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Eurolat, la centralidad de Cristina molesta al Gobierno y a la derecha europea

Fuentes: Rebelión / CLAE

El discurso de 29 minutos de la vicepresidente argentina Cristina Fernández de Kirchner en la inauguración de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Eurolat) trascendió ampliamente a una mera inauguración de sesiones, ocupando una centralidad política tanto en lo referente al gobierno de su país como al tablero geopolítico regional y mundial.

Más allá de lo esperado, el discurso que ofreció la vicepresidenta ante 75 parlamentarios europeos, 75 representantes latinoamericanos y desde la colmada sala principal del Centro Cultural Kirchner. fue emitido en los hechos como una transmisión en cadena por todos los canales de noticias argentinas y comenzó con una serie de halagos: «Uno se siente como haciendo de telonero de los Beatles y es un poco complicado», la presentó el copresidente de Eurolat, el español Javi López.

El suyo fue un análisis contundente que hizo eje en las desigualdades, el rol de los Estados Nación, el lugar al que quedan relegados frente al avance de los poderes reales, la actual «insatisfacción de las democracias», el doble standard del derecho internacional, Malvinas, la OTAN, los colonialismos en pie, el lawfare.  

Fue tan contundente que provocó protestas de un grupo de parlamentarios derechistas del Grupo del Partido Popular Europeo (Grupo PPE)  que expresaron su“malestar” por el “bochornoso espectáculo” de la vicepresidenta, por sus fuertes críticas al Poder Judicial, a empresarios y mensajes a la interna política argentina, y consideraron que la inauguración institucional fue utilizada con una “finalidad partidista”.

La  pedrada en la oficina en el Senado contra Cristina Fernández el pasado 11 de marzo, la destrucción de su estatua en el Paseo de los Presidentes en el sur del país, entre tantas otras formas de persecución política, golpes y agravios hacia su persona y su familia, se explican por su determinación a sostener la iniciativa de un proyecto popular para enfrentar a su enemigo histórico, que articula un complejo entramado económico, político, judicial y mediático, señala Paula Giménez.

En Argentina, la actual inflación y la debilidad del poder adquisitivo de los sectores populares son el nudo central de la disputa política en el oficialismo cuyos dos protagonistas son el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta. El conflicto adquiere mayor dimensión por el shock externo negativo de la guerra sobre el ingreso de los sectores populares.

Los puntos principales

Cristina, expresidenta de la nación y hoy titular del Senado comenzó interpelando a los parlamentarios para pedir un “rediseño institucional” para regular al capitalismo y “evitar desigualdades” y dejó  definiciones y cuestionamientos sobre el poder, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, el liberalismo, el Fondo Monetario Internacional, el funcionamiento de la Justicia y el poder financiero internacional:

-“El poder es cuando alguien toma una decisión y esa decisión se puede aplicar y es respetada por el conjunto de la sociedad. Que te pongan una banda y te den el bastón, un poquito es… Ni te cuento si no se hacen las cosas que hay que hacer”.“Hoy nuestros Parlamentos, nuestros Ejecutivos, nuestro Poder Judicial, tantas veces cooptados por el mercado y los factores económicos, ¿cuánto representan del poder?”.

Se trata de una idea que viene planteando en diferentes discursos, inclusive cuando era presidenta («identificar el poder con estar en el gobierno es una burrada», dijo entonces).

-«La insatisfacción de las democracias, donde la gente se termina enojando con la política, debería obligarnos a replantear la necesidad de repensar nuestra ingeniería institucional, donde se invista de poder a las instituciones, estas o las que haya que crear. Estamos a tiempo todavía, antes que sea demasiado tarde

– “La pandemia ha venido a saldar aquella discusión, porque no es posible que en una tragedia de la magnitud de la que vivió la humanidad el Estado sirva solamente para ir en auxilio, y cuando tiene que adoptar decisiones en materia económica, de controles, de regulaciones, sea un estorbo». 

– “El poder internacional no figura en las constituciones de los países, y las sociedades no juzgan a esos poderes cada cuatro años, los juzgan a ustedes, que están sentados en las bancas y mucho no pueden hacer”.

– “En la pandemia, el sector privado recibió todo tipo de ayuda, fiscal, crediticia, pero ante la tragedia de la guerra el mercado nos contesta ‘lo importante son mis ganancias, mi rentabilidad y que los demás revienten’. Así no vale, no juego más”.

Planteó la necesidad de volver a poner en valor la idea del Estado como actor clave para el desarrollo igualitario de la sociedad.  “¿Alguien se ha preguntado lo que hubiera sido si los Estados no hubieran intervenido en la pandemia construyendo hospitales, atendiendo a los enfermos, negociando con los mercados para salvarnos y no morirnos? Creo que alguien que siga afirmando que el Estado no es importante en la vida de las personas, definitorio, o es un necio o es un cínico, que los hay, de los dos”.

– “Las desigualdades no nacen por un orden natural e ineluctable, no son un producto de la naturaleza; son producto de las decisiones políticas o de no tomar decisiones políticas. O de falta de decisiones políticas. Ojo que no tomar decisiones políticas, también lo es. Hay que repensar una ingeniería nueva del Estado para abordar el problema”.

-“Una recuperación económica con justicia, inclusiva y en paz, es un excelente lema, y obviamente significa una recuperación económica después de la tragedia que acaban de mencionar ambos copresidentes, y que ha sido la pandemia”.

-“El capitalismo se ha demostrado como el sistema más eficaz para la producción de bienes y servicios, pero que es central definir si este proceso capitalista que se da en todo el mundo, de China a Estados Unidos, lo conducen las leyes del mercado o las leyes del Estado”.

Desde la izquierda se le marcó esta aseveración, señalando que es un discurso a destiempo, cuando el capitalismo ha demostrado ser un sistema que solo produce desigualdad, destrucción del medioambiente y guerras.

– “Después de que nuestro país fue endeudado con el prestamos más grande del que se tenga memoria, e ilegal en la forma de otorgarlo por parte del FMI, ningún juez advirtió irregularidades. Es raro”. ”Debemos abordar un tema, el partido judicial como instrumento contra los gobiernos nacionales y populares. Hay un déficit muy grande en este sentido”.

Cristina y los senadores del Frente de Todos presentaron un proyecto para crear un Fondo Nacional para la cancelación de la deuda con el FMI, con recursos recuperados en el exterior del lavado y la evasión, que pretende poner en primera escena a los verdaderos responsables: “que la paguen los que la fugaron”, una consigna que la vicepresidenta le pidió públicamente al presidente que esgrimiera, durante su intervención en el acto por el día de la Democracia, el 10 de diciembre de 2021.

Recordó, al presentar el proyecto, que el objetivo de la última dictadura cívico-militar fue la instauración en Argentina y la región de un plan económico de liberalización financiera y mayor explotación de los sectores trabajadores que, en Argentina, supuso la estatización de la deuda privada,  que recayó sobre los hombros de las grandes mayorías. La deuda creció un 364% durante la dictadura pasando de 9.700 millones de dólares en 1976 a 45.100 millones de dólares en 1983.

– “El mundo requiere que todos nos atendamos al derecho internacional y las resoluciones de la ONU. Gran idea que no se aplica. De los cinco países que conforman el Consejo de Seguridad, todos salvo China, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia, todos, en algún momento no han respetado las normas del derecho internacional. Nosotros hemos denunciado el doble estándar de las potencias que se creen por encima de los países y no respetan el derecho internacional.

-De hecho, la ocupación por la fuerza de nuestras Islas Malvinas encuentra al Reino Unido apoyado por otras potencias que cuando no les conviene apoyar una invasión las rechaza, y cuando les conviene, porque son sus aliados, está todo bien”. “Tenemos ese doble estándar en nuestra propia tierra. La OTAN nos puso una base en Malvinas, a 14.000 kilómetros del Reino Unidos”.

– “Quiero rescatar el valor de la coherencia. En el 2014 Argentina formaba parte del Consejo de Seguridad de la ONU, en ese momento se produjo la anexión de Crimea (Ucrania), y mi país votó una resolución de EEUU condenando, porque respetamos el principio de integridad territorial a lo largo y lo ancho de todo el planeta”.

Obviamente, «que te pongan la banda y te den un bastón no significa que tengas el poder», fue la frase que más rebotó. Así recortada, fue inmediatamente tomada por los medios para titular aludiendo a otro capítulo de la puja interna (con el presidente Alberto Fernández y los sectores derechistas del Frente de Todos gobernante) que atraviesa la gestión y que se viene exponiendo, cada vez con más crudeza, tras la firma del acuerdo dependiente con el FMI.

Claudio della Croce. Economista , internacionalista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.