En una nueva escalada en la pelea política que divide a Bolivia, el gobierno de Evo Morales congeló ayer las cuentas fiscales y suspendió los desembolsos de recursos hacia el departamento de Santa Cruz, que en 10 días someterá a referéndum unos controvertidos estatutos de autonomía. Y entre esos fondos está la coparticipació n por […]
En una nueva escalada en la pelea política que divide a Bolivia, el gobierno de Evo Morales congeló ayer las cuentas fiscales y suspendió los desembolsos de recursos hacia el departamento de Santa Cruz, que en 10 días someterá a referéndum unos controvertidos estatutos de autonomía. Y entre esos fondos está la coparticipació n por los impuestos al gas. De inmediato, los cruceños se declararon en emergencia regional y denunciaron «otro golpe político» a la consulta del 4 de mayo, considerada «ilegal y separatista» por La Paz.
En la tarde, el ministro de Hacienda, Luis Arce, justificó la medida alegando que el gobierno cruceño se desconectó del sistema informático que permite al Estado central controlar la ejecución de los presupuestos regionales. «No es ninguna represalia por el referéndum», manifestó Arce y agregó que «extrañamente la prefectura (gobernación) de Santa Cruz dejó de enviar información de sus gastos desde que medios de comunicación denunciaron que estaría haciendo desembolsos no autorizados para financiar el referéndum». Pero la dirigencia de esta región oriental sólo ve conspiración. «Ningún dictador va a paralizar la consulta, ¿acaso el gobierno quiere un colapso del sistema de salud?», respondió el secretario general del gobierno local, Roly Aguilera.
Ayer en la noche, Evo Morales repartió recursos en el Plan 3000 de Santa Cruz, un populoso barrio de migrantes «collas» donde el mandatario indígena se siente como pez en el agua. El acto se transformó en una tribuna contra el referéndum, «vigilada» de lejos por activistas de la Unión Juvenil Cruceñista, un cuestionado grupo de choque autonomista.
Poco antes, en el marco del aniversario de la Fuerza Naval boliviana, Morales llamó al «pueblo y a las Fuerzas Armadas a defender la unidad nacional frente a intentos separatistas de pequeños sectores que se resisten a perder sus privilegios» . Y el presidente del senado, Oscar Ortiz (derecha), -que viajó a México y Colombia en busca de apoyo- despachó cartas a organismos internacionales y a países vecinos solicitando el envío de «misiones humanitarias de prevención» para evitar hechos de violencia el 4 de mayo. Con todo, las organizaciones indígenas afines al oficialismo nacional anunciaron la suspensión de sus marchas a Santa Cruz de la Sierra y decidieron abstenerse pacíficamente en la consulta.
El miércoles, Morales recibió en Caracas el apoyo «solidario e irrestricto» de los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas -conformada por Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia- reunidos de urgencia a convocatoria de Hugo Chávez. Allí, el mandatario venezolano afirmó que Estados Unidos y su embajador en La Paz están impulsando un plan para derrocar a Morales y provocar la «kosovización» (por la ex provincia yugoslava) de la nación andina. Y advirtió que esa supuesta acción separatista podría «destrozar el frágil equilibrio energético que gracias a Bolivia hay en el Cono Sur».
En la misma sintonía, ayer, el gobierno de Morales acusó a la embajada de EE.UU. de apoyar a las regiones rebeldes. «El embajador Philip Goldberg ha desarrollado una agenda política antes que diplomática y esa agenda (está) vinculada con opositores al gobierno actual», afirmó el ministro de Gobierno Alfredo Rada. En respuesta, la legación diplomática manifestó que «el gobierno de los Estados Unidos ha reiterado constantemente que apoya la unidad y la democracia de Bolivia y a sus instituciones democráticas. También hemos manifestado que el proceso de referéndum en este país es un asunto netamente interno».
En su informe a la OEA , el ex canciller argentino Dante Caputo, dijo que «están dadas las condiciones para iniciar un proceso de negociación prudente», pero subsiste «un ambiente generalizado donde la tensión y las diferencias pueden convertirse en enfrentamientos y violencia». El Consejo Permanente de la OEA anunció que se reunirá de forma extraordinaria este sábado para recibir al canciller boliviano David Choquehuanca.