido, como cualquiera de nosotros puede ser ahora mismo, tendrá que pagar para estar online, tendrá que pagar un precio que no podemos permitirnos, haciendo que nos barran de la red. No queremos que Internet sea otra TV [15], una plataforma publicitaria para productos industriales.
De aquí que la propia net neturality sólo puede ir relacionada a un imaginario en el que no podemos tasar la herramienta, Internet.
Un impuesto sobre la conexión a Internet es dar por descontada la derrota. No es tiempo todavía para bajar la oferta en el regateo.
A este propósito pensamos que el caso del Estado Español debería ser tomado en particular consideración.
1º – En El estado Español el compartir no es ilegal. Se han ganado decenas de juicios y los propios jueces lo han puesto negro sobre blanco [16].
2 º- Como acaba de demostrar la histórica sentencia del tribunal de Luxemburgo contra cinco entidades de gestión y a favor de una pequeña tienda familiar, en el Estado Español la lucha contra la criminalización de la copia privada y contra el canon digital indiscriminado está cuestionando la aplicación de la directiva europea sobre compensación equitativa [17].
3º – En el Estado Español las prácticas anacrónicas de las entidades de gestión y de los lobbies de las industrias culturales ha creado una conciencia muy clara de los abusos que se estaban cometiendo y de los defectos legislativos, así como una opinión pública muy formada y activa: más de 200 000 personas se adhieren al Manifiesto «En defensa de los derechos fundamentales en Internet» [18] y a las acciones contra la Ley Sinde [19]; 200 000 personas interactúan con el D’evolution Summit durante la cumbre de ministros de la UE [20]; 110 000 visitas en respuesta a las amenazas legales a nuestra organización [21]; un ministro echado en 2009 [22]…
Por esto, el Estado Español no se tiene que tratar como una excepción en vía de extinción, sino como una palanca, como un punto de partida.
Si, en el Estado Español, el intercambio no es ilegal, si los impuestos como contrapartida a un derecho reconocido (y por lo tanto que debería ser «gratis») como el de copia son desmantelados, tomémoslo como modelo y hagamos que sea legal el intercambio sin ánimo de lucro a nivel global.
Si permitimos la extinción de la excepción «España», habremos perdido. Si esta excepción se vuelve la norma, habremos ganado.
Comprendemos a qué se refieren los compañeros cuando dicen «Es mejor un flatrate que dejar que gane la presión y represión que fomentan las grandes multinacionales; es la contrapartida que podemos dar a las poderosas industrias». Pero ¿quién ha dicho que estamos perdiendo esta luchas? ¿Qué contrapartida? ¿Qué nos dan a cambio?
Nosotros creemos que la única contrapartida que se puede ofrecer es un plan de reconversión serio, como en cualquier otro sector. No hemos escuchado este meme lo suficientemente fuerte todavía.
La ciudadanía, los artistas, los emprendedores ya llevamos años contribuyen a pagarlo.
El superávit de las entidades de gestión (en El estado Español sólo en derechos de autor no repartidos la SGAE declaró en 2008 164.3 miliones de euros [23]) y el canon digital recaudado indiscriminadamente, o la burbuja especulativa en los costes y precios de la producción cultural basada en la escasez de los contenidos ya han pagado esta reconversión.
Este foro [24] justamente quiere recoger y articular las propuestas prácticas sobre los caminos de esta reconversión.
Aquí algunas ideas para el debate:
- Consideramos que el uso comercial (también en el intercambio de archivos) tiene que repercutir en todos los agentes involucrados en la creación. Si se genera «pasta», la «pasta» tiene que ser justamente repartida; si no se genera «pasta» no tiene que haber impuesto alguno.
- Esto no quiere decir que toda creación cultural tenga que tener una finalidad comercial, como inevitablemente ocurre con las leyes actuales.
- Se debe eliminar la obligatoriedad del cobro. Una idea legal, creada para dar amparo los artistas se ha convertido en un obstáculo anacrónico para los beneficios que obtienen de la difusión viral de su obras.
- Los intermediarios ya no deben ser explotadores de talentos, sino que deben ser colaboradores a la par, facilitadores entre financiadores, fans, público y artistas, al estilo por ejemplo de Kikstarter.
- En la distribución de precios «digitales» o del así llamado «pequeño derecho » se deben calcular descargas y streamings para un reparto justo de los beneficios y para que dicha distribución represente realmente lo que se consuma, además del desarrollo artístico real.
- Por otro lado, todo cuanto se publique debe poder circular libremente, respetando los derechos a la atribución y a la integridad ideológica de las obra. Como la propia palabra «publicado» indica, es ontológico a la creación que una vez hecha pública entre a hacer parte de nuestros sistema «nervioso» y de nuestra cultura.
En todo esto las entidades de gestión representan actualmente EL problema, ya que son el «puente» de los lobbies de presión en contra de un desarrollo democrático de las herramientas digitales. Y esto no afecta sólo al sector cultural, sino a toda la ciudadanía.
Sería grave considerar el problema que conlleva su gestión actual como un tema para especialistas y de poca importancia.
Las entidades de gestión concentran una gran plusvalía no creada por actividad empresarial alguna, a su vez reciben mandatos especiales de los gobiernos; de manera que estas entidades se convierten en instituciones en sí, a la par que en instituciones públicas en lo que se refiere a riqueza, poderes, competitividad y monopolio. Pero son entes privados en lo referente a transparencia, representatividad y reparto.
Se han transformado en «sindicados verticales» y, por tanto, actualmente son ontológicamente antidemocráticas. Con la connivencia de los gobiernos juegan con la ambigüedad público-privado para gestionar todo el dinero necesario con el que construyen su propaganda y la base «clientelar» necesaria para frenar los avances digital y creativos distribuidos. Y todo esto en pos de defender los antiguos privilegios de un sector muy restringido.
Pero, del mismo modo, aumenta la inflacción de fuerza de trabajo en el sector cultural, un enorme excedente de trabajadores chantajeables: aquí en Barcelona por ejemplo, somos todos artistas .
No debemos cometer el error de extrapolar la lucha por los derechos laborales en el sector creativo a de la lucha de todos los trabajadores y no trabajadores contra la precarización actual de las condiciones de vida [26].
Justamente los derechos de autor son utilizados como arma para precarizar el sector creativo, ya que se suelen sustituir al pago de un salario justo por un trabajo contratado.
En un sector desestabilizado por elementos internos sicológicamente desplazados, por los que se confunde trabajo con realización personal [27], las industrias lo tienen fácil para jugar con el MEME de la autoría única y «genial», que distorsionan para desactivar las posibilidades de lucha. No les viene nada bien que los artistas puedan ahora promoverse autónoma y colaborativamente a través de Internet.
El trabajador del sector creativo tiene que ser defendido como todo trabajador en el sistema capitalista, pero son también los propios trabajadores los que deben ser concientes cuando están siendo utilizados como escudo humano en esta precarización, en contra de la difusión democrática del conocimiento, de las posibilidades emprendedoras y para la gentrificación de la ciudades [28].
Frente a la pregunta «¿de qué voy a vivir?», la respuesta no es pelearse entre pobres.
Las industrias culturales han creado una inmensa concentración de dinero, una burbuja basada en la escasez de los contenidos. Este es el dinero que pertoca al sector cultural, el cual debe forzar el cambio de paradigma. No hay impuesto sobre la conexión posible si es para seguir alimentando el mismo sistema. Esto seguiría alimentando el imperio económico y su propaganda contra las libertades dentro y fuera de Internet.
Y aún así ¿qué podría pasar si las multinacionales viesen mermar su «pasta»? Deberían invertir en producciones independientes y diferenciadas que se distribuyeran más fácilmente en live (cine o concierto) o directamente al consumidor vía micro pagos, más que por distribuciones masiva hypercomerciales o por P2P.
Los artistas deberían ser fácilmente localizable a través de sus portales, de manera que los derechos autorizatorios y de remuneración en caso de lucro serían fácilmente gestionables y estas obligaciones serían reciprocas. Tú facilitas la difusión y yo facilito el pago.
Internet ha creado unas condiciones históricas en la lucha por los derechos civiles: raras veces nos hemos encontrado con que lo que hay que defender no se tiene que imaginar, inventar. El acceso a un Internet neutral para el intercambio entre pares lo vivimos cada día en una buena parte del mundo. Lo que – obviamente perfeccionable- hay que defender del pillaje de los poderes fácticos lo tenemos entre las manos, sabemos cuándo nos lo quitan. Lo vivimos y sabemos cómo es ser privado de él.
Esta lucha, la lucha por el «control descentralizado, empoderamiento del usuario final y la distribución de recursos para ser compartidos» [29] es, en este momento, la madre de todas las luchas. Afecta a toda la vida y no a un solo sector.
Todo cuanto los gobiernos han gastado para remar contra el progreso, todo el lucro cesante de lo que ha sido sustraído al acceso de la sociedad, todo este tiempo perdido es su responsabilidad. Pedimos, y lo pediremos en las urnas y siguiendo con formas de desobediencia civil y económica, unos ejecutivos capaces de sacar provecho a la era digital y no unos ejecutivos con miedo a ser despedidos por las industrias del entertainment y por los bancos.
«All rites reversed» [30] – Puedes copiar, pegar, multiplicar, citar, repartir mencionando la autoría.
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Meme
[2] http://www.ypsite.net/recursos/biblioteca/documentos/Emprendizajes_en_Cultura_jaron_rowan.pdf
[3] http://exgae.net/asesoria/la-avaricia
[4] http://fcforum.net/files/ONU-LPI-cast.rtf
[5] http://fcforum.net/es/charter_extended
[6] http://2010.fcforum.net/wp-content/uploads/files/graficosdef.pdf
[7] http://bitelia.com/tag/internet-es-copyleft
[8] http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Quien/quiere/acabar/neutralidad/Red/elpepisoc/20100809elpepisoc_1/Tes
[9] http://www.portaltic.es/internet/noticia-internet-invento-mas-peligroso-bomba-atomica-20100819092820.html
[10] http://www.adslzone.net/article259.html
[11] http://www.laquadrature.net/en/ACTA
[12] http://red-sostenible.net/index.php/P%C3%A1gina_Principal
[13] http://www.youtube.com/watch?v=i8rsYPjN2u8
[14] http://www.youtube.com/watch?v=rVADWAxOZtg
[15] http://internetnoseraotratv.net/
[16] http://www.tv3.cat/videos/2965550
[17] http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/triunfo/Ana/Maria/Mendez/mujer/ha/desencadenado/sentencia/europea/canon/digital/elpeputec/20101021elpeputec_3/Tes
[18] http://wiki.manifiestointernet.org/wiki/P%C3%A1gina_Principal
[19] http://www.noalcierredewebs.com/
[20] http://d-evolution.fcforum.net
[21] http://exgae.net/dialogo-siempre-prepotencia-nunca-2
[22] http://molinapirate.blogspot.com/
[23] http://www.youtube.com/watch?v=3IYtavOlESI
[24] http://fcforum.net/10
[25] http://www.elpais.com/articulo/cultura/Competencia/ataca/monopolio/gestion/derechos/autor/elpepicul/20100120elpepicul_4/Tes
[26] http://www.museoreinasofia.es/redes/nueva-institucionalidad/pasadas/trabajocreativo/contraclasecreativa.pdf
[27] http://www.digicult.it/digimag/article.asp?id=1689
[28] http://innmotion09.conservas.tk/dequeva
[29] http://www.ietf.org/rfc/rfc3935.txt
[30] http://allritesreversed.com/
English:Let’s talk about money