El gobierno de Evo Morales es ahora no sólo exportador de materias primas sino también prestamista de la banca de EEUU e Inglaterra, esencia del imperialismo mundial, dijo el exministro de hidrocarburos (2006), Andrés Soliz Rada. La exautoridad, que jugó un rol protagónico en la nacionalización de los hidrocarburos, el 1 de mayo de 2006, […]
El gobierno de Evo Morales es ahora no sólo exportador de materias primas sino también prestamista de la banca de EEUU e Inglaterra, esencia del imperialismo mundial, dijo el exministro de hidrocarburos (2006), Andrés Soliz Rada.
La exautoridad, que jugó un rol protagónico en la nacionalización de los hidrocarburos, el 1 de mayo de 2006, reprobó las contradicciones entre discursos y actos de gobierno por parte del presidente Evo Morales. «Mientras exige que Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) condene los intentos de invasión a Siria, su ministro Luis Arce Catacora presta a la estadounidense JP Morgan y a la inglesa Barclays dineros de los impuestos de los bolivianos, destinados a carreteras, salud y educación. Como se sabe, estos bancos financian a fabricantes de armas, muchas de las cuales serán usadas en Siria y ya fueron utilizadas en Irak, El Líbano y Afganistán. ¿Cómo puede Evo Morales condenar la invasión a Siria y, a la vez, financiar a los que fabrican las armas y las balas que matarán al pueblo sirio?», cuestionó. «Estos mismos bancos son la columna vertebral de los paraísos financieros, encargados de lavar dinero del narcotráfico, la prostitución y el tráfico de personas», reveló.
Soliz Rada recordó que entre 2008 y 2010 se propuso insistentemente que las reservas de divisas que administra el Banco Central de Bolivia (BCB) sean utilizadas para acelerar la inversión en industrialización del gas, de modo que Bolivia deje de exportarlo como materia prima barata y pase a exportar productos con valor agregado, como urea, amoniaco, etilenos y diversos subproductos que multiplican al menos por diez el valor del gas.
Contrariamente a esta propuesta, el BCB, siguiendo las políticas instauradas en 1993 por el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, continúa prestando esas divisas a bancos y países norteamericanos y europeos, por montos que superan los 13.500 millones de dólares. Recordemos que en 2012 el rendimiento anual de estas reservas fue de 1,04%.
Mientras, en lo que va del presente año, los rendimientos alcanzaron apenas hasta un 0,22% anual (si se incluye el oro este rendimiento alcanzaría el 0,24%). Actualmente, se conoce que el nivel de reservas de divisas del BCB han alcanzado los 14 mil millones de dólares. A lo anterior se suman los préstamos de la liquidez del Tesoro General del Estado, que se acumula por falta de ejecución presupuestaria del Estado boliviano. Esa crónica falta de ejecución se atribuye, en gran medida, a la vigencia de la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz. Respecto de esta norma, cuyo proyecto le pertenece a Soliz Rada, éste dijo que lamenta «que esta disposición legal hubiera sido utilizada con fines intimidatorios de autoridades encargadas de gastar e invertir recursos estatales, lo que ha provocado una virtual parálisis de la inversión pública que, a su vez, genera abultados saldos en caja y bancos, los que, como se vio, ahora son utilizados por el ministro Arce Catacora para prestarlos al exterior a tasas de interés inconcebibles». La exautoridad dijo que esa norma debe ser actualizada y debidamente reglamentada para evitar que continúe paralizando y dañando al conjunto del país.
La Ley Quiroga Santa Cruz tipifica como delitos los actos de administradores y funcionarios públicos y los somete a un sistema judicial corrupto y sobresaturado en causas judiciales abiertas, en la gran parte de los casos, por vendettas políticas y pugnas de poder menudos, según varias denuncias hechas anteriormente en diversos puntos del país.
«Las normas deben ajustarse a la realidad y las autoridades deben evaluar permanentemente su efecto en la sociedad. No podemos mantener vigente una norma que ha paralizado al país y, como consecuencia, beneficia ahora a los ciudadanos norteamericanos o ingleses, que disfrutan de los saldos de caja y bancos de nuestros municipios, gobernaciones o ministerios, que no los gastan en las necesidades de los bolivianos, que son apremiantes», añadió Soliz Rada.
Soliz Rada rechaza argumentos del Ministerio de Economía
La carta enviada a El País por el Ministerio de Economía, publicada ayer, justificando el rol de prestamista a bancos y países norteamericanos y europeos, fue motivo de puntualizaciones de parte del exministro Soliz Rada:
«Es poquito»- «Según la carta del Ministerio, los bolivianos no tendríamos que preocuparnos porque el dinero que prestamos ‘es poquito’, en relación a las operaciones financieras internacionales. Sin embargo, ese ‘poquito’ es prácticamente la totalidad de recursos con que cuenta Bolivia para impulsar su desarrollo sin incrementar su deuda externa, los que, en caso de ser bien utilizados, sacarían al país de su condición de atraso y marginalidad crónicos», señaló. «La operación es legal» – «Semejante ‘legalidad’ sólo demuestra el grado de sometimiento de la Asamblea, tanto del oficialismo como de la oposición, la que ‘brilla’ por su incapacidad para defender los intereses nacionales más elementales, ya que es incapaz de cuestionar las políticas de la banca mundial, que somete a los países marginales como Bolivia. También fue ‘legal’ la capitalización de Goni. ¿Dónde nos llevó?», dijo.
«Bonos Soberanos» – «Al ministro sólo le interesa ‘posicionar’ a Bolivia en el mundo financiero que domina el imperialismo. Al gobierno, pese a hablar cada día de integración latinoamericana, no se le ocurre reclamar y menos impulsar la creación del Banco del Sur, cuyo proyecto no avanza un milímetro. Esta sí sería una medida histórica y no la de prestar nuestro dinero al imperialismo», dijo. «Recursos dormidos» – «Un gobierno que se respete tiene el deber de invertir correctamente los dineros no utilizados por los gobiernos subnacionales y municipales, en lugar de transferirlos a los bancos imperialistas, los que, desde luego que no están dormidos, sino que sirven para fabricar armas y lavar los dineros del narcotráfico, la prostitución y el tráfico de seres humanos», reveló.
«J.P. Morgan» – «El prestigio del Lehman Brothers era muchísimo mayor al que tiene ahora el J.P. Morgan, sin embargo, nada pudo detener su quiebra. ¿El Ministerio ‘puede poner las manos al fuego’ y asegurar que ninguno de los grandes bancos del imperialismo volverá a quebrar?», concluyó.
El gas, una negociación delicada
El exministro Andrés Soliz Rada también habló sobre las negociaciones que YPFB ha iniciado con Petrobras para continuar exportando gas después de 2019, cuando vence el contrato actual de exportación. Al respecto, dijo que Bolivia enfrenta esa negociación en condiciones desfavorables por la falta de institucionalización de YPFB y por la extrema dependencia política del gobierno boliviano de los intereses empresariales brasileños vinculados al gas. «Bolivia no fue capaz de hacer cumplir a Brasil su compromiso de instalar 24 termoeléctricas en 1999. ¿Qué poder de negociación tendrá hoy para exigir ser socia de las petroquímicas que instala Brasil en Trés Lagoas y Uberaba o en la Termoeléctrica de Cuiabá, que funcionan todas con gas boliviano, o, además, tener el control del negocio del transporte de gas, si no fue capaz de convertir a YPFB en una empresa moderna, corporativa, con poder de decisión estatal, como es Petrobras?», cuestionó.
«Pero el drama hidrocarburífero boliviano es también consecuencia del fracaso (por lo menos hasta ahora), del Mercosur (Mercado Común del Sur), entidad que sigue produciendo infinidad de discursos y declaraciones, pero que no ha ingresado a los temas estratégicos para la región: petróleo y gas, minería, bosque y agricultura (el dominio de Monsanto crece cada día) y la banca. La burguesía de San Pablo impide (o sabotea) los intentos de canalizar el Banco del Sur, los que podrían viabilizarse si los países de Unasur rescatan los fondos que tienen prestados a bancos norteamericanos y europeos, a intereses ofensivos para el sentido común», dijo.
«La falta de articulación en materia petrolera hace que el protagonismo de las transnacionales del sector se incremente en lugar de ir disminuyendo. Esta situación ya era delicada con Hugo Chávez, pero se ha agravado con el ascenso de Nicolás Maduro. Cristina Fernández de Kirchner considera un triunfo haber salido de la órbita de Repsol para pasar a la de Exxon (Standard Oil). La debilidad de YPFB hace imposible que pueda cumplir planes de exploración, a lo que se suma el error de haber firmado los contratos en octubre de 2006 sin un cronograma de inversiones como exigimos en esa oportunidad. Recordemos que el expresidente Jorge Quiroga perdonó a las petroleras los compromisos de inversión en áreas que estaban concesionadas mediante la obligación que tenían de perforar un pozo por parcela. Estas faltas, entre muchas otras, estaban señaladas y documentadas en las auditorías petroleras, que tampoco se las aplicó», añadió.
Dijo también que Bolivia no puede negociar un contrato de exportación de gas a Brasil más allá de 2019 si antes no garantiza la provisión de gas a los bolivianos por al menos cuarenta años más. «Las actuales reservas probadas de gas, que están en torno a 11 TCF (Trillones de Pies Cúbicos, por sus siglas en inglés), no alcanzarán para más allá de 2025, dado que cada año se consume 0,6 TCF entre exportación y mercado interno. Esta tasa de consumo se incrementará a casi 1 TCF anual cuando se exporten los máximos volúmenes contractuales a Argentina», advirtió.
Recordó, finalmente, que el gobierno del MAS se negó a revelar el origen de los financiamientos para sus campañas electorales, entre los que mencionó a Petrobras, lo que, obviamente, dijo, ocasiona enorme desconfianza. Puntualizó, al concluir, que el país en general, y Tarija en particular, deben impedir que el nuevo contrato de venta de gas a Brasil cause daños irreparables (como la exportación de gas rico en licuables no pagados) y deje sin horizonte a Bolivia y, en especial, a sus futuras generaciones.
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