Los «izquierdistas» que dominan gran parte de la prensa oficial y, ahora incluso, de la alternativa no dejan de sostener el antiimperialismo revolucionario de Evo y el MAS. Todos los «izquierdistas» no paran de hablar del antiimperialismo de Evo. No importa si en los distintos medios de comunicación se ve a Evo rozándose con los […]
Los «izquierdistas» que dominan gran parte de la prensa oficial y, ahora incluso, de la alternativa no dejan de sostener el antiimperialismo revolucionario de Evo y el MAS.
Todos los «izquierdistas» no paran de hablar del antiimperialismo de Evo. No importa si en los distintos medios de comunicación se ve a Evo rozándose con los presidentes de España y Francia para garantizarles la seguridad de sus inversiones y además pedirle mayor inversión. Los «izquierdistas» consideran que el no visitar Estados Unidos es muestra del antiimperialismo de Evo y el MAS.
El antiimperialismo de Evo es similar, en contenido aunque no en la forma, al antiimperialismo del MNR antes de la revolución de 1952. El MNR se mostraba ante las masas populares y el público en general como antiimperialista. Pero su imperialismo se reducía a los EE.UU. puesto que en los hechos recibía apoyo del Gobierno alemán en Bolivia, a través de la embajada alemana para financiar, entre otras cosas, su principal publicación periodística «La calle». De ahí que el MNR fuera calificado por los estalinistas del PIR como «Nazi-fascista».
En aquel momento los trotskistas (POR) calificaron al MNR como antiyanqui, puesto que el antiimperialismo del MNR en esa primera etapa desarrollada durante el sexenio contrarrevolucionario de 1946 a 1952 era en realidad antiyanquismo, ya que buscaba apoyarse en el imperialismo europeo, en particular el alemán.
Si bien en las actuales condiciones Francia y España constituyen socios del Imperialismo Norteamericano no se debe perder de vista de que las burguesías de estos países tienen presencia transnacional.
Además el antiyanquismo del MAS esta esencialmente referido al problema de la coca, no así a la presencia económica de las trasnacionales petroleras y mineras en el país andino. De ahí que su antiyanquismo sea moderado.
El «antiyanquismo» del MNR en 1952 duró muy poco y era, en primera instancia, más radical que el que actualmente sostiene Evo. El MNR, aunque indemnizando, nacionalizó las minas. Pero, pese a ello, la política nacionalista pequeñoburguesa como proyecto político para sacar al atraso económico a Bolivia fracasó.
Ahora el antiyanquismo del MAS no aspira a nacionalizar, ni el gas, ni las minas en su totalidad, solo a cobrar más impuestos y a exigir la legalización de la hoja de coca, de ahí que su antiyanquismo este condenado a fracasar y a durar menos que el proyecto político nacionalista del MNR en 1952.
Pese a ello, los «izquierdistas» que dominan gran parte de la prensa oficial y, ahora incluso, de la alternativa no dejan de sostener el antiimperialismo revolucionario de Evo y el MAS.