Los resultados obtenidos por el gobierno de Enrique Peña en su primer cuatrimestre en cuanto a la disminución de homicidios vinculados al crimen organizado, fueron puestos en duda pero de ninguna manera por alguno de los partidos firmantes del Pacto por México que, según encuesta reciente de Parametría, pierde partidarios en Acción Nacional y se […]
Los resultados obtenidos por el gobierno de Enrique Peña en su primer cuatrimestre en cuanto a la disminución de homicidios vinculados al crimen organizado, fueron puestos en duda pero de ninguna manera por alguno de los partidos firmantes del Pacto por México que, según encuesta reciente de Parametría, pierde partidarios en Acción Nacional y se estancó en el partido que preside bajo impugnaciones Jesús Zambrano.
Fue nada menos que el representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien negó que la disminución de los homicidios sea resultado de la estrategia de seguridad pública del gobierno que hace demasiada publicidad contra el hambre y escasas acciones.
Para Javier Hernández Valencia la disminución de los homicidios de diciembre de 2012 a la primera semana de abril de 2013, y que por cierto repuntaron la semana pasada, es producto de los acomodos y acuerdos de los grupos criminales que, según la Procuraduría General de la República, se reprodujeron por decenas bajo el gobierno de Felipe Calderón, cuando el lineamiento de Washington reproducido desde el Distrito Federal por Juan Camilo Mouriño y Genaro García Luna, era pegar fuerte y duro a las cabezas de las bandas criminales, excepto a dos, para que emergería un vigoroso duopolio del crimen organizado, y que desde hace algunos años lo integran La Federación y Los Zetas.
La tesis por demás razonable bajo la lógica del libre mercado, el individualismo a ultranza y la alienación de las nuevas generaciones, consistía en que es más viable negociar con dos bandas criminales que con las 30 que recientemente dio a conocer Jesús Murillo, quien ya difunde la versión «del desastre» en que recibió la PGR. La misma cantaleta que vendió Vicente Fox y Rafael Macedo, pero acaso tenga razón el hidalguense, como también el colega Jesús Delgado Guerrero al sostener que la estrategia en curso es magnificar los problemas del país para que en 2018 «nos dejen un país más o menos igual».
Pero el dueto de los otrora consentidos de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús, el madrileño fallecido muy cerca de Los Pinos y el ingeniero mecánico que vive feliz de la vida en Miami, Florida, le hicieron su propio agregado a la directriz del Pentágono y del Departamento de Estado, «descabezarlos para que se maten entre ellos». Los ineptos funcionarios olvidaron que en medio estaba la sociedad. Y el resultado es 150 mil ejecutados, si nos atenemos a la cifra de Miguel Ángel Juárez Franco.
Reacomodos y acuerdos de las bandas criminales implica que en diversas plazas terminó por forjarse la hegemonía de una y las demás se sometieron como subordinadas. Y en tales condiciones tiene que producirse una disminución de las muertes violentas.
Para ubicarlo mejor es preciso subrayar que los capos de los corporativos criminales son empresarios y en grande, antes que la caricatura que hicieron en la llamada docena trágica panista, construida con el concurso activo de la elite tricolor.
El camino de salida de la situación de violencia pasa, como bien apuntó el funcionario de la ONU, por el retiro de las fuerzas armadas de las tareas de seguridad pública.
La percepción de un menor índice de delitos tiene que ver, centralmente, con la difusión que se le da en los medios a los sucesos violentos, como lo documentó el Observatorio de los Procesos de Comunicación Pública de la Violencia, al registrar que entre diciembre de 2012 y febrero de 2013 los diarios llamados nacionales, la televisión abierta y de paga, redujeron a la mitad la cobertura sobre la violencia. Tal y como estableció la Presidencia de la República.
Fuente original: www.forumenlinea.com