Estocolmo, Suecia. Con esas palabras Pedro Mariobo Moreno inició esta conversación telefónica, con este corresponsal de la Agencia Boliviana de Informaciones (ABI), en torno a las expectativas electorales que se ciernen para este 12 de octubre en el pueblo boliviano. «Todos los candidatos de la derecha saben que van a perder y que no habrá […]
Estocolmo, Suecia.
Con esas palabras Pedro Mariobo Moreno inició esta conversación telefónica, con este corresponsal de la Agencia Boliviana de Informaciones (ABI), en torno a las expectativas electorales que se ciernen para este 12 de octubre en el pueblo boliviano. «Todos los candidatos de la derecha saben que van a perder y que no habrá una segunda vuelta, sobretodo porque ellos no pudieron unificarse», dijo nuestro entrevistado, ex Vice Ministro de Minería en el primer periodo presidencial de Evo Morales.
En momentos en que se realiza esta entrevista (lunes 6), un nuevo sondeo publicado en los medios de prensa bolivianas ratificó la posibilidad del presidente Evo Morales de ser reelecto en primera vuelta y con comodidad en las elecciones de este domingo 12 de octubre, frente a otros cuatro candidatos de la derecha.
La conversación con el abogado Pedro Mariobo Moreno, especialista en derecho minero, derecho del trabajo, además de autor del libro: «Globalización y perspectivas del movimiento popular en Bolivia», identifica sin dubitaciones que la primera fuerza del presidente Evo Morales, es la mayoría del pueblo indígena originario campesino que pese a algunas discrepancias se mantiene unificado en torno al liderazgo de Evo Morales.
-El pueblo boliviano acudirá a las urnas para elegir su futuro gobernante. Las encuestas publicadas en el país adelantan que Evo Morales será reelegido. Sin embargo los medios de prensa del exterior se hacen eco del discurso de los partidos de la derecha. Todo ello crea confusión para amplios sectores que se nutren de noticias muy dispares sobre el proceso boliviano, ¿cómo Ud. observa este fenómeno?
-No debemos extrañarnos que toda la derecha externa se haga eco de los discursos de la derecha boliviana, pues ésta actúa coordinadamente en todo el planeta; no olvidemos que los protagonistas de la globalización fue la ultraderecha estadounidense e inglesa con R. Reagan y la Thatcher en su tiempo. Vimos también cómo la derecha europea, a la sola voz de mando de B. Obama, bloquearon por aire el avión del Presidente Evo Morales esperando que se acabe el combustible y parezca un accidente su caída que era lo que buscaban con no permitirle aterrizar en ningún país de la UE. Esta derecha es la que tiene sus voceros en los partidos de la derecha boliviana, especialmente Doria Medina y Jorge Tuto Quiroga, Juan del Granado supuestamente es de la derecha moderada y los Verdes existen solamente para concientizar a la población sobre el medio ambiente.
-Las diversas agrupaciones políticas que saltaron a la palestra electoral, tienen solo un afán: sacar a Evo Morales. ¿Será a caso una estrategia para forzar una segunda vuelta?
-Todos los partidos que están terciando en las elecciones como oposición, efectivamente coinciden en atacar al gobierno, a los candidatos y hasta buscan desestabilizar al Gobierno con las marchas, huelgas de hambre y peticiones exageradas de algunos sectores que quieren resolver sus problemas «antes de las elecciones» porque utilizan sus movilizaciones y peticiones como chantaje electoral. Todos saben que van a perder y que no habrá una segunda vuelta sobre todo porque tampoco ellos pudieron unificarse. Sin embargo, la oposición tiene alguna esperanza de que en esta ronda electoral, puedan resolver el problema de liderazgo que no tienen; todos son caudillos de la vieja guardia, y ninguno cedió en los intentos de unificación. Ahora cuando faltan pocos días para las elecciones, ya se están acusando de ser unos más que otros «funcionales al Gobierno» porque ninguno puso real interés en unificarse como oposición.
-¿Cuán real es que las fuerzas de la derecha han recuperado su espacio político en el país?
-La derecha siempre estuvo presente en el país pero disminuida por la mayoría democrática y popular boliviana, por la emergencia de los movimientos indígenas originarios campesinos y ahora la toma de posición femenina contra la violencia y los feminicidios. Sus problemas que no han logrado superar, son: el vacío ideológico que no significa que no la tengan sino que no pueden pregonarla porque siguen siendo neoliberales y saben que eso el pueblo no lo acepta; la ausencia de liderazgo nacional renovado y creíble; y la falta de propuestas concretas. Por eso la derecha es reactiva no propositiva, está localizada en Departamentos y regiones, no es nacional, y toda la campaña electoral son críticas al Gobierno, a sus personeros más importantes y en eso tienen un aliado que viene desde tiempos anteriores que son los medios de comunicación en mayoría de propiedad de la derecha. A esto no se le podría llamar recuperación de espacios políticos.
-Indudablemente está la administración norteamericana, apostando en estos grupos para perjudicar el proceso boliviano, así se han denunciado en reiteradas ocasiones. ¿En su opinión podría Ud. identificar qué sectores de la población boliviana son los los más vulnerables?
-El error más grande que podríamos cometer los bolivianos que apostamos por el proceso de cambio, por la recuperación de la soberanía plena y la independencia política, sería olvidarnos de la injerencia norteamericana. Por eso Estados Unidos es imperio, su bloqueo al avión de Evo en Europa fue una alerta de cuanto el imperio puede hacer contra nuestro país y desde cualesquier punto del planeta. Por eso tenemos que mantener la guardia; estar atentos lo que el imperio puede hacer desde sus siete bases militares en Colombia, sus intentos golpistas en Venezuela, etc., etc. Felizmente el pueblo boliviano tiene mayor consciencia de que este proceso también es antiimperialista. Los grandes empresarios, los disidentes del proceso y los nuevos ricos, son los aliados naturales del imperio.
-A que se debe la persistencia de conflictos sociales: unas veces los cooperativistas mineros, ahora los jubilados, los dueños de autos indocumentados también lo hacen así como otros sectores sociales que la prensa local reproduce como demandas no atendidas por el gobierno.
-El dirigente de los jubilados que bloquearon durante dos semanas el centro de la sede Gobierno fue un potencial candidato a Senador, pero como no fue elegido, se resintió mucho y el resultado fue movilizar a «sus bases». Utilizó las movilizaciones como un chantaje electoral; el 10 de octubre se reúnen con el Presidente, porque sus bases ya estaban dividiéndose; él por tener una salida honorable del conflicto, aceptó que la reunión fuese dos días antes de las elecciones en que seguramente solo habrá una reconducción de la petición del bono de 3 mil bolivianos solicitado. Aún está pendiente el resultado que no podemos adelantar.
-¿A su juicio el gobierno de Evo Morales ha podido aplicar su programa de gobierno?
-En general sí. Pero falta mucho por hacer; por eso los que nos identificamos con el proceso acuñamos la consigna de «ampliar, profundizar y acelerar el proceso»; además de que «lo que no se puede hacer desde dentro y desde arriba, lo podemos impulsar y hacer desde afuera y desde abajo».
-¿Podría también ud. indicar dónde radica la fortaleza del actual gobierno?
-La primera fuerza es la mayoría de pueblos indígena originario campesino que, pese a algunas disidencias, se mantiene unificado en torno al Presidente Evo Morales; la segunda fuerza que le ha dado mucho impulso para pretender ahora los dos tercios nuevamente, es la alianza con la COB y todo lo que ésta organización significa como es el haberle dado el contenido de clase que aún no tenía el proceso; y la tercera fuerza está en la clase media, que pese a que la derecha ha centrado su campaña en la clase media, está mejor con este Gobierno que con ningún otro: los profesionales, los universitarios, las organizaciones urbanas de los municipios; los pequeños comerciantes y pequeños empresarios, etc. están más estables y seguros que antes. Pero lo que es más decisivo para la próxima victoria electoral, la mayor fuerza electoral, es la que facilita la debilidad y la dispersión de la derecha.
-Brasil (va por la segunda vuelta) y Uruguay se encaminan también hacia sus respectivas elecciones generales, ¿en qué sentido Bolivia podrían ser gravitante para la región?
-El triunfo de Evo Morales influiría positivamente en la candidatura de Dilma Rousseff; lo mismo que a las tendencias similares de Uruguay pese a las peculiaridades de cada país.
-¿Por qué Evo Morales debe ganar estas elecciones?
-Porque el pueblo aún confía en él; la democracia participativa en la que estamos se asienta en el pueblo, es del pueblo y por el pueblo; y, mientras la mayoría del pueblo confíe en su liderazgo, el proceso puede avanzar con Evo ganando las elecciones. Lo que está por verse es el porcentaje con el que va ganar; para evitar una segunda vuelta es con la mitad más uno (mayoría absoluta), pero si gana con dos tercios, algunos partidos de la derecha que no alcancen el 3% del electorado nacional, perderían su personalidad jurídica.
-¿Cuan fuerte es la oposición al gobierno de Morales?
-Pese a ser pequeña y dispersa, una característica que no ha perdido la oposición, es que es vocinglera, vocinglería ampliada con el eco que le dispensan los medios de comunicación. En estas condiciones la oposición es de cuidado, como dijimos antes, no hay que bajar la guardia, porque la fortaleza de esta oposición es el apoyo militante del imperio estadounidense que, en estas elecciones los voceros desde el norte son Carlos Sánchez Berzaín y Manfred Reyes Villa, quienes a título de que «no confían en la justicia boliviana» permanecen protegidos allí por el imperio.
-¿Si nos atenemos a las encuestas actuales en el sentido que el MAS cuenta con una anticipada victoria en las elecciones, considera Ud. que en el país se profundizará la revolución democrática que proclama Evo Morales?
-Desde nuestro puesto en la base, hemos propuesto que para el avance del proceso se requiere fortalecer la unidad de los movimientos sociales, aplicar cierta depuración de los incrustados (que no faltan), desarrollar la ideología en ciernes del socialismo comunitario y capacitar a los nuevos liderazgos para el cambio. Estos pasos van en la perspectiva de ampliar, profundizar y acelerar el proceso de cambio que ya mencionamos.
-Usted fue parte del gobierno de Evo Morales, es antiguo luchador de la izquierda boliviana, vinculado a los mineros y autor de estudios y análisis sobre la problemática boliviana, ¿podría usted enumerar algunas faltas del actual gobierno?
-Como antiguo luchador de la izquierda boliviana, me duele cierta ruptura entre el pasado reciente (las luchas contra las dictaduras por la recuperación de la democracia) con el presente del 2003 adelante. No se ha sabido articular este pasado que sin él no habría sido posible el proceso actual. Muchos viejos luchadores se sienten postergados y no reconocidos actualmente. Esta es una falla que hay que subsanar.
Otra falla, es el no haber concluido el operativo de confrontación con el separatismo del 2008-2009. Se derrotó a los divisionistas tanto política como militarmente, pero «no se explotó el éxito» como es otra de las leyes de la guerra. Se permitió que la derecha cuestione, por ejemplo, la muerte de la célula armada compuesta esencialmente por mercenarios extranjeros y tienda a deslegitimar la acción judicial para los implicados en dicha acción. Se dice por ejemplo, «¿por qué los mataron si podían apresarlos?». Yo creo que al Ché Guevara podríamos aplicarle la misma pregunta, si ya el ejército lo tuvo preso dos días antes de su asesinato o al sacerdote Luís Espinal que lo torturaron previamente antes de darle el tiro de gracia para victimarlo, ¿por que los mataron y no los tuvieron vivos aunque prisioneros?
-¿Y en el campo de la minería?
-Igual de importante es la falta de una Ley Minera que incentive los cambios estructurales en este sector donde la formación social sectorial es en extremo conservadora y no permite cambios sustanciales. Los avances superestructurales no están acompañados con cambios estructurales en minería; en hidrocarburos se ha avanzado algo más pero falta mucho por hacer. En materia ambiental, ni el Estado cumple sus propias normas, por lo cual no podrá exigir que el sector privado pueda cumplir; el nivel de conciencia ambientalista en Bolivia es muy incipiente. Lo que se dice afuera en este rubro, hay que cumplirlo adentro.
-¿Debido a qué se tropiezan con las mismas?
-Históricamente está comprobado que ningún proceso es lineal; se avanza, se estanca y a veces se retrocede; a esto fue que Lenin llamó «dar una paso atrás para dar dos adelante». O con la otra frase de que toda revolución es como el tren en marcha: «unos bajan en una estación pero otros suben» para llegar a destino. En Bolivia esto es más complicado porque es un proceso en democracia donde hay que dialogar, concertar y resolver problemas democráticamente, pacíficamente y mediante evolución antes que revolucionariamente. Y más aún cuando los sujetos principales que impulsan el proceso son los movimientos sociales y no un partido ideológicamente homogéneo, con disciplina interna, con programa cronometrado y cronogramado, etc. Esto es lo que hay que ajustar para seguir avanzando.
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