El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció hoy que sectores empresariales y políticos afines a las trasnacionales petroleras intentarán conspirar contra la nacionalización de hidrocarburos, que decretó el pasado primero de mayo, y llamó al pueblo boliviano a mantenerse unido para defender esta conquista. Durante un multitudinario acto en Caranavi, donde pactó con productores agrarios […]
El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció hoy que sectores empresariales y políticos afines a las trasnacionales petroleras intentarán conspirar contra la nacionalización de hidrocarburos, que decretó el pasado primero de mayo, y llamó al pueblo boliviano a mantenerse unido para defender esta conquista.
Durante un multitudinario acto en Caranavi, donde pactó con productores agrarios de los Yungas un programa de erradicación consensuada de cocales, el mandatario dijo que no quería brindar detalles pero que tenía muchos informes acerca de que «quieren conspirar contra la nacionalización» de los ricos yacimientos de gas.
«Algunas empresas, seguramente algunos partidos fervientes del imperio, de las oligarquías, de las trasnacionales, no se van a quedar así, van a tratar de conspirar», por lo que instó a los bolivianos a mantenerse unidos y a «defendernos y defender sobre todo la nacionalización» de los energéticos.
Bolivia dio un plazo de 180 días a partir del primero de mayo para que las empresas petroleras acuerden nuevos contratos en que el Estado dispondrá de 51 por ciento de las acciones y ejercerá el control del negocio, lo que ha provocado reacciones de inconformidad principalmente de los gobiernos y petroleras de Brasil y España.
En ese contexto, en Brasilia se anunció que el canciller Celso Amorim visitará Bolivia este domingo y lunes para sostener reuniones con el presidente Morales, y dar seguimiento a las negociaciones binacionales tras la nacionalización petrolera.
En tanto, Evo Morales y los productores agrarios de los valles subandinos de los Yungas, a 120 kilómetros de La Paz, pactaron una política concertada de erradicación voluntaria de coca como «el mejor aporte a la lucha contra el narcotráfico».
La ley antidrogas, vigente hace tres lustros en acuerdo con Estados Unidos, limita la producción del arbusto en los Yungas a un volumen de 12 mil hectáreas para uso tradicional, pero las autoridades sospechan que hay un excedente de unas 4 mil.
Morales propuso «una extensión limitada de cultivos de la hoja por familia, para que no haya exceso de coca» y afirmó que esa meta supone «erradicación voluntaria, concertada (pero) sin que haya cero de coca», como pretende Estados Unidos.
Setenta y siete por ciento de la hoja de coca producido en esta región de La Paz estaría siendo canalizado hacia fines ilícitos, según el responsable de la Dirección General de la Coca, Luis Cutipa.
La coca se produce también en el Chapare y su cultivo estaba severamente restringido por la ley hasta 2003, cuando los sindicatos acordaron con el entonces presidente Carlos Mesa fijar una extensión de mil 200 metros de plantaciones por familia.
Se estima extraoficialmente que en el Chapare, centro del país, reducto sindical y político de Evo Morales, existen unas 23 mil hectáreas de cultivo de coca.
En desacuerdo con la política boliviana antidroga, Washington redujo su cooperación en la materia en 11 millones de dólares, fijándose en 80 millones para 2006. El recorte de 2007 será más drástico, cuando llegará a apenas 67 millones de dólares.