A 10 días del referéndum autonomista organizado de facto por la provincia de Santa Cruz, la crisis política que vive Bolivia no encuentra una vía de solución y la incertidumbre crece a medida que se acerca el día D. Constatando lo que se comenta desde las charlas de cafés hasta las reuniones políticas, la Unión […]
A 10 días del referéndum autonomista organizado de facto por la provincia de Santa Cruz, la crisis política que vive Bolivia no encuentra una vía de solución y la incertidumbre crece a medida que se acerca el día D. Constatando lo que se comenta desde las charlas de cafés hasta las reuniones políticas, la Unión Europea ya habla del fracaso de la salida negociada. «Estamos preocupados de la falta de diálogo… pero lamentablemente por varias razones ese diálogo fracasa y vemos que hay una subida en las acciones y no vemos realmente una confianza del gobierno y la oposición política», señaló el embajador de Francia y representante de la UE en Bolivia Alain Fouquet.
A estas declaraciones de preocupación se sumó el embajador argentino en La Paz, Horacio Macedo, quien junto a representantes de Brasil y Colombia intentó -sin resultados- un acercamiento entre gobierno y oposición regionalista. «En nuestro país viven alrededor de 2 millones de ciudadanos bolivianos y la trascendencia que podría tener un conflicto violento entre bolivianos, para el caso de Argentina, es un tema que lógicamente nos preocupa», manifestó e l d iplomático en una entrevista con el diario paceño La Prensa.
Dejando en evidencia el éxito del atrincheramiento de los sectores empresariales en Santa Cruz, Morales debió replegar ayer al viceministro de Tierras, Alejando Almaraz, del Chaco boliviano. Días atrás, el funcionario intentó sin suerte ingresar a la hacienda del estadounidense Ronald Larsen para verificar el cumplimiento de la función económica y social de sus tierras, pero fue recibido con pedradas y piquetes armados, y debió refugiarse en un cuartel.
El miércoles de la semana pasada, el foro de empresarios privados se transformó en una violenta tribuna antigubernamental. «Después del 4 de mayo empieza a funcionar otro modelo económico», advirtió el presidente de la Cámara de Exportadores del Oriente, Ramiro Monje, en pie de guerra con el gobierno por la prohibición de exportar aceite y otros productos básicos para forzar la baja en los precios internos.
Pese a que se habla de una flexibilizació n en la medida, el mandatario boliviano amenazó con nacionalizar las empresas que «están provocando lock-out patronal» al declarar vacaciones forzadas. Con todo, Morales llamó a los movimientos sociales oficialistas a desistir de ir a Santa Cruz este 4 de mayo «para impedir la consulta». En cambio, convocó a realizar manifestaciones «por la unidad nacional» en cada capital departamental.
El líder de la confederación campesina, Isaac Avalos, anuncióque su organización acatará el pedido del presidente y llamará a la abstención. No obstante, el dirigente cocalero Julio Salazar insistió en que Santa Cruz «va a ser cercada», lo que parece más cerca de la retórica que de la capacidad de llevarlo a la práctica. Sólo en algunas localidades agrarias cruceñas es posible que se intente evitar la instalación de las mesas electorales.
Por las dudas, los cruceños alistan su propia «guardia civil» y la corte electoral departamental -que desconoce a la nacional- recordó la obligatoriedad del voto y amenaza con sanciones a quienes no vayan a las urnas. Esto no es poco en un país donde quienes no votan, no pueden ni cambiar un cheque en el banco.